El cardenal Cañizares y la Cope
Empiezo reconociendo que el de la Cope es un asunto que me tiene hastiado. He escrito demasiado, en buena medida debido a que el año pasado para algunos parecía que no había otra cosa más importante en España que echar a Federico Jiménez Losantos y César Vidal de la cadena de los obispos. Una vez producida dicha salida y constatados los problemas que va a tener la emisora para mantener una audiencia que la haga viable económicamente, también he dado mi opinión. Pero lo normal sería que, una vez que Es.Radio va por un lado y la Cope por otro, las cosas se calmaran y se dijeran aquello de “que Dios reparta suerte”.
El caso es que en estos días se han dado dos circunstancias poco agradables. Por una parte, en una entrevista concedida a Carlos Dávila en su programa en Intereconomía TV, Losantos acusó al cardenal Cañizares de haberse corrompido al dar un giro espectacular por el cual pasó de apoyar su continuidad en la Cope a pedir su cabeza. Y ayer el Confidencial Digital informaba de que el cardenal Cañizares asegura sentirse muy de acuerdo con la nueva línea de la Cadena Cope y que antes se incumplía el ideario de la COPE “durante el setenta por ciento del tiempo de emisión“.
Que el cardenal Cañizares pasó, en muy poco espacio de tiempo, de ser uno de los más claros adalides de la continuidad de Losantos en Cope a ser la clave para que saliera de la emisora es un dato que, por más que alguno pretendiera negarlo, no admite discusión. En su día fui informado de primera mano de las abundantes reuniones, generalmente para comer, entre Losantos y Vidal y el cardenal. Y sé, aunque por razones obvias no dije ni diré lo que don Antonio les contaba a los dos comunicadores acerca de la situación en España y el papel de aquella Cope. De repente esas reuniones y el apoyo cardenalicio acabaron, sin más explicaciones. La pregunta obvia es cuál es la razón de semejante cambio de criterio. Como es prácticamente imposible que el cardenal responda públicamente a dicha pregunta, las especulaciones se disparan. Se ha hablado de presiones políticas, institucionales -Rey-, vaticanas, etc. A mí, sinceramente, me da lo mismo. El caso es que el cardenal cambió de estrategia sin que eso fuera motivado por nada que Losantos o Vidal hicieran o dejaran de hacer, pues ellos siguieron la misma línea que se habían marcado años anteriores.