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22.02.16

Siento algo muy parecido al miedo

No os unzáis a un mismo yugo con los infieles. Porque ¿qué tiene que ver la justicia con la iniquidad? ¿O qué tienen de común la luz y las tinieblas? ¿Y qué armonía cabe entre Cristo y Belial? ¿O qué parte tiene el creyente con el infiel? 
2 Cor 6,14-15

Ayer me acosté con la noticia de tres jesuitas chilenos alabando las uniones homosexuales. Nada extraño, por otra parte, sabiendo en lo que se ha convertido la orden religiosa fundada por San Ignacio de Loyola, que debe ser el santo más triste de todo el cielo. Hoy me despierto con la noticia del cardenal Ravasi diciendo que tenemos cosas en común con los masones. Curiosamente, a eso de las cuatro de la madrugada me he despertado y durante un tiempo de oración le rogué al Señor que acabe ya con esta locura por la que está pasando la Iglesia. Pero claro, no sabía todavía lo de ese cardenal. Mi oración era absolutamente pertinente.

Hace tiempo que vengo diciendo a algunos de mis hermanos en la fe que íbamos a ver cosas peores. Pues bien, me pregunto si no me habré quedado corto. No soy muy partidario de caer en psicosis apocalípticas y en ver el fin de los tiempos a la vuelta de la esquina, pero no puedo escapar de la sensación de que puede que estemos entrando, esta vez sí, en esa etapa previa al regreso de Cristo.

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13.02.16

Unidos en defensa de la vida y el verdadero matrimonio

Estos puntos del comunicado conjunto del Papa y el Patriarca de Moscú y Toda Rusia profesan lo que creemos católicos y ortodoxos sobre el derecho a la vida y la familia:

19. La familia es el centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países. Los ortodoxos y los católicos, compartiendo la misma visión de la familia, están llamados a testificar acerca de la familia como de un camino hacia la santidad, que se manifiesta en la fidelidad mutua de los cónyuges, su disponibilidad para dar a luz a los niños y formarles, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los enfermizos.

20. La familia es fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña a aceptar uno a otros como a un don. El matrimonio es la escuela del amor y de la fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión, y la visión de la paternidad y la maternidad como de especial vocación del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificada por la tradición bíblica, se expulsa de la conciencia pública.

21. Hacemos un llamamiento a todos para respetar el derecho inalienable a la vida. Unos millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz. La sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia. (Génesis 4, 10).

La divulgación de la así llamada eutanasia conduce al hecho de que los ancianos y enfermos comienzan a sentirse carga excesiva para su familia y la sociedad en conjunto.

Expresamos nuestra preocupación por el uso cada vez más extendido de las tecnologías biomédicas de reproducción, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios. Consideramos que nuestro deber es hacer acordarse sobre la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto por la dignidad de la persona que está destinada a la vida de acuerdo con el plan de su Creador.

El que no cree tal cosa, no es ni católico, ni ortodoxo. Y creo que la inmensa mayoría de los protestantes dirían lo mismo.

Luis Fernando Pérez Bustamante

9.02.16

Agradecido a los sacerdotes que me han confesado

Quizás he tenido mucha suerte, pero en los quince años largos desde que el Señor me trajo de vuelta a su Iglesia, no me he encontrado a un solo sacerdote que me haya confesado de tal manera que yo saliera desanimado tras recibir el sacramento.

Ninguno me ha lanzado condenas intimidatorias.

Ninguno me ha sometido a interrogatorios “incriminatorios".

Ninguno me ha impuesto penitencias insoportables.

Ninguno me ha echado en cara el confesarme de los mismos pecados vez tras vez.

Todos, sin excepción, me han dado buenos consejos. Y si digo todos, es todos. Tanto los que se podrían considerar como sacerdotes “conservadores” como los “progresistas".

Ha dado igual que me confesara con párrocos, vicarios parroquiales, sacerdotes de basílicas, catedrales e incluso obispos. Ha dado lo mismo que fueran jóvenes, de mediana edad o ancianos. Diocesanos o religiosos. Españoles o de otra nacionalidad (alguna vez me he confesado en inglés). No recuerdo una sola confesión “mala".

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28.01.16

Carros de fuego y nube de testigos

- No me puedo creer lo que me estás diciendo.

- No se trata de que me creas, sino de que lo veas. Mira…

- Oh… Dios mío…

Sí, se repetía de nuevo aquello que nos relata el segundo libro de Reyes

Cuando el criado del hombre de Dios se levantó de mañana y salió fuera, viendo el destacamento que rodeaba la ciudad con carros y caballos, preguntó: «¡Ay, mi señor!, ¿cómo vamos a hacer?».
Y Eliseo respondió: «No temas. Son más los que están con nosotros que con ellos».
Luego se puso a orar diciendo: «Abre, Señor, sus ojos para que vea». Entonces el Señor abrió los ojos del criado, quien vio la montaña cubierta de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo.
2 Rey 6,15-17

Pero en esta ocasión, el combate no era por ningún territorio. El combate era por las almas. Satanás estaba presto a soltar su mayor ataque contra la Iglesia de Cristo. Durante décadas había colocado estratégicamente a sus peones ante la pasividad de quienes debían haber velado por la salud del pueblo escogido de Dios. Y, como le ocurrió en el Calvario, cuando pensó que derrotaría a Cristo en la Cruz, creía llegada la hora de asestar la estocada final a lo más preciado para el propio Cristo.

El enemigo había aprendido que era mejor infiltrarse que ir de frente. Había aprendido que era mejor usar el lenguaje de la verdad, distorsionándolo, que presentar la mentira flagrante. ¿Para qué pedir a los fieles incautos que se rebelen contra Dios si es mucho más efectivo engañarles acerca de la naturaleza de Dios?

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24.01.16

Newman, católico por fidelidad a Dios

A todos aquellos que veneramos grandemente al Beato John Henry Newman la noticia de la posible aprobación de un segundo milagro atribuido a su intercesión, que abriría de par en par las puertas a su canonización, nos causa gran alegría.

La vida de este hombre de Dios se caracterizó por dos cosas:

1- Su fidelidad a Dios (Lead Kindly Light), quien le llevó primero a la conversión al cristianismo y posteriormente su conversión al catolicismo, que es la perfección de la fe cristiana.

2- Su batalla constante contra la peor perversión del cristianismo. A saber, la teología liberal, que en el ámbito católico toma el nombre de modernismo.

Newman es además un testimonio claro, inequívoco y radical de cuál es el destino de todo hombre que se deja iluminar por el Espíritu Santo: la fe católica.

En una época donde muchos abogan porque da lo mismo ser católico que ortodoxo, protestante o incluso miembro de otras confesiones religiosas no cristianas, el beato Newman marca el camino a seguir. Y eso vale igualmente para el movimiento ecuménico. Cristo fundó una sola Iglesia y la misma subsiste completamente solo en la Iglesia Católica, aunque haya elementos de la misma en otras confesiones cristianas.

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