(439) Qué tienes, que no hayas recibido

En la profunda Apología que los dominicos hispanos, capitaneados por el eximio Domingo Báñez, escribieron contra la Concordia de Molina, critican la siguiente afirmación capital del molinismo:

«Puede suceder que, tras haber llamado Dios a dos hombres a través de un auxilio interior igual, uno se convierta en virtud de la libertad de su arbitrio y el otro permanezca en la infidelidad. A menudo sucede que, con un mismo auxilio, uno no se convierte, pero otro sí» (Citado en la Apología, Fundación Gustavo Bueno, Oviedo, 2003, pág. 41, trad. de Juan Antonio Hevia Echevarría).

En el capítulo segundo, los dominicos analizan esta afirmación enseñando que, por contra, la distinción entre el que cree y no cree no se debe principalmente al hombre, que es sólo causa segunda subordinada, sino que

«la distinción entre un hombre y otro […] se debe a aquello que se recibe de Dios» (pág. 46).

Y argumentan, siguiendo fielmente las enseñanzas de Santo Tomás, que 

«si la afirmación de Molina es verdadera, aquel que cree no difiere del otro [que no cree] en algún auxilio de la gracia preparante, sino que por su propia virtud [humana] gracias a su libertad natural e innata, se hace diferente del otro, abraza la fe y, por ello, podrá jactarse de su virtud ante el otro» (pág. 46).

Citando a San Pablo 1 Cor, 4,7, preguntamos al que cree ser autor principal de su conversión, «¿Qué tienes que no hayas recibido?».

Y es que el que se convierte no se ha convertido por sí solo. Pero el que ha pecado, sí ha pecado por sí solo, aunque ni siquiera los actos físicos haya sido capaz de realizarlos por sí solo. Dios causa primeramente la conversión que el hombre causa segunda y subordinadamente. Pero Dios, ni directa ni indirectamente, causa el pecado.

* * *

En esta muy exacta y, a la vez, respetuosa con el misterio, exposición “causalista” de la doctrina sobre la gracia, los tomistas fieles a Santo Tomás siempre han hecho hincapié en la absoluta dependencia causal que para el bien el ser humano tiene de Dios, y en la independencia causal que tiene, en cambio, para el torcimiento malvado de su voluntad.

 

Así, la obra saludable es obra 100% de la gracia, y por ello, es obra 100% del hombre. Y el resultado no es una suma, sino el mismo 100%, de tal manera que es indistinguible lo que hace Dios de lo que hace el hombre, porque la obra saludable es, en sí, un todo causal pero no una suma de partes, y menos, una suma en que el sumando principal es la parte humana.

 * * *

 

Los tomistas fieles a Santo Tomás, por eso, siempre han insistido en que es Dios quien causa primeramente la obra buena,  conforme a la enseñanza de Trento, ses. VI, cap. 13, 

«Dios por cierto, a no ser que los hombres dejen de corresponder a su gracia, así como principió la obra buena, la llevará a su perfección, pues es el que causa en el hombre la voluntad de hacerla, y la ejecución y perfección de ella

Trento, de alguna manera, nos habla de un sombrío «a no ser que», de una oscura y misteriosa iniciativa del mal que Dios permite, que es culpa del hombre, y que excluye la correspondencia a la gracia.

Sí, Dios causa en el hombre la voluntad de obrar el bien, como enseña mismamente Orange II:

Can. 23. «De la voluntad de Dios y del hombre. Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios, cuando hacen lo que a Dios desagrada; mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad, aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen; la voluntad, sin embargo, es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren».

La escuela tomista hispánica, de la que Báñez es uno de sus integrantes más excelentes, explica esta causalidad divina de la que habla Trento en términos metafísicos de enorme precisión, que hay que entender bien para no malinterpretar. En definitiva, insiste en que es Dios quien obra causalmente el bien que causan sus criaturas; Dios obra en ellas, a través de ellas y con ellas, para dignidad y libertad de la criatura y gloria de Dios. Lo cual enseña el Catecismo 308 de esta forma, hablando de la providencia de Dios:

«Es la causa primera que opera en y por las causas segundas: “Dios es quien obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece” (Flp 2, 13; cf 1 Co 12, 6). Esta verdad, lejos de disminuir la dignidad de la criatura, la realza.»

 

Fieles a las enseñanzas de la Iglesia, siguiendo la sabia pedagogía expositiva de Santo Tomás, conforme al canon 16 del segundo Concilio de Orange, sabemos que nadie puede gloriarse de ser el autor principal de su conversión, ni puede distinguirse de haber hecho eficaz la gracia por sus naturales y propias capacidades. Por eso:

«Nadie se gloríe de lo que parece tener, como si no lo hubiera recibido».

