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3.09.18

Honor y gloria inmerecida

Es un honor y una gloria inmerecida que Dios concede, el ser despreciado, vilipendiado, acusado de fariseísmo, rigorismo y otros “ismos” por el “terrible” delito de defender la fe de los Padres de la Iglesia, de los Concilios y de los Papas que fueron fieles a Cristo.

¡Viva Cristo Rey!

Luis Fernando Pérez Bustamante

27.08.18

Líbranos Señor de los perros voraces insaciables

¡Ah! ¡Qué solitaria yace la Ciudad tan populosa! Quedó como una viuda, la grande entre las naciones. La princesa de las regiones ésta sometida a servidumbre. Llora y llora por la noche, lágrimas por sus mejillas.
Lam 1,1-2

Oráculo del Señor Dios, que congrega a los dispersos de Israel. «Aún congregaré a otros, con los ya congregados».
Fieras todas del campo, venid a comer, fieras todas del bosque. Sus guardianes son ciegos todos ellos, no se dan cuenta de nada; todos son perros mudos, incapaces de ladrar, soñolientos, tumbados, amigos de dormitar.
Y los perros voraces fueron insaciables. Son pastores que no saben discernir. Todos ellos se volvieron a sus caminos, cada cual a su interés, sin excepción.
Isa 56,8-11

En la carta que os escribí os decía que no os juntarais con los inmorales. No me refería a los inmorales de este mundo, ni tampoco a los codiciosos, a los estafadores o idólatras; para eso tendríais que salir de este mundo. Lo que de hecho os dije es que no os juntarais con uno que se llama hermano y es inmoral, codicioso, idólatra, difamador, borracho o estafador: con quien sea así, ni compartir la mesa.
1 Cor 5,9-11

Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
Jn 3,20

Lo mismo que hubo en el pueblo falsos profetas, también habrá entre vosotros falsos maestros que propondrán herejías de perdición y, negando al Dueño que los adquirió, atraerán sobre sí una rápida perdición. Muchos seguirán su libertinaje y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad. Y por codicia negociarán con vosotros con palabras artificiosas; su sentencia está activa desde antiguo y su perdición no duerme.
2 Pe 2,1-3

Estos son fuentes sin agua y nubes impulsadas por el huracán, a los que aguarda la oscuridad de las tinieblas, pues expresando grandilocuencias sin sentido seducen con deseos carnales libertinos a quienes hace poco se han alejado de los que se mueven en el error. Les prometen libertad, pero ellos son esclavos de la corrupción, porque uno es esclavo de aquello que lo domina.
2 Pe 2,17-19

Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta de que es la última hora. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.
1 Jn 2,18-19

Esto dice el Señor Dios. «Estoy contra los pastores. reclamaré mi rebaño de su mano y les impediré pastorear a mis ovejas para que los pastores no vuelvan a apacentarse a sí mismos. Libraré mi rebaño de su boca y nunca más les servirá de alimento».
Ez 34,10

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5.06.18

Mons. Ladaria: dos de dos

En apenas una semana hemos publicado en Infocatólica dos noticias realmente importantes que tienen como protagonista al arzobispo jesuita que ha recibido el encargo del Papa de la promoción y defensa de la fe católica:

Mons. Luis Ladaria, Prefecto de la CDF, en un artículo publicado en L´Osservatore Romano, lamenta que, pese al carácter definitivo de la doctrina sobre la ordenación sacerdotal reservada solo para hombres, sigue habiendo quienes confunden a los fieles.

Por medio de una carta enviada por Mons. Luis Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y con la aprobación del Papa, la Santa Sede ha ordenado no publicar la guía de la Conferencia Episcopal Alemana a favor del acceso a la comunión de los cónyuges protestantes de matrimonios mixtos.

Efectivamente, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) es el dicasterio encargado de promover y defender la fe. Ambas realidades necesariamente han de ir de la mano. El actual Prefecto, y en breve cardenal, Mons. Ladaria, explicaba tal hecho en una entrevista concedida a Vatican.news

… si nosotros tenemos como función promover y defender la fe pues, evidentemente, la promoción de la fe tiene que ver con el anuncio, es algo eminentemente pastoral. Defender también la fe, porque si en algún momento la fe está amenazada por una razón o por otra, también defenderla es algo eminentemente pastoral.

La fe es algo que nos lleva a la salvación, ¿verdad? Y por consiguiente todo lo que sea promover, defender la fe, es eminentemente pastoral. Sin olvidar que nosotros tenemos una responsabilidad en el campo disciplinar. Y también aquí, no es indiferente para la vida de la Iglesia, que estos casos muchas veces tristes, con los cuales nos encontramos, sean tratados también con justicia y sean tratados teniendo muy presente que también esto incide muy profundamente en la vida de fe de las personas.

