¿Un nuevo argumento para la datación temprana del Nuevo Testamento?

Codex Sinaiticus

Publico una nueva versión (corregida y aumentada) de un post del 05/04/2015. Si Dios quiere, dentro de algún tiempo será un capítulo de un nuevo libro de apologética cristiana.

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EL TÉRMINO “CRISTIANO” Y LA DATACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO

El propósito de este capítulo es esbozar un argumento sobre la datación del Nuevo Testamento (NT) basado en el uso del término “cristiano”. Hasta donde alcanzo a ver, parece ser un argumento nuevo e importante, aunque el presente esbozo necesite muchas ampliaciones y verificaciones. Tengo la esperanza de que personas expertas lo evalúen y eventualmente lo desarrollen.

El punto de partida es el siguiente. Sabemos por los Hechos de los Apóstoles que el término “cristiano” apareció por primera vez en Antioquía en torno al año 42. Hechos 11,26: “y en cuanto [Bernabé] lo encontró [a Saulo], lo llevó a Antioquía. Estuvieron juntos durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre. En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos» (Χριστιανούς)”.

San Lucas no explicita quién dio el nombre de “cristianos” a los discípulos de Cristo, pero es razonable pensar que en un principio fueron los paganos quienes utilizaron ese nombre, no los propios discípulos de Cristo ni menos aún los judíos. Recordemos que “Cristo” es la traducción griega de la palabra hebrea “Mesías”, que significa “Ungido”. Es probable que el término “cristiano” tuviera al principio un sentido despectivo. También es razonable pensar que, a partir de su origen en Antioquía en los años 40, el término “cristiano” se fue difundiendo lentamente, tanto en el sentido geográfico como en los sentidos lingüístico y sociológico, hasta llegar a ser utilizado en todo el Imperio Romano, tanto en griego como en latín, no sólo por los paganos sino también por judíos y por los mismos cristianos.

Pues bien, un hecho capital es que en todo el NT el término “cristiano” (en el texto original griego) aparece sólo tres veces. Además de Hechos 11,26, se trata de los siguientes versículos:

Hechos 26,28: “Agripa contestó a Pablo: «Por poco, con tus argumentos, haces de mí un cristiano» (Χριστιανν)”. Aquí quien usa el término “cristiano” es Herodes Agripa II, Rey de Judea. El discurso de Pablo ante Agripa debe de haber sucedido en torno al año 60.

1 Pedro 4,16: “pero si es por cristiano (Χριστιανός), que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre.” Si la hipótesis del origen pagano del término “cristiano” es correcta, puede ser que este texto de San Pedro atestigüe una transición: un término que al principio era utilizado sólo por no cristianos para referirse a los cristianos, con un sentido despectivo o acusatorio, luego es adoptado por los propios cristianos. El contexto apoya esta interpretación: “Bienaventurados si os insultan por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros. Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por ser homicida, ladrón, malhechor o entrometido en lo ajeno; pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que glorifique a Dios por llevar este nombre.” (1 Pedro 4,14-16). Es decir que el “delito” de ser “cristiano”, a diferencia de los otros delitos mencionados, no es algo deshonroso, sino glorioso.

En resumen, el término “cristiano” es muy raro en el NT. En los 27 libros del NT la palabra “cristiano” aparece sólo tres veces, dos de ellas en Hechos, un libro escrito después del año 60. En cambio para designar a los miembros de la Iglesia de Cristo el NT usa muchos otros términos (discípulos, hermanos, fieles, santos, creyentes, etc.), incluso algunos (como “santos”) que luego dejaron de usarse con ese significado. La palabra “cristiano” no aparece ni una sola vez en ninguno de los cuatro Evangelios, en ninguna de las epístolas de Pablo, ni en las de Juan, ni en el Apocalipsis, etc.

