InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Cultura de la muerte

28.07.11

Médicos negligentes y padres asesinos

No es ni será la primera vez que pasa. Los médicos pueden equivocarse en el diagnóstico de las enfermedades. El problema llega cuando la equivocación produce efectos mortales. Y es lo que ha ocurrido en Málaga. A una mujer embarazada le dijeron que su hijo venía con malformaciones. Concretamente se suponía que padecía de artrogriposis múltiple congénita. Todos hemos visto a personas que padecen de dicha enfermedad. Obviamente están discapacitados, pero su discapacitación física es un chiste comparada con la discapacitación moral que sufre la sociedad occidental.

¿Qué fue lo que hizo la madre de esa criatura cuando le dijeron que venía enferma? Pues irse a una clínica abortista a que la mataran. Es decir, a lo que se ve, el amor por su hijo desapareció cuando creyó que no venía sano y fuerte. En buena lógica debería ocurrir lo contrario. Es decir, si tienes un hijo enfermo, le das más cariño, más apoyo. Pues no. El instinto materno es ahogado por el egoísmo y la presión social, ya que la ley anima a matar a las criaturas enfermas antes de nacer. En este caso el embarazo iba por el sexto mes de gestación. Es decir, la criatura era viable fuera del seno materno. Yo tengo una hija que nació justo antes de cumplirse ese sexto mes. Pero en una clínica malagueña, un asesino al que me niego a llamar médico usó algún método, que prefiero no saber, para dar muerte a esa vida.

Y entonces llegó la “sopresa". Vieron al niño muerto y resulta que no padecía enfermedad alguna. Y los mismos padres asesinos que decidieron que su hijo no merecía vivir, han denunciado a los médicos que se equivocaron en el diagnóstico. E muy probable que la justicia les dé la razón y encima consigan una indemnización. Será un dinero maldito, obtenido sobre la sangre de su hijo inocente. Un hijo cuya muerte recae sobre sus podridas conciencias. Sólo la gracia de Dios puede reparar el daño moral en esas almas culpables del peor de los asesinatos: el que comete un padre y una madre en un hijo inocente. Quiera el Señor concederles el arrepentimiento.

Este es un ejemplo más de la deriva a la que lleva una legislación anti-humana. La ley de aborto anterior ya permitía estas salvajadas. El mensaje que se lanza a los discapacitados es claro: “No deberíais haber nacido y vamos a acabar con vuestro colectivo permitiendo que se os mate antes de nacer". Nazismo puro y duro sancionado por la legalidad democrática.

Sólo desde la fe cristiana se puede plantar cara a este holocausto continuo. El mensaje de la Iglesia ha de ser claro y persistente. Una sociedad que mata a sus hijos antes de nacer no merece sobrevivir. Merece, muy al contrario, desaparecer por el sumidero de la historia con destino a la peor letrina del infierno. Es hacia donde nos dirigimos si no damos marcha atrás.

Luis Fernando Pérez Bustamante

21.06.11

Que dicen en Roma que ya se han enterado de lo de Cataluña

Pues sí, en Roma ya saben que la Iglesia está presente en el patronato de algunos hospitales de Cataluña que practican abortos. Y sí, parece que a la Santa Sede le preocupa el asunto. Pero no, Roma no ha tomado ninguna medida efectiva para poner fin a semejante barbaridad. Y no, la carta de la que se hace eco el ABC en su edición de hoy, y que recogemos en InfoCatólica, no supone un cambio esencial en la cuestión. Porque por muy monseñor que sea Mons. Jean Marie Mupendawatu, no deja de ser el subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. Y un subsecretario es… eso, un subsecretario. Ni siquiera es obispo. Mucho menos arzobispo y cardenal.

En otras palabras, si el P. Custodio Ballester, cuyo testimonio, valentía y coraje apostólico en este asunto son dignos de alabanza y de agradecimiento por parte de quienes amamos a la Iglesia y defendemos el derecho a vivir, se acerca a su arzobispo, el cardenal Sistach, y le enseña la carta de Roma, el prelado le puede decir: “¿Esto de quién es? Ah, veo, ¡ni más ni menos que de todo un subsecretario! Vale hijo, déjala ahí encima de ese montón de papeles, que luego le echaré un vistazo“.

