Les Fleurs du mal

Las Flores del mal (en francés “Les Fleurs du mal") es una colección de poemas de Charles Baudelaire, poeta galo del siglo XIX. Considerada una de las obras más importantes de la poesía moderna, el libro debió llamarse en principio “Los limbos” o “Las lesbianas", pues la intención primitiva era la de escribir un libro sobre los pecados capitales. Finalmente Baudelaire renunció a ello siguiendo los consejos de un amigo pero su libro fue catalogado de inmoral ya que exaltaba el goce pecaminoso de la vida y de las pasiones.

Las Flores del mal es también uno de los temas del LP “Volumen Brutal” de Barón Rojo. La letra de la canción parece que hace referencia al armamento nuclear con toques apocalípticos. Sin embargo, el mensaje del tema no deja de tener su actualidad. Vean parte de la letra…

Ya nadie lucha por el futuro
todo es provisional.
Y el egoísmo se hace estandarte
internacional.
Ojo por ojo, diente por diente
es ley fundamental.
Y así sin duda nos llevarán
al juicio universal.
¿qué genios locos van a impedir
que este siglo llegue a su fin?
¿Por qué germinan en cualquier
lugar, sin un control
las flores del mal?

… actual, ¿verdad?

De igual manera que en el mundo hay flores del mal, la Iglesia ha convivido siempre con sus propias “fleurs du mal", que han tomado la forma de herejía, inmoralidad y tibieza. Aquella que es columna y baluarte de la fe ha estado rodeada, por no decir infectada, del error y la mentira. Pero pocas veces como ahora ese error y esa mentira han florecido tanto y han producido semejante daño. En otras épocas la herejía pareció conquistarlo todo. Fue el caso de la crisis arriana. Y hubo siglos en los que la inmoralidad parecía haberse adueñado hasta de la propia Sede Apostólica en Roma. Sin embargo, la Iglesia supo combatir el error y el pecado. Y tal combate no se libró solo mediante la exposición de la verdad sino también mediante la denuncia y disciplina eclesial de la mentira. Quien piense que una de esas dos vías sobra, va en contra del evangelio y de la Tradición.

En el discurso durante la inauguración del Concilio Vaticano II, el Beato Juan XXIII, Papa, aseguró que “siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que renovando condenas“. Bien, era una opción posible y sin duda así se ha actuado desde entonces. Otra cosa es cuáles han sido las consecuencias pastorales de esa forma de actuar.

De hecho, justo después de esas palabras, el Papa Roncalli afirmó lo siguiente:

“No es que falten doctrinas falaces, opiniones y conceptos peligrosos, que precisa prevenir y disipar; pero se hallan tan en evidente contradicción con la recta norma de la honestidad, y han dado frutos tan perniciosos, que ya los hombres, aun por sí solos, están propensos a condenarlos, singularmente aquellas costumbres de vida que desprecian a Dios y a su ley, la excesiva confianza en los progresos de la técnica, el bienestar fundado exclusivamente sobre las comodidades de la vida".

Así que los hombres estarían propensos a condenar las doctrinas falaces, las opiniones y los conceptos peligrosos, ¿verdad? Así que los hombres se opondrían a las costumbres de vida que desprecian a Dios y a su ley, ¿verdad? Pues lo que vemos hoy es aborto masificado, matrimonio homosexual, alquiler de vientres maternos, manipulación genética para obtener niños a la carta, pornografía por todas partes y secularización brutal de la propia Iglesia, que pasó de condenar con severidad los errores a permitir que los que los profesan hayan poblado, dominado y controlado multitud de iglesias locales e incluso las más grandes órdenes y congregaciones religiosas.

Más bien parece que los profetas de calamidades, “avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos estuviese inminente” no estaban del todo errados. Siempre se les ha mirado mal. No es nuevo que el pueblo de Dios prefiera oír la voz de quienes les anuncian buenos tiempos que la de quienes piden santidad, conversión y penitencia para evitar la condenación de las almas y de los pueblos.

Lo que vemos en Estados Unidos, con una organización representativa del 80% de las religiosas “católicas” de ese país alzándose orgullosa contra la Iglesia y exigiendo diálogo sobre doctrinas que no admiten discusión, es la consecuencia de tanta misericordia mal entendida. Porque no hay misericordia alguna en mirar para otro lado ante el error. Porque no hay verdadero amor en consentir que la herejía se extienda cual veneno por el cuerpo de la Iglesia. Porque de poco va a valer aplicar tarde y mal la disciplina a quien ha vivido toda su vida ajena a la misma. Se han perdido una o dos generaciones de católicos. Se ha dejado a multitud de fieles en manos de aunténticas fleurs du mal. Y ahora que parece -solo lo parece- que se intenta arrancar dichas flores, las mismas advierten: “Podrán aplastar algunas flores, pero no podrán detener la primavera“. Habrá quien se ría al ver a pámpanos desarraigados y secos hablando de primavera, pero a quienes aman la Iglesia y las almas perdidas esas muestras patéticas no producen risa sino pena y dolor.

