Monseñor Córdoba, no basta con pedir perdón
No, don Juan Vicente. A veces no basta con pedir perdón. Cuando uno ha hablado de los hombres que pasaron por las piernas de Santa María Magdalena y ha dicho que no sabe si alguno de los apóstoles era “mariconcito", no basta con pedir perdón.
Cuando uno ha dicho esto…
«Yo les digo hermanos homosexuales y lesbianas: cuando se casen tengan hogares bonitos, tengan lo que nosotros llamamos la fidelidad»
… no vale de nada decir luego que se acepta la doctrina de la Iglesia Católica. Sencillamene no es creíble.
Y si el que ha hecho eso es un obispo, de nada vale una nota pública explicando lo inexplicable. Dice Cristo que de la abundancia del corazón, habla la boca. Y su boca, Mons. Juan Vicente Córdoba, ha mostrado un corazón incompatible con la condición de pastor de la Iglesia.
Vamos a ser claros. Señor obispo, usted piensa lo que dijo, y ante el escándalo mundial que ha provocado, sale ahora a dar explicaciones. Tarde y mal. Pero en realidad, no tiene nada que explicar. Como decimos acá, “le han pillado con el carrito de los helados".
Usted ha faltado al respeto a los apóstoles. Podría haber dicho que alguno era homosexual, que en sí mismo habría sido una declaración absurda, provocativa y escandalosa para millones de fieles católicos, pero es que además usó el término despectivo de “mariconcito". Y usted ha hablado con un lenguaje barriobajero y tabernario de Santa María Magdalena.