La vida espiritual cambia por completo cuando el cristiano se da cuenta de que el autor principal de su conversión, y de su progreso en el camino de la santidad, es Dios mismo. ¡El agradecimiento ocupa el primer lugar de su vida interior! Su espiritualidad se vuelve contrita y humillada, y un firme deseo de penitencia inunda el alma de aquel que descubre su nada, y el todo de Dios.

Es una gran dicha darse cuenta de que obtener la perfección no depende primeramente del hombre, sino de Dios. Que del hombre depende secundaria y subordinadamente, porque no es un dios, sino sólo una criatura, una causa segunda. Y que si ni siquiera puede respirar sin que Dios se lo conceda, cuánto menos puede convertirse y ser santo con su solo arbitrio.

Esta comprensión de la total dependencia que se tiene de Dios ha de conducir al cristiano a una intensa vida de oración constante, en que la petición de gracias sea tan vital como respirar.

 
David González Alonso Gracián
 

82 comentarios

  
Alonso Gracián
Se puede disentir de este post, dando argumentos, sin atacar en lo personal. El debate amistoso es bienvenido conservando las formas respetuosas y ateniéndonos al tema. Creo que nadie podrá quejarse de que he sido irrespetuoso, al menos no ha sido mi intención; además me parece haber dejado que los participantes debatan entre sí. Y con el compromiso de todos, creo que se puede debatir sólo con razones, y que puede seguir siendo así. Eso sí, en lo futuro, al que haga acusaciones personales, cambie de nick, o vaya a lo personal, no puedo publicarle comentarios. Espero lo comprendáis.
13/09/20 8:22 PM
  
Iacobus Barbarus
"Tú sabes que en las célebres cuestiones sobre la predestinación, la gracia y sobre el modo de conciliar la omnipotencia de Dios con la libertad humana, hay en las escuelas multiplicidad de opiniones. Los tomistas son expuestos como destructores de la libertad humana y como seguidores ya no sólo de Jansenio, sino incluso de Calvino; pero satisfaciendo ellos en primer lugar lo que se les objeta y no habiendo sido nunca reprobada su opinión por la Sede Apostólica, los tomistas pululan en ella sin peligro, y no es lícito a ningún superior eclesiástico, en el presente estado de estas cuestiones, alejarlos de su opinión. Los agustinianos son expuestos como seguidores de Bayo y de Jansenio. Responden ellos que favorecen la libertad humana y rechazan, conforme a sus fuerzas, las cosas que se les oponen; y puesto que hasta ahora su opinión no ha sido condenada por la Santa Sede, no hay nadie que no vea que no puede pretenderse apartarlos de su opinión. Los seguidores de Molina son proscritos de forma semejante como si fueran semipelagianos; hasta ahora los Romanos Pontífices no han deliberado sobre este sistema molinista, por lo cual [los seguidores de Molina] continúan en su defensa y pueden continuar. En una palabra: los obispos y los inquisidores no deben atender a las notas que oponen entre sí quienes combaten, sino que deben atender si acaso las notas que oponen entre sí han sido reprobadas por la Sede Apostólica. Ésta [Sede], que favorece la libertad de las escuelas, hasta ahora no ha reprobado ninguno de los modos propuestos de conciliar la libertad humana con la divina omnipotencia. Por lo tanto, los obispos y los inquisidores, cuando se da la oportunidad, ocúpense del mismo modo, aunque como personas privadas sean seguidores de una opinión más que de otra. Nos mismos, como doctores privados en cuestiones teológicas, favoreceremos una opinión; pero como Sumos Pontífices no reprobamos la opuesta, ni permitimos que sea reprobada por otros..."

Bendicto XIV, Carta al Supremo Inquisidor de España, 1748.
13/09/20 8:24 PM
  
Federico María
Excelente, Alonso: muchas gracias.

Y también fundamenta la esperanza teologal y el santo abandono: «El mismo Bossuet dice en uno de los capítulos más bellos de sus Méditations sur l'Evangile (Parte II, Día 72): “El hombre soberbio teme hacer incierta su salvación, como no la tenga en su mano; pero se equivoca. ¿Puedo estar seguro de mí mismo? ¡Dios mío!, veo que mi voluntad falla a cada momento; y si vos me hicierais dueño y señor único de mi suerte, no aceptaría un poder tan peligroso para mi flaqueza. Que no me digan entonces que esta doctrina de gracia y de preferencia trae la desesperación a las almas buenas. ¡Cómo! ¿Se imaginan dejarme más tranquilo entregándome a mis propias fuerzas y a mi inconstancia? No, Dios mío, no puedo consentirlo. No puedo encontrar seguridad sino en el abandono en vuestras manos. Y tanta más seguridad tengo, cuanto que aquellos a quienes concedéis la confianza de entregarse enteramente a Vos, en ese dulce instinto reciben la mejor señal de vuestra bondad que puede darse en la tierra”. “Confitemini Domino, quoniam bonus...” (Ps. 117)». (Garrigou-Lagrange, Réginald, La Providencia y la confianza en Dios, DDB, Buenos Aires, 1945, p. 309).

