Espíritu protestante, espíritu católico

Año 2003, foro de un cura asturiano ya fallecido. Charla sobre no me acuerdo qué tema. Esto que os copio primero es de un protestante calvinista. Debajo, mi respuesta.



Interesante debate. Largo. Hace falta tiempo. Por eso vuelvo a mi viejo roble. me siento a su sombra y saco mi vieja biblia Reina-Valera edición del 60. Sociedad Bíblica de Londres. Pastas negras. Bordes de rojo. 

Soy protestante. Orgulloso de serlo, como dice Andariego y por los mismos motivos. Una cosa es ser evangelista: uno de los dones que puede tener un cristiano: predicar el evangelio; y, otra ser evangélico: cristiano evangélico: sinónimo de protestante en España. Algunos cristianos evangélicos no quieren reconocerse como protestantes: generalmente los más fundamentalistas. 

Pero los protestantes como yo lo somos a conciencia: protestantes que bebemos de la Reforma y todavía leemos a Calvino y a Lutero, pero también a muchos otros: Bultmann, Barth, Bonhoeffer, Harnack, etc.. Y sobre todo no dejamos de escudriñar las escrituras porque somos gente de letra impresa: nos gusta la letra impresa y los sermones bien elaborados y a ser posible con toga de pastor encaramado en un púlpito que preside un templo de paredes desnudas para que se produzca el repliegue interior hacia la subjetividad y el espíritu. 

Y esos himnos clásicos del protestantismo con órgano e himnario con las partituras y la lírica enérgica para afrontar la vida con valor, trabajo y decisión. Imaginaros esa iglesia de madera del viejo oeste con su feligresía cantando himnos a su Señor. Soledad espiritual. Iglesia en medio del desierto o de los bosques profundos. Iglesia burguesa de hombres de negocios y banqueros hugonotes. Iglesia de escoceses rudos y escocesas decididas a afrontar el destino trazado por el Señor. 

Indomitable individualismo a veces, consciente de su deber ante los demás al mismo tiempo; pero realistas ante la naturaleza humana caida: naturaleza rebelde, valiente, traidora y mezquina y siempre egoista al mismo tiempo. El protestantismo encara la vida con realismo y valor: nada de mediaciones ni sacerdotes o jerarquía que administre tu gracia: tú sólo ante Dios. Responsabilidad ante Dios. Inevitabilidad de encontrarte siempre con la faz de Dios cuando caes en el abismo de la esencial contingencia de la existencia. 

Y allí está Él. Cuando ves que tu ser de carne y hueso falla siempre: ahí está Él, que nunca falla. Salvos a pesar nuestro. Salvos por gracia. 

Valor y seguridad. 

A pesar de todo lo que ocurra Él nunca nos abandona. 

Lectura de mi vieja biblia en la noche clara de luna llena, o cuando la noche es triste, fría y lluviosa. Soledad de congregación que atraviesa la Tierra: de camino, de paso hacia la Gloria. Nómadas que se separan y forman nuevas tribus o iglesias presididas por el Espíritu. Rompe si tienes valor y forma otra iglesia: semper reformanda. 

Espíritu protestante. 

PS.- Si algo me gusta de Luis Fernando es su adhesión a un catolicismo de dogma, de Papa, de Tradición, de condena de herejes. Católico de verdad. Me gusta tratar con los católicos de verdad, de liturgia y viejo catecismo, encíclicas, olor a incienso y multitud de vírgenes y santos. Iglesias y catedrales de olor a cera y misal y vaho de beatas. Ah! viejo catolicismo!! Anciana Roma,¡Cuánta experiencia has acumulado!!! 

Un saludo, 

Shibbo

Mi respuesta:
Leche, si hasta casi me “emosiono” y todo, Shibbo 

Conozco bien el protestantismo, Shibbo. Sé donde residen muchos de sus encantos, cuáles son sus virtudes. Amáis la Biblia, a Dios y a Jesucristo nuestro Salvador. Por eso mismo aprecio tanto mi fe católica. Porque es capaz de tener eso que tiene el protestantismo pero no se queda ahí. Es más. Trasciende la individualidad que se entrega al subjetivismo inevitable del libre examen. Es Pueblo de Dios, gobernado según Dios dispone. Siempre ha de haber un Moisés, un Josué, algún juez, alguien que lidere. Un Pedro en definitiva. Y un Pablo. Y cuando Pedro falla, el pueblo sufre. Cuando Pablo falla, el pueblo sufre. Y cuando cada uno de nosotros fallamos, los demás sufren. Porque no estamos nosotros solos delante de Dios. La comunión de los santos no es una entelequia. Es una realidad gozosa que nos ayuda a apoyarnos los unos en los otros. Hoy oro por ti, mañana tú por mí y la Iglesia celestial por todos nosotros a todas horas. 

Sí, como te ocurre a ti, a mí también me encanta leer la Biblia, disfrutar de la sabiduría escondida en ella. Pero doy gracias a Dios que antes que yo la han leído santos, sabios, hermanos que recibieron el don de la enseñanza, del pastoreo de la Iglesia. Por eso, si de verdad quiero conocer la altura y profundidad de las Escrituras, necesito de la Iglesia. Iglesia de hombres, y por tanto no ajena al pecado, pero Iglesia divina, porque es el Cuerpo de Cristo y su plenitud. 

Pax et bonum

Han pasado trece años desde que escribí eso. Y a veces siento que nos están robando ese catolicismo ”de verdad, de liturgia y viejo catecismo, encíclicas, olor a incienso y multitud de vírgenes y santos".

Somos muchos los que sufrimos. Somos muchos los que imploramos a Dios que ponga fin a la confusión reinante. 

Anciana madre, joven esposa del Cordero, levántate, despójate de las ataduras de quienes quieren desfigurar tu rostro… y anda.

Luis Fernando Pérez Bustamante