(451) Comentarios críticos a Amoris laetitia, IV: ¿Sin límites definidos?

Comentario 5

«De ese modo, los matrimonios podrán reconocer el sentido del camino que están recorriendo. Porque, como recordamos varias veces en esta Exhortación, ninguna familia es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre[…] Pero además, contemplar la plenitud que todavía no alcanzamos, nos permite relativizar el recorrido histórico que estamos haciendo como familias, para dejar de exigir a las relaciones interpersonales una perfección, una pureza de intenciones y una coherencia que sólo podremos encontrar en el Reino definitivo. También nos impide juzgar con dureza a quienes viven en condiciones de mucha fragilidad. Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido» (Amoris laetitia, n. 325).

Pico de la Mirandola (1463-1494), uno de los más importantes representantes del humanismo renacentista, en su Discurso sobre la dignidad del hombre, presenta al ser humano como obra de naturaleza indefinida, sin límite alguno que lo constriña, artífice de sí mismo.

La idea fundamentará en adelante el concepto moderno de dignidad humana. El ser humano y sus instituciones estarían siempre por definir, siempre en camino de autodescubrimiento, sin una esencia “estática", sino dinámica; no existiría un ser propio del cual dimanaran naturalmente sus acciones, conforme al principio que enseña que el obrar sigue al ser; sino todo lo contrario, su ser mismo dependería de sus actos, en un proceso “creador” de autoconstrucción que se constituiría como libertad negativa —usando el término al que, insistentemente, nos remite Danilo Castellano: libertad como negación de un orden metafísico estable e inmutable.

El pensamiento moderno, por ello, frente a lo estático, ensalzará el tiempo, los procesos, el camino de autodefinición por recorrer. El ser será enfrentado al devenir y el tiempo entronizado frente al espacio.

En este contexto conceptual, el personalismo católico, sin querer dejar de ser católico, asumirá estas nociones e intentará compaginarlas con el pensamiento cristiano, buscando una vía medía. Se empezará a hablar, entonces, de autodeterminación humanista, y mencionándola explícitamente o sin mencionarla, pero utilizando su idea y su mentalidad, pasará a formar parte de la mente católica liberal, si bien atenuada por consideraciones piadosas y mitigada por conceptos tradicionales.

* * *

En este pasaje, —relevante, porque cierra la exhortación—, se presenta, primero, a todo matrimonio, sumergido en dicho proceso temporal de autodefinición, en que deben descubrir «el sentido del camino que están recorriendo», dado que «ninguna familia es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre».

Poniendo el peso en el final del camino, que está más allá del tiempo, relativiza las “imperfecciones” del momento presente—o sea, los pecados que ofenden al matrimonio— permitiendo así «relativizar el recorrido histórico que estamos haciendo como familias, para dejar de exigir a las relaciones interpersonales una perfección, una pureza de intenciones y una coherencia que sólo podremos encontrar en el Reino definitivo».

Finalmente, se apela a no juzgar esos pecados, pues son sólo momentos delicados y frágiles en el proceso de automaduración; la conciencia de estar en camino de autodefinición «nos impide juzgar con dureza a quienes viven en condiciones de mucha fragilidad». Dado que todos estamos llamados a traspasar nuestros límites más allá de lo que somos, «más allá de nosotros mismos y de nuestros límites», debemos ser indulgentes y comprensivos con los procesos de maduración ajenos.

Todos debemos implicarnos en este deseo de traspasar los propios límites y definir la propia realidad familiar, por eso «cada familia debe vivir en ese estímulo constante», «sigamos caminando», este camino «nos promete […]siempre más».

El pasaje, por tanto, se inscribe en la concepción humanista de la persona humana, tal y como se ha ido desarrollado desde los orígenes del pensamiento moderno, poco tiempo después de haber sido puestas las bases por el nominalismo, pero atenuada por una mentalidad personalista, que quiere las premisas pero no las conclusiones.