13/09/20 8:26 PM
  
Federico María
La censura que se hace desde el tomismo viene por la contradicción a la doctrina católica que de algún modo incluye la negación de la premoción física tal como la entiende el tomismo y la ciencia media molinista. El razonamiento teológico pretende manifestarlo y los tomistas sostenemos que efectivamente lo manifiesta. De allí que no se censura a la parte opuesta en cuanto opuesta, a lo que aludía la prohibición de Paulo V, sino en cuanto opuesta a la doctrina católica.
13/09/20 9:37 PM
  
Palas Atenea
Desde luego yo reconozco ante Dios todos los días que nada tengo que no me haya sido dado por eso la oración de gracias y de alabanza es continua. Sin embargo, por mi naturaleza humana, estoy llena de imperfecciones.

_________
A.G.:
Dependemos absolutamente de Dios. Darse cuenta de esto cambia la vida. Por eso la oración debe ser continua, estar todo el día en oración, aun sin palabras, es vital. Pedir muchas gracias eficaces, de esas que no nos dejan caer en la tentación, con la intercesión de los santos y de la Inmaculada Concepción. Y además de sacramentos, usar sacramentales, crucifijos, novenas, triduos, estampas, reliquias, agua bendita, como algo habitual.
13/09/20 11:03 PM
  
Juan Manuel
Ya en la Edad Media, era común que las órdenes religiosas tomaron a un autor y lo convirtieran en su "patrono" de estudios, por decir así. Naturalmente, los dominicos que habían parido a Tomás de Aquino, lo tomaron como su guía en los estudios. Y así, decir "los tomistas" era decir "los dominicos". Sin embargo, eso no quiere decir que en las otras órdenes religiosas no se estudiara con atención y fidelidad a santo Tomás, especialmente a la vez que el tiempo lo iba ubicando cada vez más como el Doctor Universal de la Iglesia Católica. Y, como los dominicos se habían apropiado del nombre "tomistas", muchas veces se toma a sus interpretaciones como si fueran la manera canónica de entender el pensamiento de santo Tomás. Pero en muchos puntos son eso, interpretaciones, y están en disputa. En las disputas De Auxiliis los jesuitas decian que la postura de Báñez podía ser la de los tomistas, pero que no era la de santo Tomás.

Sinceramente, (aunque admito que pueda estar equivocado porque no son materias a las que yo no me dedico) no me parece que la postura de Bañez y de los dominicos sea en la cuestión de la gracia y la salvación, más tomista la de Suárez o Bellarmino. Yo no leo premoción física ni nada que se parezca en los textos del Aquinense, por ejemplo (por supuesto, tampoco ciencia media o cosa así, se entiendoe). Castellani, amparándose en la autoridad de Billot (dos jesuitas, me dirán ustedes... bueno, o uno y medio, viendo como lo maltraron al cura argentino) es de la opinión que santo Tomás se detuvo en el misterio y no trató de explicarlo, y que el problema con dominicos y jesuitas en aquella época fue que justamente trataron de hacerlo.

Saludos
13/09/20 11:09 PM
  
GAB
No disiento para nada de este post.
De acuerdo en que todo lo bueno que tenemos lo hemos recibido de Dios.
De acuerdo con las citas de Trento, del Catecismo y de las Sagradas Escrituras.
De acuerdo en que esto nos debería llevar a la continua oración de agradecimiento.
Pero nada de esto tiene nada que ver con la predeterminación que tanto gusta a los amantes del determinismo.
Dios quiere que todos los hombres se salven y quiere que se lo digamos a todos los hombres, para que se salven. Por algo nos ha pedido que evangelicemos. Luego si alguien se empeña en rechazarle no se lo va a impedir.
La fe la concede Dios, desde luego, pero también se puede pedir, como nos demuestra el Evangelio. Pedid y recibiréis. Es a Él a quien tenemos que escuchar para hacer lo que Él nos diga.
Bendiciones.
14/09/20 2:38 AM
  
GAB
Interesante el primer comentario de Federico.
Pero es que nada tiene que ver el rechazo de una visión predeterminista con la soberbia ni con el voluntarismo.
Me gusta mucho desde siempre, especialmente con música: "Confitemini domino, quoniam bonus"
A esa actitud nos invita la Palabra de Dios.
Pero a mí precisamente los razonamientos de Garrigou-Lagrange no me servirían más que de estorbo para ese abandono que tan fácil es desde la fe sencilla.
No obstante veo que a él no le estorban, así que parece que por distintos caminos se puede llegar al mismo sitio.