Ahora dividamos el primer siglo de la historia de la Iglesia (30-130) en dos períodos separados por la destrucción de Jerusalén: el “primer período” (30-70) y el “segundo período” (70-130). Recordemos que la mayoría de los exégetas actuales sostiene que la mayoría de los libros del NT (todos menos algunas Epístolas de Pablo: sobre todo 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Corintios, Gálatas y Romanos) fueron escritos en el segundo período. A su vez nuestro “primer período” se puede subdividir en dos sub-períodos: un primer sub-período durante el cual el término “cristiano” no existía; y un segundo sub-período durante el cual ese término se difundió gradualmente en un área geográfica cada vez más amplia, pero era aún poco frecuente, al menos entre los propios cristianos.

Mi tesis, que yo casi me limitaré a enunciar, pero que debería ser evaluada detenidamente y (eventualmente) ser demostrada en forma exhaustiva, es la siguiente: en la literatura extra-bíblica (cristiana y no cristiana) del “segundo período” el término “cristiano” es muy utilizado, hasta llegar a ser el principal para designar a los miembros de la Iglesia de Cristo. Se plantea entonces un grave problema, que se puede exponer así: si (como dice la mayoría de los exégetas actuales), el NT –en su mayor parte– fue compuesto en el “segundo período”, ¿cómo se explica que apenas aparezca en él el término “cristiano”? Es muy improbable que esto se explique por la mera casualidad. Tampoco convence la explicación de que los hagiógrafos, escribiendo en el “segundo período”, usaron a propósito un lenguaje arcaico, o evitaron deliberadamente el uso del término “cristiano” por considerarlo poco adecuado. Esto último no encaja con lo que sabemos por otras fuentes sobre la terminología de la época. Opino que la explicación más probable es que todos o casi todos los libros del NT fueron escritos en el “primer período”.

Diré lo mismo con otras palabras. El NT es un conjunto de 27 libros, escritos por muchos autores en momentos y lugares diferentes y con estilos diferentes. Si:

1) la redacción de la mayor parte del NT hubiera sido tardía (digamos, entre los años 70 y 100, con algunas epístolas incluso posteriores), como sostienen hoy muchísimos exégetas;

2) se demostrara exhaustivamente (más allá de los textos que señalaré) que en la literatura cristiana post-apostólica (del período 70-130) la palabra “cristiano” era un término frecuente y “normal” del lenguaje de los cristianos para designarse a sí mismos; y

3) como es un hecho patente, en el NT la palabra “cristiano” aparece sólo en tres ocasiones, y en esas ocasiones refleja muy probablemente un sentido arcaico, como nombre despectivo aplicado por los no cristianos a los cristianos;

entonces la tesis de esos exégetas se enfrentaría a un problema muy grave, porque no hay ningún argumento convincente para explicar esa importante discrepancia terminológica entre dos grupos amplios de autores cristianos de la misma época (en la hipótesis de esos exégetas). Esto sería una razón muy fuerte para revisar la datación de las obras del NT, asignando dataciones mucho más tempranas que las aceptadas habitualmente hoy en día.

A continuación, sin pretender una demostración exhaustiva de mi tesis, aportaré algunos datos o argumentos favorables.

Gracias al precioso libro de Daniel Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, Edición bilingüe completa, Quinta edición, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1985 (en adelante citado como DRB), he comprobado que en el texto original griego de la Doctrina de los Doce Apóstoles o Didaché, aparece la palabra “cristiano”: “Mas si no tiene oficio, proveed conforme a vuestra prudencia, de modo que no viva entre vosotros ningún cristiano (Χριστιανός) ocioso.” (Didaché 12,4; en: DRB, p. 90).

En su introducción a la Didaché, Daniel Ruiz Bueno sostiene lo siguiente: “La Didaché… es, a lo que parece, el más antiguo escrito cristiano no canónico, anterior incluso a algunos libros del Nuevo Testamento. (…) Fue altamente venerado en los siglos primeros de la Iglesia y ejerció tal influencia que apenas hay obra [cristiana de ese período] que no guarde, manifiesto o implícito, algún rastro suyo. (…) Escrito este breve y viejísimo catecismo cuando aún no se había cerrado el ciclo de la revelación…, fue uno de aquellos libros que anduvieron largo tiempo rondando el canon, admitidos como inspirados por unos y rechazados por otros, hasta que, lentamente, pero con divino instinto que hay que admirar, la conciencia general de la Iglesia los abandonó definitivamente, dejándolos fuera del número de aquellos autores ‘cuyos escritos, divinamente inspirados, han constituido para nosotros como una fortaleza de nuestra salud, el canon de salubérrima autoridad’.” (DRB, pp. 29-30).