Sí, es cierto que algún cardenal advierte que si no quieren reformarse, lo mejor es que desaparezcan, pero ahí aparece el arzobispo responsable de lidiar con ellas para decir que los obispos están profundamente orgullosos de esas religiosas rebeldes. Eso no es palo y zanahora. Eso es falta de coraje apostólico para atajar de raíz el cáncer que está arrasando una parte muy importante del Cuerpo de Cristo. A Dios gracias sabemos que las Puertas del Hades no prevalecerán. Pero también sabemos que está profetizada una gran apostasía antes del fin. Y solo apostatan los que una vez han creído.

Pero claro, decir esto convierte a quienes lo dicen en fundamentalistas, nuevos profetas de calamidades, imprudentes, bla, bla, bla. Pero es preferible que hablen ellos a que lo hagan las piedras.

Luis Fernando Pérez Bustamante

30 comentarios

  
Fernando
Fíese del beato Juan XXIII y del obispo de Seattle. Si el Espíritu Santo los ha colocado a dirigir esas parcelas de la Iglesia en esos momentos de la Historia será por algo.

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LF:
Sí, será por algo. En eso tiene razón.
13/08/12 12:49 PM
  
Borja M.
Lo cierto es que la Santa Iglesia parece no actuar como una buena Madre en muchas ocasiones. Lo que más pena me da es que hay muchos que no se dan cuenta de que al demandar disciplina y orden, los fieles no pedimos más que nuestra Madre la Iglesia, por amor y con amor, busque sin descanso la Salvación de todos sus hijos. Porque, no nos engañemos, dejar que un hereje o un apóstata persiste en su error no es "respetar su libertad", sino pecar por omisión en el deber de procurar su Salvación.
Buen artículo, Luis Fernando.
13/08/12 1:29 PM
  
Silvestre
El artículo me parece magnífico, una perfecta y visual síntesis de lo que viene ocurriendo en la Iglesia desde hace mucho.

Personalmente, lo de confiar en que los hombres vean por sí solos lo deshonesto y lo rechacen me parece una pizca pelagiano. El hombre pos su sola naturaleza es capaz de hacer grandes cosas en el orden material, pero moralmente por sí sólo tiende a ser un desastre, aunque tenga la ley natural grabada en el corazón. Desde luego, yo sin las enesñanzas de la Iglesia no intentaría cumplir los diez mandamientos, entre otras cosas porque no entendería el porqué de algunos de ellos.

Si un niño va a meter los dedos en un enchufe, su madre debe reprchárselo y regañarle con energía, para que vea claramente que es un peligro mortal. Si no lo hace, o lo hace con tibieza, el niño acabará metiendo los dedos en el enchufe. Pues así estamos hoy: casi todo el mundo, incluso muchos católicos, están metidos de cabza en el pecado mortal o en la herejía sin que nadie les advierta claramente del peligro que supone.
13/08/12 1:34 PM
  
José María Iraburu
Si en el tiempo revuelto del Concilio Vaticano II (donde, como en tantos otros de la historia, se encuentran corrientes contrarias, a veces muy fuertes), el Papa Juan XXIII, o incluso Pablo VI, deciden ser cautelosos a la hora de condenar doctrinas y conductas ciertamente contrarias a la tradición y disciplina de la Iglesia, hemos de respetar la decisión.

Pero si durante medio siglo esa decisión cautelar y provisional es considerada por una gran parte de Obispos, Superiores mayores, Rectores de seminarios y facultades, etc. como una doctrina estable y definitiva de la Iglesia, es evidente que tal decisión es incompatible con la Tradición católica, con el mismo Concilio Vaticano II y con el Derecho canónico vigente. Y que los frutos de esa gravísima infidelidad serán pésimos. Los que estamos viendo.

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LF:
A nosotros no nos corresponde decidir qué decisiones pastorales hay que tomar. Pero sí podemos opinar, siempre dentro del respeto debido, sobre cuáles son las consecuencias de algunas de esas decisiones. Sobre todo cuando las tenemos delante de nuestros ojos y son tan evidentes. Y sobre todo cuando esas consecuencias son puestas en evidencia por los propios pastores, como se puede comprobar en uno de los enlaces que he puesto.
13/08/12 2:06 PM
  
José María Iraburu
La crisis de la vida religiosa femenina en USA es gravísima y viene ya de hace varios decenios. Las religiosas USA se redujeron a la mitad de su número en unos veinticinco años. Eran en 1966 - 181.000, y en 1993 - 92.000.

