InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Cultura de la muerte

3.08.09

Mújica da la razón a la campaña de la CEE contra el aborto

Cuando la Conferencia Episcopal lanzó su campaña contra la futura ley del aborto, en la que el cartel mostraba a un lince y a un bebé mostrando que las crías del animal tenían más protección legal que las del ser humano, las críticas de los pro-abortistas y de sectores progre-eclesiales fueron furibundas. Pues hete aquí que este fin de semana el Defensor del Pueblo, Enrique Mújioca, ha advertido de que la futura ley abortista protege menos a los fetos humanos que a los animales.

Eso sí, Mújica defiende la ley de plazos y dice que en ningún caso se debe de mandar a nadie a la cárcel ni por abortar ni por provocar abortos incluso fuera de esos plazos. Ante lo cual, sus palabras no dejan de ser un brindis al sol. Sólo quiere que se guarden un poco las formas. Y es que, se quiera o no, queda muy mal el que haya pena de cárcel para el que mata a palos a un perro o se carga un huevo de quebrantahuesos y sin embargo se penalice sólo con una multa a los miserables hijos de Satanás que se dedican a triturar fetos humanos que ya podrían sobrevivir fuera del seno materno. Es más, estoy convencido de que la multa que se les pondrá será menor en su cuantía que el dinero que saquen de matar a un feto de 7-8 meses. Así que, aunque les pillen, el negocio les saldrá rentable.

El caso es que aunque se cumplan los deseos del Defensor del Pueblo y se aplique una “pena ligera” -nunca cárcel- por aborto ilegal, los fetos humanos -y no digamos nada los embriones- seguirán teniendo menos protección que el lince ibérico y que los bosques. Así que Mújica debería de llamarse Defensor del Pueblo menos de los seres humanos no nacidos. Ah, y por favor, que no nos venga con la cantaleta de que “los que somos partidarios de los plazos no nos gusta el aborto". Es como si los mafiosos que se dedican a la trata de blancas dicen que no les gusta practicar el sexo con prostitutas.

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30.07.09

Montes y Masiá, tanto monta, monta tanto

Si hay un nombre en España al que se identifique automáticamente con la eutanasia, ese es el del doctor Montes. No ya sólo por su actuación como jefe de la unidad de Urgencias en el hospital Severo Ochoa de Leganés, que fue a todas luces irregular -aunque según la justicia no se pudo probar que incurriera en delito, los peritos médicos fueron unánimes en señalar sus irregularidades-, sino porque no pierde ocasión de manifestarse a favor de la eutanasia y el suicido asistido.

De igual manera, si hay un nombre en la Iglesia Católica que, al menos también en España, se identifique automáticamente como la oposición pública y tenaz a la doctrina católica sobre la eutanasia, ese es el del jesuita Juan Masiá Clavel. Masiá fue entusiasta defensor del doctor Montes, al que felicitó efusivamente desde su blog cuando se vio libre de la posibilidad de ir a la cárcel.

No es por tanto ninguna casualidad ni mala jugada del destino que el doctor Montes haya elegido a Masiá como uno de sus corifeos en el congreso “Eutanasia y suicidio asistido. Un derecho del siglo XXI” que se celebrará en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, del próximo 10 al 14 de agosto. Se cumple aquello de “Dios los cría y ellos se juntan". Montes y Masiá, Masiá y Montes, tanto monta, monta tanto el uno como el otro a la hora de ser paladines de la cultura de la muerte en su sección “muerte dulce y derivados”.

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19.07.09

Entre canallas anda el juego... de la muerte

El último pleno del ayuntamiento de Sevilla asistió a un debate de lo más interesante entre el alcalde socialista de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín y el portavoz del Partido Popular, Juan Ignacio Zoilo. Todo empezó cuando los comunistas sevillanos de IU-CA propusieron que el ayuntamiento de la capital andaluza se manifestara a favor de que se considere que las adolescentes de 16 años puedan tener autonomía a la hora de abortar. Es lo que tiene la izquierda. Cuando todo el mundo está preocupado por la crisis, ellos se empeñan en que las clínicas abortistas no sufran el menor menoscabo en sus economías.

