InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Anti-magisterio

30.06.09

E.O no exageraba lo más mínimo en su viñeta sobre Torres Queiruga

Cuando nuestro insigne y nunca bien ponderado E.O publicó en su blog de humor una viñeta titulada “Santo súbito” dedicada a Torres Queiruga, poco imaginé que el tiempo le acabaría dando la razón tan pronto. Y es que ya me dirán ustedes qué es lo que le falta al teólogo gallego para que le abran un proceso de beatificación y canonización express una vez que pase a mejor vida -cosa que espero ocurra dentro de muchos años-, si en verdad él es “coherente, austero, orante, sencillo, cercano y trabajador incansable desde las primeras horas de la mañana", “un ejemplo como cura, como teólogo, como cristiano” y alguien que llega “a millares de personas", siendo que en realidad no es él, sino Jesús, quien llega.

Las muestras de afecto y fervor popular de un buen grupo de sacerdotes, religiosos y teólogos gallegos hacia esta figura excelsa de la Iglesia Católica dejan en mantillas a las de aquellos gálatas que recibieron a San Pablo poco más o menos como si fuera un ángel de Dios o el mismísimo Jesucristo (Gal 4,14). Tal pareciera que desde que el apóstol Santiago tuvo a bien llegar por esos pagos, nadie más ha hecho tanto y tan bien por la fe cristiana.

Todo este revuelo filoqueirugano viene motivado por el anuncio de una posible nota de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe acerca de la obra del teólogo paisano de Rosalía de Castro. La nota de los obispos podría anunciar a los fieles de la Iglesia, y a los infieles también, que algunas doctrinas de don Andrés no son conformes a la fe de la Iglesia. Si tal cosa ocurriera, y apuesto a que -con un 90% de posibilidades- va a ocurrir antes o después, cabrá hacerse unas preguntas cuyas respuestas deberían de acarrear graves consecuencias: ¿En qué lugar quedarán aquellos que le dicen a Queiruga “nos ayudaste a crecer en la fe"? ¿de qué fe hablan? Porque si los obispos dicen que la fe que enseña el teólogo gallego no es la fe católica, ¿qué hacemos con los que ahora le proponen como modelo de sacerdote y de transmisor cualificado de la fe?

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26.06.09

Lo ocurrido con Teresa Forcades representa un desafío para toda la Iglesia

El revuelo que se ha creado con las declaraciones de la monja benedictina Teresa Forcades a un programa de entrevistas de TV3, en las que se muestra favorable a que las mujeres tengan acceso a la píldora del día después y plantea la cuestión del aborto de forma radicalmente contraria a la fe de la Iglesia, ha sido importante. Pero aunque las mismas pueden haber sorprendido a todos aquellos fieles que no conozcan la trayectoria de esa religiosa, a mí no. Es más, conociendo la trayectoria de esta religiosa de clausura -lo de la clausura parece un chiste pero no lo es-, lo verdaderamente sorprendente es que hubiera defendido las tesis de la Iglesia a la que pertenece.

La propia Forcades despeja toda duda sobre su propia actuación al decir que no habla en nombre de la Iglesia sino en el suyo propio. Es decir, ella sabe perfectamente que sus palabras son contrarias a la doctrina de la Iglesia a la que pertenece. Pero como bien han señalado otros articulistas, sor Teresa es presentada como monja católica y como tal habla. La pregunta es obligada: ¿puede una monja católica aparecer en un programa de televisión pública a expresar opiniones contrarias a la doctrina de la Iglesia en asuntos tan delicados y de tanta actualidad como es el aborto y la píldora abortiva?

Cualquiera que tenga dos dedos de frente responderá con un no rotundo a esa pregunta. Es decir, la ciudadana Teresa Forcades puede opinar lo que le venga en gana sobre el aborto, la píldora, la moral sexual y hasta el sacerdocio femenino. Sor Teresa Forcades NO puede hacer tal cosa sin dejar de ser “sor". Porque si después de lo que hemos visto y escuchado con nuestros ojos y oídos, esta monja no es conminada ipso facto a rectificar públicamente bajo apercibimiento de ser apartada de la condición de religiosa en caso de negarse a ello, entonces es que la autoridad de la Iglesia es una entelequia, una farsa.

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17.06.09

Burdo montaje en torno a la condena de Queiruga

El director de Religión Digital, José Manuel Vidal, ha publicado hoy un artículo en Rumores de Ángeles que viene a completar una farsa urdida desde ese medio. Una farsa basada en medias verdades y en mentiras patentes.

Dice Vidal:

Unos cuantos talibanes tenían la hoguera preparada. Y querían quemar en ella (o simplemente chamuscar, tampoco dan para más) a Andrés Torres Queiruga. Al final, se impuso la cordura de unos cuantos obispos que decidieron echar agua y calmar el ardor inquisitorial de los talibanes de sacristía, más preocupados en hacer méritos y carrera que en la defensa de la fe y del mayor bien de la Iglesia. Y se imnpuso la cordura. Al menos, por ahora.

La verdad es la siguiente:

1- La teología de Torres Queiruga, como la de otros teólogos bastante conocidos por el sector “progresista” de la iglesia española, está siendo analizada desde hace ya bastante tiempo por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe.