Las nuevas congregaciones (o antiguas reformadas) se han fundado en USA y en todo Occidente tratando de recuperar unas tradiciones de vida religiosa auténtica, perdidas en muchas de la congregaciones antiguas. Por eso las nuevas tienen vocaciones, a veces muchas, no por ser nuevas, sino por ser fieles a la Iglesia. Las antiguas, en gran parte rebeldes, no tienen casi ninguna vocación y están en período de extinción. Por eso sus miembros sobrevivientes más que discutir "con condiciones" temas como el sacerdocio femenino con la Santa Sede, deberían centrarse en organizar bien (aún mejor y en mayor número) las Casas de Retiro. No tienen futuro alguno en la Iglesia, porque en ella no tienen presente.

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LF:
Todavía les quedan algunas "jovenas". Ahí tiene usted el caso de Sor Teresa Forcades y Sor Lucía Caram.
13/08/12 2:29 PM
  
impresionado
Debe estar usted muy seguro de su propia rectitud y valor cuando se permite pasar de la crítica de unas determinadas declaraciones a la descalificación radical de decenas de miles de personas consagradas y sus obras, hasta llamarlas 'flores del mal', 'cáncer' y demás. Me recuerda usted cada vez más a su ex-blogger don Winfrid, salvo por el gracejo.

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LF:
Posiblemente soy más pecador que gran parte de esas religiosas. Probablemente el juicio que merezco sea más duro que el que merecen ellas. Pero no se me ocurre llamar bien a mis pecados ni difundir la idea de que cometer los mismos es cosa buena y aconsejable.

Pecar es malo. Justificar el pecado es camino seguro a la condenación. Dios me libre de ella.
13/08/12 2:51 PM
  
THENEWPURITAN
Pues preparémonos para lo que viene, si no lo estamos ya...por que lo que pensabamos que era bueno será tomado por odioso y viceversa.
13/08/12 3:10 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Nada menos que el cardenal Giacomo Biffi no ha temido exponer su "Perplessità su alcune frasi" del Beato Juan XXIII, como puede leerse en su obra: 'Memorie e Disgressioni de un Italiano Cardinale' (Siena / 2007 / 177 - 179). Respecto a los "profetas de desgracias", comenta especialmente, cómo le llamó la atención, ya que no hay profeta alguno, que no haya vaticinado calamidades.

Y... hoy en día, no hay alarma sólo con esas religosas yankees, sino por todas partes (tantas y tantas ilusionadas con la "Teología de la liberaciòn" y ahora con el"feminismo"), han abandonado sus votos para convertirse en asistentes sociales. Que no está mal este oficio, pero dista mucho de la primer vocaciòn. Y, ademàs, es posible combinar la ayuda a los pobres y necesitados con la recta doctrina, como lo muestran patentemente las hijas de la Madre Teresa de Calcuta y muchas otras, que todavía quedan, a Dios gracias.

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LF:
Sí, perplejidad es lo menos que se puede decir.
13/08/12 4:13 PM
  
juan ( )
Lo que sí está claro, aunque no explícitamente mencionado ésta vez por Luis Fernando Pérez Bustamante o por nuestro caro Padre D. José María Iraburu, es el promotor de todo esto, el mismo Satanás.
Pues sí. Si acaso alguien ha mencionado “muy de refilón” ésta hedionda nube de azufre, ha sido el tal impresionado, al que yo llamaría más bien “impresionable” ya que confunde ´gracejo´ con soberbia y mala leche.
Sí, todo se oscurece alrededor, pero me queda un consuelo, éste aumento de ataques, sin cuartel, me hace recordar que el Enemigo sabe que le queda poco. Yo me aferro a la Tradición que enseña que la Iglesia prevalecerá, que la Iglesia nunca estuvo ni estará huérfana y que estos días de persecución interna y externa acabarán en el resplandor de la Gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Preparémonos para lo que viene claro. Más que nunca es tiempo de ayuno, penitencia y reforzamiento de nuestra Fe, Esperanza y autentica Caridad de la que amonesta pero ama.
13/08/12 4:18 PM
  
Catholicus
La Sagrada Escritura da unos claros mandatos a los padres "disciplinarás a tus hijos". A ningún padre le gusta castigar y regañar, se pasan malos ratos y se sufre.
Pero es una obligación hacerlo y a la larga trae más paz y virtud hacerlo.

La Madre Iglesia no puede pretender dimitir de sus responsabilidades.
Demasiado Obispo fiel calla y permite cosas que nunca debería por la nefasta forma de entender la caridad y por un temerario y voluntario olvido del concepto de Justicia.

Lo malo es que ella misma quiere combatir el relativismo moral que luego vemos dia tras dia practicado por sus autoridades.

