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16.04.12

Nueva datación del Nuevo Testamento (3)

Comentario de: John A. T. Robinson, Redating the New Testament, 1976.
Edición en línea: www.preteristarchive.com/Books/1976_robinson_redating-testament.html

Al comienzo del Capítulo III –“Las Epístolas paulinas”– Robinson afirma lo siguiente: “Si ignoramos las soluciones excéntricas y la penumbra de las epístolas disputadas, se puede decir que hay un consenso muy general sobre la datación de la sección central del ministerio y de la carrera literaria de San Pablo, con un margen de diferencia de poco más de dos años en ambos sentidos. Esto está lejos de ser el caso en cualquier otra parte del Nuevo Testamento –los Evangelios, los Hechos, las otras Epístolas y el Apocalipsis. Las Epístolas paulinas constituyen por lo tanto un importante punto fijo y un mojón, no sólo de cronología absoluta, sino también de extensión relativa, contra la cual medir otros desarrollos.” (p. 30). No obstante, por varias razones que el autor explica, es imposible determinar con absoluta certeza las fechas exactas de los hechos de la vida de San Pablo (cf. pp. 30-32).

Robinson sostiene que se debe dar prioridad a los datos cronológicos aportados por los escritos de Pablo por sobre los de los Hechos de los Apóstoles; pero a la vez afirma que ambos testimonios pueden ser reconciliados bastante bien.

Después de estas y otras observaciones preliminares, el autor dedica casi 18 páginas (pp. 33-50) a un intento de esbozar una cronología de la vida de Pablo, como marco de trabajo para el estudio de la cronología de sus cartas. Robinson parte del dato que considera más confiable: una inscripción descubierta en Delfos y publicada en 1905 permite fechar con bastante exactitud el proconsulado de Galión en Acaya (cf. Hechos 18,12). “Con certeza creciente podemos decir que Galión asumió su cargo a comienzos del verano del 51 y que Pablo apareció ante él muy poco después, probablemente en mayo o junio.” (p. 33).

Salteando muchas páginas de argumentación erudita, que sería imposible resumir brevemente, indicaré el resultado al que llega el autor: “En este punto podemos resumir nuestras conclusiones acerca del esbozo de la carrera de Pablo, recordando que las fechas absolutas no pueden ser más que aproximadas:

33 – Conversión
35 – Primera visita a Jerusalén
46 – Segunda visita a Jerusalén (alivio de la hambruna)
47-48 – Primer viaje misionero
48 – Concilio de Jerusalén
49-51 – Segundo viaje misionero
52-57 – Tercer viaje misionero
57 – Llegada a Jerusalén
57-59 – Prisión en Cesarea
60-62 – Prisión en Roma”
(pp. 49-50).

En la tercera y última parte del capítulo, Robinson intenta ubicar cada una de las cartas de San Pablo dentro del marco general antes delineado. Después de muchas páginas de argumentación erudita (pp. 50-78), el autor resume así sus conclusiones: “Si nuestras conclusiones son correctas, la totalidad de la literatura existente de Pablo (sin olvidar que tan temprano como 2 Tesalonicenses 3,17 él habló de “todas mis cartas”) parece caer dentro de un período de nueve años –en verdad aparte de sus cartas tempranas a los Tesalonicenses dentro del asombrosamente corto espacio de cuatro años y medio. Para clarificar esto podemos terminar con un resumen de las fechas resultantes:

50 (principios) – 1 Tesalonicenses
50 (o principios del 51) – 2 Tesalonicenses
55 (primavera) – 1 Corintios
55 (otoño) – 1 Timoteo
56 (principios) – 2 Corintios
56 (fines) – Gálatas
57 (principios) – Romanos
57 (fines de la primavera) – Tito
58 (primavera) – Filipenses
58 (verano) – Filemón, Colosenses y Efesios
58 (otoño) – 2 Timoteo

Se debe enfatizar otra vez que las dataciones absolutas se podrían mover más o menos un año en cualquiera de los dos sentidos y que el esquema es más tentativo de lo que parece. Pero la importancia de estas conclusiones, las que, excepto para las Epístolas Pastorales, no son particularmente polémicas, es triple:

