Dos críticas de la teología de Hans Urs von Balthasar

Es indudable que Hans Urs von Balthasar fue uno de los principales teólogos católicos del siglo XX. De ahí la importancia de entenderlo, para todo católico contemporáneo con vocación teológica.

Confieso que, pese a haber leído cuatro o cinco libros (muy interesantes, por cierto) de ese autor, no he podido lograr por mí mismo una visión global de su teología. Por lo tanto, en este post, en vez de basarme en mi propia opinión, presentaré dos visiones críticas de la teología de von Balthasar, que me parecen muy significativas por su coincidencia parcial, pese a provenir de dos pensadores católicos que pueden ser ubicados casi en extremos opuestos del actual espectro teológico: Karl Rahner y Atila Sinke Guimaraes.

En el caso de Rahner me basaré en: Herbert Vorgrimler, Entender a Karl Rahner. Introducción a su vida y su pensamiento, Editorial Herder, Barcelona 1988. Esta obra de Vorgrimler (discípulo de Karl Rahner) contiene una sección titulada Karl Rahner y Hans Urs von Balthasar (pp. 178-181). A continuación citaré buena parte de esa sección.

“Desde el Concilio y de cara al exterior, especialmente desde la publicación del librito de von Balthasar Cordula oder der Ernstfall (1966), Rahner pasó a convertirse para Balthasar en el gran adversario teológico, que de una manera inadmisible hace la fe fácil, la adapta a las necesidades de los contemporáneos y atribuye un carácter manso y tranquilo a la enorme gravedad de la historia de Dios con los hombres.

Von Balthasar experimentó esta mortal seriedad del sufrimiento de Dios sobre todo a partir de las visiones de Adrianne von Speyr. Desde aquí, llegó a una mirada interna de la Trinidad divina, en la que el drama de amor se desarrolla bajo la forma de un enfrentamiento mortal entre el Padre y el Hijo. Von Balthasar considera que la única tarea importante del creyente es percibir con humildad y gratitud este movimiento de amor y adentrarse por el camino de obediencia del Hijo. Señala, así, a los cristianos el camino de la contemplación y de una rigurosa ascesis. Declaró expresamente que la ‘masa’ no podía seguir este camino. La ‘masa’ ha sido desde la antigüedad hasta hoy problemática en el cristianismo y en la Iglesia, sólo llega a realizar tareas fragmentarias a las que poco más tarde ya no se presta ninguna atención. Von Balthasar intenta suavizar el sesgo unilateral y elitista de este pensamiento mediante su esperanza en la reconciliación total. Dado que el Hijo de Dios ha sufrido en Sí mismo todo el infierno cuando soportó el castigo del Padre, es de esperar que el Dios que ya no está airado no permitirá que se pierda ninguno de la ‘masa’.

(…) Se había preguntado Rahner de dónde extraía, en definitiva, von Balthasar su conocimiento de la vida interna divina. Le preocupaba que von Balthasar renunciara, ya de entrada, a una mediación para los hombres ‘de hoy’ de lo contemplado en visiones (…) Aquí era plenamente consciente de que quien se esfuerza por transmitir algo a otros presenta puntos más vulnerables que el que de antemano declara que o bien un hombre tiene esa visión y esa contemplación, o simplemente no la tiene en absoluto.

Una vez se defendió públicamente, cuando en una entrevista declaró lo siguiente: ‘Si tuviera que pasar ahora al contraataque, diría que se da una tendencia moderna (no quiero decir una teoría, pero sí una tendencia) –tanto en Hans Urs von Balthasar como en Adrianne von Speyr (en esta última, por supuesto, mucho más acentuada), pero incluso también, y con independencia de ellos, en Moltmann– que concibe una teología de la muerte de Dios que, a mi modo de ver, es fundamentalmente gnóstica. Dicho de una manera simple y directa, para salir de mi miseria, de mi confusión y de mis dudas, de nada me aprovecha que Dios –por volver a las palabras simples y directas– sea tan miserable como yo’. Lo que ‘me sirve de consuelo es que si Dios entra en esta historia, y en la medida en que entra, como en su propia historia, se inserta en ella de una manera distinta. Porque yo estoy ya de antemano inexorablemente hundido en este horror, mientras que Dios –si esta palabra ha de tener alguna significación– es para mí, en un sentido auténtico y verdadero y consolador para mí, el Dios impasible (Deus impassibilis)’.

