(197-3) Lo peor no es la Constitución de 1978, sino la total desmovilización política de los católicos (II)

–La cosa está que arde.

–El fuego más temible es el del infierno.

La desmovilización total de los católicos en la actividad específicamente política, señalaba en el artículo anterior, produce pésimas consecuencias para la vida de las naciones y de la Iglesia. Es urgente y necesario reactivar la función política cristiana, tan noble y tan insustituible. Añado ahora algunas observaciones. Y antes de trazar la fisonomía de una asociación política de católicos, señalaré lo que no debe ser un partido católico, es decir, denunciaré lo que viene a ser un partido católico falso.

Un partido no es católico si hace suyos los principios del liberalismo: soberanía ilimitada del pueblo, autonomía total de los ciudadanos, cuya libertad no está sujeta ni a Dios, ni a un orden natural. Un partido que entiende la democracia en su falsa versión liberal no es católico, aunque quizá se presente como tal, e incluso aunque esté más o menos apoyado por la Jerarquía eclesiástica local. Un partido, por ejemplo, de «presunta inspiración cristiana», que acepta el aborto o el matrimonio homosexual, es una peste que hace tanto o más daño a la Iglesia y a la sociedad que los partidos abiertamente anticristianos.

Actualmente es muy difícil constituir un partido católico. Y esto conviene reconocerlo desde el principio. Estando apestados de liberalismo casi todos los políticos de la nación –liberales, socialistas, nacionalistas, democristianos, conservadores, comunistas, etc.–, y afectados de la misma peste la banca y los medios de comunicación, un partido político realmente católico, fiel en todo a la Doctrina Política de la Iglesia, es casi imposible. Habría de estar integrado por un grupo de católicos sobrehumanamente fuertes en doctrina y en vida personal espiritual, con clara vocación de mártires, pues de otro modo, a la corta o a la larga, no podrían resistir el combate unánime de todos los otros partidos y de todos los medios de comunicación, así como la presión de los condicionamientos adversos nacionales e internacionales, culturales y económicos.

Eso explica que hoy no existan en Occidente partidos católicos, como no sea algunos extremadamente minoritarios, que no suelen tener los votos suficientes para entrar en el escenario de la vida política. Y si éstos pocos y minoriarios partidos se ven también desasistidos por los Obispos de su Iglesia local, o incluso positivamente combatidos, sus posibilidades de vida se aproximan al cero. En el Occidente apóstata, un partido realmente católico viene a ser un pato en un gallinero. O mejor: es un milagro de la misericordia de Dios. Pero los milagros de salvación quiere Dios hacerlos. Cuando la Patria está en peligro quiere el Salvador del mundo suscitar hombres de fe y de esperanza, y de caridad heroica y martirial, que por la oración y el trabajo, abriéndose al milagro que el Espíritu Santo quiere y puede hacer, se atrevan a colaborar con Cristo organizada y eficazmente, procurando la salvación de la patria.

–La Democracia Cristiana italiana nos mostró históricamente como un partido católico deja de serlo cuando acepta el liberalismo. Y tengamos en cuenta que en la segunda mitad del siglo XX la DC fué el modelo principal para todas las demás naciones de mayoría católica. Este partido, fundado por Alcide De Gasperi en 1942, gobierna en Italia de forma continuada, solo o en coaliciones, durante medio siglo (1945-1993), y se extingue en 1994. Ángel Expósito Correa analiza su trayectoria política en el artículo La infidelidad de la Democracia Cristiana Italiana al Magisterio de la Iglesia (revista «Arbil», nº 73). En él reproduce declaraciones significativas de sus dirigentes históricos. Se ufanan éstos de haber orientado el voto de los católicos hacia la formación de una sociedad laica y secularizada. Y no alardean sin fundamento. Consiguieron, efectivamente, que Italia perdiera los caracteres religiosos, culturales y civiles –hasta el latín perdió–, que constituían su identidad histórica, y que la siguen constituyendo, aunque sea precariamente.

Alcide De Gasperi, presidente democristiano del Gobierno (1945-1953): «la Democracia Cristiana es un partido de centro, escorado a la izquierda, que saca casi la mitad de su fuerza electoral de una masa de derechas».

Ciriaco de Mita, secretario de la DC, varias veces miembro del Gobierno y primer ministro (1988-1989): «el gran mérito de la DC ha sido el haber educado un electorado que era naturalmente conservador, cuando no reaccionario, a cooperar en el crecimiento de la democracia [liberal]. La DC tomaba los votos de la derecha y los trasladaba en el plano político a la izquierda».

Francesco Cossiga, presidente de la República (1985-1992): «la DC tiene méritos históricos grandísimos al haber sabido renunciar a su especificidad ideológica, ideal y programática [es decir, a su identidad cristiana]. Las leyes sobre el divorcio y el aborto han sido firmadas todas por jefes de Estado y por ministros democristianos que, acertadamente, en aquel momento, han privilegiado la unidad política a favor de la democracia, de la libertad y de la independencia, para ejercer una gran función nacional de convocación de los ciudadanos».

Para entender este proceso los lectores españoles que conocen el Partido Popular (PP), sean laicos o eclesiásticos, no necesitan muchas explicaciones. Lo entienden perfectamente. Lo están viendo.

–La DC italiana nos muestra también que un partido católico-liberal instalado en el gobierno durante largo tiempo causa enormes daños el cristianismo y a la nación. Y los produce en forma encubierta y gradual. Toda esa manipulación fraudulenta del electorado católico para conseguir que apoye lo que no quiere, que haga posible con sus votos lo que le es contrario; toda esa secularización de la sociedad a través del Estado liberal, la realiza el partido católico-liberal con gran suavidad y eficacia. Para consumar el fraude, usa fórmulas políticas, prácticas y verbales, altamente sofisticadas: la apertura a sinistra, el compromesso storico, las convergenze parallele, los nuovi equilibri più avanzati, etc. Caminando la DC medio siglo con esta orientación, tiene Expósito muchas razones para afirmar que

«el triunfo de las dos corrientes modernistas [católicos liberales y democristianos] en el mundo católico es sin lugar a dudas una de las causas principales de la crisis de evangelización de la Iglesia y, por tanto, de la secularización del mundo occidental y cristiano. Lo que innumerables documentos y encíclicas papales denunciaban ser los peligros de las ideologías para la sociedad y la Iglesia, fueron desoídos por estas minorías iluminadas que por una serie de circunstancias y factores acabaron imponiendo sus criterios a una buena parte del mundo católico».Con el nihil obstat de la Autoridad eclesiástica.

–Un partido católico-liberal, como la DC italiana, no sólo es incapaz de afirmar «los valores cristianos» que durante siglos han sido el alma de la nación, pero ni siquiera es capaz de afirmar «los valores naturales» más elementales: la justicia social, el matrimonio heterosexual y monógamo, la protección de los niños concebidos, el principio de subsidiariedad en todos los campos, el derecho a la objeción de conciencia, el favorecimiento de la adopción, la libertad real de las familias para dar a sus hijos la educación que quieren, etc.

Se puede ilustrar esta afirmación con un caso concreto. En 1994, cuando la DC ha perdido ya el poder, y siendo todavía presidente de Ita­lia el antiguo democristiano Oscar Luigi Scalfaro, dirige al Congreso un notable discurso en el que aboga por el derecho de los padres a enviar a sus hijos a colegios pri­vados, sin que ello les suponga un pagar doblemente la educación, la pública y la privada. Se trata, evidentemente, de un derecho natural indiscutible, arraigado ya, por ejemplo, desde hace muchos años en Holanda, gracias principalmente a la acción política de los políticos católicos.

El valiente alegato de este emi­nente político fue respondido por una congresista católica, recordándole que, habiendo sido él mismo ministro de En­señanza, «tendría que explicar a los italianos qué es lo que ha impedido a los ministros del ramo, todos ellos democristianos, haber puesto en marcha esta idea», siendo así que la Democracia Cris­tiana, sola o con otros, ha gobernado Italia durante medio siglo. En casi cincuenta años la DC italiana nunca halló el momento político oportuno para conseguir –o para procurar al menos– la financiación justa de la enseñanza privada, uno de los derechos naturales más importantes.

–Un gran partido católico, si es liberal y es además único, causará en la sociedad y en la Iglesia muy graves males. Sigo ejemplificando el tema conla DC italiana.


Un partido católico único, que casi-oficialmente canaliza el voto de los católicos, condena al fracaso y a la extinción a otras corrientes católicas minoritarias, que siendo perfectamente válidas y no pocas veces mejores, mantienen una orientación diferente. En la segunda mitad del siglo XX todo político católico italiano ha de integrarse en la DC o quedarse en su casa. Solo se uniti saremo forti, es el lema. Se entiende: solo si todos los católicos nos mantenemos unidos en un bloque político único seremos fuertes. Vota DC.

Si ese único y gran partido católico logra el poder, crea un clientelismo sumamente pernicioso: los políticos y funcionarios de la DC –miles y miles de cargos convenientemente remunerados– son la clientela primaria; pero también abunda su clientela en los banqueros, periodistas, escritores, empresarios, profesores, constructores, actores, e incluso, hasta cierto punto, los sacerdotes y Obispos, porque saben que si no aceptan en la frente y en la mano el sello de la DC, difícilmente podrán «comprar y vender» en este mundo (Ap 13,17).

Un gran partido único-católico, casi necesariamente, traiciona en la vida política los grandes ideales cristianos. Un partido católico, si quiere ser cuantitavamente grande para conseguir el poder y para arraigarse en él durablemente, se ve casi obligado a asumir en la práctica, y finalmente en la misma teoría, los grandes errores y maldades de la política de su tiempo. Y esa innumerable clientela generada por el partido gobernante, al mismo tiempo que es un apoyo seguro para mantenerlo en el poder, es sin duda un lastre de pésimas exigencias y de complicidades mortales.

Un partido semejante produce un cuadro de políticos perpetuos, que durante muchos decenios van turnándose en los principales cargos directivos. En el mundo católico hay un partido, y en este partido unos dirigentes. Y no hay más. Y éstos que hay son corchos insumergibles, capaces de todos los chalaneos precisos para mantenerse siempre a flote en medio de las turbulencias del río de la política nacional, si es preciso formando un pentapartito. Todo menos perder el poder y caer en el sehol de la oposición.

Ocasiona una ingerencia excesiva de la Jerarquía episcopal, que teniendo bajo su influjo un partido que se dice católico, y que es grande y único, difícilmente se limitará a asistirlo con la sana doctrina social y política, lo que corresponde a su misión, sino que se impondrá o influirá al menos en cuestiones políticas que deben ser responsabilidad libre de los laicos.

Compromete a la Iglesia católica. En el caso de la DC italiana así ocurrió, sobre todo en los primeros decenios. Al paso de los años el partido fue perdiendo identidad católica, y se independizó cada vez más de las directivas de la Iglesia, hasta enfrentarse con ella en graves cuestiones.

Finalmente, la infidelidad de los políticos a los principios católicos y su fidelidad a las exigencias crecientes de su clientela acaban por hundir el partido en la corrupción y la extinción.

–El gran fracaso de la vida política de los católicos después del Vaticano II no ha sido hasta ahora suficientemente reconocido en la Iglesia. Ha sido un fracaso tan abismal que en muchas naciones de mayoría católica la promoción política, activa, concreta y organizada del Reino social de Dios entre los hombres ni siquiera se ha intentado; más bien se ha impedido, como si fuera contraria a las orientaciones del Concilio Vaticano II (117) –el Concilio más falsificado de la historia de la Iglesia–. Y vuelvo a decirlo: no se ha reconocido suficientemente ese fracaso, ni se han analizado y denunciado suficientemente sus causas. Lo compruebo con un ejemplo.

Con ocasión del Jubileo de los Políticos, celebrado en Roma en el año 2000, es significativamente elegido como presidente del Comité de Acogida el siete veces primer ministro de Italia y actual senador vitalicio, Giulio Andreotti. Este notable político católico, allí mismo, en Roma, en 1978, firma para Italia la ley del aborto, que autoriza a perpetrarlo legalmente durante los noventa primeros días de gestación… Éste es, al parecer, el prototipo del político católico postconciliar, brillante director de la revista internacional católica 30 Giorni, recientemente fallecida.