 

Comentario 6

«Por otra parte, “hay que considerar el creciente peligro que representa un individualismo exasperado que desvirtúa los vínculos familiares y acaba por considerar a cada componente de la familia como una isla, haciendo que prevalezca, en ciertos casos, la idea de un sujeto que se construye según sus propios deseos asumidos con carácter absoluto”» (Amoris laetitia, n. 33. El entrecomillado cita Relatio synodi 2014, 5).

Si bien en el pasaje que cerraba la exhortación se presenta al matrimonio sumergido moderadamente en los procesos de la autodeterminación humanista, como corresponde a la mentalidad moderna que anima el texto, anteriormente se condenaban los excesos de la misma. Y es que el personalismo que late en Amoris laetitia, coherente con los principios humanistas católicos, no quiere los extremos, sino mantenerse en una cierta equidistancia.

Primero condena los excesos de la autoconstrucción de la persona, tal y como la entiende la Modernidad. Pero luego, cerrando la exhortación, defiende una versión disminuida de la misma, aplicada al matrimonio. Es la misma actitud conciliadora del humanismo católico, que acepta las premisas intelectuales del mundo moderno, pero rechaza sus conclusiones. 

 

Comentario 7

«Tampoco podemos olvidar la degeneración que el pecado introduce en la sociedad cuando el ser humano se comporta como tirano ante la naturaleza, devastándola, usándola de modo egoísta y hasta brutal. Las consecuencias son al mismo tiempo la desertificación del suelo (cf. Gn 3,17-19) y los desequilibrios económicos y sociales, contra los cuales se levanta con claridad la voz de los profetas, desde Elías (cf. 1 R 21) hasta llegar a las palabras que el mismo Jesús pronuncia contra la injusticia (cf. Lc 12,13-21; 16,1-31).» (Amoris laetitia, n. 26)

 

Junto a la minusvaloración de los pecados matrimoniales, como consecuencia de haber introducido la institución familiar en la primacía del tiempo y del devenir, se produce la maximización de los pecados estructurales y temporales. Los pecados matrimoniales no serían tales, sino límites momentáneos y provisionales, que aun así no impiden una experiencia de plenitud.

Es significativo al respecto que la presente exhortación utilice a menudo eufemismos —fragilidad, herida, situación irregular— para hablar de graves pecados contra el matrimonio, como el adulterio, y sin embargo, para referirse a la desertificación del suelo se emplee el término degeneración. Pero es coherente con la cosmovisión que subyace en el texto. Las ofensas al matrimonio no serían tales, sino frágiles momentos de paso en el proceso de maduración. Las ofensas a la naturaleza, sin embargo, reclamarían la justicia divina, porque son pecados estructurales. 

En realidad, esta inversión axiológica no es gratuita. Es coherente con el derecho a la autodefinición existencial que reclama el hombre moderno. Bajo este punto de vista, la familia no puede ser nunca una realidad constituida de una vez para siempre, con su esencia y sentido propios, sino un vago ideal sin límites definidos.

 

David González Alonso Gracián

3 comentarios

  
Luis Fernando
El "fiel" decide si al quebrantar mandamientos claros de la ley de Dios está en pecado o simplemente en un proceso hacia vaya usted a saber dónde.

Se convierte cada cual en juez de su propia causa.
19/12/20 8:52 PM
  
DJ L
Protágoras: "EL hombre es la medida de todas las cosas"

Por ello, si él mismo es Ley ¿para qué el Decálogo?.......y si no hay ya transgresión de esa Ley ¿para qué el Bautismo y Confesión, sacramentos reparadores o el resto fortalecedores?

Ese libro malo ha salido de mi casa por el cubo de la basura porque no tenía el del veneno.
20/12/20 2:25 AM
  
Jose Ignacio
Muy buen artículo David.
_____
A.G.
Gracias.
21/12/20 12:39 PM

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