No hay nada de prudencia en ello.La prudencia es hacer lo que hay que hacer.
13/08/12 4:42 PM
  
José Carlos
Copio de un blog sobre educación familiar:

“La autoridad de suyo no es un ejercicio fácil pues implica compromiso, involucrarse y no pocas veces, pasar un mal rato. Decir “no” es como el trueno: anuncia tormenta. Decir siempre “sí” es como colocar un balde debajo del grifo que gotea. En el primer caso, luego de la tormenta el cielo azul y despejado permite que el sol ilumine y alegre el nuevo día. En el segundo caso, el rebalse del agua causará estragos no sólo en el piso, también en las paredes y hasta en los muebles cercanos: la solución postrera tendrá que ser radical.” (Edistio Cámere, La autoridad como medio educativo)
13/08/12 4:54 PM
  
Tony de New York
"pero ahí aparece el arzobispo responsable de lidiar con ellas para decir que los obispos están profundamente orgullosos de esas religiosas rebeldes."

El arzobispo Peter Sartain es famoso por "speak softly, and carry a big stick" no por nada lo mandaron a Seattle una de las diocesis más liberales en los Estados Unidos.

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LF:
Pues cuando veamos el big stick, lo comentaremos.
13/08/12 4:59 PM
  
maria-a
Muy explícita la síntesis,LF.
Pero... la pregunta del millón..¿donde estaban los superiores(todos)? ¿Acaso eran huérfanas?

Moraleja:(si bien tienen gran mochila ellas), no tiene la culpa el cerdo, sino el que le da de comer.
Espero algún día,no muy lejano, leer la noticia de su regreso a a Casa.

Bendiciones!!
13/08/12 5:09 PM
  
Néstor
Totalmente de acuerdo. Lamentablemente, hoy día las calamidades ya no necesitan profetas, sino sólo observadores apenas medio despiertos.

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LF:
Eso es lo que he dicho en más de una ocasión a los que me acusan de considerarme poco menos que un profeta. No tiene mérito decir estas cosas. Basta con tener ojos en la cara. Y ver por ellos.
13/08/12 5:27 PM
  
Hermenegildo
Si esta organización representa al 80% de las religiosas de EE.UU., que no tienen vocaciones, en unos años el número de monjas en ese país habrá disminuido drásticamente.

La Santa Sede debería tener en cuenta que se trata de unas congregaciones sin futuro; estamos ante un "tigre" de papel.

En cuanto a las discutibles palabras de Juan XXIII, se podría decir que el propio Papa, con esa clase de afirmaciones, alentó el malhadado "espíritu del Concilio".
13/08/12 6:26 PM
  
enric

Después de la bomba atómica, entramos en la Era Atómica en 1945.

En 1959 se empieza a preparar el CVII, que comienza en el año 1962.

Reproduzco del discurso de inauguración estos textos:

“Objetivo principal del Concilio: defensa y revalorización de la verdad”

“Lo que mayor importancia tiene es la experiencia, que les ha enseñado cómo la violencia causada a otros, el poder de las armas y el predominio político de nada sirven para una feliz solución de los graves problemas que les afligen.”
“En tal estado de cosas, la Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad religiosa, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella.....

“.....fomenta la concordia, la justa paz y la unión fraternal de todos” (punto 7).

“Bienaventurados los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios”

Creo, sinceramente, que la Iglesia Católica ha trabajado y sigue trabajando por la paz de una forma muy clara desde el CVII. De no ser por ello creo que se habría incentivado la guerra y con la Era Atómica el peligro es a escala mundial.

50 años es, en términos de historia, un tiempo necesario para empezar a asimilar algo y ahora empezamos poco a poco. Los frutos, aunque aparentemente sean los contrarios, vendrán desde la razón y desde la intuición pues el reconocimiento a nivel mundial de los papas postconciliares nunca, desde mi punto de vista, se ha expresado de una forma tan clara y unánime. Ahí tenemos al BJPII que aunque muy criticado, por algún sector de la Iglesia Católica, tiene un gran reconocimiento como defensor de la Paz y la Verdad a nivel mundial. El SPBXVI con una gran inteligencia y belleza espiritual, siguiendo la línea del BJPII, pone orden en temas conflictivos pero que resuelve con sencillez y sin miedo a la Verdad.

A pesar de los pesares debemos dar gracias a Dios por los papas conciliares y postconciliares y en especial (en mi opinión) por los dos últimos.

Un abrazo.
13/08/12 6:40 PM
  
Sergi
Tenemos que tener cuidado con la evaluación del obispo de Seattle, si no fíjense en el Card. De Paolis, que pensábamos que era un tigre y salió rana.

Lo interesante de la declaración de Mons. Sartain es que sin quitarle valor al trabajo social que hacen las monjas -que no dudo que lo tenga- les dice claramente que trabajarán en el Doctrinal Assesment y que no podrán en jaque la doctrina de la Iglesia. Démosle el beneficio de la duda, ya el tiempo nos dirá si estamos frente a otra rana o un diplomático, que con seda cubre el puño de hierro.

