La Iglesia en España, los políticos y los principios no negociables de Benedicto XVI
En multitud de posts de este blog he sostenido que la acción política de los católicos debe de estar basada, entre otras cosas, en los principios no negociables indicados por Benedicto XVI en la exhortación apostólica post-sinodal Sacramentum Caritatis. En la misma leemos el siguiente párrafo (negritas mías):
En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana.
El Papa habla en positivo, en el sentido de que pide a los políticos católicos que presenten y apoyen leyes basados en esos principios. Pero obviamente se deduce que deben también oponerse a cualquier legislación que vaya en contra de los mismos.

Juan G. Bedoya, veterano y sempiterno responsable y/o articulista sobre la información religiosa del diario El País,
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