César Vidal ha escrito lo siguiente sobre la Didajé: “Datación: Audet la ha datado entre el 50 y el 70, mientras que Adam la sitúa entre el 70 y el 90. Quasten, pese a situar su compilación entre el 100 y el 150, no niega la posibilidad de que se escribiera en el s. I. Nuestra opinión, al igual que la expresada por J. A. T. Robinson, es que la Didajé es un escrito muy antiguo que pudo incluso ser redactado antes de la destrucción del Templo de Jerusalén, en el año 70 d.C. Esta antigüedad explicaría, al menos en parte, el que fuera considerada por algunos un escrito canónico. En cuanto al lugar de redacción, los más posibles son Siria y Palestina.”

El uso “positivo” del término “cristiano” en una obra tan breve y tan antigua como la Didaché parece ser un argumento fuerte a favor de la tesis expuesta en este capítulo.

En las siete breves Cartas de San Ignacio de Antioquía (del año 105-110 aproximadamente), el término “cristiano” aparece cinco veces. Allí se trata claramente de un término del lenguaje cristiano. Muy probablemente San Ignacio no fue el primer cristiano en usar ese término de buen grado y de forma habitual, por lo que cabe suponer que al menos desde el año 100 la palabra “cristiano” era usada con frecuencia por los propios cristianos. Pero en el NT eso no sucede. Ergo, el NT es anterior al año 100, por lo menos. Pero la tesis aquí expuesta podría tener mayores consecuencias. Del año 42 (cuando en Antioquía se comenzó a llamar “cristianos” a los discípulos de Cristo) al año 110 (cartas de San Ignacio de Antioquía) transcurrieron 68 años. La gran cuestión a resolver es la siguiente: ¿Cuándo, dentro de ese período de 68 años, el término “cristiano” fue adoptado por los cristianos como un término normal para referirse a sí mismos? Eso puede haber ocurrido mucho antes del año 110.

En cuanto a la Carta a Diogneto, muy probablemente sea del siglo II. Como usa muchas veces el término “cristianos”, eso vuelve aún más difícil atrasar la fecha de composición de algunos libros del NT al siglo II, como proponen muchos exégetas.

Este mismo análisis se podría repetir para todas las obras de los Padres Apostólicos. Si el resultado fuera muy similar, probablemente obligaría a datar el grueso del NT en fechas muy anteriores a las que hoy (sin pruebas firmes) se suele dar por sentadas.

Por otra parte, entre las fuentes paganas antiguas se destacan Plinio el Joven, Tácito y Suetonio.

Hacia el año 112 DC, Plinio el Joven, legado imperial en las provincias de Bitinia y del Ponto (situadas en la actual Turquía) escribió una carta al emperador Trajano para preguntarle qué debía hacer con los cristianos, a muchos de los cuales había mandado ejecutar. En esa carta menciona tres veces a Cristo a propósito de los cristianos. En la tercera oportunidad dice que los cristianos “afirmaban que toda su culpa y error consistía en reunirse en un día fijo antes del alba y cantar a coros alternativos un himno a Cristo como a un dios”. En esa carta, más bien breve, Plinio usa ocho veces el término “cristiano”, y se da a entender que ya entonces los cristianos se identificaban a sí mismos con ese nombre (lo que queda confirmado por las Cartas de San Ignacio de Antioquía).

Los Anales del historiador romano Tácito, publicados en el año 116 DC, se refieren a los cristianos en el Libro 15, pasaje 44, diciendo (en el contexto de la persecución de Nerón a los cristianos): “vulgus Christianos appellabat” (“a los que el vulgo llamaba cristianos”). Este uso del término “cristianos” por parte de Tácito es muy consistente con mi tesis, porque seguramente refleja el uso de ese término por el “vulgo” de Roma hacia el año 64.