El caso es que el popular Zoilo, armado de razón, le echó en cara al alcalde que la Junta de Andalucía haya aprobado hace tres meses un decreto para limitar el acceso de los menores a la cirugía estética y sin embargo los socialistas quieren ahora que esas mismas menores puedan abortar sin límite alguno. De hecho, el propio Monteseirín se manifestó contra ese punto de la ley de aborto en un programa de Sevilla Televisión. Como quiera que este país no es tanto una democracia como una partitocracia donde todos los que se dedican a la política tienen que obedecer, sí o sí, a lo que mandan los jefes, el alcalde sevillano se la ha tenido que embaular y votar a favor de algo sobre lo que él se mostró en contra. Y claro, el popular vio el cielo abierto y se lanzó a la yugular del alcalde con una serie de preguntas muy oportunas: “¿Una niña de 16 años no está preparada para votar o para que le extirpen la apendicitis, pero sí lo está para abortar? ¿Es aceptable que ustedes pongan límites para quitarse un trozo de nariz y no para quitarse una vida? ¿Por qué en televisión dijo usted que no estaba de acuerdo y ahora vota a favor? O mentía en televisión, o miente ahora".

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18.07.09

Bebé Aído: una iniciativa digna de elogio

Una de las máximas que siempre se cumplen en relación al debate sobre el aborto es que los pro-abortistas, cuya conciencia moral suele ser de inferior calidad a la de muchos individuos del reino animal, reaccionan ante las imágenes de los abortos como los endemoniados ante la imagen de un crucifijo. Hace unas semanas pudimos comprobar esto que digo en un programa de Popular TV. Cuando Ignacio Villa mostró la foto de un feto humano tomada de una ecografía, la pro-abortista de turno se levantó de su silla y se largó.

Y es que esos cómplices del mayor Holocausto en la historia de la humanidad saben que a la hora de replicar a la iniquidad de sus argumentos, una imagen vale más que mil palabras. La ministra Aído, cuyos conocimientos científicos son similares a los de los boniatos del huerto del tío Paco, tuvo la feliz ocurrencia de decir que un feto de 13 semanas es un ser vivo pero no un ser humano. Ante semejante barbaridad, un grupo de profesionales, entre los que se encuentran médicos, enfermeros, psicólogos y abogados, ha creado el “bebe-Aído", una réplica en plástico y a tamaño natural (algo más de cinco centímetros de largo) de un feto de doce semanas. Y, oigan ustedes, lo que ven nuestros ojos es claramente un personaje cabezón, con ojos, nariz, orejas, boca, brazos, manos, piernas, pies, etc. O sea, un ser humano. Chiquitín, pero tan humano como la ministra. O incluso más, ya que no está animalizado todavía por la mentalidad pro-abortista.

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17.07.09

¿Se atreverán los políticos italianos a ir más allá en contra del aborto?

La noticia es sin duda muy positiva: “El Parlamento italiano ha aprobado una moción que obligará al Gobierno de este país a proponer ante la Asamblea General de la ONU una resolución que condene la utilización del aborto como instrumento de control demográfico“. Esto ha sido posible gracias a la iniciativa de Rocco Buttiglione, político italiano que se hizo “famoso” en el 2004 cuando José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, incluyó su nombre entre los candidatos a comisarios de la Comisión, pensando asignarle las carteras de justicia, libertades y seguridad. Tal hecho coincidió con unas declaraciones de Buttiglione en las que, desde su condición de católico practicante, defendía la doctrina católica sobre la homosexualidad y la familia. Eso motivó que la izquierda europea se le echara encima de tal forma que finalmente hubo de decir no al ofrecimiento de Durão Barroso. Aquello sirvió, dicho sea de paso, para que muchos comprendiéramos de verdad lo que es ese ente llamado Unión Europea.

El caso es que este político italiano no sólo es católico sino que ejerce de tal a la hora de hacer política. No se le va la fuerza por la boca como a muchos de sus “hermanos en la fe” de Europa y, muy especialmente, de España. Porque, ya me dirán ustedes dónde está el Buttiglione español que sea capaz de llevar al parlamento una iniciativa de ese calibre. La partitocracia española impide que haya versos sueltos que tengan el valor de volar libre de las ataduras de los aparatos de los partidos. Si un diputado popular, y no digamos nada si es socialista, osara plantear algo así, sus posibilidades de repetir en las listas de las próximas elecciones generales serían más bien escasas. Antes que luchar contra el aborto, aquí es más fácil que populares y socialistas acuerden debatir en el parlamento sobre una posible condena a las palabras del Papa sobre el Sida en el avión que le llevaba a África. Es más, conociendo el percal, no descarto que asome algún diputado de izquierdas que pida que el parlamento español proponga ante la ONU una propuesta radicalmente contraria a la que Italia va a presentar.

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