(397) Mis viajes apostólicos –y 6. Retiros y ejercicios espirituales
–¡Por fin!… Termina la serie. Bendigamos al Señor.
–En la danza chilena de la cueca, el cantor que la anima, al llegar a la última estrofa, exclama: «¡la última y se acaba!».
Este último artículo va en serio. Hasta ahora he descrito como divertimento mis aventuras apostólicas en sus anécdotas más accidentales. Ahora trato de la substancia de estos viajes míos: la transmisión de la Palabra divina, hecha en el nombre de Cristo, y en cuanto enviado por Él.