Ojalá esta vez sí salga tigre... :(

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LF:
No sé, a mí me mosquea tanto jabón. Pero ya se verá.
13/08/12 7:30 PM
  
Eduardo Jariod
No soy ningún experto en concilios, así que tampoco nada puedo decir que merezca la pena sobre el Concilio Vaticano II. Tampoco quisiera caer en las mil y una polémicas que recurrentemente suelen aparecer por aquí sobre este tema. Sólo expresar una idea, nada original, sin ánimo alguno, insisto, de suscitar debates exacerbados.

La necesidad del CVII radicaba en buena medida en el hecho de cómo anunciar la Palabra de Dios a un hombre que estaba siendo transformado por los cambios radicales que sufrían las sociedades de la época. No conozco si esos cambios hace más de cincuenta años eran vividos por el entonces pontífice como una amenaza, como una esperanza para una más profunda presencia de la Iglesia en el mundo, como una oportunidad, como un obstáculo a vencer, etc. Juan XXIII, hombre de una fe gigantesca, que no poseía ese fondo de angustia o de incertidumbre que algunos reconocen en su sucesor, debía de ser una persona que tendía al optimismo, cosa lógica en alguien en quien le habita una gran esperanza. Sus palabras que entresacas, Luis Fernando, debemos considerarlas a la luz del tipo de persona que las dijo y del momento en que las pronunció.

Con todas sus dificultades, es obvio que el mundo hace más de cincuenta años no había recorrido todavía el grado de abominación que hoy conocemos. Hay varias formas de ejercer la autoridad incluso cuando esta es desafiada. Juan XXIII, como el famoso espíritu del concilio, propuso cultivar esa mirada amable, tan característica de aquel pontífice, como modo de presentar la Verdad al hombre en los nuevos tiempos. Algo, por otra parte, tan viejo como el mensaje evangélico. Persuadidos todavía de que la potencia de la naturaleza humana en los corazones era suficiente para resistir los embates del mal, se enfatizó tal vez más la actitud de tender la mano con una sonrisa que alzar la vara para reconvenir. Hoy sabemos que esto ha sido un error, tanto por los resultados objetivos como por ese temor casi irracional que desde entonces prevaleció a ejercer la autoridad con firmeza cuando ya no queda más remedio.

Con Juan Pablo II y aún más con Benedicto XVI se va logrando, no sin resistencias internas y desde luego externas, cambiar esta dinámica instalada en el seno de la Iglesia. Y ello justamente para que la autoridad de la Iglesia, que procede de la Verdad como su fundamento, vuelva a ser tenida en cuenta y sea fuente de luz y de salvación para el hombre. Y para que la misericordia no vuelva a ser instrumentalizada a fin de consentir o incluso validar por pasiva el error.


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LF:
La esperanza cristiana no creo que tenga mucho que ver con la idea de que los hombres, por sí solos, se dan cuenta de la gravedad de los pecados y están propensos a condenarlos. Si mediando la gracia no siempre se produce tal cosa, ni te cuento sin dicha mediación. Y esto no creo que admita discusión. Lo vemos ante nuestras propias narices.

Es el Espíritu Santo, y no la naturaleza humana caída -que es la misma en cualquier época-, quien convence al mundo "de pecado, de justicia y de juicio" (Jn 16,8).

Y desde luego, no está el patio hoy en día como para que demos paso a pelagianismos estériles. Tampoco para volver a modos disciplinares que no dejen lugar a la caridad cristiana.
13/08/12 8:04 PM
  
Manuelmv
Luis Fernando:

He leido Infocatólica y tu blog: enhorabuena, buena labor apologética llevada con fevor y paciencia. Cuando sí, es sí y no, es no, en medio de la confusión resplandece la verdad. Como anedocta, quiero contar que he llegado a tener que salir de misa más de una vez porque la duda de si estaba parcitipando en un sacriligio era demasiado punzante y no me refiero ya a las homilias, donde las fleurs du mal son casi obligadas, sino hasta en la eucaristía. Justamente el día del Corpus Christi un sacerdote decidió que como somos el Cuerpo Místico de Cristo a la hora de dar la comunión no iba a decir "El Cuerpo de Cristo" sino "Tomate a ti mismo" -no sé si lo hizo porque salí disparado. Así que tu labor de difusión de la doctrina y liturgia de la iglesia es muy de agradecer para que nos confirmemos unos a otros en la fe en estos tiempos de confusión.

Saludos.


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LF:
A mí me dice eso un sacerdote y le abofeteo por blasfemo delante de todos. Y luego que vaya al obispo a quejarse.
13/08/12 9:40 PM
  
Eduardo Jariod
Tal vez me he expresado mal. No he querido trasladar esa idea, Luis Fernando. Simplemente que el hombre no estaba aún tan terriblemente corrompido como lo está ahora ni tan generalizados los efectos de tal corrupción, y que la huella de la verdad de nuestra naturaleza, puesta por Dios en nuestro corazón, aún, se pensaba, era lo suficientemente fuerte como para que la ayuda de la Iglesia fuera más "amable", por así decir. Esto fue un error ciertamente. Parece que se pecó de optimismo.


