Lo que el Papa dice versus lo que interpreta cierta prensa

Está siendo inmenso el revuelo mediático creado por la entrevista que el papa Francisco ha concedido a la revista “La Civiltà Cattolica”. Tres periódicos españoles abren hoy sus portadas el Santo Padre. Dos (El País y La Vanguardia) se fijan en la frase del Papa “jamás he sido de derechas”. Y el tercero (La Razón) dedica una parte de su información a buscar la interpretación a esa frase que da el autor de la entrevista, el P. Antonio Spadaro.

La realidad es que el Papa no habla de política al referirse a ese asunto. Cito:

… cuando confío algo a una persona, me fío totalmente de esa persona. Debe cometer un error muy grande para que yo la reprenda. Pero, a pesar de esto, al final la gente se cansa del autoritarismo. Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas

¿Me pueden decir ustedes en qué se basan para ver una cuestión política, en vez de pastoral, en esas palabras?

También se está liando parda con lo que Francisco ha dicho sobre el aborto, el matrimonio homosexual o el uso de anticonceptivos. Conviene leer la literalidad de sus afirmaciones:

“No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”

.

Algunos medios han interpretado que el Papa diga que no se puede hablar SOLO de esas cuestiones como que no se puede hablar NUNCA de las mismas. Pero si el Santo Padre apela al contexto, parece evidente que en aquellos países donde se está aprobando el matrimonio homosexual o cambiando la legislación sobre el aborto, la Iglesia sí puede hablar de ello. ¿O es que alguien cree que este Papa, a diferencia de la totalidad de los papas anteriores, quiere que la Iglesia calle en esos temas? He llegado a leer en la prensa española el siguiente titular: “El Papa exige a los obispos que hablen menos del aborto". Hay que tener mucho valor para soltar esa barbaridad.

Item más, aunque Francisco aborda muchos temas, quiero fijarme en una cuestión que creo fundamental. Dice:

“Los dicasterios romanos están al servicio del Papa y de los obispos: tienen que ayudar a las Iglesias particulares y a las conferencias episcopales. Son instancias de ayuda. Pero, en algunos casos, cuando no son bien entendidos, corren peligro de convertirse en organismos de censura. Impresiona ver las denuncias de falta de ortodoxia que llegan a Roma. Pienso que quien debe estudiar los casos son las conferencias episcopales locales, a las que Roma puede servir de valiosa ayuda. La verdad es que los casos se tratan mejor sobre el terreno. Los dicasterios romanos son mediadores, no intermediarios ni gestores”

Algunos llevamos AÑOS diciendo que, en materia de tratamiento pastoral y disciplinar de desviaciones doctrinales, Roma debería quedar para casos complicados. Que corresponde a cada obispo en su diócesis abordar el tema. Y que, si acaso, se puede usar las comisiones episcopales para la doctrina de la fe a la hora de abordar los casos que tienen repercusión en todo el país. Eso es exactamente lo que hizo la Conferencia Episcopal española en los casos de Tamayo y Queiruga, sin ir más lejos. Si se siguiera ese modelo, el Papa no tendría por qué impresionarse por la cantidad de denuncias que llegan a Roma. Aunque lo que a algunos impresiona es que haya tanta falta de ortodoxia dentro de la propia Iglesia.

Por último, me parece fundamental hacer referencia a una parte de la entrevista en la que se ve lo que el Santo Padre quiere en relación a la pastoral de la Iglesia. Busca un equilibro en el que prime la misericordia:

“La Iglesia a veces se ha dejado envolver en pequeñas cosas, en pequeños preceptos. Cuando lo más importante es el anuncio primero: ‘¡Jesucristo te ha salvado!’. Y los ministros de la Iglesia deben ser, ante todo, ministros de misericordia. Por ejemplo, el confesor corre siempre peligro de ser o demasiado rigorista o demasiado laxo. Ninguno de los dos es misericordioso, porque ninguno de los dos se hace de verdad cargo de la persona. El rigorista se lava las manos y lo remite a lo que está mandado. El laxo se lava las manos diciendo simplemente ‘esto no es pecado’ o algo semejante. A las personas hay que acompañarlas, las heridas necesitan curación".

Ese párrafo me parece magistral. Indica los dos peligros a la hora de enfrentarse al cuidado pastoral de los pecadores. Un cuidado personalizado, que, en términos bíblicos, vaya más allá de la literalidad de la ley pero sin menospreciar la ley. Es una tarea inmensa la del confesor. Debe evitar tanto la rudeza que deja al pecador en la desesperación de la condena como el error de ningunear sus pecados.

Conclusión. Lean la entrevista entera y no dejen que la lean los demás por ustedes. Puede que haya cosas que les gusten más o les gusten menos. Pero al menos lo leerán sin las gafas de otros. Ni siquiera las mías.

Luis Fernando Pérez Bustamante

1 comentario

  
Luis Fernando
Ya me perdonarán, pero se me ha olvidado cerrar los comentarios y se habían colado tres. Uno era una estupidez -sobre todo vista la última frase del post-, otro (Jaime) era interesante y el tercero (José Manuel) era de gratitud, pero no los doy paso. Tengo establecido dicho cierre desde hace semanas y así seguirá siendo durante un tiempo indefinido.

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20/09/13 10:55 AM

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