Mi visita a Salt Lake City, meca del mormonismo (Pbro. Julio C. Elizaga) (3)
Vida familiar y social
Los mormones dan gran importancia al matrimonio y a la vida de familia. El matrimonio debe realizarse sólo entre mormones; por eso son mal mirados los casamientos con otras personas. La familia es el pilar de la fe mormona, donde las esposas y las madres encuentran su verdadera misión. La salvación de la mujer aquí y en el más allá depende completamente de su casamiento con un varón que obtenga las llaves divinas para la admisión en el cielo. La mujer debe tratar de trabajar en su casa y criar una gran familia que sean fieles santos de los últimos días.
Los mormones permiten el divorcio, pero se da en un bajo índice, y reprueban el control de la natalidad. Practican las Noches de Hogar una vez por semana, pasando juntos para preservar el amor y la unidad. Sostienen que el hombre es el centro del plan de Dios y por eso sólo el hombre puede ser ordenado sacerdote. A los niños mormones se les enseña desde temprana edad a sentirse superiores. A los quince años comienzan a predicar y son ordenados Sacerdotes si son dignos a los 18 años y se les concede desde ese momento responsabilidades paternales.
Los mormones encuentran toda su vida personal, social, religiosa y económica entrelazada con el mormonismo. Todo mormón detenta un puesto en el sacerdocio, da el diezmo de sus entradas, atiende el servicio religioso varias veces por semana, provee la educación de sus hijos y halla su principal diversión en los entretenimientos de su Iglesia. La Iglesia Mormona se preocupa y absorbe todos los aspectos de la vida de sus fieles: culto, deportes, vida social, ayuda mutua, diversiones, bailes y reuniones culturales.
Se preocupan mucho unos por otros y rara vez se halla un mormón necesitado o desamparado. Mantienen un elevado nivel de vida familiar, libre de delincuencia juvenil, y de alta natalidad. La Iglesia impone también a sus miembros el régimen alimenticio y les prohíbe el té, el café y las bebidas alcohólicas, así como el fumar, y les desaconseja la Coca Cola. De acuerdo a las estadísticas, los mormones gozan en general de buena salud y vida sana y la muerte por cáncer en los mormones adultos es la mitad que la población en general. En el mormonismo lo temporal y lo espiritual están en el mismo plano, pues como ha dicho uno de sus dirigentes: “Una religión impotente para salvar temporalmente a los hombres y darles dicha y prosperidad, no es capaz de salvarlos espiritualmente ni de educarlos para la vida futura”.
En cuanto a la patria, incluso para los mormones que no son norteamericanos, los Estados Unidos ocupan un lugar muy especial. La Iglesia suscita el patriotismo de sus miembros proponiéndoles un Profeta Americano, una Revelación Americana, una Biblia Americana y un Cristo visitando el continente americano y restaurando su Iglesia en los Estados Unidos. Por otra parte, según ellos, el Jardín del Edén donde vivieron Adán y Eva se encontraba en el estado de Missouri y allí será edificada la ciudad de Sión, para lo cual ya se están comprando los terrenos donde será construida.
Por lo general los mormones son gente de vida moral, progresista y trabajadora, que pone mucho énfasis en la familia, en la salud física y en el deporte y van edificando hermosos templos en las principales ciudades, construidos en los mejores sectores residenciales.
El mormonismo y los negros
Según el mormonismo todos hemos sido engendrados por Dios Padre y por nuestra Madre Universal. También Satanás y los espíritus que lo acompañan son hijos de Dios y hermanos nuestros y de Jesús, que es nuestro Hermano Mayor. Tanto Jesús como su hermano Satanás sugirieron a Dios Padre planes para la salvación para este mundo que hoy habitamos. Pero el plan de Satanás fue rechazado y él se rebeló y procuró ocupar el trono de Dios. Por eso fue expulsado del Cielo junto con todos los que le seguían. Ninguno de esos espíritus malos recibieron el privilegio de tener cuerpos como nosotros. Los espíritus valientes que pelearon al lado de Jesús en el Cielo recibieron los cuerpos mejores con pieles de color blanco. Pero aquellos que dudaron o hicieron muy poco en la batalla celestial, por no combatir junto a Cristo contra Satanás, nacen en la tierra como descendientes de Caín y tienen como consecuencia la piel de color negro.