(a) Ellas proveen un criterio (o escala de tiempo) razonablemente fijo contra el cual comparar otras evidencias.
(b) Si de hecho la totalidad de la extremadamente diversa carrera literaria de Pablo ocupó un lapso tan breve, esto nos da un criterio objetivo sobre cuánto tiempo se necesita conceder para los desarrollos en la teología y en la práctica. Aunque pueda parecer a primera vista extraordinariamente corto, no deberíamos olvidar otros dos cánones de medida. La totalidad de la enseñanza y el ministerio de Jesús… ocupó a lo sumo tres o cuatro años. Y todo el desarrollo del pensamiento y la práctica del cristianismo primitivo hasta la muerte de Esteban y la conversión de Pablo, incluyendo la primera exposición helenística del Evangelio, tuvo lugar dentro de un período de duración semejante. En realidad Hengel, en su importante artículo “Christologie und neuetestamentliche Chronologie”, argumenta con fuerza que la etapa crucial del entendimiento básico de la Iglesia acerca de Cristo y su significado estuvo representada por los cuatro o cinco años “explosivos” entre el 30 y el 35… Los argumentos a priori de la cristología a la cronología, y en realidad de cualquier “desarrollo” al tiempo requerido por él, son casi totalmente no confiables.
© La hipótesis de trabajo que hicimos de confiar en Hechos hasta que se probara lo contrario ha sido muy sustancialmente reivindicada. No hay prácticamente nada en el reporte de Lucas que choque con la evidencia paulina, y en la última parte de Hechos las correspondencias son notablemente cercanas. Incluso en los discursos atribuidos a Pablo, y especialmente aquellos en los que se puede presumir que Lucas estuvo presente (Hechos 20 y 22-25), hay paralelos que sugieren que están lejos de ser composiciones puramente libres.”

(pp.78-79).

A modo de muestras, indicaré sólo algunos de los argumentos expuestos por Robinson para llegar a estas conclusiones:

“Ahora no hay casi nadie que niegue la autenticidad de Filemón. Hay algunos, especialmente en Alemania, que cuestionan Colosenses por razones estilísticas y teológicas. Pero la cercana y compleja interrelación de nombres con Filemón apunta con fuerza al hecho de que las dos epístolas fueron dictadas por la misma persona al mismo tiempo y enviadas a Colosas por Tíquico, en compañía con Onésimo (Colosenses 4,7-9; Filemón 12).” (p. 57).

La autenticidad de Efesios es bastante más discutida que la de Colosenses. Las dos tesis principales sobre esta cuestión son la tradicional (que atribuye la autoría a Pablo) y la de un discípulo de la segunda generación que imita a Pablo y expone su teología después de su muerte. Robinson piensa que es mucho más probable que el propio Pablo haya escrito una carta como Efesios, que coincide en un 90 o 95% con su estilo habitual. La tesis contraria enfrenta graves dificultades. El autor debería haber combinado una imitación servil del estilo de Pablo con una profunda originalidad teológica. Agrego que su genio teológico se muestra por ejemplo en la profunda doctrina sobre el matrimonio de Efesios 5,21-33. Los genios de esa magnitud no suelen pasar por la historia sin dejar más rastros. Además, sería inexplicable por qué el imitador habría reproducido sólo la nota personal de Efesios 6,21-22 (cf. Colosenses 4,7-9) para agregar verosimilitud.

Robinson confiesa que durante su estudio del tema cambió de opinión sobre las Cartas Pastorales (1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito). Inicialmente él, como la mayoría de los críticos protestantes, pensaba que esas tres cartas habían sido escritas en el siglo II, porque manifiestan señales de lo que esos críticos suelen denominar “proto-catolicismo” (énfasis en la sana doctrina, en la jerarquía de la Iglesia, etc.). Sin embargo, después de analizar el asunto detenidamente, se convenció de que en esas tres cartas no hay nada que no pueda haber sido escrito por el mismo Pablo y de que las numerosas referencias personales que contienen permiten ubicarlas con bastante seguridad dentro del marco cronológico de la vida de Pablo. (Continuará).

Daniel Iglesias Grèzes

Notas:

1) La traducción de las citas de Redating the New Testament es mía.

2) Para las citas bíblicas he utilizado la Biblia de Navarra.


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8.04.12

Revista "Fe y Razón" (Nº 67 - Abril de 2012)

Para acceder a todo el Nº 67, por favor presione aquí. A continuación reproduzco el artículo editorial.


¡Felices Pascuas!