2- En ningún caso se tenía previsto sacar una nota sobre el teólogo gallego en estos momentos. Por tanto es falso que unos cuantos obispos hayan echado agua ahora para calmar nada. Los únicos pirómanos son los que han anunciado algo que no iba a tener lugar en esta Permamente.

3- Con casi total seguridad se sacará una nota más adelante, cuando los miembros de “Docrina de la fe” así lo decidan y den traslado de la misma a la Permamente. Pero es incluso posible que antes de la nota sobre Queiruga se publiquen otras.

4- Crece por momentos la indignación de los miembros de la comisión ante el burdo montaje creado por el medio de comunicación dirigido por Vidal.

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15.06.09

Hoy se aborda lo de Torres Queiruga en la comisión para la doctrina de la fe

Este martes empieza la nueva reunión de la Permanente de la CEE, pero hoy tendrá lugar la jornada de trabajo de la comisión episcopal para la doctrina de la fe, presidida por el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez. La semana pasada causó bastante conmoción en determinado sector de la Iglesia, la filtración de que dicha comisión tendría ya preparada para su publicación una nota en la que quedaría de manifiesto la inconformidad con la doctrina católica de parte de la obra del teólogo gallego Andrés Torres Queiruga. Por lo que me cuentan el mosqueo que hay por la filtración es considerable, pero estas cosas pasan cuando se recurre al fax para anunciar a los miembros de la comisión cuál es el orden del día. El email, sobre todo si va encriptado, lo lee sólo el interesado. El fax, cualquiera. A ver si toman nota para futuras convocatorias, señores míos.

En vista de las críticas furibundas que se han lanzado ya contra la comisión, conviene saber para qué existe la misma. Lo leemos en la propia web de la CEE:

La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe tiene la misión de procurar que lo que se diga en la Iglesia, de palabra o por escrito (la doctrina), sobre el Evangelio salvador de Jesucristo responda de verdad a ese Evangelio tal y como lo entiende la Iglesia, la Esposa de Cristo a la que asiste el Espíritu de la verdad. Dicho de otra manera: la misión de la Comisión doctrinal es promover la ortodoxia y velar por ella.

Ser cristiano no consiste sólo en conocer sin errores la doctrina cristiana. El cristianismo no es principalmente una doctrina. Es el modo nuevo de vida hecho posible por Jesucristo, el Hijo de Dios crucificado y resucitado. Y ser cristiano es vivir en la libertad que nos da la unión con Cristo por el amor a su persona y la obediencia a su palabra. Pero ¿cómo sería posible la vida cristiana si no conociéramos bien sus secretos? La doctrina es importante porque hay que conocer la fe, la caridad y la esperanza para poder vivir con fe, caridad y esperanza. La ortodoxia (la doctrina verdadera) y la ortopraxis (el modo de vida bueno y justo) van estrechamente ligadas entre sí de muchas maneras.

En vista de cuál es la misión de dicha comisión, caben dos posibilidades:

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11.06.09

El drama de que te digan demasiado tarde que tu fe no es la de la Iglesia

Desde hace tiempo he sabido que, por fin, la comisión para la doctrina de la fe de la Conferencia Episcopal Española ha decidido hacer caso a las indicaciones que desde Roma, concretamente desde la Congregación para la Doctrina de la Fe, se han recibido de cara a poner coto a todos aquellos teólogos españoles que, como bien explica el documento “Teología y secularización”, han causado un daño posiblemente irreparable en miles de fieles. No en vano dice dicho documento que “determinadas presentaciones erróneas del Misterio de Cristo, que han pasado de ámbitos académicos a otros más populares, a la catequesis y a la enseñanza escolar, son motivo de tristeza".

¿De tristeza? No, señores obispos, no sólo de tristeza. De INDIGNACIÓN ante su negligencia, ante su absoluta dejación de funciones a la hora de impedir tal cosa. Pero eso lo dejo para más adelante en este post.

José Manuel Vidal, director de Religión Digital, anunció ayer que el teólogo gallego Torres Queiruga puede ser el primero en ser objeto de una “condena” por parte de la comisión doctrinal de los obispos españoles. No descartaría que eso fuera una táctica para lograr que el “palo” sea menor o que incluso no llegue a darse, pero sinceramente me da lo mismo. Para empezar, la comisión no tiene capacidad de condenar canónicamente a nadie. Eso le corresponde a Roma y no tengo nada claro que Roma pase de pedir a los obispos españoles que cumplan su cometido a actuar ella misma en consecuencia. Porque lo normal sería, digo yo, que si los obispos españoles encuentran que la teología de Queiruga no es conforme a la fe católica, desde el dicasterio del cardenal Levada se abriera un proceso contra el teólogo. En dicho proceso quedarían garantizados su derecho a la defensa y se le daría la posibilidad de retractación antes de proceder a cualquier sanción canónica. La Iglesia, incluso cuando castiga, siempre debe buscar el arrepentimiento del pecador y la vuelta a la verdad del que se ha separado de la misma.

Ahora bien, lo que resulta desolador, al menos para mí, es ver la reacción de decenas de católicos, teólogos, sacerdotes y laicos, ante la mera posibilidad de que nuestros obispos digan que la doctrina de Torres Queiruga no es conforme a la doctrina de la Iglesia. Copio unos cuantos comentarios del post de Rumores de Ángeles dedicado a este tema:

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