[Conclusión de Vorgrimler:] Unas experiencias de Dios radicalmente distintas desembocaron en posiciones teológicas irreconciliables.” (H. Vorgrimler, o.c., pp. 179-181).

Para presentar la segunda visión crítica, citaré un libro mediocre que compré por error, pero que tiene un prólogo interesante: Robert C. McCarthy, A Critical Examination of the Theology of Karl Rahner, S.J. –Foreword by Atila Sinke Guimaraes, Carthay Ventures, Buchanan Dam, Texas, 2001. La traducción del inglés es mía.

“Lo que Von Balthasar asume como el presupuesto de su sistema es la primacía del amor en relación a la razón, de la voluntad en relación a la inteligencia, de la caridad en relación a la fe. Él también paga tributo al evolucionismo filosófico –no la evolución lineal y ‘positiva’ de Teilhard, sino la evolución dialéctica y trágica de Hegel. La historia sería la lucha entre dos principios: justicia y misericordia, representados respectivamente por Dios Padre y Dios Hijo. Jesucristo se habría encarnado a fin de ‘derrotar’ la supremacía de la justicia, la fe y la lógica, y de reemplazarlas con la misericordia, la caridad y el encanto. El mismo mal y aquellos que son malos no serían capaces de resistir la fuerza de atracción del amor. Judas, los herejes, los condenados al infierno e incluso los mismos demonios se sentirían ‘comprendidos’ por este irresistible mensaje de amor y habrían adherido a él en las profundidades de sus corazones. Pedro, sí; pero Juan más que Pedro. Juan, sí; pero Dimas (el buen ladrón) más que Juan. Dimas, sí; pero Gestas (el mal ladrón) más que Dimas. Y así, desde la fuerza del amor y la misericordia, la Iglesia institucional es desplazada por la ‘Iglesia del Amor’, y esta última, a su vez, es desplazada por la ‘Iglesia de los condenados’, los que estarían más unidos a Cristo en la altura de la Cruz que los otros. A fin de ‘probar’ estos puntos, von Balthasar hace uso de una notable erudición histórica, filosófica y artística, lo que confiere a su sistema una amplia visualización. Atractiva para espíritus románticos y muy en boga en estos tristes días de ecumenismo desenfrenado, la Teología del Amor sufre sin embargo del error fundamental de subordinar la fe a la caridad.” (A. S. Guimaraes, en: R. C. McCarthy, o.c., Foreword, pp. viii-ix).

Como se puede apreciar, los dos testigos (el “progresista” Rahner y el “tradicionalista” Guimaraes) coinciden en señalar dos aspectos fundamentales de la teología de von Balthasar que, a mi juicio, constituyen dos errores graves:

* La afirmación de la existencia de un gran drama intratrinitario que enfrenta al Padre y al Hijo, y que alcanza su punto culminante en la Cruz, cuando el Hijo habría sido abandonado, condenado y castigado por el Padre.

* Una fuerte tendencia hacia la ‘apocatástasis’, la doctrina que afirma la reconciliación universal y la salvación de todos al final.

Opino que el error trinitario de von Balthasar es más importante, más innegable y menos conocido que su error escatológico. En el caso de este último, él tiene una escapatoria. No llegó a afirmar categóricamente la apocatástasis, pero sí sostuvo algo muy parecido: no sabemos si el infierno está ocupado o vacío, pero tenemos el deber de esperar que todos se salven.

En cuanto al error trinitario, pienso que en esencia la crítica de Rahner es correcta: tanto la fe como la razón demuestran la impasibilidad de Dios; en este punto fundamental la teología de von Balthasar es fantasiosa. “Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna” (1 Juan 1,5). “Dios [es], infinitamente perfecto y bienaventurado en Sí mismo” (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1). No hay lugar alguno para ningún drama o enfrentamiento intratrinitario, ni para ningún sufrimiento de Dios mismo.

Además, si la descripción de A. S. Guimaraes es correcta, también se puede refutar el error trinitario de von Balthasar parafraseando al Símbolo Quicumque: El Padre es justo, el Hijo es justo, el Espíritu Santo es justo; pero no hay tres justos, sino un solo justo. El Padre es misericordioso, el Hijo es misericordioso, el Espíritu Santo es misericordioso; pero no hay tres misericordiosos, sino un solo misericordioso.

