Por una vivienda digna, por Monseñor Dorado Soto, obispo de Málaga
Perdóneseme mi ignorancia si queda de manifiesto con estas palabras, pero lo cierto es que no recuerdo que los obispos españoles hayan sacado ningún documento conjunto sobre un gravísimo problema, que afecta a la mayoría de los jóvenes que deciden contraer matrimonio y formar una familia: el precio de la vivienda.
Es más, tampoco recuerdo que haya aparecido en prensa carta alguna de prelado español sobre el tema. En cualquier caso, tanto si ya ha habido precedentes como si no, no puedo por menos que felicitar a Monseñor Dorado Soto, Obispo de Málaga, por su acertada carta de fin de año.
A los argumentos del obispo yo añadiría un elemento que creo que debe ser tomado muy en cuenta en la pastoral para jóvenes y novios. Me refiero a la dificultad añadida para la conservación de la castidad pre-matrimonial que supone el retraso en la celebración del sacramento del matrimonio por no poder disponer de hogar familiar.
Por una vivienda digna
No creo que la solución consista en construir viviendas más pequeñas, sino en conseguir que sean más baratas.