InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Evangelio

9.05.17

Nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre

Evangelio del martes de la cuarta semana de Cuaresma:

Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, lo que me ha dado, es mayor que todo, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno»
Jn 10,22-30

Es de mucha tranquilidad para los fieles cristianos saber que Cristo mismo custodia nuestras almas. Él es absolutamente tajante: nada ni nadie puede arrebatarnos. Somos de su propiedad. De hecho, esa es la voluntad del Padre:

Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Juan 6,39

Y es lo que enseña el apóstol San Pablo:

Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Rom 8,38-39

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7.05.17

Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante

Evangelio del cuarto domingo de Pascua:

En verdad, en verdad os digo: “el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: “En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante“.
Jn 10,1-10

Estamos las manos del Buen Pastor. Solo a Él debemos escuchar. Debemos cerrar nuestros oídos a los que buscan robarnos la salvación. Debemos negarnos a seguir los pasos de quienes nos muestran una senda distinta a la marcada por Cristo. Y debemos ser fieles aunque nos causa “problemas". Esto nos dice San Pedro:

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1.05.17

Ésta es la obra de Dios: que creáis en quien Él ha enviado

Evangelio del lunes de la tercera semana de Pascua:

Al día siguiente, la multitud que estaba al otro lado del mar vio que no había allí más que una sola barca, y que Jesús no había subido a ella con sus discípulos, sino que éstos se habían marchado solos.
De Tiberíades otras barcas llegaron cerca del lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias al Señor. Cuando la multitud vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún buscando a Jesús. Y al encontrarle en la otra orilla del mar, le preguntaron: -Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?
Jesús les respondió: -En verdad, en verdad os digo que vosotros me buscáis no por haber visto los signos, sino porque habéis comido los panes y os habéis saciado. Obrad no por el alimento que se consume sino por el que perdura hasta la vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo confirmó Dios Padre con su sello.
Ellos le preguntaron: -¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?
Jesús les respondió: -Ésta es la obra de Dios: que creáis en quien Él ha enviado.
Jn 6,22-29

Creer en Cristo, pan que baja del cielo y se nos da la vida eterna. Esa es la obra que Dios nos pide. Y es la obra que Dios nos concede hacer.

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27.04.17

Estaban maltratadas y abatidas "como ovejas que no tienen pastor"

Evangelio del jueves de la segunda semana de Pascua:

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas “como ovejas que no tienen pastor”
Entonces les dijo a sus discípulos: -La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Mt 9,35-38

Cristo se compadece del pueblo que está siendo maltratado por la ausencia de buenos pastores.. y probablemente también por la presencia de pastores necios e indignos. El pueblo de Israel, en teoría, lo tenía todo. Tenía la ley y los profetas. Tenía las promesas. Tenía el antiguo pacto. Y sin embargo, estaban como ovejas sin pastor. Nada diferente de lo que puede ocurrir, si es que no ocurre ya en mayor o menor medida, con la Iglesia.

En la primera lectura de hoy vemos cuál han de ser algunas de las características del buen pastor cristiano:

Ten por norma las palabras sanas que me escuchaste con la fe y la caridad que tenemos en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Tú, pues, hijo mío, hazte fuerte con la gracia de Cristo Jesús, y lo que me has escuchado, garantizado por muchos testigos, confíalo a hombres fieles que, a su vez, sean capaces de enseñar a otros. Comparte conmigo el sufrimiento como un noble soldado de Cristo Jesús.
2 Tim 1,13-14; 2, 1-3

Es esencial que el pastor cristiano dé al pueblo de Dios sana doctrina, que guarde el depósito de la fe. No necesitamos destructores de la tradición que hemos heredado. No necesitamos inventores de nuevas doctrinas. No necesitamos alimento adulterado por el veneno de la herejía.

Debemos pedir al Señor que envíe obreros a la mies. Obreros fieles. Obreros santos. Obreros que por gracia trabajen para el Reino de Dios y no como quinta columna de Satanás en la Iglesia.

No permitas, Señor, que nos arrebaten la fe que por pura gracia nos has regalado. Arranca de cuajo de tu Iglesia a quienes quieren llevarnos por caminos de perdición.

Luis Fernando

26.04.17

El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado

Evangelio del miércoles de la segunda semana de Pascua:

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en Él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».
Jn 3,16-21

Qué triste es ver como tanta gente se condena a pesar de que Dios ha enviado a su Hijo para que se salven. Qué triste es ver cómo tanta gente prefiere vivir en el mal en vez de disfrutar de la libertad de obrar el bien. Y qué triste es que incluso muchos de aquellos que han recibido el don de la fe, lo desechen con una vida de pecado.

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