Hacia el año 120, el historiador romano Suetonio escribió una obra llamada Sobre la vida de los Césares. En el libro dedicado al emperador Claudio (41-54), Suetonio escribe que Claudio “expulsó de Roma a los judíos, que provocaban alborotos continuamente a instigación de Cresto”. La expulsión de los judíos de Roma por orden de Claudio se menciona también en Hechos de los Apóstoles 18,2. Cristo era un nombre nuevo para los romanos y Cresto era un nombre más o menos común. De ahí la confusión entre Cristo y Cresto y entre “cristianos” y “crestianos”.

El tema tratado en este capítulo es complejo, y yo no soy experto en las obras de los Padres Apostólicos, mucho menos en sus lenguas originales. Pero sentí el deber de lanzar al ruedo la idea para que los expertos la analicen a fondo. Para demostrar plenamente la tesis aquí esbozada queda bastante trabajo por hacer. Un problema es que algunas obras de la literatura patrística post-apostólica no están datadas con suficiente precisión. Otro problema es que se debería consultar siempre los textos originales, no sólo las traducciones al castellano, que en un asunto como éste son sólo indicativas.

Mi argumento se podría generalizar, formulando una metodología terminológica de datación del NT. Es decir, no hay por qué limitarse a considerar la palabra “cristiano”. Tomemos por ejemplo la palabra “católico”. No aparece nunca en el NT, pero San Ignacio de Antioquía la usa en una de sus cartas para designar a la Iglesia universal. Seguramente San Ignacio no inventó la palabra ni la acepción, así que podemos asumir que existía desde el año 100, por lo menos. Entonces, sería raro que varias epístolas del NT fueran posteriores al año 100 (como proponen muchos exégetas) y aún así nunca aparezca en ellas la palabra “católico”. Y así sucesivamente se puede considerar todas las palabras clave del “lenguaje cristiano”, es decir las nuevas palabras creadas para expresar la novedad radical del mensaje cristiano. Si alguno de ustedes ha leído antes un argumento igual o parecido a éste, le agradecería mucho si pudiera indicarme la cita exacta.

Por cierto, este argumento no sería el único a favor de la datación temprana del NT, sino que se sumaría a un arsenal de argumentos cada vez más amplio y poderoso.

Muchos exégetas racionalistas de los siglos XVIII y XIX sostuvieron que el NT había sido escrito en el siglo II, o incluso más tarde (siglos III y IV). Hay muchas razones que hacen totalmente imposible una redacción tan tardía. Entre otras: 1) la existencia de muchos papiros de los siglos I, II y III con textos del NT; y 2) la existencia de una cantidad innumerable de citas del NT en las obras de los Padres ante-nicenos. De hecho, a partir de esas citas se podría reconstruir prácticamente todo el NT.

Además de los argumentos apologéticos tradicionales, hay muchos trabajos científicos recientes y sólidos (por ejemplo, las obras de Robinson, Carmignac, Tresmontant, O’Callaghan y Thiede) que sustentan una datación temprana del NT, acorde con las más antiguas tradiciones eclesiales. Las fechas de las obras de San Pablo son más o menos conocidas, y las cartas de su propia autoría ("auténticas") son obviamente anteriores a la muerte de Pablo (año 67). Hay excelentes razones para pensar que los Hechos de los Apóstoles fueron escritos en torno al año 62; y el Evangelio de Lucas antes que los Hechos; y los Evangelios de Marcos y Mateo antes que el de Lucas.