Y mientras tanto, la Iglesia en Cataluña -o sea, la Iglesia- seguirá presente en los patronatos de hospitales donde se practican abortos. De hecho, hay quien se malicia de que el día menos pensado veremos al P. Manel Pousa de capellán de alguno de esos hospitales. Pura coherencia pastoral, señores míos.

Exsurge, Domine, et iudica causam tuam

Luis Fernando Pérez Bustamante

18.04.11

Caso Pousa: tomamos nota

Finalmente el P. Manel Pousa no ha sido excomulgado. El hecho de haber pagado abortos no se ha considerado como objeto del artículo 1.398 del Código de Derecho Canónico, que reza así: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae“.

Parece que las jóvenes a las que el P. Pousa pagó sus abortos, habrían abortado de todas las maneras. Entonces, la participación del sacerdote no provocó la muerte de los hijos de esas mujeres y por tanto no se le aplica la pena de excomunión.

En la nota del Arzobispado de Barcelona
, el cardenal Sistach “reitera a Mn. Pousa que el trabajo que hace al servicio de los más pobres y marginados de la sociedad lo realice siempre de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia, con su doctrina social y respetando toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural“.

Es decir, no sólo no se le declara excomulgado sino que la cosa queda en una simple recomendación al sacerdote para que haga su labor en conformidad con la enseñanza de la Iglesia. Y eso es todo señores.

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6.04.11

El aborto y los presupuestos de EE.UU

Barack Obama está molesto. Los republicanos tienen la mayoría en la Cámara de Representantes y están dispuestos a poner las cosas difíciles al presidente a la hora de aprobar los presupuestos del gobierno federal de los EE.UU. Entre los principios no negociables que los republicanos están dispuestos a plantar como barrera para dicha aprobación, está el de la financiación pública de los abortos. Obama y los demócratas, salvo excepciones, están a favor de la misma. Los republicanos, empujados por su base social, están en contra.

A mí, como español y provida, me da una sana envidia que uno de los partidos mayoritarios de EE.UU sean tan firme a la hora de poner trabas a esa rama tan “frondosa” del árbol de la cultura de la muerte. Sé que dicho árbol tiene otras ramas en las que la postura republicana no es precisamente digna de alabanza, pero al menos en el tema del aborto lo tienen claro.

El mero hecho de que sea legal y común el asesinato del no nacido en el seno materno es una barbaridad que marca el juicio moral que merecen las sociedades occidentales en el último siglo. Que además se dedique el dinero de los impuestos para financiar ese holocausto continuo es la guinda infame de un pastel mortal.

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4.04.11

El PP y el aborto, o la elección entre la silla eléctrica y la guillotina

Rajoy ha dicho en la Ser que no le gusta la actual ley del aborto, pero ha vuelto a manifestar que está de acuerdo con la que teníamos antes. Lo cual no debe sorprender a nadie porque es lo que dijo en el programa “Tengo una pregunta para usted” de TVE. Y además, es evidente que no sólo Rajoy sino todo el PP estaba la mar de a gusto con la ley aprobada por el PSOE en tiempos de Felipe González. En los ocho años de gobierno de Aznar no sólo no la derogaron sino que además dieron un paso más en la cultura de la muerte al aprobar la píldora abortiva RU-486, que tiene nombre de procesador de ordenador antiguo pero mata tantos o más seres humanos concebidos como las clínicas abortivas.

Es cierto que la actual ley empeora no poco la situación legal del aborto, ya que pasa de ser un delito despenalizado en unos supuestos a considerarlo como un derecho de la madre. Aunque los supuestos de marras se convirtieron en un coladero, la anterior ley podía ser útil para poner coto en parte a la salvajada del aborto si hubiera un gobierno que se tomara en serio la aplicación estricta del texto legal. Y mucho más si se quita el supuesto de condiciones socio-económicas y/o psicológicas de la madre. Dado que en España son muy escasos los abortos producidos tras una violación y que no abundan los que tienen como causa las malformaciones del feto, el número de intervenciones para poner fin a la vida humana en el seno materno quedarían reducidas a unos pocos cientos al año. Lo cual seguiría siendo una barbaridad -quien acepta matar a un inocente acepta matar a millones-, pero no tan enorme como lo que hemos padecido en las últimas dos décadas.

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