El Espíritu Santo está queriendo renovar la faz de la tierra. Está deseando infundir en Pastores y laicos católicos la inmensa fuerza benéfica de Cristo, Rey del universo. Quiere potenciar las misiones, de tal modo que el Evangelio llege a enseñar «a todas las naciones». Quiere impulsar una gran acción política cristiana, en la que «los laicos coordinen sus fuerzas para sanear las estructuras y los ambientes del mundo cuando inciten al pecado, de manera que todas estas cosas sean conformes a las normas de la justicia y más bien favorezcan que obstaculicen la práctica de las virtudes» (LG 36c). Pero faltan cristianos de fe, de esperanza contra toda esperanza, y de una caridad suficientemente heroica para ser martirial, que les capacite para ser dóciles a este impulso poderoso del Espíritu Santo.Oremos, oremos, oremos.

José María Iraburu, sacerdote

Post post dedicado el Sr. Ministro del Interior, Dn. Jorge Fernández Díaz.–El 6 de noviembre de 2012 el TC declaraba no inconstitucional, como estaba previsto, la ley establecida (2005) por el Gobierno socialista sobre el «matrimonio» homosexual. Inmediatamente, el PP «acató» la sentencia, como estaba previsto, manteniendo intacta la ley, y renunciando a derogarla, pudiendo hacerlo, al tener mayoría absoluta. El Ministro del Interior del Gobierno español, Jorge Fernández Díaz, miembro al parecer del Opus Dei, y uno de los 72 miembros del PP que presentaron contra la ley del «matrimonio» homosexual un recurso de insconstitucionalidad ante el TC, al conocer la sentencia –elaborada ¡en siete años!–, al mismo tiempo que la acataba con su Gobierno, como estaba previsto, declaró públicamente su disconformidad, como estaba previsto. También expresaron su disconformidad otros parlamentarios del PP , como estaba previsto. Inmediatamente, Iñaki Oyarzábal, segundo del PP vasco y secretario de Justicia, Derechos y Libertades de la ejecutiva nacional del PP –que había asumido el 24 de junio su personal condición homosexual–, «desautoriza» las declaraciones del citado Ministro, como estaba previsto, considerándolas meras opiniones personales. Por su parte, las Nuevas Generaciones del PP en el País Vasco defienden el «matrimonio» homosexual. Como estaba previsto.

Y uno se pregunta: ¿Por qué el Sr. Dn. Jorge Fernández Díaz no presenta su dimisión como miembro del PP y como Ministro de un Gobierno que reafirma la ley perversa sobre el «matrimonio» homosexual? ¿Qué hace un hombre como él en un partido como ése? Y la misma pregunta habrá de hacerse a otros miembros del PP, que, como él, firmaron el recurso ante el TC contra el “matrimonio” homosexual: el ministro Arias Cañete, Eugenio Nasarre, Ángel Pintado, Jaime Ignacio del Burgo, Mª Elvira Rodríguez, Federico Trillo, Ignacio Astarloa, primero de los 72 firmantes, y a tantos otros más.


Índice de Reforma o apostasía

68 comentarios

  
Joaquín
Padre, creo que sería interesante que analizara también el caso de la CDU alemana, heredera del Zentrum católico, a la que pertenecía el fundador de la Alemania moderna, Konrad Adenauer (católico). No se ha hundido en una ciénaga de corrupción como la DCI, pero ha descristianizado a Alemania igual.
10/11/12 1:32 PM
  
manuel morillo
Para desmemoriados: Alberto Fernández es el Ministro que ha declarado de Utilidad Pública la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) dándole el n 1398

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=20474

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JMI.-Manuel, hijo, que no es Alberto, que es Jorge, como tú mismo lo pones en el mesmo artículo.
Gracias por dar el dato (aunque, bueno, todos los datos son dados ¿no?).
10/11/12 1:55 PM
  
Maite C
Excelente artículo Padre Iraburu.

Aunque sea sumamente difícil constituir un partido católico, y a pesar de que el liberalismo está presente en todo este sistema tan corrompido, hay que dar el "do de pecho" e intentar reunir a todos los católicos en un sitio concreto de España para hablar, organizarnos y ver que se puede hacer. Creo que este primer paso es imprescindible, y hay que darlo ya.

En cuanto a Jorge Fernández Díaz, sí no está de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional, pero lo admite ya que sigue en el gobierno, nos demuestra que es un hipócrata redomado.

Y respecto a que Rajoy acataba la sentencia sin más,comentó textualmente "Rajoy tiene criterio para saber lo que tiene que hacer".
Fernández Díaz no es valiente, más bien es un cobarde de tomo y lomo, tiene dos caras. Por un lado dice una cosa buena pero no dimite; y por otro, disculpa a Rajoy con esta frase tan poco convincente por lo que tiene de falsedad. Con lo cual cabe pensar que todo es una auténtica pantomima.
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JMI.-Hipócrita redomado, cobarde de tomo y lomo...
No está bien escribir en público esas cosas.
Yo creo que van equivocados, pero no pienso que sean unos sinvergüenzas. Un Del Burgo, p.ej., a quien conozco a través de algunos de mis hermanos, es muy buena persona.
10/11/12 2:22 PM
  
Raúl
Hace ya bastante tiempo que los católicos fuimos "abandonados", políticamente hablando, por la inmensa mayoría (que diría el señor Presidente del Gobierno) de dirigentes políticos españoles. Y cada vez más se observa cierta confusión y desorientación entre ese resto cristiano que queda en el país. Gente que ha confiado desde siempre en determinadas opciones políticas, va abriendo poco a poco los ojos, se le van cayendo ya los velos, y van viendo la realidad tal y como es.

Sería interesante el surgimiento de otras opciones políticas (alguna ya existe por ahí, todo es cuestión de mirar y buscar un poco), por muy minoritarias que sean, que vayan aglutinando a los católicos. Es muy posible que poco a poco, con el tiempo, y con la acción inestimable, por supuesto, del Espíritu Divino, fueran consiguiendo más adeptos y simpatizantes. Y así, de una vez por todas, comenzase la necesaria regeneración moral, económica, política y social de España.

Que Dios le bendiga, Padre Iraburu, por estas bocanadas de aire fresco que nos da usted de vez en cuando. De verdad que no tiene precio lo que está haciendo.
10/11/12 3:45 PM
  
DGG
AES si defiende la Doctrina social de la Iglesia,pero es escasamente apoyado por los católicos españoles que prefieren votar al mal menor del PP que,además de ser liberal,nos ha traido el mal absoluto.
10/11/12 5:37 PM
  
Menka
Sin embargo, los cristianos de los primeros siglos ocupaban altos cargos en la administración y en el ejército.
Eso sí, si su fe entraba en colisión, no apreciaban ni su vida. Santo Tomás Moro otro ejemplo.
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JMI.-Ojo. No tan altos, no tan altos.
"Oficialmente" eran ciudadanos fuera de la ley.
Las persecuciones no eran continuas, sino intermitentes: según regiones, tres o cuatro cada siglo.
De los años 60 ya venía la norma de Nerón: "chritiani non sint".
10/11/12 5:40 PM
  
Eduardo Jariod
Es cierto que todas las dificultades son tal cual las describe, Padre. Tomadas en sí mismas, y dada la máxima hostilidad del contexto (que no por incruento en Occidente es menos hostil), son insalvables. ¿Qué puede hacer que las remueva? Dios, sin duda, en la petición orante de aquellos que entregan su voluntad al Señor.

Y esto es lo difícil: esa entrega absoluta, incondicional; esa locura, ciertamente, de ponerlo todo en Él. No sé si el ministro del Interior es merecedor de todos los adjetivos que la amiga Maite le ha atribuido, pero es indudable que su entrega al Señor está mucho más cerca de aquel que pretende nadar y guardar la ropa que la que exige el Señor, sobre todo a las personas poderosas e influyentes, que ejercen la autoridad. Y el Sr. Fernández, como católico (e incluso miembro del Opus) lo sabe perfectamente. No, no dimitirá porque, más allá de otras consideraciones, no está dispuesto a seguir al Señor al grado que Él se lo exige. Y sabiéndolo, seguirá ejerciendo su cargo.

El drama de este ministro es el drama de un 95% de católicos (tal vez me quede corto), entre los que he de incluirme, pues no me siento mejor que esa enorme mayoría, aunque sería incapaz de la doblez del señor ministro. No hay apenas fe. No hay apenas esperanza. Y apenas hay caridad. Ser católico exige compromisos radicales, a cada uno según sus capacidades y dones regalados por el Espíritu.

Hemos de sacudirnos nuestros miedos, nuestras comodidades y nuestras falsas seguridades. Hemos de creer en lo más profundo de nuestra alma que no estamos solos. Con esta convicción, con esta vivencia de Dios, podremos remover todas las dificultades, por más objetivamente insalvables que sean.

Hay una cancioncilla que siempre me ha llegado muy hondo, y que expresa con sencillez este compromiso radical:

"Más allá de mis miedos, más allá
de mi inseguridad,
quiero darte una respuesta.
Aquí estoy
para hacer tu voluntad,
para que mi amor sea decirte Sí
hasta el final."


Y aunque hago mías las palabras del padre del muchacho endemoniado (Mc 9,24), comienzo a acercarme a la convicción del Señor: "Todo es posible al que tiene de fe" (Mc 9,23).
10/11/12 5:57 PM
  
Juan Mariner
Si se crea un partido católico en España, a la mañana siguiente será juancarlista acérrimo, borbónico a matar, derechista a machamartillo y centralista violento (y plagado de agentes secretos del régimen). No tenemos remedio. Deben existir partidos, sindicatos y asociaciones, sin embargo, variados, que defiendan la moral católica por encima de todo, después vendrá todo lo demás...
10/11/12 6:31 PM
  
Juan Mariner
Maite C. se ha quedado corta en los apelativos a los dirigentes del PP, yo los aplicaría igualmente a sus votantes. Muchos van a seguir votando al PP hagan lo que hagan, porque primero es "su patria" y, después, todo lo demás.
10/11/12 6:45 PM
  
perplejo
Me llama la atención que, si le estoy entendiendo bien, proponga un partido católico que NO pretenda llegar al poder en una democracia liberal.
Supongo que, finalmente, le saldrá un "partido temático" tipo Familia y Vida, pero bautizado, porque no me imagino que quiera volvernos a la democracia orgánica y los Principios Fundamentales del Régimen, esto es, a la toma del poder por procedimientos no liberales.
La idea puede ser buena, con la pega de que resultará difícil que no abunden las fotos de sus líderes haciendo el saludo romano y/o con boinas decimonónicas. Viene a la mente la famosa lista de mons. Sebastián cuando se propuso enumerar partidos votables por un católico. Eso sí que sería un suicidio político para la Iglesia, si le da por apadrinar a los sucesores políticos de la Cruzada, los cuales, quiérase que no, mantienen innegables aficiones autoritarias.
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JMI.-Unos partidos en coalición electoral, coincidentes todos en los principios innegociables señalados por Benedicto XVI, aunque consiguieran solo una minoría de representantes, serían suficientes 1) para hacer oir la voz de los ciudadanos cristianos en las Cámaras políticas, y 2) en el caso de que el Gobierno no tuviera una base mayoritaria, y estuviera necesitada de complementos para poder gobernar, podría influir no poco en las decisiones políticas nacionales. Algo semejante vemos en el influjo nacional que han venido teniendo, desproporcionado, en España los partidos nacionalistas, o en el juego muy considerable que ciertos partidos minoritarios religiosos dan en la vida política de Israel.
10/11/12 6:48 PM
  
estéfano sobrino
1. ¿Debería dimitir ese ministro? Me parece que la respuesta no es sencilla.

Quien piense que "indidablemente sí" debería analizar si él no tiene la misma obligación de cambiar de país, en vez de pertenecer a uno tan podrido como éste que tenemos.

Estamos en un mundo en el que abunda el pecado. Nos rodea por casi todas partes, hasta dentro de nosotros, y tenemos que luchar contra él.

Cada uno lucha como ve posible en su ámbito. A mí el de la política me pilla muuuuuy lejos. Pero quienes están ahí tienen que ver si su presencia en un partido corrupto permite más bienes que males. Si D. Jorge no fuera ministro, nadie habría oído su voz. Si dimite, quizá quede más clara su oposición..., pero está el riesgo de que luego nombren ministro a uno peor que los anteriores.

Si él tuviera la obligación moral de dimitir, habría que extenderla a todos los cristianos de todos los partídos políticos actuales... dejando esa actividad en mano de los no cristianos.

