InfoCatólica / Reforma o apostasía / Categoría: Mundo malo

28.08.12

(191) Fin de la Cristiandad. San Francisco de Sales

(191) De Cristo o del mundo -XXXIII. Fin de la Cristiandad. 6 -San Francisco de Sales


–¿San Francisco de Sales fundó a los salesianos, no es cierto?

–No, no es cierto. Fueron fundados por San Juan Bosco. Son cosas que, a sus años, debería usted saber.

San Francisco de Sales (1567-1622), el santo Obispo de Ginebra, es Doctor de la Iglesia, y su enseñanza versa ge­neralmente sobre temas de espiritualidad cristiana.

La excelencia de la vida religiosa y su especial idoneidad en orden a la perfección evangélica es bien conocida y enseñada por San Francisco de Sales, que al fundar las religiosas de la Visitación, sigue la enseñanza de Cristo y de toda la Tradición cristiana. Podemos comprobarlo también cuando el santo Obispo trata aspectos de la vida religiosa, por ejemplo, en Entretiens et Colloques spi­rituels du Bien-Heureux François de Sales o en las mismas Constitutions de la Visitation de Sainte-Marie. El santo Doctor, en efecto, estima, por una parte, que «es un gran pecado despreciar la pre­tensión de la perfec­ción cristiana». Y por otra, que «es una impiedad intolerable despreciar los consejos y medios que para llegar a ella nos ha marcado Nuestro Señor» (Tratado del amor de Dios 8,8).

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22.08.12

(190) Fin de la Cristiandad. San Juan de la Cruz

(190) De Cristo o del mundo -XXXII. Fin de la Cristiandad. 5 -San Juan de la Cruz


–A mí los escritos de San Juan de la Cruz me producen vértigos.

–Pruebe a tomar biodramina antes de leerlos.

San Juan de la Cruz (1542-1591), a diferencia de Santa Teresa –que, en larga lucha, hubo de vencer al mundo primero en sí misma y después en las comunidades carmelitas que reforma o funda–, crece espiritualmente en un medio religioso reformado, ya libre del mundo; es decir, entre frailes y religiosas del nuevo Carmelo. Y a ellos, principalmente, dirige también sus escritos. Esta circunstancia, y quizá también una mayor abstracción teórica en su doctrina, explica que San Juan de la Cruz insista menos que Santa Teresa en la liberación del mundo exterior, y que su tratamiento del tema mundo sea normalmente en una clave mucho más interna. Veámoslo por partes.

Por la plena renuncia, al pleno amor. Todas las páginas de San Juan de la Cruz son una glosa continua de las palabras de Cristo: «Si quieres ser perfecto, déjalo todo, renuncia a todo, niégate a ti mismo, toma tu cruz, y sígueme»…. Nadie quizá como él ha hecho una exégesis ascética tan profunda de esa doctrina evangélica. Nadie ha insistido con tal clarividencia en la necesidad de renunciarlo todo para poder seguir en todo a Cristo, configurándose a él plenamente en gustos y entendimientos, memorias y voluntades.

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14.08.12

(189) Fin de la Cristiandad. Santa Teresa de Jesús

(189) De Cristo o del mundo -XXXI. Fin de la Cristiandad. 4 -Santa Teresa de Jesús


–El mundo está visto por Santa Teresa desde la clausura.

–El mundo está visto por Santa Teresa desde Dios.

San Ignacio y Santa Teresa. Fin de la Cristiandad. El protestantismo y el lado paganizante del Renacimiento –que también tiene otros lados buenos– ponen fin en la Iglesia a una situación de Cristiandad, que ya en la baja Edad Media se iba deteriorando. Dios suscita en ese tiempo muchos santos, que combaten por la gloria de Dios y el honor de la santa Iglesia. San Ignacio de Loyola se pone a la cabeza de una Compañía que quiere conquistar el mundo para Cristo –y si quiere conquistarlo, será porque en parte se ha perdido; y recuerdo de paso que lo que la Iglesia Católica pierde en Europa lo gana ampliamente en América–.

Santa Teresa de Jesús (1515-1582) está movida por ese mismo Espíritu. Funda y reforma monas­terios 1) porque ve lo mal que está el mundo cristiano en general y ciertas órdenes reli­giosas en par­ticular, y 2) porque sufre indeciblemente los males tan grandes causados por los luteranos. «Estáse ardiendo el mundo, quie­ren tornar a sentenciar a Cristo, pues le le­vantan mil testimonios y quieren poner su Iglesia por el suelo» (Camino Escorial 1,5).

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7.08.12

(188) Fin de la Cristiandad. San Ignacio de Loyola

(188) De Cristo o del mundo -XXX. Fin de la Cristiandad. 3 -San Ignacio de Loyola


–Perdone, ¿y qué tiene que ver San Ignacio con el final de la Cristiandad?

–Calle y lea.

Durante la época moderna (XVI-XVII) sigue Europa siendo cristiana. Es cierto que ya no puede hablarse de ella como de una Cristiandad, pues tanto ciertas tendencias paganizantes del Renacimiento, como más aún la herejía y el cisma del Protestantismo, han puesto fin, como ya vimos, a esa precedente unidad cultural de las naciones cristianas. Sin embargo, persiste vigorosa en Europa la sa­via vivificante de la tradición católica antigua y medieval. La espiritualidad católica sigue flore­ciendo, hasta llegar en numerosos santos a muy altas cumbres.

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31.07.12

(187) Fin de la Cristiandad. El protestantismo

(187) De Cristo o del mundo -XXIX. Fin de la Cristiandad. 2 -El protestantismo


–No vaya usted a lesionar el ecumenismo…

–Tranquilo. El ecumenismo ha de afirmar «la caridad en la verdad». Sólo así puede lograr de Dios la unidad de los cristianos en la verdad y en la caridad de la única Iglesia de Cristo.

Protestantismo y Renacimiento son fenómenos históricos más o menos simultáneos, que tienen entre sí semejanzas y diferencias. En algunos aspectos el protestantismo se une al impulso renacentista, agudizando con Lutero (1483-1545) grandemente la ruptura con la Edad Media. En efecto, el lute­ranismo, por el libre examen de la Escri­tura, separa al pueblo cristiano de la tradi­ción espiritual católica y de las grandes sín­tesis filosóficas y teológicas medievales. Y recha­zando la autoridad de los sucesores de los Apóstoles, destruye la unidad de la Cris­tiandad. En este sentido, unidos en un común empeño de romper con las tradiciones católicas, sobre todo de las medievales, la Reforma se casa con el Rena­cimiento, y ambos engendran la Edad Mo­derna.

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