InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Nuevo Testamento

31.08.17

Estad en vela

Evangelio del jueves de la vigésimo primera semana del Tiempo Ordinario:

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: «Mi señor tarda en llegar», y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Mat 24,42-51

Dos mil años han pasado desde que Cristo dijo esas palabras. Muchos viven hoy como si Él no fuera a regresar. Sólo Dios sabe cuántos anidad de verdad en su corazón el anhelo de su regreso. 

Vaya por delante que el supuesto retraso o tardanza tiene una razón de ser. La explicó San Pedro:

El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión. Pero el Día del Señor llegará como un ladrón…
2Pe 3,9-10a

Por otra parte, aunque el Señor no regrese durante nuestra vida terrenal, ciertamente nadie sabe el día de la propia muerte, umbral que separa la oportunidad de conversión del juicio de cuya sentencia dependerá nuestro lugar en la eternidad.

Es decir, ni sabemos si Cristo va a llegar mañana a juzgar a vivos y muertos, ni sabemos si Dios nos llevará esta misma noche para que rindamos cuentas a Él por lo que hemos hecho en esta vida.

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30.08.17

Os he desposado con un solo esposo

Primera lectura del miércoles de la vigésimo primera semana del Tiempo Ordinario

El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Pues no es hombre probado quien se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien el Señor recomienda.
¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Pero sí, soportadme! Porque estoy celoso de vosotros con celo de Dios: os he desposado con un solo esposo para presentaros a Cristo como a una virgen casta. 
2 Cor 10,17-18; 11,1-2

Los santos no necesitan hacer publicidad de sus obras. Brillan por sí mismas. De hecho, si vemos que alguien presume de ser santo, demos por hecho que no lo es. Porque si hay algo que tienen claro todos los que alcanzan las cumbres de la santidad es que han llegado allí por gracia de Dios. Y por ello solo a Él le dan la gloria.

Tal enseñanza de San Pablo es el preámbulo necesario para lo que a continuaciòn va a decir a los corintios. Reclama la autoridad de pastor. Es el “padrino” de la boda que entrega a la novia al novio. Y se la quiere entregar virgen y casta.

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24.08.17

Has de ver cosas mayores

Evangelio del jueves de la vigésima semana del Tiempo Ordinario:

Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó: «Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?».
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Juan 1,45-51

“Has de ver cosas mayores", dijo Cristo a Natanael. Y nos dice San Pablo:

Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
1ª Cor 2,9

Y leemos en la primera lectura de hoy:

Entonces vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas finales y habló conmigo: -Ven, te mostraré a la novia, la esposa del Cordero. Me llevó en espíritu a un monte de gran altura y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios..
Ap 21,9-10

En medio de la tormenta que amenaza con volcar la barca de la Iglesia, ¿cómo no clamar, “Señor, ven pronto"?

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20.08.17

Guardad el derecho y practicad la justicia

Primera lectura del vigésimo domingo del Tiempo ordinario:

Esto dice el Señor. «Guardad el derecho y practicad la justicia, que pronto va a llegar mi salvación y a revelarse mi justicia».
A los hijos del extranjero que se adhieran al Señor para servirlo y amar el Nombre del Señor, para serle sus siervos, y a cuantos guarden el sábado sin profanarlo, y mantengan mi alianza, les haré entrar en mi monte santo, les daré alegría en mi casa de oración. sus holocaustos y sus sacrificios me serán gratos sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos».
Isa 56,1.6-7

Aun cuando Dios se reveló a Israel, pueblo al que eligió de entre todos los pueblos del mundo, ya en el Antiguo Testamento abre la puerta a la salvación de todos aquellos que le amaran y guardaran sus mandamientos. 

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16.08.17

Si no hace caso ni siquiera a la iglesia, considéralo como un pagano

Evangelio del miércoles de la décimonovena semana del Tiempo Ordinario:

Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la iglesia, y si no hace caso ni siquiera a la iglesia, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Mat 18,15-20

El Señor quiso que su Iglesia fuera ministra de su perdón y su justicia. Hasta entonces, se consideraba que solo Dios podía perdonar pecados, y ciertamente así era. Por eso, cuando Cristo perdonaba pecados a la vez que obraba milagros, le acusaban de hacerse igual a Dios. 

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