La verdad, yo no me atrevo a juzgar lo que debe hacer ese señor. Prefiero rezar por él, y que el Espíritu Santo le ilumine, que le va a hacer falta.

2. Creo que buscar en la política la solución de los problemas es un trabajo inútil. La única solución es la santidad personal: la mía, la de mi vecino, y la del de más allá.

Con ella, da igual la forma política concreta que haya, y sin ella, es imposible que funcione nada.
Por esto pienso que es más grave el abandono de la vida cristiana que todas las mandangas de políticos y sindicatos (esa es otra). Tanto en la España actual (a la que se refiere el post), como en la anterior, donde se coció lo que tenemos ahora.

Y si luego alguien consigue hacer algo bueno en el ambiente político actual, que le hagan un monumento, le den un Nobel, y le graben una serie de televisión titulada "más allá de lo imposible".

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JMI.-Ad primum. En las actividades políticas, tan complejas y condicionadas, no es fácil hacer discernimientos absolutamente firmes. Eso es cierto. Ud. estima, según entiendo, que le parece más probable la conveniencia de que el Sr. Ministro no dimita. Respetable opinión, y argumentada. A mí me parece que sería mejor que dimitiese. También respetable. Argumentada ya, pero insisto aquí:

Los buenos católicos no deben integrarse en gobiernos malos, colaborando con ellos y alegando que si no estuvieran ellos, estarían probablemente otros peores. Su presencia hace pensar a los católicos que no será tan malo un partido en el que se integran políticos católicos, y le votará: es lo que está sucediendo hace mucho con el PP, que acepta las enormes burradas hechas por el PSOE sin deshacerlas, como si fueran "conquistas" socio-políticas irreversibles. "Por sus frutos los conoceréis". Esa política ha llevado a España a unos abismos de ignominia socio-política nunca conocidos en nuestra historia, los que estamos viviendo.

Lo que tienen que hacer los buenos católicos es lo que desde siempre ha exhortado el Magisterio apostólico en materias políticas: deben "coordinar sus fuerzas para sanear las estructuras y los ambientes del mundo cuando inciten al pecado, de manera que todas estas cosas sean conformes a las normas de la justicia y más bien favorezcan que obstaculicen la práctica de las virtudes" (Vat. II, LG 36).

Ya se comprende que si la vida cristiana ha decaído mucho en un país, habrá pocos políticos católicos que puedan "coordinar sus fuerzas" etc. Pero ése es el camino y deben caminarlo. Y si consiguen una docena de diputados, podrán hacer en ocasiones bienes no pequeños e impedir males muy considerables, porque muchas veces hay Gobiernos que sin contar con esas minorías no pueden mantenerse en el gobierno: se ven obligados a hacerles caso en muchas ocasiones. Y si consiguen pocos, poco podrán hacer. Y si no consiguen nada, tendrán que quedarse en el "sehol" de la oposición, esperando tiempos mejores. Pero lo que no deben hacer es renunciar a esta misión política que la Iglesia les encomienda, quedándose en casa, que no es solución alguna, o integrándose con coche oficial y varios secretarios en el gobierno pésimo del momento, que es una solución peor aún.

-Ad secundum. La primacía de la oración y de la vida santa en los ciudadanos para colaborar al bien común temporal y eterno es un dato cierto. Pero esa afirmación, que yo la hice ampliamente con varios artículos en la serie de este blog "Católicos y política" (110-114), al comienzo del tema "lo que debemos hacer", no debe presentarse de tal modo que se devalúe la contribución de la acción política personal o asociada de los cristianos en la procuración del bien común político. Recuerde concretamente las citas del Vaticano II que a este respecto hice ya. Son exhortaciones del Magisterio apostólico muy fuertes. No podemos responderlas por la mera afirmación de la indudable primacía en estos temas de la santidad del pueblo cristiano y de la virtud de las personas especialmente llamadas por Dios para procurar el bien político de la sociedad.

Cordial saludo en Cristo.
10/11/12 7:44 PM
  
Pepito
Pienso que la Jerarquía eclesiástica no sólo tiene la obligación de velar por que el Pueblo de Dios tenga buenos pastores espirituales o sacerdotes, a los que forma en los Seminarios, sino que también tiene la obligación de velar para que el Pueblo tenga buenos pastores temporales o políticos que ordenen los diversos asuntos temporales según el plan de Dios.

Si la Jerarquía nos dice que la vocación específica de los laicos católicos es la de ordenar los asuntos temporales según la voluntad o el plan de Dios, corresponde a la Jerarquía enseñar y formar a los laicos acerca de cúal es ese plan de Dios en el orden de lo temporal. La Jerarquía es la que debe de conocer mejor que nadie cual es dicho plan y debe enseñarlo a los laicos y no dejarles solos con el grave riesgo de que yerren en puntos fundamentales de dicho plan divino.

Para lo cual la Jerarquía debería, a mi juicio, instituir unos centros de formación específicos para políticos católicos, es decir, para los pastores del Pueblo de Dios en el orden temporal, en los cuales se le enseñase e instruyese con toda piedad y doctrina sobre cúal es el plan de Dios en los asuntos temporales.

La Jerarquía debe saber mejor que nadie cúal y cómo es dicho plan, o tendría la obligación de saberlo y también la obligación de enseñarlo a los laicos que tengan vocación politica.

En resumen, pienso que al igual que hay Seminarios para formación de pastores espirituales o sacerdotes, debiera haber también Seminarios para la formación de pastores temporales o políticos y que fuesen los que luego se lanzasen, ya formados convenientemente, a la arena política.

La Jerarquía debe ocuparse también de la política, pues la Política y Dios no están reñidos sino todo lo contrario ya que una Política que no respete el plan querido por Dios no es verdadera Política sino politiqueria.

Además la historia nos demuestra palmariamente que Dios desde los tiempos del Antigüo Testamento se ha interesado y mucho por la política de su Pueblo, pues Él mismo elegía expresamente a los líderes o jefes políticos que tenían que regirlo: Abraham, Moises, Sansón, David, Salomón, etc. e incluso enviaba a profetas con el encargo especial de consagrarlos, pues la política bien entendida es también algo sagrado ya que consagra el orden temporal al plan querido por Dios.

Si Dios en el AT ya se preocupaba tanto por la politica de su Pueblo, ¿porqué la Jerarquía no ha de preocuparse también de la política del Pueblo en el NT?
10/11/12 10:02 PM
  
María
lA SOCIEDAD LA TENDREMOS QUE REFORMAR LOS PROPIOS CREYENTES...........no hay otra solución.
Pero desde abajo ....es la única forma....



Saludos
10/11/12 10:07 PM
  
Luis Fernando
¿Está usted seguro de que las citas de Alcide de Gasperi, Ciriaco de Mita y Francesco Cossiga eran sobre la DC italiana y no sobre el PP español?
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JMI.-Segurismo.
10/11/12 10:11 PM
  
CCCP
No estoy de acuerdo en que los "principios del liberalismo" sean "la soberanía ilimitada del pueblo, autonomía total de los ciudadanos, cuya libertad no está sujeta ni a Dios, ni a un orden natural". Lo esencial para el liberalismo es la garantía de una serie de libertades básicas (derecho a la vida, derecho a no ser encarcelado sin juicio justo, derecho a no ser torturado, libertad de expresión, libertad religiosa, libertad de empresa, libertad de asociación ...): el respeto de estas libertades es preciso para el adecuado desarrollo de la naturaleza humana (por tanto, el concepto de naturaleza humana o de orden natural SÍ juega un papel importante en el liberalismo; para aquellos que, además, consideramos que la naturaleza humana ha sido creada por Dios, las libertades resultan haber sido queridas por el propio Dios). No estoy de acuerdo con que el liberalismo sea incompatible con la idea de "orden natural" ni con la creencia en Dios. Esta compatibilidad se aprecia en Locke, en Tocqueville, en Adam Smith, en Hamilton y en otros clásicos del liberalismo.

El liberalismo no consiste en la "soberanía popular ilimitada" ("cualquier cosa que apruebe el pueblo estará bien"). Es más bien lo contrario: implica una AUTORRESTRICCIÓN de la soberanía popular: al consagrar ciertas libertades fundamentales en la Constitución, un Estado liberal intenta prevenir posibles decisiones insensatas del pueblo en el futuro (por ejemplo, aunque un gobierno intentase sacar adelante -con un 90% de apoyo popular- una ley que ordenase el exterminio de los judíos [o de cualquier otra etnia], la ley sería anulada por inconstitucional: el pueblo NO PUEDE DECIDIR CUALQUIER COSA).

Nótese que todos los derechos humanos que enumeré antes (libertad religiosa, libertad de expresión, de asociación, de empresa, etc.) fueron introducidos por regímenes grosso modo liberales (empezando por la Constitución USA de 1787, y siguiendo por la Constitución de Cádiz [1812], la belga [1831], etc.). Fueron los Estados liberales del XIX los que abolieron la esclavitud, instauraron la libertad de cultos, consagraron legalmente la libertad de imprenta, etc. No veo qué pueda haber en estos derechos de incompatible con el catolicismo (de hecho, la Iglesia ha terminado haciendo suya a partir del Concilio Vaticano II la idea de los derechos humanos).


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JMI.-Si usted quiere entender el liberalismo en un sentido sano, benéfico, lleno de verdad, de respeto a la libertad personal, un liberalismo que sujeta a la voluntad divina, al orden natural, ajeno totalmente al relativismo, a la tiranía de las mayorías posibles, que determinen el bien y el mal como les parezca o esté de moda, es libre de hacerlo. Si le parece, puede apuntarme a él.

Yo hablo del liberalismo en el sentido en que lo ha hecho la Iglesia sobre todo desde el siglo XIX, cuando surge en toda su potencia descristianizadora. Tengo en este blog muchos artículos sobre el tema (los hallará mirando el Índice), y en ellos podrá encontrar muchos textos de la Iglesia. Es un liberalismo malo, que no tiene nada que ver con el suyo. Pero ya sabemos que una misma palabra puede recibir acepciones muy distintas, según el contexto.

No es viable entrar aquí a la discusión de los ejemplos históricos concretos que usted pone, que son varios. Pero me fijaré sólo, y muy brevemente, en uno: el del liberalismo liberador de la esclavitud. En todas las naciones antiguas era normal la esclavitud. Aristóteles la consideraba de derecho natural. Es la Iglesia la fuerza histórica más potente para erradicarla, ya concretamente en cartas de SPablo, que hace igual en Cristo al libre y al esclavo, ya en Roma eligiendo Papa a un esclavo liberto, de tal modo que a medida que crece el cristianismo, ya en la EMedia, prácticamente desparece la esclavitud. Renace un poco, solo un poco, en el Renacimiento, en algunas casas ricas, como toque de distinción exótica, con ocasión de los viajes marinos y el rebrote paganizante: el esclavo como un adorno llamativo. Los Austrias católicos de España, hasta 1700, limitan en América la esclavitud todo lo que pueden, y pueden mucho más que Portugal en el Brasil; y mucho más también que los Estados Unidos protestantes, que importan muchísimos esclavos, sobre todo en el sur. Es con la Ilustración, los Borbones y los ministros masones liberales [preciso y añado: ilustrados del XVIII, liberales del XIX] cuando se dispara enormemente la exportación de esclavos a América. Cuatro quintos del TOTAL de esclavos africanos llegados al Nuevo Mundo fueron transportados en siglo y medio, entre 1700 y mediados del XIX. Y justamente sobre todo desde y hacia los países donde el liberalismo imperaba máximamente.

Ésa es la liberación de los esclavos realizada por el magnánimo liberalismo al que usted alude.
10/11/12 10:13 PM
  
Pero grullo
Desmovilización política, social y por lo que se ve, también desmovilización moral y religiosa.
10/11/12 10:16 PM
  
Iconodulo
En general muy bien el post, pero me chirría un poco eso de que no tengamos que pagar la educación pública solo porque no la utilicemos (es lo que he entendido, aunque si cuadra no me he enterado bien). Al fin y al cabo, los servicios públicos no se pagan porque se usen, sino por que están disponibles para ser utilizados en todo momento.