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LF:
Mi comentario a tu anterior intervención no era tanto de réplica como de complemento.
13/08/12 9:53 PM
  
Tomás Bertrán
Odio al pecado, pero amor al pecador. En vida siempre hay posibilidad de arrepentimiento, pero una vez muerto ya no hay marcha atrás.
Una cosa es ser un pervertido, y otra peor es ser un pervertidor. Y si encima son sacerdotes, que son los hijos predilectos de la Virgen, peor.
Si mala es la pedofilia, si horrendo es el aborto, peor es el asesinato de almas, Y hemos llegado a tal punto que le damos más importancia a dar de comer al cuerpo (que es importante) que quitar la miseria del alma. Y la vida terrena son sólo cuatro días, y para algunos sólo dos, mientras que la vida tras la muerte es eterna. Y en el infierno hay un reloj que en vez de hacer tic-tac, hace nunca-jamás, nunca-jamás, indicando que el castigo será eterno.
Está muy bien socorrer a los pobres, a los necesitados, pero no hay mayor pobre, no hay mayor necesitado que el que no vive en Gracia de Dios, y llega a acostumbrarse a ello, y si encima, como he dicho antes, no se conforma en vivir de esta mísera forma sino que expande su miseria a otros...¡ay, de los que escandalizaran!.
En este blog lo he dicho muchas veces, pero lo vuelvo a repetir. Hemos llegado a tal punto que ya entre los "cristianos" no se pide por la conversión de los pecadores. Es la miseria más mísera de todas las miserias.
14/08/12 4:41 AM
  
ricardo
Y ahora... quien le pone el cascabel al gato.
14/08/12 9:35 AM
  
Menka
De Pascendi dominici gregis, San Pío X, parte del punto 2 y luego 1:
A la verdad, Nos habíamos esperado que algún día volverían sobre sí, y por esa razón habíamos empleado con ellos, primero, la dulzura como con hijos, después la severidad y, por último, aunque muy contra nuestra voluntad, las reprensiones públicas. Pero no ignoráis, venerables hermanos, la esterilidad de nuestros esfuerzos: inclinaron un momento la cabeza para erguirla en seguida con mayor orgullo. Ahora bien: si sólo se tratara de ellos, podríamos Nos tal vez disimular; pero se trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de silencio; prolongarlo sería un crimen. Tiempo es de arrancar la máscara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia entera tales cuales son en realidad.
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Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.

Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.

Estas rebeliones no son da ahora; proceden efectivamente del tiempo "preconciliar", pero siempre están. Se ve como la Iglesia oscila entre la paciencia y la aplicación de las medidas, siempre para la salvación de las almas.
Efectivamente, parece que ahora también toca corregir bien corregido. Lástima de esas vocaciones, Dios les haga rectificar.


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LF:
Desde luego las rebeliones son bastante anteriores al último concilio. Lo único que cambió es la forma de tratarlas.
14/08/12 10:11 AM
  
Silvestre
Por una parte están los enemigos a conciencia de Cristo y la Iglesia. los que maquinan desde dentro y desde fuera por destruir la fe de los creyentes. Y por otra parte están los que se dejan llevar por tales enemigos. Éstos me ponen realmente enfermo, porque posiblemente más que dejarse arrastrar por un pecado de soberbia lo hacen por mera estupidez. En España abundan: son los que se dejan mecer sin criterio alguno por la marea que impera en ese momento en la sociedad.

Cuando la Iglesia actúa con autoridad los enemigos declarados y a conciencia siguen ahí, aunque más agazapados y sibilinos, pero al menos los otros, los que van y vienen según la marea, se acercan más a la Iglesia porque la oyen alto y claro.

Nuestra sociedad occidental, otrora cristiana, está a la deriva por falta de autoridad moral, que no es lo mismo que el poder material. Faltan autoridades, en primer lugar eclesiásticas, que digan clararamente y con rotundidad lo que está bien y lo que está mal.

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LF:
Yo creo que las autoridades sí dicen lo que está bien y lo que está mal. El problema es que apenas toman medidas contra los que obran mal.
14/08/12 11:11 AM
  
