InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: 2015

14.11.15

La guerra llegó a Europa

Francia, y con ella Europa y el resto de Occidente, amanece hoy en estado de conmoción. La nación francesa ha sufrido el mayor ataque desde la II Guerra Mundial. Ciento veintiocho personas -todavía no es oficial la cifra definitiva- han fallecido a manos de ocho yihadistas que sabían que pagarían con su propia vida el acto de guerra que iban a cometer.

Porque, conviene tenerlo claro, esto no es mero terrorismo. Es una guerra que transcurre mayormente en Oriente Medio pero que asoma sus garras en el continente europeo. Y las guerras se ganan o se pierden. Dificilmente suele haber un punto medio.

Antes de seguir, debemos recordar que los cristianos tenemos un arma verdaderamente eficaz: la oración. Por encima de todo, hoy toca rezar por las víctimas mortales, los heridos y sus familias. Toda pérdida de un ser querido supone un dolor enorme, pero cuando se produce en circunstancias así, ese dolor parece amplificarse. 

Occidente ve ahora en las calles de una de sus ciudades más emblemáticas lo que viene siendo el pan nuestro de cada día en las poblaciones de Siria e Irak. Esta guerra no es nueva. Simplemente está llegando a nuestros hogares. El Ejército Islámico -ISIS, DAESH o como quieran llamarlo- advirtió que traerían el terror al Viejo Continente. Y lo han hecho.

Si Obama, Putin, Hollande y Cameron se sentaran en una habitación durante un par de horas con la intención de acabar militarmente con esta guerra, las horas del ejército yihadista estarían contadas. Por supuesto, sería necesario mandar soldados a la zona y no limitarse a bombardear sentados ante una consola de ordenador. Esta guerra no se ganará jugando desde una XBox o una PlayStation.

El problema es que unos y otros tienen diferentes intereses “geoestratéticos". El dinero que financia las actividades de los yihadistas no llueve del cielo cual maná asesino. Occidente asistió complacido a la desaparición de regímenes totalitarios de caractes laico y a cambio hemos recibido lo que hoy ven nuestros ojos. Por ejemplo, si a estas alturas alguien cree que la clave es decidir si Assad sigue como presidente de Siria, es que no hemos aprendido ninguna lección.

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12.11.15

Lío del bueno en tierras gaditanas

Hace unos meses que me trasladé con la familia a tierras gaditanas. Por acá me he encontrado a hermanos en la fe con ganas de “hacer lío” en el mejor sentido del término. Por ejemplo, Alonso Gracián, Pedro Luis Llera, Néstor Mora, Pedro Mejías, etc. Como dice el refrán “Dios los cría y ellos se juntan". Aunque más bien habría que decir que Dios nos cría y nos junta.

Por ejemplo, en breve anunciaremos una iniciativa sociocultural de carácter católico que puede animar el ambientillo eclesial en esta zona del sur de España. No puedo dar más pistas, pero sí decir que el proyecto tiene una pinta magnífica.

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6.11.15

Ni fariseos ni mercaderes de una falsa misericordia

Empecemos reconociendo una verdad que no admite discusión. Todos, sin excepción, somos pecadores. Unos más, otros menos, pero todos estamos lejos de cumplir a la perfección la voluntad del Señor en nuestras vidas. Una perfección a la que estamos llamados, a menos que creamos que Cristo se equivocó al decir: “Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48). Y como también enseña Santiago la paciencia producida por nuestra fe nos ha de llevar a ser ”perfectos e íntegros, sin ninguna deficiencia” (Stg 1,4).

La necesidad de reconocer nuestra condición de pecadores es absoluta. Jesucristo puso un ejemplo bien claro para que lo entendiéramos:

«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano.

El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Luc 18-10-14

No hay cosa más peligrosa para la salvación que considerarse en un grupo distinto del de los pecadores. Quien se cree ya lo suficientemente santo como para que Dios tenga que premiarle, sí o sí, con la salvación, está a las puertas del abismo de la condenación. Y si encima desprecia a los que, según su criterio, son pecadores sarnosos dignos de la aniquilación, es harto probable que haya cruzado ya esas puertas.

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5.11.15

¿Puedo pertenecer a la misma Iglesia que el cardenal Sturla?