Y lo dice uno que se considera a si mismo libertario -aunque no al modo en que el Tea Party estadounidense entiende dicho concepto, dado que en ese caso resultaría difícil que me atreviese a definirme como católico-, y por ende partidario de finiquitar el Estado Social que la Democracia Cristiana tanto contribuyó en su día insensatamente -al menos según lo veo yo- a fortalecer.
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JMI-Está muy bien que todos los ciudadanos, también los padres que eligen para sus hijos Colegios católicos, colaboren al sostenimiento de la enseñanza pública. Pero si ha de reconocerse el derecho natural de los padres a elegir la educación de sus hijos, tendrá que ocuparse el Estado de financiar tanto la enseñanza pública como la privada, dentro de unas exigencias legales de calidad convenientes. De otro modo, los padres católicos tendrían que pagar a su costo exclusivo el Colegio privado y contribuir como todos los demás a sostener los Colegios públicos. Es una injusticia patente. O es un modo de suprimir la Enseñanza privada, y dejar como única la Enseñanza pública. Y al que no le guste o le reviente, que se jorobe.
10/11/12 10:20 PM
  
CCCP
Por otra parte, como indica "Perplejo" más arriba, una crítica tan radical del sistema liberal parece no dejar otra salida que "la toma del poder por procedimientos no liberales". Supongo que nadie toma en serio a estas alturas esa posibilidad.

Vivimos en una sociedad pluralista en la que muchos no son cristianos. Creo que los cristianos tenemos la verdad: pero tener la verdad no nos da automáticamente el derecho a gobernar. La única vía para intentar influir en las leyes es la actuación por medio de partidos políticos que compitan por la representación parlamentaria. Es decir, la vía liberal-democrática (la ampliación progresiva del sufragio, la separación de poderes, el principio "un hombre, un voto", etc. también fueron aportaciones del liberalismo). Precisamente lo que intentaron la CDU alemana y la DC italiana, tan criticados en este artículo (yo pienso que la idea inicial era buena, pero el componente cristiano se fue diluyendo en su ideario, como también indica el artículo; a la DC italiana hay que reconocerle, al menos, el gran mérito histórico de haber impedido la basculación de Italia hacia el comunismo, en los años en que existió un peligro real de ello [sobre todo, tras la Segunda Guerra Mundial]).
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JMI.-El sistema que concentra exclusivamente el poder político en los partidos tienen enormes defectos, que ya muchos autores especializados en estos temas han analizado y denunciado. Da lugar a una partitocracia de efectos sumamente nocivos, los que estamos viendo. La partitocracia corrompe la democracia, y anula la participación del pueblo y de las asociaciones privadas, mucha de las cuales o son frenadas o sostenidas por la subvención selectiva del padre Estado. De todo esto hablo en este blog con más orden y calma en (102) y en(122). El ciudadano número, que ejerce su soberanía cada varios años metiendo un papelito por una ranura: y basta. El Estado leviatán, administrador de más de la mitad de la renta producida por el pueblo con su trabajo, estrujador del pueblo con sus impuestos abrumadores, apisonador del principio de subsidiariedad en todos los campos hasta donde alcanza, regulador y normatizador (tanto socialistas como liberales: más o menos igual) de todo lo regulable y normatizable... es una mugre de sistema.

Por supuesto que quienes lo vemos no lo vamos a derribar bombardeándolo. Pero los católicos hemos de (y dale con la frase que he citado diez veces) "coordinar las fuerzas para sanear" todo, las diversas partes del sistema y el sistema mismo. Si nos dejan, claro. Pero por no intentarlo, que no quede.

10/11/12 10:28 PM
  
CCCP
¡Ahora va a resultar que la responsabilidad de la esclavitud es del liberalismo! Hubo esclavitud en todas partes del mundo, en todas las épocas (incluidos 1800 años de cristianismo, desgraciadamente: ¿no eran católicos también los reyes de Portugal?; ¿no hay población negra hoy día en Cuba, Rep. Dominicana, etc, ex-colonias españolas?). Y fueron Estados "liberales" los que, por primera vez en la historia de la humanidad, abolieron definitivamente la esclavitud: en Gran Bretaña (1833), en Francia (1848), en EEUU (1862), en España (1886) ...

Llama "liberales masónicos" ... ¡a los ministros del siglo XVIII (para poder imputarles el aumento del tráfico de esclavos)! Pero el siglo XVIII no tuvo nada de liberal: fue el siglo del "despotismo ilustrado"; no había Constituciones que consagraran derechos, ni estos eran respetados en la práctica ("lettres de cachet", detenciones arbitrarias, discriminación religiosa, persistencia de la división estamental de la sociedad ...). No hay en el mundo ningún régimen liberal hasta 1776, con la independencia de USA.

"liberalismo en el sentido en que lo ha hecho la Iglesia sobre todo desde el siglo XIX"

La Iglesia se opuso al liberalismo ... entendido exactamente en el sentido que yo he evocado (reconocimiento de la libertad religiosa, de la libertad de expresión, de la igualdad ante la ley, etc.). La Iglesia se opuso a esas libertades: en la "Mirari vos" (1832), Gregorio XVI llama a la libertad de prensa "error nunca suficientemente condenado" y a la libertad de cultos, "delirio". La "Quanta cura" de Pío IX (1864) contiene condenas semejantes. La Iglesia no supo entender a tiempo el nuevo mundo que surgía de las revoluciones liberales, y durante un tiempo se resistió a él. Como sabe muy bien, la Iglesia actual ya no se opone a la libertad de cultos o la libertad de prensa. Ha habido una evidente evolución (muy positiva, en mi opinión).


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JMI.-Veo, estimado CCCP, que usted no se cansa. Pero yo sí. Y mañana tengo que madrugar. Va breve.

La Ilustración del XVIII engendra el Liberalismo del XIX y XX. Si usted quiere, podemos decir que fueron los ministros masones ilustrados (XVIII) y los ministros másonicos liberales (XIX) los que etc. En ese tiempo, lo que le he dicho (y parece que no le ha hecho mucha impresión), imperando el espíritu ilustrado y liberal, no el espíritu de la tradición cristiana, es cuando 4/5 de TODOS los esclavos desde el descubrimiento son importados a América.

El despotismo ilustrado de las Monarquías absolutas se inspira en las ideas filosóficas de la Ilustración, no en la tradición de los antiguos Reinos cristianos. Y como le digo, fue en las Monarquías más inspiradas en la Ilustración y el Liberalismo donde la exportación de esclavos alcanzó una eclosión inmensa.

La Iglesia se opuso al liberalismo malo, no al sano y benéfico que usted describe. Lea si no qué entiende, p.ej., León XIII en la enc. Libertas por "liberalismo". No tiene nada que ver con lo que usted dice.
10/11/12 11:13 PM
  
Luis Fernando
CCCP, siento comunicarte que el liberalismo no es, históricamente, el actual necononismo pseudopuritano de los wasp del Bible belt. Otra cosa es que se les quiera considerar como liberales.

10/11/12 11:46 PM
  
Barsaba
El colectivo social de los fieles católicos, que es algo mayor que el de visitantes de estos blogs, están inmersos en un mar de confusión y desorientación, que ha derivado en una evidente división, cuando no incomprensión mutua. No hay más que ver que hay católicos confesos en todos los partidos políticos: hay católicos, que se dicen tales, en el PS (que manda huevos), hay católicos, supuestamente más coherentes, en el PC y otros partidos de izquierda, y hay católicos, supuestamente los más perniciosos, en el PP. Todos ellos aparentemente convencidos de que su militancia contribuye al bien común porque nadie con autoritas en materia de Fe ha manifestado nunca que determinadas militancias están reñidas con la pertenencia a la Iglesia Católica, por la sencilla razón de que tanto el clero secular (párrocos, coadjutores, etc.), como también los obispos, están igualmente divididos sobre esta materia y sobre el contenido concreto de la función social de los laicos.

En estas circunstancias formular propuestas de movilización de los laicos para la formación de partidos inequívocamente católicos no deja de parecerse al absurdo de proponer poner puertas al campo. Admitiendo que se logre que una minoría de laicos concienciados (pioneros) den un paso al frente, el esfuerzo de esta minoría servirá de muy poco a efectos de movilización y de apoyo de otros católicos si no se ven respaldados explícitamente y de manera inequívoca por los pastores de la grey.

Mientras quienes tienen la misión de dirigir a los fieles (sacerdotes y obispos) no muestren claridad inequívoca y unidad para la defensa de los principios innegociables para un católico, y, en particular, no se desenmascare claramente la incoherencia que supone militar en determinados partidos políticos con el contenido de la doctrina católica respecto de la organización de la sociedad civil, el esfuerzo de los pioneros será a buen seguro totalmente baldío.

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JMI.-La movilización política de los católicos, para que "coordinando sus fuerzas saneen las estructuras viciadas que inclinan al mal", etc. es perfectamente posible, de suyo, con la gracia de Dios. Que todos los que profesan no solo religiosamente sino políticamente los "principios innegociables" enunciados por Benedicto XVI (que son los de la Tradición católica de siempre), es perfectamente posible; aunque en otros temas tengan diferencias los diversos grupos políticos.

Esa asociación operativa de las fuerzas cristianas para actuar en el campo de la política será mucho más viable si cuenta con el apoyo de los Obispos, por supuesto. Pero también es posible sin ese apoyo. Con la gracia de Dios. El Vaticano II insiste mucho en que los laicos tienen una responsabilidad propia para actuar benéficamente en la realidades temporales, con o sin ayuda del Episcopado.
11/11/12 12:00 AM
  
Dr. Sonnel
Recuerdo un reportaje aparecido hace unos años en Zenit a un antiguo alcalde demócrata de Boston, que sostenía -con pena- que los católicos se habian quedado sin casa. Ya no podían adherir a los demócratas abiertamente antivida, ni a los republicanos dispuestos a bombardear a diestra y siniestra y a favorecer a los ricos sobre los pobres... Esta es la penosa situación actual.
11/11/12 12:22 AM
  
CCCP
"La Iglesia se opuso al liberalismo malo, no al sano y benéfico que usted describe. Lea si no qué entiende, p.ej., León XIII en la enc. Libertas por "liberalismo"".

Con León XIII ya comenzó -muy tímidamente- la evolución razonable a la que me referí antes (por ejemplo, con su autorización para el "ralliement" de los católicos franceses a la Tercera República). Pero los Papas anteriores del XIX no distinguieron entre "liberalismo bueno y malo": SE OPUSIERON EN BLOQUE A CUALQUIER FORMA DE LIBERALISMO. Condenaron la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de cultos, la separación Iglesia-Estado, las constituciones surgidas de las revoluciones liberales... Apoyaron sin reservas la Restauración legitimista del Antiguo Régimen (Congreso de Viena, Santa Alianza, etc.). Soy católico, pero no me parece que rinda ningún servicio a mi fe manipulando la historia para ocultar los hechos que no nos convienen.

"Debemos también tratar en este lugar de la libertad de imprenta, nunca suficientemente condenada, si por tal se entiende el derecho de dar a la luz pública toda clase de escritos; libertad, por muchos deseada y promovida. [...] Enteramente distinta fue siempre la disciplina de la Iglesia en perseguir la publicación de los malos libros, ya desde el tiempo de los Apóstoles: ellos mismos quemaron públicamente un gran número de libros" (Gregorio XVI, "Mirari vos", 11).

"Tanto las leyes divinas como las humanas se levantan contra quienes se empeñan, con vergonzosas conspiraciones tan traidoras como sediciosas, en negar la fidelidad a los príncipes y aun en destronarles" ("Mirari vos", 12: huelga decir que estos "príncipes" son los monarcas absolutos de derecho divino, no los gobernantes democráticamente elegidos).

"Estos hermosos ejemplos de inquebrantable sumisión a los príncipes, consecuencia de los santísimos preceptos de la religión cristiana, condenan la insolencia y gravedad de los que, agitados por torpe deseo de desenfrenada libertad, no se proponen otra cosa sino quebrar y aun aniquilar todos los derechos de los príncipes" ("Mirari vos", 15).

Los "príncipes" en cuestión incluían al zar de Rusia. Gregorio XVI condenó en 1831 la rebelión de los polacos (católicos) contra el zar (Polonia estaba entonces anexionada en su mayor parte por Rusia).


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JMI.-En esta discusión que nos traemos ud. y yo sobre el liberalismo es imposible que llegamos a un acuerdo, ni siquiera a un acercamiento, porque aunque usemos la misma palabra, le damos contenidos completamente distintos, más aún, contrarios. No estamos hablando de lo mismo.

