InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Apologética católica

13.05.07

Zapatero a tus zapatos: reflexión sobre la apologética católica en Internet

En Internet hay multitud de páginas realizadas por católicos y cada vez más con contenido más o menos apologético. Existen algunas bastante fiables pero es evidente que ni Roma ni los obispos pueden dedicarse a corregir todas las webs católicas existentes en la red. Si alguien quiere saber cuál es la doctrina católica, lo que tiene que hacer es ir al Catecismo y su Compendio o a los documentos oficiales del magisterio católico, que están en la web del Vaticano y en las de algunas diócesis. Y todo católico que pretenda dedicarse a la apologética debería de ajustarse a dicho magisterio como guante a la mano, sin ir más allá ni quedarse corto.

Pocas cosas me causan tanta incomodidad como ver a un cada vez mayor número de católicos lanzarse a defender doctrinas católicas, ya sea en foros o en sus propias webs, sin saber bien como hacerlo. Cada cual, y yo el primero, debe ser consciente de sus limitaciones y no meterse en jardines de los cuales no va a saber cómo salir. Y aunque todo en la vida se aprende, a veces conviene reflexionar si uno hace más bien que mal participando en determinados debates.

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4.05.07

Hipnotizado como en una sesión de magia

Estimados lectores, tengo un problema. He leído de la pluma de uno de los más insignes bloggers de Religión Digital el siguiente párrafo:

En esta Galilea de Entrevías comprendemos que la mesa de Jesús no es la de un medium de sortilegios, ni la de un mago hipnotizador. Tampoco es una mesa donde sacrificar animales como en las religiones primitivas. Su mesa es de comedor: para partir, repartir y compartir. Por eso no hemos cerrado los ojos cuando Enrique decía "Esto es mi cuerpo". Ni nos hemos quedado hipnotizados como en sesión de magia, como quien aguarda a que cambie de color una oblea alucinantemente ensangrentada.

Bien, yo tengo la extraña y cada vez menos extendida manía de arrodillarme y cerrar los ojos durante la consagración para abrirlos cuando el sacerdote levanta la hostia. Tengo el defecto de creer que la Iglesia dice la verdad acerca de lo que ocurre en esos momentos. Soy tan ultramontano, tan preconciliar, tan tridentino, tan católico de los de antes, tan católico como los chinos de la foto que ilustra este escrito, que me creo que el pan y el vino pasan a ser, después de la epíclesis, el cuerpo y la sangre de Cristo. Es más, confieso que en esto no me diferencio gran cosa de lo que creían esa panda de locos fanáticos que en el siglo II se debajan comer por los leones antes que negar su fe. Y si no, lean, lean ustedes:

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2.05.07

Cisma de facto

A lo largo de la historia de la Iglesia han habido muchos cismas, siendo los más importantes los acontecidos en el siglo XI, Cisma de Oriente, y en el XVI, con la Reforma protestante. Antes fueron destacados los cismas de los montanistas, donatistas, nestorianos, anti-calcedonianos varios, etc. Dramático pudo ser el Cisma de Occidente, con varios papas y antipapas reclamando la legitimidad de sus causas. La elección de Martín V en el concilio de Constanza puso fin a aquel conflicto que, curiosamente, no fue capaz por sí sólo de hacer triunfar las tesis conciliaristas que afirmaban la superioridad del concilio ecuménico sobre el Papa.

Cisma y herejía suelen ir de la mano pero a veces va uno después del otro. En ocasiones la herejía persiste en sobrevivir dentro de la Iglesia y es ésta la que acaba expulsándola de su seno, mientras que en otros momentos el cisma, motivado por cuestiones disciplinares, litúrgicas y personales, aparece antes de la herejía. Aunque es claro que no hay cisma alguno que, si perdura en el tiempo, no acabe convirtiéndose en herético, tal y como me temo que vamos a ver pronto si el lefebvrismo sigue en esa actitud inconsciente e irresponsable de no aceptar los ofrecimientos de reconciliación que les hace Roma.

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24.04.07

Concilio por aquí, concilio por allá. Y mientras tanto, aquí no evangeliza casi nadie

Charlando con uno de los comentaristas de mi post anterior, ha salido a relucir la discusión sobre el cumplimiento del Concilio Vaticano II. Aducía la otra parte que no se ha desarrollado el sacerdocio común de los fieles, que algunos puntos de la Gaudium et Spes tampoco se han cumplido y que la jerarquía actual se está olvidando de la autonomia de las realidades temporales que reconoce el concilio. O sea, el fantasma del preconciliarismo.

Dicho lo cual, yo me pregunto: ¿Qué es eso de que no se ha desarrollado lo del sacerdocio común de los fieles? A ver, ¿cuándo, en la historia de la Iglesia, han habido ministros extraordinarios de la Palabra?, ¿cuándo, en la historia de la Iglesia, ha habido una pujanza de los movimientos de fieles eminentemente laicos, lejanamente similar a la actual?; ¿o qué se pretende?, ¿igualar el sacerdocio común de los fieles al sacerdocio ordenado, rompiendo de esa manera con una de las cosas que más claramente quedó establecida en la Iglesia desde los primeros siglos, y acercándonos a un modelo protestante a-sacramental?

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20.04.07

El Jesús histórico y los eruditos de la nada.

Voy al grano porque no merece la pena andar con rodeos. Quien parte del apriorismo de que no existen los milagros difícilmente puede aceptar la historicidad de los que hizo Cristo, incluída su propia resurrección. Pero no tienen derecho a negar que los evangelios son plenamente históricos al contar dichos milagros, testimoniados oral y escrituralmente por aquellos que fueron testigos de los mismos.

Además, es deshonesto intentar reconstruir la figura histórica de Cristo partiendo sólo de sus predicaciones, como si las mismas no fueran también testimoniadas por aquellos que nos contaron de sus milagros. Es decir, si ustedes, señores eruditos de la nada, niegan que Cristo dio la vista a los ciegos, hizo hablar a los mudos, limpió la lepra a los leprosos, resucitó a los muertos y resucitó Él mismo, nieguen también que dio el Sermón del monte, que nos enseñó el padrenuestro, que habló por parábolas y que, en definitiva, predicó el evangelio. Eso de tomar sólo lo que les encaja en sus mentes racionalistas no es racional, no es serio, no es ciencia.

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