España y sus inmigrantes
El aumento radical del número de inmigrantes en España es imparable. No tiene sentido oponerse: va a ocurrir sí o sí. De hecho, si no ocurre, el país colapsará.
La cosa se explica fácilmente. La tasa de natalidad en España entre las mujeres españolas es 1,09 hijos por mujer. Esa cifra se va a desplomar aún más por una razón sencilla: nuestros jóvenes —adoctrinados convenientemente tanto por la izquierda como por la derecha liberal— son incapaces de mantener relaciones sentimentales estables, algo imprescindible para fundar familias. Además, no quieren tener hijos. Y si quieren, no pueden, debido a la dificultad de acceso a la vivienda.
Una España sin españoles
Las mujeres marroquíes residentes en España tienen entre 2,5 y 3 veces más hijos que las españolas. En poco tiempo, el 10 % de los niños que nazcan en este país serán hijos de padres marroquíes. Además, dado que las mujeres musulmanas no pueden casarse con no musulmanes, apenas habrá hijos de madre marroquí y padre español. En cambio, sí los habrá de padre marroquí y madre española, muchas de las cuales acabarán convirtiéndose al islam.
Con la inmigración hispanoamericana el panorama es distinto: su tasa de fecundidad es «solo» de 1,4 hijos por mujer, que, aun siendo superior al de las españolas, tendrá un impacto mucho menor a largo plazo.
Por tanto, en cuestión de 20 o 30 años, España tendrá una mayoría absoluta de ciudadanos procedentes de otros países. Los españoles «nativos» solo serán mayoría en la franja de la tercera edad. Y como apenas tendrán descendencia, su atención supondrá una carga inasumible para el erario público. Nada que no se pueda resolver ampliando las causas para regular el suicidio asistido. La generación del divorcio y el aborto morirá con una inyección como las que se administran a los animales domésticos ancianos y enfermos. Se recogerá lo que se ha sembrado.
Regularización
Ahora que el gobierno quiere regularizar a cientos de miles de inmigrantes ilegales, con el apoyo de la Iglesia (*), muchos se llevan las manos a la cabeza. El PP se opondrá con la boca pequeña y Vox lo hará de forma más contundente. Sabe que esto le da votos.
Ahora bien, ¿qué pretende hacer la derecha para que España no colapse en 20 años con un país lleno de viejos y sin apenas jóvenes?
O vienen de fuera, o el sistema se vendrá abajo. De hecho, creo que se va a venir abajo de todas formas, pero sería más rápido.
Sin remedio
Y que no me vengan con lo de la ayuda a la natalidad. Apenas cambia nada, como se está viendo en Hungría. Pasar de 1,09 a 1,2, por ejemplo, dejaría todo exactamente igual. Los jóvenes no van a tener más hijos porque les den unos pocos miles de euros. Han sido educados en una mentalidad antinatalista y abortista. En una mentalidad en la que el sexo es un mero divertimento, y puedes cambiar de pareja como el que se cambia de ropa. Y eso ya no tiene remedio. Incluso en el hipotético caso de que la Iglesia en España supiera evangelizar de forma efectiva —lo cual no ocurre—, ya no habría tiempo para revertir esa realidad.
Esto que digo de España se puede decir de gran parte de Europa. De hecho, hay países donde la situación es peor. Bienvenidos, pues, al resultado del abandono de las raíces cristianas.
Luis Fernando Pérez Bustamante
(*) Resulta profundamente lamentable que la Iglesia actúe como un instrumento más del sistema y no alce la voz para pedir una regulación de la política migratoria que favorezca una integración real, la cual será inviable si lo que llega del exterior es, mayoritariamente, el islam.