El liberalismo del que yo hablo viene definido, p. ej., por León XIII con gran precisión: "El principio fundamental de todo el racionalismo es la soberanía de la razón humana, que, negando la obediencia debida a la divina y eterna razón y declarándose a sí misma independiente, se convierte en sumo principio, fuente exclusiva y juez único de la verdad. Ésta es la pretensión de los referidos seguidores del liberalismo (...)
"La conclusión inmediata es colocar la causa eficiente de la comunidad civil y política no en un principio exterior y superior al hombre, sino en la libre voluntad de cada uno; derivar el poder político de la multitud como de fuente primera" y soberana (Libertas, n.12). Con mayor o menor precisión, todas las encíclicas liberales están diciendo esto mismo.

Ortega y Gasset, en numerosas ocasiones y con variantes, dijo que «el cura, desde el púlpito, finge un maniqueo absurdo para darse el gusto de refutar al maniqueo». Unamuno también empleó frases semejantes. Pues bien, el Magisterio apostólico que define y combate al liberalismo no lo están "fingiendo" o "inventando", para poder darse luego el gusto de machacarlo con sus argumentos. Están hablando de una ideología ampliamente expuesta por los filósofos y políticos a partir sobre todo de la Ilustración (XVIII), con aplicaciones políticas y culturales ya generalizadas sobre todo en el XIX y XX, hasta hoy. Están describiendo situaciones que cada día estamos viviendo los ciudadanos de los siglos XX-XXI. El liberalismo del que estoy hablando yo es real, vigente, y está hoy plenamente operativo, aunque eso sí, aplicado en modos bastante diversos (socialistas, liberales, conservadores, dictadores, partidos únicos, etc.), aunque guardan todos una raíz común: la soberanía absoluta de la razón y de la libertad humana. Pongo algunos ejemplos:

Aborto.-La libertad de votantes y políticos que establecen "el derecho al aborto" parte, evidentemente, del ejercicio de una libertad (liberalismo) que no se sujeta ni a Dios ni al orden natural, autorizando financiando el homicidio de los no nacidos.

Divorcio.-Cuando votantes y políticos deciden "el derecho al divorcio" exprés, por decisión unilateral, sin "causas" graves requeridas por ley y apreciadas por jueces; no, simplemente con rellenar y firmar un impreso, estamos ante un ejercicio liberal de la libertad de ciudadanos y políticos. Una monstruosidad, que romper uno de los vínculos más nobles y transcendentes existentes, para el bien de los hijos, de la sociedad o del cónyuge abandonado, esté mucho más facilitado que la ruptura de un contrato entre dos socios que poseen, p.ej., un estanco, es una monstruosidad, que los Estados liberales permiten y fomentan.

Matrimonio homosexual.-Que se dé el mismo trato jurídico y social, y el mismo nombre, al matrimonio monógamo entre hombre y mujer y a la unión de homosexuales, siendo realidades tan extremadamente diferentes, es una atrocidad irracional que se puede dar en la medida en que los Estados se vean envenenados por el liberalismo.

Libertad de educación.-Que no se reconozca la libertad real de enseñanza y educación, obligando a pagar dos veces a los padres que quieren para sus hijos una enseñanza diversa de la impartida en centros públicos, cuando estiman que ésta es perjudicial, es fruto de una libertades liberales que, solamente en fuerza al número, pueden imponer su decisión al margen de razón, Dios y orden natural. Puro liberalismo.

La razón, ella solita, con autorización del liberalismo, puede llegar tranquilamente a la eutanasia, a la poligamia, a lo que sea. No será el liberalismo quien se lo prohiba. Incluso si se hace ley civil que en la práctica obliga a obrar según la Sra. Eutanasia o la Sra. Poligamia, o a respetarlas cuando menos.
Hetero-homo-bi-sexualidad: todo es igualmente "natural", y quien afirme lo contrario, cae en el dogmatismo y pisotea los principios del liberalismo intelectual y práctico.
Es lo que estamos viviendo. El liberalismo del que hablo yo es el real.

No pongo más ejemplos.

El liberalismo bueno, benéfico, del que usted habla es algo que no tiene nada que ver con el liberalismo del que hablo yo. El liberalismo al que yo me refiero se hace palpable y visible en las consecuencias que produce, alguna de las cuales le he recordado como ejemplo.

Eso hace que estemos hablando de cosas distintas, y que nuestras posiciones se extiendan como paralelas que, según dicen, solamente se encontrarán en el infinito (aunque vaya usted a saber). Por eso doy por terminada nuestra discusión.

P.d. 1- "Esclavitud". Mire por favor lo que seguidamente le contesto a Alfonso.

P.d. 2- La Iglesia viene enseñando los derechos humanos desde el siglo I, y en cuanto a sus teóricos, los teólogos católicos del XVI, son los más importantes precedentes del lado bueno del pensamiento actual en estos temas.

P.d. 3- La Iglesia se opuso a "las libertades" a las que usted alude en cuanto se planteaban partiendo de las premisas del liberalismo que ya he indicado.

Un cordial saludo, y Dios quiera que nos encontremos en el infinito.
11/11/12 12:47 AM
  
Alfonso
Padre José María Iraburu, sin quererlo ha traído usted a colación un tema muy interesante para los interesados por la apologetica historica: ¿La abolición de la esclavitud fue debida al cristianismo o por el contrario fue posible gracias al influjo de liberales y librepensadores? ¿Se equivocó el magisterio pontificio como afirmaba John Francis MAXWELL en Slavery and the Catholic Church ?
La verdad es más compleja de lo que piensa CCCP:
Catolicismo y política en Puerto Rico: bajo España y Estados Unidos
http://forums.catholic.com/showthread.php?p=8314521
The Truth About the Catholic Church and Slavery | Christianity Today http://www.christianitytoday.com/ct/2003/julyweb-only/7-14-53.0.html
medicolegal.tripod.com/catholicsvslavery.htm
http://josephsoleary.typepad.com/my_weblog/2008/02/cardinal-avery.html


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JMI.-Es la Iglesia la principal vencedora de la esclavitud. En el Nuevo Testamento la doctrina de Cristo y de los Apóstoles sobre la igualdad en Cristo de todos los hijos de Dios, sean judíos o gentiles, hombre o mujer, esclavo o libre, trae al mundo unas ideas absolutamente nuevas, y produce una revolución de pensamiento que, de hecho, irá suavizando la esclavitud ("no como esclavo, sino como hermano amado", Fil 16) hasta hacerla desaparecer en la Edad Media, por primera vez en la historia de la humanidad.

Cuando a fines de la EMedia, con el progreso de los viajes marítimos, va renaciendo en algunos lugares la esclavitud, Pío XII, en 1462, denuncia el mercado esclavista como "magnum scelus", gran crimen, y apremia a los Obispos a que apliquen graves sanciones que lo impidan. Los Reyes Católicos obligan muy severamente a Colón a que devuelva la libertad a unos indios que trajo como esclavos. Pablo III, en carta al arzobispo de Toledo, amenaza con la excomunión a quien haga esclavos de entre los indios. Y en la bula Veritas condena la esclavitud y anula todos los contratos referidos a ella. Urbano VIII, viendo que el rey de Portugal no seguía estas prescripciones, escribe al Nuncio de Portugal condenando la esclavitud, y excomulgando a quien la practique. Benedicto XVI dispone lo mismo para todas las naciones en la constitución Inmensa, de 1741. Pío VII en 1814, encarta al rey de Francia, prohibe absolutamente el tráfico esclavista. En el Congreso de Viena, 1814, los representantes de la Iglesia presionaron notablemente para que el decreto prohibitorio de la esclavitud saliera adelante. Y Gregorio XVI en carta de 1837 condena cualquier forma de esclavitud, señalando graves penas a los infractores.

Junto a estas leyes y normas, no siempre bien obedecidas, por supuesto, están los datos estadísticos, que tienen también suma elocuencia (cf. Herbert Klein, La esclavitud africana en América Latina y el Caribe, Alianza, Madrid 1986). "Cuatro quintos del total de esclavos africanos llegados al Nuevo Mundo, fueron transportados en siglo y medio, entre 1700 y mediados del siglo XIX" (Klein pg.94). Mire qué casualidad, justamente en el tiempo de la Ilustración (XVIII) y del Liberalismo (XIX), es cuando se produce esa enorme eclosión del tráfico esclavista, mal que bien frenado hasta entonces en el área católica. Pero, ojo: no vaya ud. a sacar consecuencias precipitadas de esa coincidencia temporal: es una mera coincidencia. NADA TIENE QUE VER la Ilustración ni el Liberalismo con ese aumento enorme del tráfico esclavista. ¡¿A quién se le ocurre pensarlo?!

Chile libera a sus esclavos, 4.000, en 1823. México, libera sus 3.000 en 1830. Estados Unidos, que en 1860 tenía 3.953.696 (casi cuatro millones) de esclavos, los libera en 1863. Brasil, que tenía 1.510.806 (más de un millón y medio), en 1888 (Carlos Pereyra, La obra de España en América, Aguilar, Madrid 1930, pgs. 269 y Klein 160-163).

11/11/12 5:21 AM
  
Josafat
Partidos políticos católicos...no se puede negar que la evangelización de Roma fue una tarea mas hercúlea que la que enviar algunos diputados a la Carrera de San Jerónimo (o a cualquiera de las 17 "carreritas" que son símbolo de la desintegración territorial de España).

Gasperi dice en 1952, que ellos son de izquierdas pero que quienes les votan son de derechas, y resulta que a ese partido se le sigue votando hasta 1990's.

¿Y por que se dejan engañar así?. Pues porque el ser político ha dejado de existir. Décadas de ideología que consiste en que el Estado se inmiscuye no solo en la acción del hombre sino en su espíritu han traído como consecuencia el colapso intelectual del ciudadano medio.

Ya lo advertía Tocqueville el efecto mas pernicioso de la civilización igualitaria es la creación de un despotismo democrático que a fuerza de intervenir en el destino de los seres humanos, estos acabarían perdiendo la facultad de pensar, razonar críticamente ordenados al bien...se ha vendido el alma a la Bestia.

Ni politicas ni paparruchas. Hay que formar a la gente, enseñarles historia, filosofía, que lean el periodico, revistas...y que se forme un ser político y luego pedirles el voto.

La masa amorfa contemporánea rechaza no por maldad sino por ignorancia. Hay que formar, que la gente estudie materias que vayan mas allá de la tecnica porque sino no hay partido que valga.

11/11/12 11:19 AM
  
Alfonso
CCCP, debo señalar que es cierto que Gregorio XVI condenó la insurreción polaca de 1832 pero cuando el zar ruso visitó al papa en 1845, el pontifice le afeo al zar la autocracia rusa y denunció energicamente la represión rusa en Polonia. Comparto plenamente las critícas del padre Ibaruru a la partitocracia. Fraga,uno de los últimos políticos cristiano españoles defendio energicamente la democracia directa en el proceso constituyente. Hay un aspecto que me gusta: la democracia directa como método de fortalecer la sociedad civil. Es interesante señalar que gracias a la democracia directa y más concretamente el referéndum abrogativo activista cristianos lograron tumbar leyes inicuas como el matrimonio homosexual en California,Suiza y varios estados de USA. En otros paises los cristianos tienen el mismo problema pero hay una diferencia esencial, la opinion pública católica puede apelar a instrumentos de democracia directa como el referendum abrogativo y la iniciativa legislativa popular: En Suiza paso hace años algo parecido, se legalizaron los concubinatos como primer paso al matrimonio gay pero gracias a la democracia directa fue tumbado en referéndum. Ídem en California, Eslovenia, Florida%u2026 De 32 referendos sobre el matrimonio gay en EE UU, el matrimonio natural gana en 32 http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=22909 Los cristianos españoles con el PP y la democracia representativa nunca conseguiremos ningún objetivo de los tema innegociables. Por otro lado el gran déficit democrático español es la inexistencia de la posibilidad de un referéndum por iniciativa ciudadana. Suiza, Baviera, Uruguay, California, Florida%u2026permiten esta forma de democracia directa.
11/11/12 11:24 AM
  