Daniel Iglesias Grèzes


Postdata para corregir una posible falsa impresión (30/11):

No es cierto que yo no valore a von Balthasar. Los libros que he leído de él son en general muy buenos, aunque aquí o allá aparezcan algunos indicios de los dos errores aquí criticados.

Von Balthasar es ciertamente un gran teólogo católico y no hay motivo válido para rechazar su gran obra teológica en bloque. Pero, como todo autor, debe ser leído con sentido crítico. El sentido de este post es alertar sobre dos puntos muy peligrosos de su pensamiento. Nada más, ni nada menos.


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21 comentarios

  
Jordi
Pero sí es correcta esta afirmación:

"... la existencia "como" de un gran drama intratrinitario que enfrenta al Padre y al Hijo, y que alcanza su punto culminante en la Cruz, cuando el Hijo habría sido "como" abandonado, condenado y castigado por el Padre."

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DIG: A mi modo de ver, no. En Dios hay tres "personas", no tres "personalidades". Hay una sola inteligencia divina y una sola voluntad divina, comunes al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En toda acción ad extra, las tres personas divinas obran juntas, pues son un único y mismo Dios.
29/11/15 1:20 PM
  
Joaquín
Y dos avales a Von Balthasar: san Juan Pablo II y Benedicto XVI. Si ellos lo consideran ortodoxo, yo también.

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DIG: Ellos lo apreciaron como un gran teólogo, y yo también; pero hasta donde yo sé no avalaron esos dos puntos capitales de su teología, y yo tampoco. También en las obras de los grandes teólogos (humanos al fin) puede haber puntos oscuros, peligrosos o erróneos. Los ejemplos abundan.
29/11/15 2:09 PM
  
Joaquín
Yo es que, para empezar, cuestiono seriamente que la descripción de Atila Sinke Guimaraes de las ideas de Balthasar sea correcta, por lo que discuto también la validez de su crítica. Aún más lo dudo en el caso de Rahner, que era más heideggeriano y hegeliano que católico.

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DIG: No estoy recomendando ni a Guimaraes ni a Rahner. Tampoco aseguro que todo lo que dicen aquí es correcto. Sí me parecen correctos los dos puntos en que ambos coinciden entre sí (y conmigo, aunque como tercer testigo valgo poco). Pienso que no ha de ser difícil encontrar testimonios coincidentes de teólogos más "centrados", por así decir.
29/11/15 4:16 PM
  
Feri del Carpio Marek
Esa crisis trinitaria, de cierta manera también la alude Benedicto XVI en su primera encíclica, Deus caritas est:

«"¿Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel?... Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím; que yo soy Dios y no hombre, santo en medio de ti " (Os 11, 8-9).El amor apasionado de Dios por su pueblo, por el hombre, es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia.»

En cuanto al segundo "error", si la virtud de la esperanza nos lleva a esperar ser contados entre los elegidos de Dios, y si, por otro lado, la virtud de la caridad nos lleva a estimar a los otros como más dignos (como más de una vez nos exhorta san Pablo a hacerlo), entonces es propio del cristiano esperar que todos seremos salvos; eso es lo que le lleva a crecer en la virtud y en el celo apostólico.

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DIG: 1) Hacer coincidir estas palabras de Benedicto XVI con la tesis de von Balthasar es una interpretación muy forzada. Probablemente aquí se trate sólo de una figura retórica. No hay aquí alusión a ningún enfrentamiento mortal entre el Padre y el Hijo.

2) Es de fe que hay demonios condenados en el infierno. No podemos ni debemos esperar que se salven. Y Nuestro Señor dijo de Judas Iscariote que más le habría valido no haber nacido. ¿Debemos esperar que se haya salvado?
29/11/15 4:17 PM
  
Luis López
La verdad es que cualquier contraposición que plantee entre la voluntad del Padre y la del Hijo entra de lleno en terreno herético. No hay un Padre justiciero y un Hijo misericordioso, aunque de una lectura apresurada de las Escrituras podamos sacar esa errónea conclusión.

Al Yavé bíblico -como al Hijo- también se le conmovían las entrañas por amor a los suyos (Jer. 31,20). Y el Hijo -al igual que el Yavé bíblico- nos advierte en su Palabra de su tremenda justicia punitiva para los malvados, como se ve en el impresionante cuadro del Juicio Final que nos describe Mateo.