Es por esta razón que los negros podían ser miembros de la Iglesia, pero no sacerdotes como todos los otros varones mayores de 12 años de edad. Tampoco se les llevaba afirmativamente a ellos el mensaje del Evangelio (Moisés 7,8 y 12,22). Esto también contradice las enseñanzas del Libro de Mormón, que afirma: “Que todos son iguales delante de Dios, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o hembras” (Nefí 26, 33). Como esta doctrina ofendía profundamente a los jóvenes de la iglesia, los cuales no podían soportarla más, en junio de 1978 el Presidente y Profeta, Spencer Kimball, de 83 años de edad, anunció que había recibido una nueva revelación de Dios. Kimball declaró que Dios “ha oído nuestras oraciones y ha confirmado con revelaciones que ha llegado el día prometido en que cada hombre fiel digno de la iglesia pueda recibir el sacerdocio santo prescindiendo de raza o color”. Es de hacer notar que ya la Biblia, dos mil años antes, declaró que “Dios no hace acepción de personas, sino que es aceptable a Él todo el que cree y practica la justicia” (Hechos 10,34).
Los Templos
Los mormones poseen hasta ahora 20 Templos en todo el mundo, de los cuales sólo hay dos en América Latina, uno en México y otro en San Pablo en Brasil. Los Templos mormones están cerrados para los que no son auténticos fieles de su Iglesia y ni siquiera la autoridad pública puede entrar en ellos. En los Templos se realizan tres ritos principales: la Dote, el Bautismo por los muertos y el casamiento por la eternidad.
La Dote
En el rito de la Dote, que dura todo el día, veinte o treinta participantes entran en el Templo con camisa y pantalón blancos, túnica y cinturón blancos, gorra blanca y mocasines y un delantal verde de tipo masónico. Primero se bañan y son untados con aceite. Después se ponen ropa interior especial que usarán como mormones durante el resto de su vida. Tres símbolos cosidos en el traje significan que si el iniciado revelara secretos del Templo, permitiría que sus piernas fueran amputadas y su corazón arrancado. Los mormones son enterrados con su traje de dote. En dicha ceremonia intercambian apretones de mano, contraseñas y signos secretos. Luego recorren los cinco cuartos del Templo llamados: Cuarto de la Creación, Jardín del Edén, Cuarto del mundo, Reino terrestre y Reino Celeste. La influencia masónica es evidente en estos ritos del Templo, pero no nos debe extrañar, ya que Smith y Young eran masones en Illinois, pero fueron expulsados de la logia.
Bautismo por los difuntos
Otra de las doctrinas distintivas de los mormones es el bautismo por los difuntos, que realizan únicamente en sus templos. Dado que ellos consideran el bautismo como esencial para la salvación y dado que hay muchos que murieron antes que la Iglesia fuera restaurada por Joseph Smith, y que actualmente siguen muriendo millones y millones sin estar bautizados por esa Iglesia, los mormones se bautizan muchísimas veces por inmersión en nombre de sus difuntos. Este sacramento tiene valor sólo si éstos se deciden libremente a favor de la Verdad que les es propuesta en la otra vida. No obstante, aunque uno se arrepienta, no podrá salvarse hasta que alguien haya sido bautizado por él. Por esta razón los mormones se convierten al menos en parte en “salvadores” de sus parientes fallecidos. A fin de poderse bautizar en nombre de todos sus familiares, los mormones poseen una Sociedad Genealógica para uso y beneficio de todos sus miembros. Para ello han acelerado la microfilmación de registros genealógicos en muchas partes del mundo y han edificado un costoso edificio en las afueras de Salt Lake City, para el archivo de estos importantes registros. El número de los nombres archivados pasa de los 35 millones y puede obtenerse su localización y uso mediante modernas computadoras electrónicas.