Tomás Bertrán
En fin, una cosa es el liberalismo y otra la libertad de los hijos de Dios. ("La Verdad os hará libres").
Y una cosa es el socialismo y otra el sociedalismo de Vázquez de Mella (la Doctrina Social de la Iglesia aplicada a la política).
Es como lo del amor y la genitalidad, que muchos lo confunden.
O la Caridad y el altruismo.
O la enseñanza y la educación. La enseñanza los maestros, la educación los padres.
El diablo ha trabajado tan bien que hasta ha llegado a confundirnos en conceptos tan claros cuando se busca de verdad la Verdad (valga la redundancia).
Incluso ya no existe el diablo. Existe el mal como cosa abstracta. Hasta cuando rezamos el Padrenuestro decimos "y líbranos del Mal", cuando deberíamos decir "y líbranos del Maligno".
Creo que lo que expongo viene a colación con el tema, ya que el liberalismo, lo que verdaderamente se entiende por liberalismo, Satanás ha sabido "camuflarlo", como la manzana de Blancanieves, muy apetitosa por fuera y presentada con mucho bla, bla, bla, pero el veneno está dentro. Y pongo el ejemplo de la manzana de Blancanieves para no referirme al drama del Paraíso, que sonaría muy duro a los "castos" oídos de esta modernidad.
En fin, ,la confusión de las palabra. La torre de Babel.
11/11/12 12:53 PM
  
Alfonso
Carlos Pereyra, La obra de España en América, no conozco ese libro pero parece interesante. Tiene usted razon en que Isabel La Católica fue hostil a la esclavitud. Isabel La Católica prohibió la esclavitud de los guanches en 1478,la de los indios en 1501,liberó a los solariegos castellanos en 1480 y a los payeses catalanes en 1486; según Dumont en 1492 compro los esclavos musulmanes de Castilla para emanciparlos...Pero aun así debo hacer matices. Pío II se limito a prohibir la esclavitud de los negros neofitos. Con ello no estoy diciendo que Roma legitimase la trata de negros. El Santo Oficio promulgó 11 decretos contra la trata (pero no contra la esclavitud), Benedicto XIV recordo en 1758 a los obispos angoleños que la Bula Inmensa también se aplicaba a los negros; Gregorio XVI rechazo la esclavitud en 1839: http://forums.catholic.com/showthread.php?p=8314521
11/11/12 1:47 PM
  
Alfonso
Pero volviendo al tema del post, el PP deplorable y sin embargo a AES se le nego el pan y la sal en la cope: Sigue sin haber ni rastro del borrador para la reforma de la Ley del Aborto
El PP no teme ser impopular por servir a la SGAE, pero sí por defender a los no nacidos
http://www.outono.net/elentir/2012/11/10/el-pp-no-teme-ser-impopular-por-servir-a-la-sgae-pero-si-por-defender-a-los-no-nacidos/
11/11/12 1:51 PM
  
Alfonso
El Partido Nacional uruguayo, vinculado a la Iglesia Católica, anunció el lanzamiento de una campaña de recolección de firmas para que el asunto sea sometido a referéndum nacional. Se necesitan 52.000 adhesiones para que el proyecto avalado por los conservadores y el clero salga adelante. Por algo Rajoy se opone a la democracia directa contemplada en el proyecto de 1978.
11/11/12 2:10 PM
  
Luis Fernando
CCCP, por último, para que entiendas bien en qué consiste el liberalismo en España, te paso la frase de la política liberal más conocida, famosa y bien vista por los católicos de este país:

"Tengo que recordar que en su día me opuse a que se presentara un recurso de inconstitucionalidad en el caso de los matrimonios gays"
Esperanza Aguirre

11/11/12 2:38 PM
  
José
¿Acaso sólo hay una única Mercedes Aroz, exsenadora socialista antes que ofender a Cristo?. Su dimisión ya la hecho santa en vida.
11/11/12 3:33 PM
  
Ricardo de Argentina
Padre, mucho le agradezco su explicación acerca del origen de la esclavitud negra en Hispanoamérica. Era un dato que desconocía en un tema que me intrigaba, pero que a la luz de lo que usted explica, cierra perfectamente: a medida que las coronas católicas europeas van siendo progresivamente inficcionadas de liberalismo (y de masonería y de absolutirmo tiránico, todo a la par), van tolerando cada vez más la trata de negros. Tráfico que realizaban abiertamente los países protestantes, con Iglaterra a la cabeza, y que mucho toleró Portugal, cuya dinastía tiene relaciones con Inglaterra desde el siglo XIV y a la cual debe su existencia separada del resto de España. Por eso la abundancia notoria de la esclavitud en el Brasil, que ha sido el país hispanoamericano más esclavista, de lejos.

Pero el liberalismo no tiene vedado mentir, entonces miente sin tapujos. Se proclama el padre del fin de la esclavitud, cuando todos sabemos que ella fue abrogada cuando gracias a la Revolución Industrial se había conseguido otra clase de "esclavos" más eficientes y manejables: las máquinas. Puro y duro cálculo de costo-beneficio. El cual tuvo una gran importancia en la génesis de la Guerra de Secesión useña.

En otro orden y con su permiso, me voy a permitir demostrar la inconsistencia de la argumentación de CCCP centrándome en este párrafo del primer comentario que hizo en este artículo:
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"El liberalismo no consiste en la "soberanía popular ilimitada" ("cualquier cosa que apruebe el pueblo estará bien"). Es más bien lo contrario: implica una AUTORRESTRICCIÓN de la soberanía popular: al consagrar ciertas libertades fundamentales en la Constitución, un Estado liberal intenta prevenir posibles decisiones insensatas del pueblo en el futuro (por ejemplo, aunque un gobierno intentase sacar adelante -con un 90% de apoyo popular- una ley que ordenase el exterminio de los judíos [o de cualquier otra etnia], la ley sería anulada por inconstitucional: el pueblo NO PUEDE DECIDIR CUALQUIER COSA)."
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PRIMERA OBSERVACION: Se demuestra con este párrafo lo que ha dicho el Padre en el sentido de que CCCP habla de otra cosa cuando dice "liberalismo". Porque en el LIBERALISMO del que habla el Padre y también la Iglesia en las encíclicas que lo condenan, entra como anillo al dedo el NAZISMO. Hablando en "católico" ("idioma" que CCCP parece no entender), el nazismo es tan liberal como el comunismo y el demoliberalismo partidocrático.

SEGUNDA OBSERVACION: Hagamos una prueba, cambiemos en el párrafo citado una poquísimas palabras en la parte que dice:
"judíos [o de cualquier otra etnia]"
y veamos que es lo que queda:
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"El liberalismo no consiste en la "soberanía popular ilimitada" ("cualquier cosa que apruebe el pueblo estará bien"). Es más bien lo contrario: implica una AUTORRESTRICCIÓN de la soberanía popular: al consagrar ciertas libertades fundamentales en la Constitución, un Estado liberal intenta prevenir posibles decisiones insensatas del pueblo en el futuro (por ejemplo, aunque un gobierno intentase sacar adelante -con un 90% de apoyo popular- una ley que ordenase el exterminio de los niños no nacidos [o de los ancianos terminales], la ley sería anulada por inconstitucional: el pueblo NO PUEDE DECIDIR CUALQUIER COSA)."
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CONCLUSION: Según CCCP, no existe actualmente en el mundo ningún gobierno que sea liberal.
Lo cual es un absurdo manifiesto.
11/11/12 4:48 PM
  
Joaquin
Me parece que está Vd. montando un guirigay un poco absurdo, p. Iraburu, después de haber desbarrado una vez más divagando sobre la política (que no es lo suyo, Vd. quizás puede ser un buen teólogo, pero de política.... cero patatero). Intentaré exponer brevemente mis motivaciones.
El sistema liberal-relativista que padecemos se impuso en 1.978, por políticos católicos (para dar satisfacción a los no católicos) y con apoyo de la jerarquía eclesiástica. Como era de prever, esta siniestra maniobra política, en un proceso progresivo e ininterrumpido, ha conducido a gravísimas consecuencias y a la descomposición moral total de la sociedad. Ahora es absurdo habar de “movilización de los católicos”. Y todavía más absurdo que esta presunta movilización se produzca a través de un partido político de un sistema político corruptor y corrupto. En 1.936 todavía se pudo recurrir a un Ejército, que a través de un providencial golpe de estado (inicialmente fallido en parte) pudo salvar a España del encanallamiento y la criminalidad política. Hoy día no existe siquiera ese Ejército: ha sido desmantelado a conciencia. Conclusión: la situación actual no tiene remedio por vías humanas.... no es humanamente posible..... y posiblemente la solución va a venir por otras vías “no humanas”. Y no me extiendo más.
Está Vd. perdiendo el tiempo lamentablemente, P. Iraburu.
Un atento saludo.
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JMI.-Al comienzo de mi artículo anterior, decía: "Mis reflexiones presentes, sin embargo, no se limitan a la circunstancia histórica de España, sino que consideran también la situación, muy semejante, de las naciones descristianizadas de Occidente". Así que cuando dice ud. que "El sistema liberal-relativista que padecemos se impuso en 1.978, por políticos católicos (para dar satisfacción a los no católicos) y con apoyo de la jerarquía eclesiástica", encierra sus consideraciones en un marco estrechito, que no es el que enmarca estos dos artículos míos. Y aún queda un (III), que éste sí, se centrará más en España.

En todo caso, si cree ud. que "desbarro, divago y pierdo el tiempo" escribiendo acerca del deber de los políticos católicos de actuar en política, me callo. Se entiende, dejo de hablar con ud.
11/11/12 6:56 PM
  
Maite C
El liberalismo está condenado por la Iglesia y continua vigente.

Un católico por lo tanto no puede ser liberal por más vueltas que le quiera dar.
11/11/12 7:06 PM
  
E. Nuño
buen artículo P. Iraburu. Renuevo la invitación a participar en el grupo de facebook "Alianza Santo Tomás Moro", y leer algunos de los documetnos alli presentes. Así mismo, ya se vienen produciendo cenas mensuales con estas inquietudes, los primeros jueves de mes. Y lo que no sabe el P. iraburu es que con su escrito me ha dado una nueva confirmación para seguir con la mano en el arado y con más impetu. Hay proyectos en marcha, vamos a ver si Dios quiere que se puedan ir concretando en 2013. LE PIDO ORACIONES P. JOSÉ MARÍA
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JMI.-Cuente con mis oraciones.
11/11/12 10:01 PM
  
E. Nuño
P. Iraburu, la leche que mamó, con perdón de la expresión, el hermano mayor (el Angel del alcazar) de su amigo D. José Rivera, fue la de mi abuela paterna, ý en ella iba un poco de santa cabezonería. ASÍ QUE, QUERIDO ANCIANO SACERDOTE, AL MENOS RECER POR MI Y POR LA TAREA, QUE ESO SI LO PUEDE HACER. Un saludo afectuoso
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Avanti con Dio!
Bendición + JMI
11/11/12 10:21 PM
  
Trabis
Como decía Einstein: locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes.

No podemos seguir votando lo mismo.
Los dirigentes católicos no pueden seguir en sus sillones sin dimitir.

Necesitamos del martirio de votar por opciones minoritarias y del martirio de católicos que dimitan.

«Porque de su martirio sacas fuerza de lo débil, haciendo de su fragilidad Tu Propio Testimonio». Misal Romano.

¿Sabéis por qué no hay mártires, ni perseguidos?
Porque no hay Testimonio.
Y luego hablaremos de nueva evangelización: Testimonio y persecución.
12/11/12 12:12 AM
  
Gustavo
Este es un artículo que revolotea como una mariposa pero que no pica como una abeja porque no acaba por definir la causa raíz de todo esta situación que no es otra que la apertura oficial al mundo de la Iglesia desde el CVII.

La apertura al mundo tiene esas cosas. Abrirse significa que el Estado no puede ser confesional o que los partidos políticos no pueden ser católicos. Así que lo que era identitario -lo católico- pasa a ser circunstancial hasta que con el tiempo se acaba cortando el nexo con lo circunstancial católico que es en lo que estamos.

Una vez que un católico entra en un partido no católico pasa por estos pasos. Primero, pierde la Esperanza de cambiar a sus compañeros no católicos de partido. Después, la Fe porque tiene que alcanzar acuerdos de compromiso dentro de su partido. Y por último la Caridad porque la política no católica es eminentemente competitiva.

¿Qué quien tiene la peor culpa? Como siempre, obispos y cardenales y especialmente del Papa.

Tienen la autoridad para excomulgar a todos estos católicos que votan por el matrimonio homosexual o no lo combaten, pero no lo harán hasta que ya sea -desgraciadamente- demasiado tarde, como viene siendo habitual.
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JMI.-Perdone, pero si echa toda la culpa de la desmovilización política de los católicos al Concilio Vaticano II ("la apertura oficial al mundo de la Iglesia desde el CVII") y a los Obispos, y "especialmente al Papa" ¿no será usted filolefebriano, por un casual?
Digo.