Pero para mí será siempre será un absoluto misterio la imagen del Hijo en Getsemaní, sudando sangre y pidiendo al Padre que apartase de Él el cáliz del horror que le esperaba. Nunca el misterio de la perfecta humanidad y la perfecta divinidad del Señor pudo llegar a esa cima de tensión y dramatismo.

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DIG: En todo caso, se trata de un drama humano, de una tensión humana. No hay dramas ni tensiones al interior de Dios mismo.
29/11/15 6:55 PM
  
felixborr
Pienso que el enfrentamiento entre la Justicia y la Misericordia se resuelven en el misterio de Dios y por eso está escrito que en Dios la Justicia y la Misericordia se besan,es decir, se encuentran en armonía. La Pasión de Jesús es el esfuerzo del Hombre-Dios por restaurar y compensar la armonía rota en el Orden Creado y por otra parte abrirnos los ojos hacia la maldad del pecado, dándonos fuerza para restaurar en nuestras almas esa armonía rota.
29/11/15 7:42 PM
  
Tito Livio
Ya tuve por obligación que tragarme a Rahner y sus secuaces y a Von Baltasar y a los suyos. ahora, por amor a la verdadera y segura teología prefiero perder el tiempo con Santo Tomás, o con Balmes, o con San Alfonso María de Ligorio o con el Santo Cura de Ars.
29/11/15 8:29 PM
  
Pedro (Brasil)
Sinceramente, não vejo Atíla Sinke Guimarães, tendo em vista o conjunto de sua obra no Tradition in Action, que atualmente clama por uma 'guerra santa' contra a Rússia, como autoridade adequada para decidir acerca da obra de Hans Urs von Baltasar. Deixemos que o Magistério da Igreja se encarregue disso.

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DIG: No he leído nada más de Atila Sinke Guimaraes. Supongo que en general no es un autor recomendable, y por cierto no es del mismo nivel que von Balthasar. Pero lo cité porque me impresionó su coincidencia parcial con Karl Rahner en este asunto. Seguramente se puede encontrar juicios coincidentes también de parte de teólogos más equilibrados, por así decir.
29/11/15 9:11 PM
  
keparoff
Estoy ahora leyendo su Tratado sobre el Infierno -cada vez más convencido de que en Balthasar está la respuesta a esas doctrinas tomistas imposibles sobre la predestinación que cada cierto tiempo irrumpen en Infocatólica- y nos pasas por encima a los pobres humanos con una teología balthasariana sobre la vida intratrinitaria, y con cinco o seis libros leídos, de un autor que ni siquiera valoras especialmente.

En fin, creo que Juan Pablo II y Ratzinger sí que son un aval potente para un autor que no se puede despreciar como el típico heterodoxo medio herético.

Intentaré salir de la ignorancia sobre las visiones de Adrianne von Speyr, gracias por ayudarnos a buscar lecturas.

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DIG: No es cierto que yo no valore a von Balthasar. Quizás debí subrayarlo con más fuerza, pero en el post dije o insinué que los libros que he leído de él son en general muy buenos, aunque aquí o allá aparezcan quizás indicios de los dos errores aquí criticados.

Para corregir esa falsa impresión, reitero lo dicho como respuesta a otro comentario. Von Balthasar es ciertamente un gran teólogo y no hay motivo válido para rechazar su gran obra teológica en bloque. Pero, como todo autor, debe ser leído con sentido crítico. El sentido de este post es alertar sobre dos puntos muy peligrosos de su pensamiento. Nada más, ni nada menos.

Karl Rahner tiene muchos más peligros o errores que von Balthasar, pero ni siquiera en su caso es recomendable rechazar su obra en bloque.

Sobre la controversia De Auxiliis, quizá hayan notado que a mí no me convencen cosas como la reprobación negativa antecedente que defiende la mayoría de los tomistas; pero no por eso soy molinista. No quiero entrar en esa controversia aquí. Trata de un misterio profundísimo. Quizás lo mejor que podamos hacer en este momento es limitarnos a afirmar lo que sabemos con certeza por la fe católica, sin pretender penetrar en el misterio más allá de nuestras fuerzas. Como decía Bossuet, debemos sostener con fuerza y con ambas manos los dos extremos de la cadena, aunque no veamos cómo están unidos (o sea, cómo es el resto de la cadena). Con fe y sin angustia, agrego.
29/11/15 10:33 PM
  
Tulkas
Dios es impasible, ciertamente. Pero esto debe de ser poco importante porque es algo que entendemos de Él.

