Elecciones en Alemania: dos mapas
Elecciones de julio de 1932
Negro sólido: Zonas donde el porcentaje de votos para el NSDAP (partido nazi) fue superior al 50%.
Gris oscuro: Áreas donde el apoyo estuvo entre el 40% y el 50%.
Gris medio: Regiones con un porcentaje de votos entre el 30% y el 40%.
Gris claro: Zonas con apoyo entre el 20% y el 30%.
Blanco: Áreas donde el NSDAP recibió menos del 20% de los votos.
Elecciones de febrero del 2025
En azul donde ha ganado AfD (Alternativa para Alemania). Cuando más oscuro es el azul, mayor es su victoria.
La diferencia de territorios en los mapas es debido a que tras la IIGM Alemania perdió alrededor del 25 de su territorio respecto al que tenía en 1937.
Hay un hecho evidente. Cuanto más atea o luterana es una región alemana, más vota extrema derecha nacionalista. Hace un siglo y hoy. Cuanto más católica, más vota derecha moderada. Pero conviene tener en cuenta que hace un siglo los católicos alemanes eran católicos de verdad y había un partido, Centrum, confesionalmente católico; y hoy son en su inmensa mayoría un refrito modernista muy similar al de los luteranos liberales.
Eso son los datos. Paso a exponer mi opinión. No creo en el sistema democrático, especialmente en su vertiente liberal. No voto desde hace muchos años y, salvo poco probable cambio de criterio, no votaré en lo que me queda de vida. Pienso que gran parte de la población europea se ha hartado de políticas que no tienen en cuenta las necesidades del ciudadano y sí una agenda ideológica de raigambre profundamente liberal/masónica. Apenas hay diferencia entre la izquierda y la derecha moderada. La extrema izquierda, por más que patalee, forma parte de ese sistema porque asume algo esencial de esa ideología: lo que se conoce como wokismo. Y frente a ello está aumentando considerablemente una derecha nacionalista, o extrema derecha, que a su vez se divide en dos: Por una parte, una extrema derecha abiertamente pagana y anticristiana -caso de la abortista Marine Le Pen en Francia o la lesbiana Alice Weidel, casada con otra mujer-. Por la otra, una extrema derecha liberaloide con ciertas referencias o afinidades cristianas (Orbán, Melloni, quizás Vox), que, aunque pueda parecer lo contrario, también es parte del sistema.
De España, o Expaña, mejor no hablo porque es como para echarse a llorar.
En todo caso, como me gusta decir: “señores, disfruten lo votado". Si algo bueno tiene la democracia es que hace que cada nación tenga los gobernantes que se merece. Al fin y al cabo, los ha elegido el pueblo.
Paz y bien,
Luis Fernando Pérez