
Os costará un poco leer este post, lo reconozco. Pero os animo a ello.
Porque es importante darnos cuenta de la gravedad de la deconstrucción postmoderna de la razón, y cómo ello afecta a la vida cristiana.
Con la deconstrucción de la metafísica, lo vertiginoso se apropia del ethos, y transmuta la moral cristiana en ética existencial y experiencialista.
La Iglesia ha de seguir defendiendo el poder de la razón. Porque la hermenéutica de la reforma en la continuidad que quería Benedicto XVI no puede realizarse al margen del sentido común y del orden de las certezas.
Un apostolado de la razón es tan propio de la Iglesia como el apostolado mismo.
Hay que defender la razón, afianzarla en la naturaleza humana, reconstituirla con la sana metafísica del Angélico. Y en esta labor de reconstrucción, es imprescindible la gracia y la verdad, que nos vienen con Jesucristo (Juan 1, 17)
Vamos a ello. No será muy larga la caminata. La imagen del gran remolino, del Maelstrom, en cuya cercanía todo se acelera deconstruyéndose, nos acompañará en esta reflexión
__________
1 Este rechazo a apacentarse en verdades inamovibles, no es más que una muestra de la atracción del Maelstrom, del espíritu antropocéntricamente acelerado de la Postmodernidad.
2 El ansia nihilista de grandes disonancias se refleja en el mundo de las grandes velocidades generadas por la técnica.
2.1. El hombre postmoderno sueña con vivir y pensar a la velocidad de la luz, y lo refleja en sus obras literarias o en el mundo del cine. Y es que la técnica, por su antropocentrismo, es puesta a cooperar con el espíritu del Maelstrom nihilista y hace reales sus sueños.
3 El deseo antropocéntrico de deconstruir la razón es mal fruto del espíritu de disonancia, que resuena en cuanto el Logos es desplazado del centro, y el ruido de esta impostura llena todo logos particular.
3.1. La certeza, que es consonancia de ideas en el entendimiento, es considerada una vulgar estática, mero estancamiento.
3.2 El espíritu del Maelstrom sobreacelera las certezas hasta que de ellas sólo quedan restos, y sobre esos restos edifica la nave que marcha hacia el abismo.
4 Expulsar la razón del orden de la fe conlleva sujetarla al capricho de la voluntad, y sustraerla de la acción integradora de la gracia.
5 La racionalidad de la música es herida por el espíritu de disonancia, que da el paso al racionalismo técnico artificial, o al irracionalismo salvaje.
Leer más... »