La cultura cristiana: crisis y posibilidades de renovación
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Daniel Iglesias Grèzes
Del siglo XIV al siglo XX la civilización occidental y cristiana fue afectada por muchos cambios profundos: el Renacimiento, la Reforma protestante, el giro antropocéntrico de la filosofía moderna, las distintas fases de la revolución científica y la revolución industrial, la Ilustración, la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, etc. Se produjeron grandes cambios en las mentalidades y costumbres populares, y se generó una cultura secularista que inundó primero a Europa, luego a América y finalmente al mundo entero. La civilización occidental, en gran medida, dejó de ser cristiana.
Todo esto obligó a los cristianos en general, y a los intelectuales cristianos en particular, a emprender una gran tarea de discernimiento, análoga a las realizadas por sus predecesores en la Edad Antigua y la Edad Media. Los objetivos principales de esa tarea, que aún continúa, son dos: determinar cuáles de las nuevas ideas son compatibles con la fe cristiana y cuáles no; y procurar una nueva síntesis entre la fe y la razón. Se aplica aquí el consejo paulino: “Examinadlo todo y quedaos con lo bueno1.”