Tomás Bertrán
Sobre lo de que la autoridad de la Iglesia acabe con los sacerdotes semi-heréticos (digo lo de semi por caridad), lo comenté con un sacerdote. Vivo en la provincia de Barcelona, y al decirle esto al sacerdote me contestó que si el Obispo aplicaba las penas canónicas nos quedábamos sin sacerdotes en Barcelona.
El refrán dice que mejor solo que mal acompañado, pero yo sé de sacerdotes que incluso niegan la existencia del demonio y que minusvaloran la autoridad del Papa, y que la Iglesia es catalana, etc., etc., pero cuando voy a Misa de estos sacerdotes las palabras de la Consagración las dicen correctamente, por lo que creo que la comunión es real y válida, y me digo "algo es algo". Comulgo y sé que estoy recibiendo el Cuerpo de Cristo, y si me confieso con ellos (ave raris)considero que es válida (un sacerdote suspendido a divinis, en casos extremos puede confesar),y lo que hago para confesarme es desplazarme a la capital una vez al mes en donde hay pocas iglesias en que está el sacerdote en el confesionario, y cada vez me cuesta más este desplazamiento porque estoy entradito en años y desde que me jubilé dejé el coche ya que no lo necesito para trabajar, y es un gasto inútil habiendo transporte público.
En fin, ¿tiene razón el sacerdote que me aseguró que los obispos están quietecitos ya que temen que sus diócesis se queden sin sacerdotes?.
A los sacerdotes de mi Parroquia ya les he hablado claramente, y saben en qué no estoy conforme con ellos, y lo que hago ahora es rezar (ya lo expliqué, y me repito como el abuelo cebolleta)cada vez que entro en mi PC por ellos ante la imagen de la Virgen de la Salud (Virgen con Niño Jesús)que tengo como salvapantallas, y creo que hace su efecto, porque en una homilía, hace poco, un sacerdote que me negaba la existencia del demonio dijo que Jesús expulsaba a los demonios. Al oírlo fue una presencia de Dios.
14/08/12 12:12 PM
  
José Carlos
Tomás Bertrán: “si el Obispo aplicaba las penas canónicas nos quedábamos sin sacerdotes en Barcelona.”
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El problema es algo más complicado, ya que el Código de Derecho Canónico prevé penas latae sententie, es decir ipso facto, sin necesidad de ningún pronunciamiento de la autoridad eclesiástica.
“Canon 1314 La pena es generalmente ferendae sententiae, de manera que sólo obliga al reo desde que le ha sido impuesta; pero es latae sententiae, de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito, cuando la ley o el precepto lo establecen así expresamente.”

En concreto el delito canónico de herejía conlleva la pena de excomunión latae sententie porque así está previsto expresamente por la ley canónica.
“Canon 1364 § 1. El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae, quedando firme lo prescrito en el c. 194 § 1, 2; el clérigo puede ser castigado además con las penas enumeradas en el c. 1336 § 1, 1 , 2 y 3.”

En el ejemplo que pones. Un sacerdote niega de manera pertinaz la existencia del diablo, que es un dogma de fe definido en el Concilio Lateranense IV. De acuerdo con el canon 1364 incurriría ipso facto en la pena de excomunión latae sententiae.
¿Es válida la consagración si respeta la materia, la forma del sacramento y la intención de hacer lo que hace la Iglesia?
Sí, sería válida, pero ilícita.
“Canon 900
§ 1. Sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando en la persona de Cristo.
§ 2. Celebra lícitamente la Eucaristía el sacerdote no impedido por ley canónica, observando las prescripciones de los cánones que siguen.”
14/08/12 5:09 PM
  
Tomás Bertrán
Gracias José carlos. Estev caso lo expuse por e-mail al Obispo pertinente. Te copio la carta que le envié y la contestación del Sr. Obispo. Como comprenderás no pondré nombres de personas.

"Quiero hacer llegar al conocimiento del Sr Obispo de dicha Diócesis, por recomendación expresa de un sacerdote que me ha rogado lo haga conocer a la mayor brevedad posible, el caso de un sacerdote, quien en conversación privada (lo hago constar lo de privada por si puede ser eximente) me negó la existencia del demonio, arguyendo que lo que existía era el mal (como cosa abastracta) pero que el demonio persona no existía. Le dije que estaba especificada su existencia en el Concilio de Letrán IV a lo que me contestó que no es de fe lo que digan los Concilios, y lo único que se debe creer es lo que dice el Catecismo. ¡Sorpresa mayúscula!. Resulta que en el Catecismo de la Iglesia Católica, en el apartado del Padrenuestro, al hablar sobre "Y líbranos del Mal", en los números del 2850 al 2854 se corrobora la existencia del demonio, lo que me hace pensar que hay sacerdotes que no se han leído el Catecismo.
Lo pongo en conocimiento de su Eminencia Sr. Obispo ya que creo que si me callo me hago reo de la falsa doctrina que este sacerdote pueda propagar.
Ruego indaguen y averigüen si este sacerdote es pertinaz en su afirmación, ya que entonces caería en herejía.
Espero que este comunicado llegue a sus manos Monseñor ya que si es interceptado para que no llegue, el que lo haga se hará reo de las faltas de este sacerdote. Yo, por mi parte, no quiero hacerme reo.
Monseñor, me despido de su Eminencia besando su anillo.
En Jesús y María reciba un abrazo en Cristo".