Si todo dicasterio vaticano está al servicio del ministerio petrino, y por tanto al servicio de la Iglesia, el que preside el prelado español tiene una misión especialmente “delicada". Sobre todo en tiempos donde la sana doctrina está siendo sacudida tanto desde fuera como, y esto es lo más grave, desde dentro de la propia Iglesia.

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11.12.17

Aunque nosotros mismos...

El apóstol San Pablo lanza una advertencia a los cristianos en Galacia que sin duda sirve para todos los cristianos en todo el mundo y en todas las épocas:

Me maravilla que hayáis abandonado tan pronto al que os llamó por la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio; lo que pasa es que algunos os están turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo.
Pues bien, aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os predicara un evangelio distinto del que os hemos predicado, ¡sea anatema!
Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea anatema!
Gal 1,6-9

Que el apóstol insista en su advertencia dos veces seguidas indica la gravedad del asunto. De sus palabras cabe sacar una conclusión evidente. Es posible que incluso un apóstol como él decida predicar un evangelio diferente. Y la reacción de los fieles ante esa coyuntura ha de ser la del rechazo.

Por si no quedara clara la cuestión, en la misma epístola vemos a San Pablo ejerciendo ese “rechazo” ante una mala actitud de San Pedro:

Ahora bien, cuando llegó Cefas a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible. En efecto, antes de que llegaran algunos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquellos, se fue retirando y apartando por miedo a los de la circuncisión. Los demás judíos comenzaron a simular con él, hasta el punto de que incluso Bernabé se vio arrastrado a su simulación.
Pero cuando vi que no se comportaban correctamente, según la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?
Gal 2,11-14

No era la primera vez que Pedro recibía una represión pública delante de toda la Iglesia. Justo después de que Cristo dijera que fundaría la Iglesia sobre él y su confesión pública de fe.

Pedro, tomándolo aparte, se puso a reprenderle diciendo: -¡Dios te libre, Señor! De ningún modo te ocurrirá eso.  Pero él se volvió hacia Pedro y le dijo: -¡Apártate de mí, Satanás! Eres escándalo para mí, porque no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres.
Mat 16,22-23

Ciertamente son muy escasas las ocasiones a lo largo de la historia de la Iglesia en las que esas palabras del Señor y el apóstol han debido ser aplicadas. Pero ejemplos hay. Es el caso de Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa, quien no tuvo problema en decir del Papa de su tiempo, sin negar su condición de Pontífice, que era un “asesino de almas, más injusto que Pilato y más cruel que Judas”.

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29.11.17

El cardenal Müller, las preguntas serias y los hechos

Desde que pasó a ser Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Müller se ha prodigado en declaraciones acá y allá. También ha tenido tiempo para prologar un libro del filósofo Rocco Buttiglione, en el que consigue la increíble hazaña de dar la razón al italiano en su polémica con el profesor Josef Seifert, a la vez que se sitúa en una postura similar a la de éste en relación a la interpretación que hace aquél de Amoris Laetitia. Muy coherente no parece la cosa.

En su última entrevista concedida al Corriere della Sera, el purpurado alemán, tras negar que encabece ninguna oposición al Papa, afirma lo siguiente:

La autoridad de la Iglesia, no obstante, debe escuchar a quien tiene preguntas serias o reclamos justos; no ignorarlo, o peor, humillarlo. Además, sin quererlo, puede aumentar el riesgo de una lenta separación que podría derivar en un cisma de una parte del mundo católico, desorientado y desilusionado. La historia del cisma protestante de Martín Lutero de hace quinientos años debería enseñarnos sobre todo qué errores evitar.

Y luego añade:

Cuidado: se pasa la percepción de una injusticia por parte de la Curia romana, casi por fuerza de inercia podría ponerse en modo una dinámica cismática, difícil de reparar después. Creo que los cardenales que han expresado sus dudas sobre Amoris Laetitia, o los 62 firmantes de una carta con críticas incluso excesivas al Papa deben ser escuchados, no liquidados como «fariseos» o quejosos. La única manera de salir de esta situación es un diálogo claro y franco.

El caso es que llevamos más de año y medio con la polémica acerca de la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia y las cosas están exactamente igual o peor que el principio. En el camino se han muerto dos de los cardenales que presentaron “preguntas serias” al Papa y se han escrito artículos y posts en blogs como para llenar un par de tomos de cientos de páginas.

El cardenal Müller dice que conviene escuchar a quienes hacen las preguntas. Bien, pero es que resulta que los dos cardenales que siguen vivos están todavía esperando que el Papa quiera recibirles. Y por otra parte, ¿de verdad alguien cree que esto se soluciona escuchándose los unos y los otros?

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