Lo que no entendemos es que "el Verbo se hizo carne", "no hizo alarde de su categoría de Dios", "aprendió, sufriendo, a obedecer", "padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado" y encima afirma que "con deseo he desado comer esta Pascua con vosotros". Y esto es lo que no podemos entender, de ninguna forma, sólo confesar.

Que no hay conflicto intratrinitario está claro, pero Balthasar se limitó a balbucear algún aparente desatino fruto de contemplar al que traspasaron. Sin más.

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DIG: Lo que entendemos de Dios (por ejemplo, que tiene que existir) no tiene por qué ser poco importante.

Por otra parte, no quiero cargar las tintas contra von Balthasar, ni rechazar en bloque su gran obra teológica, que contiene muchos aspectos positivos y valiosos. Sólo alertar sobre dos errores graves (o, si se prefiere, dos puntos muy oscuros y peligrosos) de su pensamiento. Si se trata de balbuceos, los balbuceó con demasiada fuerza e insistencia.
30/11/15 1:10 AM
  
Néstor
Es que cuando se abandona la Escolástica por algún lado o por otro se ven las consecuencias. Rahner padece, de otra manera, del mismo mal.

Saludos cordiales.
30/11/15 3:14 AM
  
Néstor
Lo mínimo que tenemos que decir en lo relativo a la Encarnación del Verbo es que Dios padeció y murió en su naturaleza humana asumida, no en su naturaleza divina, que es Impasible e Inmortal.

El sujeto del sufrimiento y la muerte de Cristo en la Cruz es la Persona divina del Verbo, pero no padece ese sufrimiento y muerte en su naturaleza divina, sino en su naturaleza humana exclusivamente.

Por eso la fórmula de Calcedonia (una Persona, dos naturalezas) es clave para entender estas cosas, y en la medida en que se la deja de lado, la teología es sustituida por la mitología kenótica, más propia del politeísmo griego en que Zeus, por ejemplo, engañaba a su esposa Hera.

Saludos cordiales.
30/11/15 12:32 PM
  
Jordi
Por cierto, recuerdo que este teólogo y su vidente dijeron que Juan Pablo I fue objeto de un delito de homicidio. Dos agentes entraron para eliminarlo, y uno de ellos neutralizó a su vez a su cómplice.

La vidente, dicen, fue transcendental para que el teólogo no se convirtiera en heterodoxo.

Se comenta que algunos libros eran inspirados directamente por la vidente.

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DIG: ¿Quieres decir un delito de intento de homicidio? ¿Y cuándo habría ocurrido esto? ¿Hay alguna prueba histórica de ese intento, fuera de la supuesta visión?
30/11/15 1:59 PM
  
Jesús de Andalucía
En mi opinión las tesis de Von Balthasar no deben interpretarse en el sentido de que exista un enfrentamiento como tal entre el Padre y el Hijo sino que, de una forma misteriosa y aterradora, el principio del mal se introduce de alguna manera en la relación trinitaria. Es como si el desgarro de la naturaleza que el hombre introduce en el mundo por el pecado alcanzara al mismo Dios, aunque solo en un sentido análogo pues ya sabemos que en su naturaleza divina las tres personas de la Trinidad son impasibles.

En relación con el problema del infierno y los condenados, para Von Balthasar la cuestión no es, según yo entiendo, si hay muchos, pocos o ningún alma humana en el infierno. La cuestión es más bien hacerse la pregunta: ¿hacia dónde debe dirigirse la Esperanza cristiana, como virtud teologal? Y él entiende que no solo debe dirigirse hacia la propia salvación, sino hacia la salvación de todos y cada uno de los hombres. Que luego les alcance o no... ya es otra cosa.

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DIG: El principio del mal no se introduce de ninguna manera en la Santísima Trinidad, en ningún sentido. La analogía supone semejanza y desemejanza a la vez. ¿Dónde está pues la semejanza en Dios con ese desgarro aterrador en el hombre por el pecado?