Hay dataciones absolutas de varios papiros del NT. Y los papiros P64, P67, 7Q4 y 7Q5, según esas dataciones, son del siglo I. 7Q4 y 7Q5 son papiros de Qumrán con textos del NT (7Q4 = 1 Timoteo 3,16-4,3; 7Q5 = Marcos 6,52-53). Para profundizar al respecto, recomiendo: Carsten Peter Thiede - Matthew d’Ancona, The Jesus Papyrus. The Most Sensational Evidence on the Origin of the Gospels Since the Discovery of the Dead Sea Scrolls, Galilee Doubleday, New York-London-Toronto-Sydney-Auckland, 2011. La identificación de 7Q4 y 7Q5 con textos del NT es un trabajo riguroso reconocido por excelentes papirólogos y rechazado por exégetas en razón de prejuicios ideológicos. La identificación de papiros tan o más pequeños que ésos (y con errores similares) es algo habitual en papirología. Si no se refiriera a textos del NT, nadie habría cuestionado esta identificación, porque la probabilidad de encontrar otros textos que concuerden con esos papiros es bajísima. La datación absoluta de esos papiros es algo muy simple. Las cuevas de Qumrán fueron cerradas en el año 68 DC. Por lo tanto 7Q4 y 7Q5 son anteriores al 68.

Daniel Iglesias Grèzes


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4 comentarios

  
Jordi
"Ahora dividamos el primer siglo de la historia de la Iglesia (30-130) en dos períodos separados por la destrucción de Jerusalén: el “primer período” (30-70) y el “segundo período” (70-130). Recordemos que la mayoría de los exégetas actuales sostiene que la mayoría de los libros del NT (todos menos algunas Epístolas de Pablo: sobre todo 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Corintios, Gálatas y Romanos) fueron escritos en el segundo período."

En mi opinión, la base de los Evangelios ya se redactaba por escrito, en forma de Dietario, en el mismo momento de la predicación de Jesús y los Apóstoles. Por lo tanto, la base evangélica fue escrita en los años 30 a 33.

De entre los Doce Apóstoles, Mateo parece el más adecuado como encargado centralizado de efectuar dicho Dietario, por ser publicano (sabe escribir y describir) y por tener la tradición de redactar un primer evangelio semítico.

Este Dietario sería redactado durante las tardes-noches, momento del fin de las predicaciones diurnas, y durante los días de cese de predicación, los días de descanso, con el fin de que no se olvidaran los hechos, gestos y palabras de Jesús.

No parece lógico en absoluto que durante la predicación de Jesús, ninguno de los Apóstoles no redactara en ningún momento, ninguno de los episodios de Jesús y de ellos mismos.
10/04/17 12:58 PM
  
Luis Fernando
Si se aplicaran las técnicas "científicas" del último siglo sobre la datación y autoría de los libros sagrados a una obra como el Quijote, tendríamos como resultado que la obra de Cervantes la escribieron varios señores que pasaban por allí entre principios del XVII y mediados del XVIII.

Últimamente se ha producido cierta normalización y se va volviendo, aunque muy poco a poco, a lo que la Iglesia ha sostenido siempre sobre esta cuestión en cuanto al Nuevo Testamento. Respecto al Antiguo, sigue campando a sus anchas la basura que se inventaron en Tubinga los liberales protestantes, adoptada vergonzosamente por gran parte de los eruditos católicos.
10/04/17 2:06 PM
  
Palas Atenea
Jordi: Eso no es una opinión sino pura especulación. No sabemos nada de casi ningún discípulo, excepto los pescadores, así que basar el que fuera Mateo, por ser publicano, el que llevara un diario y no Felipe o Bartolomé, por poner un ejemplo, es hablar por hablar. Y no contento con eso nos explicas cuándo fue redactado el tal diario, ya sólo te falta decir si fue sobre pergamino o sobre hojas de papiro.
¿Por qué no va a ser lógico que las enseñanzas de Jesús fueran durante un tiempo de transmisión oral? La transmisión oral tiene muchas más garantías de lo que parece y más con un pueblo que tenía una enseñanza repetitiva y una memoria mejor que la nuestra porque era más necesaria. Tampoco fueron tantos los años que pasaron desde la predicación de Jesús hasta la aparición del Primer Evangelio.
Si hay un pueblo de la memoria ese es el Pueblo Judío, como hoy somos "presentistas" se nos hace difícil entender esto.
10/04/17 6:40 PM
  
josep
Mc. alrededor del año 60
Mt. alrededor del 70
Lc. alrededor del 80
Jn. alrededor del 90...

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DIG: Gracias, pero no sé qué relación tiene este comentario con lo que yo escribí.
17/04/17 10:19 PM

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