26.10.06

La lengua

Prácticamente todos, empezando por mí mismo, tenemos mucho que aprender del capítulo 3 de Santiago. Os propongo la siguiente reflexión sobre ese texto de la Escritura.

1- Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

¿Cuántas veces actuamos como si fuéramos no ya maestros sino catedráticos, obviando que muchas veces tenemos que aprender de los demás mucho más de lo que podemos enseñarles con nuestra supuesta "sabiduría"?

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24.10.06

Revestidos de Cristo y limpios del pecado

Sinceramente, no sé qué sería de mí sin el don de la fe. No puedo imaginarme mi vida sin la referencia constante a Dios. Sería como ir desnudo por la calle, expuesto al frío que congelaría mi cuepo o al sol abrasador que quemaría mi piel. Dice San Pablo que todos aquellos que somos bautizados, de Cristo estamos revestidos (Gal 3,27). Me encanta esa imagen paulina. Mientras que Adán y Eva fueron vestidos por Dios con pieles y túnicas justo antes de expulsarles del Edén, a nosotros nos viste de Cristo como paso previo a nuestra entrada en su Reino celestial.

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23.10.06

Secularización interna y descristianización: hermanas de sangre

Escribí este artículo hace ahora dos años. Todavía vivía Juan Pablo II. Aunque el papado de Benedicto XVI está resultando una buena medicina para la salud de la Iglesia, todavía creo válidos los argumentos que expuse en octubre del 2004. Curiosamente algunos de ellos son similares a los que pudimos leer después en el documento "Teología y secularización en España. A los cuarenta años de la clausura del Concilio Vaticano II", lo que me hace pensar que no estaba yo muy desencaminado en mi juicio de valor sobre las raíces del problema. Os dejo con el texto que en su día titulé "Ser católico en un país descristianizado":

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21.10.06

20.10.06

La Historia: maestra de malos alumnos.

Se dice, y en mi opinión se dice mal, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pues no, no estoy de acuerdo. Ojalá tropezáramos sólo dos veces. La realidad es que lo hacemos muchas más. Mientras que los animales tienen desarrollado un instinto que les protege de caer en muchos males, los hombres parece que sólo desarrollamos nuevas formas de caer en los mismos errores generación tras generación.

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