Respuesta del Sr. Obispo:

"Estimado en el Señor:
Siento mucho que la conversación con el sacerdote le haya inquietado al comprobar que este sacerdote no afirmaba la existencia personal del demonio. Tiene toda la razón usted cuando, citando el Catecismo de la Iglesia Católica , defiende ser doctrina de la Iglesia la afirmación de la existencia personal del demonio y que no se trata de un principio abstracto.
Además, este principio abstracto, si fuera una creación de la mente humana no podría ser sujeto de lo que la teología y la espiritualidad ha venido reconociendo en el Maligno.
Sea yo personalmente, o a través del Vicario Episcopal, hablaremos con el sacerdote en cuestión. Suponemos que la opinión de este sacerdote al respecto, como de otros en la Iglesia, esté condicionada por una tendencia “obsesiva”, que ha perjudicado, en algunos momentos la espiritualidad de muchas personas. Esto no es razón para negar la existencia personal y concreta del demonio, pero sí un elemento a tener en cuanta.
Le felicito por su familia y por el compromiso que lleva a delante como laico bien consciente del seguimiento de Jesucristo. Dios bendiga su fe y su entrega a Jesucristo, con los bienes de la alegría y de la paz, especialmente en les próximas celebraciones de la Navidad.
Aprovecho la ocasión para saludarle muy cordialmente",

Este sacerdote es el que le oí asegurar tras algún tiempo (unos tres años)en la homilía que Jesús expulsaba a los demonios. Creo que ahora sí cree en el demonio.
14/08/12 7:41 PM
  
P. Francisco Javier Sanuy, cpcr
"Habrá quien se ría al ver a pámpanos desarraigados y secos hablando de primavera,(...)"

¡Estás hecho todo un poeta! ¿Me permites una contribución espontanea e improvisada?

"Cadáveres postconciliares,
desiertos dejan a su paso.
Sus colinas sepulcrales,
abonarán las flores del ocaso."


15/08/12 10:39 AM
  
José Carlos
Tomás, de todas formas no hay que pensar que todo el que diga alguna herejía, por falta de conocimiento o inadvertencia, queda automáticamente excomulgado. El que, sin culpa, ignoraba que la ley o el precepto llevaban aneja una pena, no queda obligado por las penas latae sententie. El Canon 1324 § 3 establece que en las circunstancias que se enumeran en el Canon 1324 § 1, el reo no queda obligado por las penas latae sententiae.

Dada la mala formación que han recibido muchos clérigos en no pocos seminarios, no hay que descartar las circunstancias de ignorancia no culpable que eximen de la pena latae sententie.


"Canon 1324
§ 1. El infractor no queda eximido de la pena, pero se debe atenuar la pena establecida en la ley o en el precepto, o emplear una penitencia en su lugar, cuando el delito ha sido cometido:
1 por quien tenía sólo uso imperfecto de razón;
2 por quien carecía de uso de razón a causa de embriaguez u otra perturbación semejante de la mente, de la que fuera culpable;
3 por impulso grave de pasión, pero que no precedió, impidiéndolos, a cualquier deliberación de la mente y consentimiento de la voluntad, siempre que la pasión no hubiera sido voluntariamente provocada o fomentada;
4 por un menor de edad, que haya cumplido dieciséis años;
5 por quien actuó coaccionado por miedo grave, aunque lo fuera sólo relativamente, o por necesidad o para evitar un perjuicio grave, si el delito es intrínsecamente malo o redunda en daño de las almas;
6 por quien actuó en legítima defensa contra un injusto agresor de sí mismo o de otro, pero sin guardar la debida moderación;
7 contra el que provoca grave e injustamente;
8 por quien errónea pero culpablemente juzgó que concurría alguna de las circunstancias indicadas en el ⇒ c. 1323, 4 ó 5;
9 por quien, sin culpa, ignoraba que la ley o el precepto llevaban aneja una pena;
10 por quien obró sin plena imputabilidad, con tal de que ésta siga siendo grave.
§ 2. Puede el juez hacer lo mismo, si concurre cualquier otra circunstancia que disminuya la gravedad del delito.
§ 3. En las circunstancias que se enumeran en el § 1, el reo no queda obligado por las penas latae sententiae."
15/08/12 10:42 AM
  
Zarkov
Hace varios años lei sobre el caso de una monja estadounidense que estuvo ausente cerca de 12 en Africa en una mision evangelizadora, cuando regreso quedo asombrada por la forma en que su propia congregacion habia cambiado, entre otras cosas un numero muy importante de hermanas se cambiaron de orden, por otro se estaba promoviendo muchas causas que nada tenia que ver con las tradicionales, toda la teologia tradicional fue abandonada por una teologia modernista con mucha madre tierra y amor al projimo y otras cosas semejantes. Mas tarde averiguo que las monjas revolucionarias habian alcanzado el poder y efectuado las reformas pisoteando el derecho canonico y mintiendo descaradamente, pasaron de ser protectoras de las madres solteras a darles folletos de como abortar gratis.

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LF:
¿Y qué hizo finalmente esa monja?
19/07/13 11:56 PM

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