La esperanza cristiana debe ser generosa y solidaria, pero no contradictoria con la fe, que nos enseña que el infierno existe y no está vacío.
30/11/15 8:04 PM
  
Juan Argento
Quiero destacar que la afirmación "el Hijo de Dios ... soportó el castigo del Padre" refleja el entendimiento de que la expiación de los pecados realizada por Jesucristo consistió en una sustitución de pena o sustitución penal: los padecimientos de Jesús sustituyeron los que debíamos sufrir por no haber obedecido (y no sufriremos), lo cual es una reparación de la consecuencia del mal.

Esta posición, si bien no ha sido condenada oficialmente por la Iglesia hasta donde yo sé, no es la correcta según la mejor teología católica, que sostiene la posición de sustitución de obediencia: la obediencia de Jesús sustituyó la que debíamos haber prestado (y no habíamos prestado), lo cual es una reparación de la raíz del mal.

Fundamento lo dicho citando dos doctores de la Iglesia del siglo XIII: S. Tomás de Aquino y S. Buenaventura de Bagnoregio, máximos exponentes de las dos grandes escuelas teológicas dentro del catolicismo, la dominicana y la franciscana respectivamente, de la obra:

Rik van Niewenhove "Late Mediaeval Anotement Theologies", ch. 16 in Francesca Aran Murphy ed. 2015 "The Oxford Handbook of Christology", pp. 250-264.
https://books.google.com/books?id=YssRCgAAQBAJ

Para S. Buenaventura (p. 253):

the source of merit of Christ's atoning work is not suffering itself but his love and obedience which find expression in that suffering (III Sent. d. 18, a. 1, q. 3).

la fuente del mérito del trabajo expiatorio de Cristo no es el sufrimiento en sí mismo sino su amor y obediencia que hallan expresión en ese sufrimiento (III Sent. d. 18, a. 1, q. 3).

Para S. Tomás (p. 255):

the sufferings of Christ are not the primary source of our salvation, but rather what they denote ('invisibly'), namely his love and obedience to the Father (ST III, q. 47, a. 4, ad 2; ST III, q. 47, a. 2, ad 3).

los sufrimientos de Cristo no son la fuente primaria de nuestra salvación, sino lo que ellos denotan ('invisiblemente'), esto es su amor y obediencia al Padre (ST III, q. 47, a. 4, ad 2; ST III, q. 47, a. 2, ad 3).

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DIG: Excelente aporte. Gracias, Juan.
30/11/15 9:51 PM
  
Juan Argento
Sobre el tema de auxiliis, menciono que un teólogo estadounidense no muy conocido, el P. William Most (1914-1999), publicó, en 1963 en latín y en 1971 en inglés, una tercera posición distinta a la tomista (bañeciana) y a la molinista:

www.catholicculture.org/culture/library/most/getwork.cfm?worknum=214

Un resumen de esa posición puede hallarse en tres artículos de ese sitio y repetidos en el sitio de ewtn.com.

Sobre el tema en su aspecto histórico, el P. Most planteó también una hipótesis que es interesante y que también es aplicable hasta cierto punto en el caso de Von Balthasar. A partir de los siguientes hechos:

When debates became acute in Spain, and people were becoming disturbed, Clement VII in 1597 ordered both sides to send a delegation to Rome to have a debate before a commission of Cardinals.

In March 1602 Clement VIII began to preside in person. In 1605 he very much wanted to bring the debate to a conclusion. So he worked long into the night, and finally came up with a 15 point summary of Augustine's doctrine on grace, intending to judge Molina's proposals by it. That would have meant condemnation of Molina and probable approval of the so-called Thomists. But according to an article in 30 Days, No. 5 of 1994, on p. 46, "But, it seems barely had the bull of condemnation been drafted when, on March 3, 1605 Clement VIII died."

el P. Most interpreta que la muerte de Clemente VIII fue dispuesta por Dios para evitar que definiera magisterialmente un error:

So it seems if there be need, God will take a Pope out of this life if needed to keep him from teaching error.

¿Podría la muerte de Von Balthasar días antes de la recepción de su capelo cardenalicio ser interpretada como señal divina de que su teología contiene gruesos errores? Me parece probable.