Muy interesantes los comentarios de Juan Manuel y de Iacobus Bárbarus.

14/09/20 3:05 AM
  
Luis Fernando
No conozco un sólo Papa o concilio que recomiende seguir las enseñanzas de Molina. Todos los Papas hasta Pablo VI y el CVII exhortan a formarse bajo el magisterio de Santo Tomás.
Molina reconoció explícitamente que se apartaba de San Agustín y Santo Tomás. A confesión de parte...
Por otra parte, lo que el Magisterio no condenó no fueron las tesis de Molina sino una revisión bastante radical de las mismas,realizadas por jesuitas para evitar precisamente la condena, a las que se llamó molinismo pero ya no era lo que el propio Molina enseñó. Esto que digo no es discutible. ¡ES!
14/09/20 12:05 PM
  
Ecclesiam
Estimado Alonso:

Excelente y magnífico post, que, por la gracia y causalidad primera de Dios, ha podido usted realizar. Elogiando, pues, a la causa segunda, se elogia máximamente a la Causa Primera, porque la causa segunda es efecto de la Causa Primera, y siendo tan excelente el efecto de esta Primera Causa, tanto y más excelente será la misma, pues siempre el efecto es inferior que la causa.

Federico María;

Excelente texto traído a colación.

Esa certeza de que Dios puede sostener nuestra voluntad en el bien y confirmarnos en la gracia, es la única esperanza nuestra. Porque, como decimos en el Padre Nuestro "No nos dejes caer en la tentación", ya que sabemos con toda seguridad que si nos deja a nuestra fuerza, caeremos irremediablemente en el pecado, estando como estamos tan inclinados hacia el mal, hacia la muerte; y luego finalizamos pidiendo "líbranos del mal", porque Cristo Dios enfrentó al maligno, pero nosotros, que hemos de hacernos como niños para entrar en el Reino, teniendo los mismos sentimientos del salmista «no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre» (Sal 130, 1-2) preferimos que Dios nos guarde de él antes que enfrentarnos a él, porque sabiendo lo débiles e impotentes que somos, estamos seguros de que seguiremos con vida si nos resguardamos bajo la sombra de las alas del Altísimo, cual polluelos bajo las alas de su madre, antes que expuestos a la furia del lobo infernal.
14/09/20 1:49 PM
  
GAB
Sal 130, 1-2 es otro de mis textos preferidos.
Qué diferente apoyarse en Dios y Su Palabra y confiar en Dios, como un niño, porque es bueno y porque es eterno su Amor, que no apoyarse en la supuesta certeza de unos razonamientos filosóficos - que además nadie ha declarado infalibles.
14/09/20 4:02 PM
  
Eduardo Vadillo
Hace muy bien D. Alonso en subrayar la importancia de ese versículo de san Pablo. Hay un buen estudio de Hombert, Gloria gratiae, de 1996, que precisamente estudia toda la teología de la gracia de san Agustín en torno a ese texto. Todo esto quedó recogido en el planteamiento de santo Tomás y sus seguidores acerca de la gracia. Lo que sucede con lo referente a las congregaciones de Auxiliis me recuerda muchas veces a toda la divulgación en torno a los fenómenos cuánticos: se trata de cosas bastante complejas y con mucha frecuencia las personas lo entienden mal. Báñez fue uno de los que mejor captó la actualidad del ser, y de ahí que entendiera muy bien la distinción entre Causa Primera y causas segundas, aunque quizá la terminología de premoción física no fue la más acertada, porque da la sensación de un empujón, lo que se sitúa en las causas segundas, y por eso se suele entender mal. También es muy importante recordar que el mismo Báñez repitió en muchos textos que él no pretendía haber solucionado el problema de la concordia (pues es algo que nos supera), sino haber evitado explicaciones erróneas. El mismo Bañez explicaba que tampoco Molina tenía la razón de porqué unos se condenaban y otros no, pues en su sistema siempre se le podría objetar que Dios les podría haber puesto, por la ciencia media, en una situación en la que respondieran a la gracia. No se suele subrayar mucho que el mismo Báñez se daba cuenta de que estamos ante un misterio estricto.