El matrimonio por la eternidad
Para los mormones el matrimonio es un mandamiento divino que debe ser aceptado, ya que: “Sin la facultad de perpetuar su especie, la gloria y la majestad del hombre es insignificante”. Los que no se casen alcanzarán la salvación pero no la exaltación en la gloria del mundo venidero. Todo matrimonio contraído sin la autoridad divina dura hasta que la muerte los separe; queda disuelto con la muerte. Pero el matrimonio celestial dura para toda la eternidad y tiene como fin una relación eterna de los sexos, para tener hijos en la otra vida. Para contraer ese matrimonio celestial, es necesaria una ceremonia especial que se celebra en alguno de los templos mormones del mundo, erigidos y consagrados para este servicio. Todos aquellos que murieron sin estar realmente unidos por esta bendición divina que los une para toda la eternidad, podrán ser unidos por los familiares y amigos que los representen por procuración.
Liturgia y culto
El culto de la Iglesia de los Santos de los Últimos Díias se realiza comúnmente en las denominadas Capillas, que se edifican para cada congregación. En ellas bautizan a los niños por inmersión a partir de los 8 años. Cada domingo celebran la Reunión Sacerdotal de los hombres, alrededor de las 8 de la mañana y a las 10 la Escuela Dominical con clases de religión. A las 18 horas tienen la Reunión Sacramental, hasta con 4 predicaciones, y la Santa Cena bajo las especies de pan y agua, como testimonio ante Dios de que tienen presente el sacrificio que Cristo realizó para nuestra salvación, y como un medio por el cual reciben “una investidura constante del Espíritu Santo”. En todas las reuniones hay cánticos, lecturas, coros y predicación.
Los mormones en el Uruguay
Los mormones llegaron al Uruguay en 1948 y en 40 años de actividad han reclutado 40.000 adherentes. La Iglesia Mormona está dividida en cuatro “estacas” o diócesis, dos en Montevideo y dos en el Interior. Está presidida por 3 sumos sacerdotes al frente de cada estaca y por debajo un sumo consejo de 15 miembros. Todos ellos son uruguayos.
Trabajan actualmente 150 misioneros, que de dos en dos recorren constantemente las casas de familia, de los cuales 70 son uruguayos, entre jóvenes y señoritas, y el resto norteamericanos. Tienen 60 congregaciones o parroquias en toda la república, que se reúnen en 30 capillas modernamente edificadas y en 34 locales propios o alquilados. Las capillas de Montevideo se encuentran en Carrasco, Malvín, Maroñas, Centro, Bulevar Artigas, Sayago y Cerro. En el Interior poseen una en Artigas, Salto, Paysandú, Fray Bentos, Canelones, Las Piedras, Santa Lucía, Minas, Maldonado, Rocha, Florida, Durazno, Tacuarembó, Melo y Treinta y Tres y dos en Rivera. Cada capilla es construida con 20% de aporte nacional y 80% extranjero. Toda capilla, además de salón para el culto, incluye local para deportes, bailes, cine, coro, teatro, bibliotecas y catequesis.
De los 40.000 mormones que hay en el Uruguay, el 70% pertenece a clase media y un 30% a la clase alta y pueblo. En su mayoría son mujeres, luego jóvenes y finalmente hombres adultos. Los sábados por la mañana funcionan en las capillas las clases de instrucción religiosa para los niños. Los martes por la tarde se realizan reuniones para mujeres: La “Sociedad de Socorro”, en la que se enseña relaciones sociales, economía doméstica, corte y confección y primeros auxilios.
También en el Uruguay los mormones responden al diezmo, pagando a la Iglesia el diez por ciento de sus entradas, y se preocupan por ayudar a los necesitados que sean miembros de la Iglesia, incluso hasta para conseguirles trabajo. (Fin).
Fuente: Julio C. Elizaga, Las sectas y las nuevas religiones a la conquista del Uruguay, Editorial La Llave, Montevideo 1988, pp. 58-79.