12/11/12 12:43 AM
  
Don Rodrigo
Gracias Don José María.

Deberíamos lanzar al viento los escritos de Caturelli para que de una vez por todas se curase el cáncer del liberalismo dentro de los católicos.

Liberalismo Y apostasía...es un hecho.
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JMI.-Gran maestro del pensamiento católico, Alberto Caturelli.
Pueden ver su obra LIBERALISMO Y APOSTASÍA en
www.gratisdate.org En el Catálogo está, pinchan, y sale el texto entero.
12/11/12 1:39 AM
  
Nova
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JMI.-Lo siento, pero debo eliminar su comentario, en el que insulta gravemente al Sr. Jorge Fernández.
12/11/12 1:53 AM
  
Luis Fernando
Padre, no sé por qué le dice eso a Gustavo. Todo el mundo sabe que cuando Alcide De Gasperi dijo lo que dijo, allá por los años 50 del siglo pasado, el Concilio Vaticano II iba ya lo menos por la tercera sesión.
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JMI.- NOTA. El Sr. Director lo dice en broma.
12/11/12 11:05 AM
  
Gustavo
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Así que menos samba y más trabajar.
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JMI.-Celebro que no sea filolefebvriano.
En el largo comentario-desahogo que ha mandado dice Ud. cosas bien verdaderas, pero ya comprenderá que el conjunto es impublicable.
Dejo la última frase.
Cordial saludo.





12/11/12 11:16 AM
  
Pepito
Si algún día los católicos hacemos un partido católico o de inspiración cristiana, que Dios nos libre que sea como la Democracia Cristiana italiana.

Creo que el PP ha seguido en España más o menos el mismo rumbo de la DC italiana.Se decía ser de inspiración cristiana y vemos como una tras otra aprueba o permite que sigan en vigor, pudiendo derogarlas, leyes totalmente anticristianas.

Julio Andreotti, al final lamentó haber aprobado la ley del aborto en Italia, y dijo arrepentido: "Espero que Dios me perdone". Y es que un político católico que legisle en contra del la Ley divina es una contradicción en sí mismo. Pero como actualmente se niega el principio de contradicción y no pasa nada, pues todo cuela.
12/11/12 11:30 AM
  
Maite C
Me sabe muy mal que censure el comentario de Gustavo cuando Vd.mismo comenta que dice "cosas bien verdaderas". Sería bueno conocer lo que Gustavo aporta a su artículo.

¡Una lástima! pero es su blog...
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JMI.-No le sepa mal, si no sabe lo que decía y cómo.
Si lo supiera, tampoco Ud. probablemente lo habría publicado.
12/11/12 11:34 AM
  
Tomás Bertrán
Vamos al grano. Cuando estudié en Salamanca estaba alojado en el Colegio San Bartolomé por allá los años 62 al 64, y para comer me sentaba en la mesa en donde también se sentaba D. Rafael Calvo Ortega, al que le tengo aprecio. Algún domingo íbamos a las orillas del Tormes a visitar pobres con las Conferencias de S. Vicente de Paúl. Como se sabe D. Rafael, Rafa para nosotros, era casi el segundo del que fue presidente Adolfo Suárez, y así se le comentaba que no tenía nada que hacer ya que había uno más guapo que él en Avila.
D. Rafael era una católico practicante, y me tenía mucho aprecio ya que yo era un joven dicharachero, muy distinto del estereotipo que en Salamanca se tenía de los catalanes, hasta el punto en que me dijo que a mí me habían mandado de propaganda desde Cataluña.
Como he sido un enamorado de mi padre, hablaba mucho de él, y D. Rafael me preguntó qué ideología tenía mi padre. Mi padre, que era de Reus y muy enamorado de Navarra (hasta se casó con una navarra, de Villaba, mi madre), era de ideología carlista, e iba todos los años a Montejurra. Cuando a D. Rafael le dije que mi padre era monárquico, se le iluminó la cara, ya que él también lo era pero de D. Juan, y al preguntarme si era de D. Juan, al decirle que no, me preguntó si era de D Juan Carlos, al decirle que tampoco, se le cambió la cara, y cuando le dije que era de D. Javier me dijo: "Dile a tu padre que si es carlista no tiene nada que hacer políticamente. Y si lo cuentas por ahí, yo negaré que te lo he dicho". Esto ocurría por el año 1963-64, en donde ya se cocían las cosas, como el cambio de escudo, la supresión del águila de S. Juan y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos.
Y todo esto no es de extrañar, ya que Franco era monárquico liberal. Le cogió el Alzamiento Nacional durmiendo en Canarias, donde la fue a buscar Luca de Tena, director de ABC y de clara tendencia liberal. El padrino de boda entre Franco y Carmen Polo fue Alfonso XIII, y acabada la guerra nombró a España como Monarquía liberal y él como regente, y de ahí su pensamiento de que Carrero Blanco gobernase y D. Juan Carlos reinase pero no gobernase, especialidad de las monarquías liberales.
No es de extrañar que fuesen desterrados Hedilla tras conmutarle la pena de muerte, sucesor de José Antonio, y de Fanjul, representante de los carlistas, a cuyos mandos en el ejército fulminó y, con perdón, se rió de sus muertos. Y resulta que la guerra la ganaron los muertos, porque los jefazos, de un bando y otro, iban con billete de ida y vuelta. Y nos reímos de estos muertos, que por parte de los carlistas y de algunos otros realizaron una Cruzada. Murieron al grito de: "¡Viva Cristo Rey!".
La Constitución nació de avergonzarnos de los que dieron su vida por Dios y por España, y lo estamos pagando.
La Historia es así de curiosa.
12/11/12 12:27 PM
  
Pepito
Entre tanto caos y confusión política (que si comunismo, que sí liberalismo, que si socialismo, que si capitalismo)creo que un católico lo debe de tener claro: cristianismo político coherente y fiel con los mandatos de Cristo.

Ya dijo Cristo que sin "Él no podemos hacer nada" y no creo que excluyese a la política ni a la economía.

Tenemos que convencernos de que todos, dejados a nuestras propias fuerzas humanas, somos una pandilla de pecadores y que sólo la Gracia de Dios nos puede sanar y solucionar de raíz nuestros males, también los políticos, sociales y económicos.

Todo político que nos diga que por nuestras propias fuerzas humanas, por muy democráticas que sean, sin necesidad de Cristo y la Divina Gracia, podemos valernos en política y en economía para hacer una sociedad justa, se engaña y nos engaña.

Hay que poner como fundamento de la política a Cristo y su Gracia, lo demás son ilusiones vanas.
12/11/12 1:48 PM
  
José
El primer comentario de Gustavo apesta a sedevacantismo y sus postulados heréticos en contra del Papa y la Iglesia que son merecidamente impublicables.
¿O acaso uno está obligado a publicarle las burradas que se dicen de su Padre o de su Madre?. Padre y Madre son el Papa y la Iglesia
12/11/12 1:54 PM
  
Luis Fernando
Don Tomás, una de las imágenes que tengo de mi infancia es precisamente las grandes ojeras de D. Rafel Calvo Ortega.

Yo le pregunté un día a mi padre:
"¿Quién es ese señor y por qué tiene esas bolsas bajo los ojos?

Y me respondió:
"Es el ministro de trabajo y eso le pasa porque no puede dormir debido a la gran cantidad de parados que hay en España".

Entonces supe que yo nunca querría ser ministro, :D

D. Rafel fue tan fiel a Suárez que se largó con él al CDS.
12/11/12 4:19 PM
  
santir
Entonces no existen partidos católicos, o los que existen son muy minoritarios y con nula representación ¿No será que son 'imposibles'? Que las supuestas virtudes en teoría se transformen en nulas ventajas en la práctica.
Como decía Cánovas 'La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible'
12/11/12 6:46 PM
  
Tomás Bertrán
Así es, LF. A Rafa le llamaban "el ojeras" y "el máquina". Con él aprendí a asombrarme de las maravillas que Dios puede hacer en una persona, porque Dios le dotó de tal memoria que se sabía de memoria todos los artículos del Derecho Civil. ¡Menudas bromas le hacíamos!. Y las ojeras eran, creo yo, de las horas y horas que dedicaba a los libros. Toda su carrera fue de Matrícula do Honor y Cum Laudem. Un máquina.
Le llamé hace unos años a su pueblo, S. Rafael (Segovia) para felicitarle por su cumpleaños. Tras casi cuarenta años todavía se acordaba "del catalán". Me dijo que si necesitaba algo que se lo dijera. Le dije que no, pero enseguida me arrepentí y le dije que sí necesitaba algo de él, y era que conmigo rezase por España. Y así quedamos.
No lo sé, pero al pedir que rezase por España le dije que era a causa de dónde se había llegado....que si el aborto, el divorcio, el matrimonio homosexual. Se produjo un silencio, porque seguro que él no pensaba que se llegara a tanto. Lo mismo ahora es de tendencias carlistas. :-D.
Como dices fue fiel a sus ideas. No se pasó a AP cuando la debacle de UCD como hicieron otros. Es que hay mucho pantalón gris, que cualquier color de chaqueta cae bien con el gris.
En fin, corto que es salirse del tema.
12/11/12 7:12 PM
  
Luis Fernando
Santir:
Como decía Cánovas 'La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible'

LF:
Quizás Cánovas tenía razón en esa frase, pero el cristianismo es el arte de aplicar en cada época el mandato de Cristo de hacer discípulos en todas las naciones y ser luz del mundo y sal de la tierra. Y eso implica también el ámbito de la política.
12/11/12 10:23 PM
  
Pepito
Y si las circunstancias no hacen posible una política cristiana, un buen católico, y más si es aragonés, debe hacer todo lo posible eticamente para que cambien las circunstancias.
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JMI.- "aragonés"... ya,ya.
Dice el Salvador "sin mí no podéis hacer nada", aunque seais aragoneses, navarros, prusianos o bretones.
Y donde dice nada, quiere decir que nada.
12/11/12 11:08 PM
  
Pepito
Dije lo de "aragonés" por la proverbial tenacidad, para algunos tozudez, de que tiene fama el individuo oriundo de Aragón, no porque por ser aragonés pueda hacer tal cosa por sí solo sin contar con la indispensable Gracia del Salvador.

Ciertamente que sin Cristo no podemos hacer nada que sea verdaderamente bueno, aunque se sea aragonés.
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JMI.-Ya se entendía, hombre.
Pero está bien la aclaración.
12/11/12 11:50 PM
  
Pepito
!Que susto me ha dado Pater Iraburu¡ Nada me haría temblar tanto, despues del Juicio Divino, que un juicio negativo por parte de Vd. a quien respeto y admiro tanto por su doctrina y valentía.

De todas formas no dude en corregirme siempre que lo estime oportuno, pues reconozco que soy ignorante en muchísimas cosas teológicas y es deber de caridad corregir al que yerra.

Un cordial saludo en Cristo.
13/11/12 12:05 AM
  
Agradecido
Me he leído del tirón los dos artículos del P. Iraburu sobre la desmovilización política de los católicos. ¿Qué decir? Me ha sido de gran consuelo. Uno se suele sentir en su trabajo y en la sociedad bastante solo porque los no creyentes te miran como un bicho raro cuando no te denigran, y, lo peor, gran parte de los creyentes, incluyendo muchos clérigos, te desaniman a una labor apostólica en medio de un océano de enemigos. No entraré en detalles, pero hay trabajos apostólicos que requieren unas tensiones, un sacrificio y una soledad importantes en el mundo social y político de hoy. Lo más doloroso es, como digo, que desde dentro y hermanos tuyos, con o sin alzacuellos, te sirvan en bandeja argumentos del mundo para que sueltes las riendas. Y te preguntas, ¿estaré haciendo el idiota? Pero el de Arriba siempre aparece en los momentos adecuados para decirte a tiempo que no, que a Él le agrada que te duela el amor, que te lleves unas cuantas bofetadas por serle fiel y que recibas no pocos miradas de incomprensión de hermanos tuyos.

Extendiendo el tema de la desmovilización política de los católicos podríamos entender el término como lo empleaba Aristóteles, que hoy lo llamaríamos social, y ahí el panorama también es triste por lo dado que es el católico a nadar y guardar la ropa. Nos falta lanzarnos a la piscina sin probar antes la temperatura del agua. Nos sobran respetos humanos por temor a lo que podemos perder socialmente, tanto en el sentido material como de prestigio. Pero todo éso no vale nada cuando Él nos recompensa.