Unos pensarán que la pregunta es una barbaridad. Otros que está muy bien hecha. Otros, que es retórica.

Unos responderán: “obviamente no, así que ya te estás largando". Otros dirán: “obviamente no, ya se está largando el cardenal". Aquellos opìnarán: “la cosa no es para tanto, ya se llegará a un acuerdo". Y los de allá me preguntarán: “¿y quién te crees que eres tú, simple seglar, para andar preguntando esas cosas?”

Pues miren ustedes, la verdad es que cuando el Señor me trajo de vuelta a la Iglesia hace justo ahora dieciséis años, me hizo profesar una fe que, sinceramente, no creo que sea la misma que profesa ese cardenal uruguayo. Pero tampoco la que profesan otros cardenales y obispos. Intentaré explicarme.

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3.11.15

¿Puede un abortista presentar un congreso de católicos y vida pública? Pues sí

El presidente de la Fundación Garrigues, Antonio Garrigues Walker, presentará el próximo jueves, 5 de noviembre a las 12:30 horas, en el Colegio Mayor Universitario de San Pablo, el XVII Congreso Católicos y Vida Pública, que este año profundiza en el tema de la democracia bajo el título Construir la democracia: responsabilidad y bien común.

Como muchos de nuestros lectores no saben quién es don Antonio, les copio unas declaraciones suyas del año 2009, cuando se acababa de aprobar la actual ley del aborto:

-El Congreso acaba de aprobar el proyecto de Ley del aborto, con el compromiso de la ministra Aído de buscar el consenso en artículos polémicos. ¿Habría respaldado el texto?

-Sí, lo que no quiere decir que esté a favor del aborto. Sí estoy de acuerdo con que la Ley es aceptable en términos comparativos con Europa y lo que tenemos que seguir es el clima europeo. En este terreno, como en otros, se está llegando a puntos límite, en donde es difícil tener opiniones dogmáticas.

-La Iglesia ha hablado incluso de excomunión para quienes hayan dado su voto.

-Respeto mucho las opiniones religiosas, profundamente dogmáticas en esta materia, pero no las comparto, sinceramente. Lo que se está haciendo es una cosa razonable y sensata. En este tipo de asuntos, como en otros, en España tenemos que empezar a saber dialogar, respetar la opinión ajena y aceptar que el otro casi siempre tiene la misma razón que nosotros. En definitiva, a conversar desde la libertad y en este tema nos podemos poner de acuerdo.

-¿Comete injerencia al tratar de limitar la competencia del Parlamento para ampliar esa Ley?

-Yo no soy quién para decirle a la Iglesia lo que tiene que hacer, pero a este estamento le ha llegado también el momento de pensar cuál es su papel en la sociedad, y tiene que valorar otros; por ejemplo, el de la intromisión tendrá que vigilarlo con mucho cuidado. Y darse cuenta de que estamos en una sociedad muy distinta a la de hace 30 años, el papel de la religión ya no es el que era entonces, ni va a ser.

-¿Quizás la Iglesia está un poco perdida en España respecto del papel que le toca en un Estado aconfesional y laico?

-La Iglesia tiene que aceptar que las cosas han cambiado profundamente y que, por tanto, debe cambiar profundamente, lo que no quiere decir que su papel sea menos importante. Les pido que lo acepten como lo han hecho los medios de comunicación, los abogados, los empresarios… y, además, tienen que empezar a centrar su capacidad de acción, que es alta, en asuntos muy importantes, como puede ser el ético, es decir, en conectar los valores religiosos con los éticos y morales, que es donde se está poniendo más de manifiesto el déficit.

-Deduzco que está de acuerdo en que la religión se imparta en los lugares de culto correspondientes a cada confesión y que en las aulas se enseñe ética.

-Creo en la libertad religiosa, un valor muy importante para mí, que debemos aceptar. El liberalismo no es sólamente una doctrina económica, sino también cultural; y el idealismo religioso consiste en aceptar que el concepto de «religión verdadera» es también peligroso. Una persona puede decir mi religión es verdadera, la religión católica es verdadera, y tendrá toda la razón en afirmarlo, pero cuando dice que es la única verdadera y las demás son falsas, ahí empieza a fallar el concepto auténtico incluso religioso.

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