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DIG: Publico este aporte, pero por favor no más sobre este tema por ahora. No quiero volver a encender aquí la mecha de la explosiva controversia De Auxiliis, que aflige a no pocas almas. Haya paz entre los teólogos católicos ortodoxos. Sobre este punto, nos basta la fe católica.
30/11/15 10:07 PM
  
Juan Argento
Luego de escribir lo anterior, recordé un párrafo del P. Iraburu que puede ser útil recordar:

"¿Un infierno vacío? La hipótesis de un teólogo famoso –que felizmente no fue creado Cardenal–, según la cual el infierno sería una mera posibilidad, por la misericordia de Dios nunca cumplida, es inconciliable con la fe católica."

http://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/09-salvacion-o-condenacion-y-ii
30/11/15 10:57 PM
  
Sabina
Hans Urs von Balthasar es uno de los más grandes teólogos del siglo XX y quizá de todos los tiempos. Ha escrito infinidad de libros (más der 100) a lo que se suman incontable cantidad de artículos solos o en colaboración (más de 500). Su vida y su obra completa aún no han sido suficientemente recepcionadas ni estudiadas a fondo. Por ello me pregunto, ¿se puede hacer una crítica "seria" y "fundada" luego de haber leído no más de un par de libritos del autor, como afirma quien escribió este post, y sin siquiera ser "teólogo"? ¿No es una falta de respeto al autor, por no decir un atrevimiento temerario sin ningún valor científico? ¡Más seriedad, señores!

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DIG: 1) No he puesto en duda que von Balthasar haya sido un gran teólogo.
2) No es verdad que yo haya leído "no más de un par de libritos" de ese autor.
3) ¿Quién es un "teólogo"? Puede haber muchas definiciones de ese término. Tengo un precioso diploma de Bachiller en Teología Sagrada firmado por el Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Gregoriana con una nota de "summa cum laude". He escrito y publicado siete u ocho libros de teología. Después de terminar mis estudios académicos de teología, he seguido leyendo, estudiando y escribiendo sobre teología casi constantemente desde hace casi 20 años. ¿Soy un "teólogo"? Depende. Ciertamente soy un creyente que trata de comprender más su propia fe, y en ese sentido hago teología. Ciertamente no soy un "teólogo profesional". No vivo de la teología, ni por asomo. Pero la teología no es para mí un hobby, sino una vocación y un servicio. Y ciertamente no soy un teólogo del nivel de von Balthasar, lo cual no me impide hacerme una idea propia del valor de su teología, ni dar mi opinión al respecto.
4) Por otra parte, como queda claro en el post, no me he guiado principalmente por mis propias lecturas, sino por la opinión de otros dos teólogos, uno de ellos (Karl Rahner) de un rango del todo comparable al de von Balthasar. Como dije en algún comentario, la obra de Rahner contiene aún más peligros y errores que la de von Balthasar, pero no se puede negar que Rahner era un pensador muy agudo. Me parece que en su crítica a von Balthasar Rahner da exactamente en el blanco.
5) Según se ha visto en los comentarios, mi crítica a von Balthasar es compartida (al menos parcialmente) por el Padre Iraburu, Doctor en Teología, por Mons. Barriola, Doctor en Sagrada Escritura, y por el Lic. Néstor Martínez, gran filósofo tomista uruguayo.
01/12/15 12:51 PM
  
Néstor
La tesis del P. Most es una variante del molinismo, por lo que se puede ver. Hace depender todo de la previsión divina de quién pone o no pone un obstáculo grave a la Voluntad salvífica universal de Dios.

Agrego que en la fe católica nunca ha sido la política a seguir la de ignorar o no discutir las dificultades que se plantean a propósito de la verdad revelada.

Saludos cordiales.

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DIG: Gracias, Néstor. Dejemos este asunto por ahora. No es el tema del post.
01/12/15 4:20 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Otra lúcida crítica a este "fallo" de von Balthasar la ofrece:
Natananaël Pujos, "La Kénose du Père chez H.U. von Balthasar - Genèse et limites", Paris (2013).
02/12/15 10:29 AM
  
Joaquín
Juan Argento: dices que tal vez la muerte de von Balthasar antes de llegar a ser investido cardenal podría ser un signo divino de que su teología contiene errores. Aplicando ese "razonamiento", podría interpretarse que la muerte del papa Pío X fue un signo divino de que se equivocó al negarse a firmar la condena por el Santo Oficio de los libros de Charles Maurras. ¿O no?
03/12/15 9:42 AM

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