Equipo de Dirección

La sección “Magisterio” de este número de Fe y Razón incluye un importante documento de 1966 de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) que, cuando aún no había transcurrido un año desde la clausura del Concilio Vaticano II, lanzó una seria señal de alerta contra las interpretaciones erróneas del mismo. Este documento, que en su momento fue enviado en secreto a todos los Obispos del mundo, ha sido publicado recientemente en el sitio web de la Santa Sede.

A continuación, dentro de la misma sección, incluimos una muy reciente “notificación” de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, en la que se reprueban los graves errores del teólogo católico español Andrés Torres Queiruga. Aplaudimos esta notificación, mediante la cual los Obispos españoles cumplen su deber de defender la fe de los fieles católicos de las desviaciones propugnadas por dicho teólogo; aunque pensamos que habría convenido demorar menos su publicación, porque entretanto las obras de Torres Queiruga han causado mucho daño…

La comparación entre estos dos documentos eclesiales nos lleva a hacer la siguiente reflexión. A juzgar por los hechos posteriores, en líneas generales no se prestó suficiente atención a la situación denunciada por la CDF en 1966. Las doctrinas teológicas heterodoxas siguieron floreciendo y desarrollándose dentro de la Iglesia Católica hasta alcanzar la gran difusión de la que hoy gozan, por medio de autores como Torres Queiruga y muchos otros. Aquellos polvos trajeron estos lodos… Sin embargo, vemos un signo positivo en el hecho de que, en el caso de la obra de Torres Queiruga, la desagradable pero necesaria tarea de reprobar los errores doctrinales graves haya sido asumida por los propios Obispos españoles. Decimos esto porque, paradójicamente, después de que el Concilio Vaticano II enseñó la doctrina de la colegialidad episcopal, muchos Obispos parecieron abdicar de hecho de su deber de velar por la sana doctrina dentro de sus respectivos territorios, dejando esa dura tarea a Roma, al menos en lo referente a la condena de los errores y las sanciones a los culpables.

En la sección “Espiritualidad” publicamos el Capítulo 7 de un magnífico libro del Padre José María Iraburu. El libro se titula “El martirio de Cristo y de los cristianos” y el Capítulo en cuestión se titula “La evitación sistemática del martirio”. Invitamos a todos nuestros lectores a leer y meditar en profundidad este escrito, que nos pone en guardia contra una tentación muy frecuente en nuestro tiempo.

En la sección “Filosofía” publicamos un artículo de María Cristina Araújo Azarola (1945-2003), católica laica uruguaya, Profesora de Filosofía, primera Directora de la Sección Uruguay de la SITA (Sociedad Internacional Tomás de Aquino). Cristina Araújo fue, entre otras muchas cosas, una colaboradora habitual de “Fe y Razón” en su primera época. Es más, se podría decir que “Fe y Razón” se fue gestando en su casa, en un círculo de estudio de la encíclica Fides et Ratio que se reunió varias veces allí (y en otros lugares) en 1998. Con alegría anunciamos que estamos preparando la publicación de un libro que reúne varios escritos filosóficos de Cristina. Este libro (aún sin título) será el Nº 10 de la Colección “Fe y Razón”.

En la sección “Actualidad” publicamos unas reflexiones del Lic. Néstor Martínez sobre dos deplorables declaraciones del Sr. Ministro de Defensa Nacional. Estas reflexiones se relacionan con el artículo siguiente: en la sección “Literatura” publicamos el final de la excelente novela “El poder y la gloria” de Graham Greene.

En la sección “Doctrina Social”, coordinada por el Ec. Rafael Menéndez, publicamos una entrevista que trata sobre la próxima conferencia internacional denominada “Rio+20”, que estará centrada en el tema del desarrollo sustentable.

Tenemos el agrado de recordarles que el martes 10 de abril a las 19:00, en la Facultad de Teología del Uruguay, comenzará un cursillo sobre “Darwinismo, Diseño Inteligente y Fe Cristiana”, organizado por el Centro Cultural Católico “Fe y Razón”. Los detalles del cursillo (fechas, horas de comienzo y de fin, dirección y teléfono del lugar, temas a tratar, docentes, etc.) figuran en la noticia correspondiente.

Por último, el Salmo 135 nos enseña a dar gracias a Dios por su amor eterno, por su misericordia infinita. Que en esta Semana Santa, en la liturgia y la vida, nos unamos más hondamente con Jesucristo, el Redentor del hombre.

¡Bendito y alabado sea el Santo Nombre de Jesús, ayer, hoy y siempre! ¡Felices Pascuas de Resurrección para todos nuestros lectores y sus familias!