Los Fernández Diáz, Mayor Oreja, etc. sabrán porque deciden seguir compadreando con el liberalismo, pero me parece que conservan cuatro migajas que no valen para nada ante la eternidad.
13/11/12 2:07 AM
  
Catholicus
En política lo que hay que ser es astuto. Y eso son los del PP.

Contaba un embajador su plan para unificar España y Portugal. Primero creamos un incidente fronterizo, lo aumentamos hasta que se declare la guerra, nos dejamos ganar e invadir, y en cuanto haya elecciones.... como somos más !!

Van por la segunda etapa del plan los democristianos. Son unos hachas.
13/11/12 12:28 PM
  
yo mismo
¿Qué hacen Fernández Díaz, Mayor Oreja, Del Burgo, etc. en el PP?
¿Qué hace Larreina en EA, Bildu y Amaiur?

Pues pueden dar un testimonio válido de su fe desde el sitio en el que están, presentando ponencias pro-vida en los congresos de sus partidos, haciendo declaraciones públicas en favor del Magisterio de la Iglesia y rompiendo la disciplina de partido cuando se voten asuntos contrarios a la moral cristiana.

Larreina, por ejemplo, cuando fue parlamentario vasco por EA, además de mostrarse siempre contrario al terrorismo por razones morales (y no estratégicas, como hacen los de Sortu ahora), cuando se votó una ley que permitía la adopción de niños por homosexuales, rompió la disciplina de voto de su partido y dijo públicamente que no estaba de acuerdo con esa ley.

Los católicos practicantes que haya en todos los partidos (que los hay) deben dar ese tipo de denuncias proféticas de su fe dentro de sus partidos y ante la sociedad, aunque ello les suponga ser sancionados o apartados de cargos de responsabilidad. Ese tipo de martirio incruento (exponerse a ser motivo de crítica, burla o marginación) me parece más eficaz que irse a su casa en silencio o fundar un partidillo sin posibilidad alguna de tener representación institucional. Cada católico tiene que dar la batalla dentro de su partido, el que considere más afín a él en cuestiones opinables.
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JMI.-Ése es justamente el criterio más extendido entre los católicos interesados en el bien común público. Y gracias a esa ideología se ha ido produciendo en España, y en general en las naciones antes cristianas de Occidente, una ruina moral e institucional difícilmente descriptible, y aún más difícilmente superable.
13/11/12 12:50 PM
  
zuma
Santior.
Vázquez de Mella le contesta que la política es el arte de hacer posible lo NECESARIO, lo verdadero.
13/11/12 1:47 PM
  
santir
¿No es mejor 'cristianizar' los partidos existentes que buscar o crear uno que sea 100% católico? y que no pasará de ser testimonial. Además de acorde con la tradición; los cristianos evangelizaron el Imperio Romano, no buscaron una tierra de promisión (esto es más hebreo o puritano)
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JMI.-Es mucho más fácil, p.ej., fundar una Orden nueva que re-formar una Orden que está podrida de pies a cabeza.

El ejemplo de los cristianos en Roma no tiene nada que ver. Ellos estaban fuera de la ley desde los años 60 (Nerón: "Christiani non sint"). Eran ciudadanos proscritos, que en cualquier momento podían sufrir una persecución, como las que sufrieron: persecuciones que pretendían acabar con ellos, o al menos con sus cabezas.
13/11/12 4:38 PM
  
yo mismo
Pienso que es igualmente legítimo intentar las cosas desde dentro de un "partido podrido" que intentarlo creando uno "ex novo". Y personalmente, creo que la repercusión mediática de un diputado que rompiera la disciplina de voto de su partido en un parlamento por cuestiones de conciencia sería grandísima, sobre todo si ese político fuera sancionado por ello, y sería una llamada de atención para mucha gente. Lo malo es que casi nadie está dispuesto a hacerlo, por el qué dirán o por miedo a sanciones.

Tampoco los partidos confesionales que ha habido hasta ahora se han revelado muy eficaces para parar esa "ruina moral", me parece a mí. Igual es porque no han sido capaces de presentar una alternativa atractiva al actual estado de cosas. Si yo veo un partido con el que coincido sólo en 10% de su programa (no al aborto, no a la eutanasia, por ejemplo) y discrepo con el 90% restante de sus propuestas, no le votaré. Y si no me siento capaz de fundar, mantener y relanzar un partido confesional más cercano a mis ideas en cuestiones opinables, pues obviamente no lo crearé.
13/11/12 6:50 PM
  
Pepito
Un partido político católico debe saber muy bien que no podrá ser nunca atractivo para las masas o para la mayoría del pueblo, si Dios no las atrae a favor del partido con el auxilio de la Gracia.

El éxito de un partido político católico está sobre todo en manos de Dios. Lo cual no quiere decir que el político católico tenga que ser un dejado y no esforzarse haciendo de su parte todo lo que pueda, pero si debe saber que una política verdaderamente católica es más obra de Dios que obra del esfuerzo del político hombre.

Es más, en principio un partido político católico no sólo no caería bien a la mayoría de los ciudadanos, sino más bien les caería muy malamente, pues no consentiría ni halagaría el hedonismo ni el consumismo del que es presa la mayoría del pueblo, el tener cada vez más, sino el conformarse cada ciudadano con un nivel de vida modesto, sin lujos ni cosas superflúas, para que así los bienes lleguen a todos y especialmente a los que sufren las más graves carencias: falta de alimento, de vivienda, de higiene, de educación, sanidad et.

Solamente cuando todos y cada uno de los ciudadanos tuviesen un nivel de vida modesto pero digno, entonces se podría pensar en introducir mejoras superflúas, pero siempre atendiendo a que a nadie le faltase lo más necesario y esencial.

Por ello, solamente en el plano económico, un partido católico no le caería muy "simpático" a la mayoría de los ciudadanos españoles actuales, tan enervados por el afán de consumir, del usar y el tirar, por conseguir cada cual el mayor nivel de vida posible sin preocuparse si ello es compatible con que todos vivan honestamente.

Es decir, sólo en el orden económico, un partido católico no sería nada popular, pues iría contra el egoismo materialista y consumista que la mayoría de los ciudadanos tienen actualmente inyectado en sus costumbres económicas, aunque es bien cierto que la aguda crisis que padecemos nos ha puesto y nos pondrá cada vez más los pies en la tierra y nos quitará muchos pajaros hedonistas y consumistas de la cabeza.

Por eso sólo si la Gracia de Dios actúase en los corazones de los ciudadanos hedonistas y consumistas, convirtiéndoles en personas moderadas y dispuestas seriamente a compartir con los demás, a ser mejores personas y no a tener más, podría tener éxito un partido político verdaderamente católico.

Pero hay que admitir dentro de lo posible que el Espíritu Santo podría actuar con su Gracia, operando la conversión económica de los ciudadanos, al mismo tiempo que el pobre político católico predica y propone democráticamente al pueblo una economía del compartir con los demás antes que del tener más que los otros y de lo mejor para mí aunque al otro le falte lo más necesario.

Por todo ello, a mi entender, el éxito de un partido político católico no sólo es difícil sino imposible para los políticos católicos sólos con sus fuerza meramente humanas, por muy buenos, sinceros e inteligentes que fuesen, si no actúa sobre los ciudadanos la Gracia divina haciéndoles ver que es más importante el ser que el tener, el enriquecerse de Dios aunque se tengan menos bienes economicos que el carecer de Dios aunque sobren y abunden los bienes materiales.

Y esto solamente y muy por encima en el tema económico. No digamos ya si nos metemos en temas del divorcio, aborto, ect.

Sí, ciertamente, conseguir que todo un pueblo viva una política verdaderamente católica es una obra imposible para los hombres solos, pero no para los hombres con la ayuda de Dios. Algunos locos como un servidor, a pesar de que no somos ingenuos y que sabemos lo difícil de la empresa, creemos y luchamos por que algún día, con la Gracia de Dios, haya en esta España una política "realmente" católica.
13/11/12 9:48 PM
  
Nova
Querido padre José María:
Si me lo permite, este comentario no es para hacerlo publico. Es sólo para usted. ////////////////////////
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JMI.-Muchas gracias, Nova. Dios la bendiga y la guarde.
14/11/12 12:16 AM
  
Silvestre
"...Si yo veo un partido con el que coincido sólo en 10% de su programa (no al aborto, no a la eutanasia, por ejemplo) y discrepo con el 90% restante de sus propuestas, no le votaré..." (yo mismo).

Si usted considera ese diez por ciento (vida, familia, libertad de educación) un mero porcentaje despreciable de concordancia es que está supeditando lo más importante a cuestiones que, sean cuales sean, serán siempre secundarias.

A mi no me gusta Familia y Vida, por ejemplo, pero les he llegado a votar porque defendían los principios no negociables. A lo mejor usted concuerda más con el PP (por ejemplo, no sé si es el caso), pero resulta que dicho partido es proabortista, prohomosexualista y laicista. ¿Le convence más el 90% restante del programa del PP? Pues quien vota así dice todo de su compromiso con los principios que para un católico son irrenunciables.
14/11/12 12:36 AM
  
Tomás Bertrán
Un solo aborto provocado ya es un mal mayor. Votar a un partido político en que se admita un solo aborto provocado al año es mal mayor, es pecado mortal, y si no hay arrepentimiento y se muere, al infierno para la eternidad. El que avisa no es traidor, que es la forma "moderna" del dicho de que el que tenga oídos que oiga.
Y no lo digo yo. Favor de leer el Catecismo y el Magisterio de la Iglesia sobre lo que dice de un solo aborto directamente provocado....o votado.
Y así sobre la familia, el adoctrinamiento de los hijos (el que escandalizare a un de mis pequeños...).
No seamos burros, que la paja va muy cara. Versión moderna del será el llanto y crujir de dientes.
14/11/12 9:58 AM
  
Nova
Gracias a usted, padre. Lo mismo le deseo.
14/11/12 10:48 PM
  
yo mismo
No, Silvestre, no concuerdo con el PP. Cuando hablo del 90% me refiero sobre todo a los partidos pro-vida del ámbito de la extrema derecha. Familia y Vida me parece una opción respetable, aunque no me llena del todo, porque ofrece soluciones para ese 10%, pero para el 90% restante no. Desde una conciencia cristiana se puede optar por opciones diversas, o no votar por ninguna si ninguna te convence; cada cual que opte por la que más le convenza.
15/11/12 11:08 AM
  
Tomás Bertrán
Lo que me asombra de la política actual es que se diga que es moderna, progresista, y todavía se definan si son de derechas, centro o izquierda, como en el siglo XIX. Lo de derechas e izquierdas está más que superado.
Ahora la política se basa en Norte-Sur, y en la globalización lo que debe ser es que los países del norte, que suelen ser los ricos, sean VERDADERAMENTE solidarios con los países del sur, dándoles verdaderas opciones a su desarrollo, sin miedo a que los precios bajen por exceso de productos, que sería una forma verdadera de atajar la hambruna. No es de recibo que barcos de pesca tiren por la borda toneladas de pescado que no pueden sobrevivir para así mantener los precios para que cuatro se enriquezcan en dos días.
En el caso de España no debemos de mirar si son de izquierdas o derechas, que qué casualidad casi todos buscan ansiosamente su lugar y si puede ser más cercano al centro mejor. Somos así de anticuados.
Hay que buscar partidos u opciones que de verdad busquen cumplir la ley natural, y con ella el bien común de todos, y dejarnos ya de derechas, izquierdas y centro que nos tienen más engañados que a un tonto regalándole un pito. Nos hacen creer que porque votamos cada cuatro años a unas listas cerradas, y a unos partidos que de principio ya no cumplen con lo que blasonan (dime de qué blasonas y te diré de qué careces), ya que no son democráticos puesto que el militante no tiene la opción de opinar libremente, sino que debe votar lo que le manda el partido. Y se las dan de demócratas. Y una vez tienen los votos, se creen los reyes del mambo y en vez de cumplir con lo que prometían (puedo prometer y prometo) se lo pasan todo por el arco de triunfo y nos quedamos con un palmo de narices. Y luego, como al tonto que le han regalado un pito, los volvemos a votar. En fin, parece que bailemos la yenka...
15/11/12 11:50 AM

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