Para Juan Manuel:

La terminología de Báñez no es la misma de santo Tomás, pero quiso desarrollarlo de un modo homogéneo. No es correcto que Suárez sea una interpretación de santo Tomás: es un sistema completamente distinto, que además está en las raíces de la modernidad filosófica, que pierde la trascendencia de Dios. Me remito a los múltiples estudios de Leopoldo Prieto sobre el influjo de Suárez en múltiples autores desde Descartes a Locke. La Compañía quiso contar con un "Doctor proprius", rechazando a santo Tomás, algo parecido a lo que hicieron en el siglo XX con Rahner. Las consecuencias creo que son bastante visibles.
14/09/20 4:20 PM
  
Juan Manuel
Eduardo, ciertamente lleva usted razón (y alguien ya lo habia dicho de anteriormente en otro post): Suárez en muchas cuestiones se diferenció de Tomás de Aquino. Una, por ejemplo, es la cuestión del acto de ser. Pero también el gran comentador de Aquino, el Cardenal Cayetano, se diferenció de Tomás en ese punto y en otros tantos, y nadie dudaría de llamarlo tomista ¿por qué? Porque era dominico, y la "escuela tomista" es básicamente la interpretación dominica de santo Tomás. Y antes del siglo XX, generalmente, decir tomista era decir dominico. Y por eso, en aquella época, los jesuitas les respondían a los dominicos: esa será la postura de los tomistas, pero no la de santo Tomás.

No sé, yo prefiero las fuentes. Leo lo que escribió Tomás al respecto y me quedo bastante tranquilo, y cuando llegan las controversias De auxiliis siento que la Iglesia hizo muy bien en no condenar ninguna de las dos posturas, y en prohibir que se llame herética la postura contraria.

Saludos
14/09/20 4:59 PM
  
Federico María
Juan Manuel:

Al margen de si en las otras órdenes religiosas se estudiara o no con atención y fidelidad a santo Tomás (en ese tiempo, pues hoy ya sabemos...), hay que ir a lo que finalmente se afirma en sus doctrinas. Y sostener que Suárez, que rechaza algunas de las tesis tomistas, es tanto o más tomista que el que las acepta, es claramente incorrecto.

La primera cita que trae este post es claramente antitomista y va contra el principio de causalidad. Y entonces, aquellos que la impugnan, en este punto, son evidentemente más tomistas que los que la defienden, lo cual se aplica también a todos aquellos que en mayor o menor grado se acercan a dicha tesis.

La ciencia media también contradice claramente principios tomistas. Ergo, sus defensores, por más inspiración que busquen en santo Tomás, son menos tomistas que sus impugnadores, aun cuando estos no se proclamen seguidores del Angélico.

Lo que más importa es si la realidad expresada por los términos se encuentra o no en santo Tomás, y no tanto los términos mismos "premoción física" o "predeterminación física no-necesitante". Y las pruebas a favor son sólidas y convincentes.
14/09/20 5:08 PM
  
Juan Manuel
Federico:

Que la ciencia media no tiene que ver con santo Tomás, lo admito. Que la realidad expresada por los términos de premoción fisica o predeterminación física no necesitante se encuentre en la doctrina tomasiana, lo niego.

Y las pruebas a favor sólidas y convincentes estarán en su biblioteca, pero no en la mía. Que sin duda puede ser che, que a Garrigou Lagrange ni leí ni me lo han recomendado jamás mis profesores o lecturas, aunque naturalmente conozco que es un autor importante del siglo XX. Pero los autores que yo visito generalmente, no son de su opinión: no, no es la postura de Castellani, Quiles, Billot, Chenu, Gilson, Copleston y etcétera que la postura de Bañez sea la postura de santo Tomás.

Y, como dije anteriormente, yo leo a Tomás y me parece que él se detiene en el misterio, no trata de explicarlo. Eduardo dice que eso mismo hace Bañez, que él no trató de explicar el misterio sino combatir una postura que le parecía malsonante. ¡Enhorabuena! Habré de leer la Apología o buscar otros textos del buen dominico, porque yo no lo había entendido así.

Saludos
14/09/20 5:27 PM
  
Eduardo Vadillo
Juan Manuel:

Estoy de acuerdo con usted en que santo Tomás es superior a lo que fueron sus comentadores (el célebre dominico del siglo XX Santiago Ramírez pensaba así), aunque ciertamente se pudo desarrollar de manera coherente su enseñanza, tanto en el siglo XVI como después. Yo también prefiero la lectura de santo Tomás, pero se pueden encontrar cosas valiosas en los que vinieron después, como por ejemplo el desarrollo de la teoría del signo, en Juan de santo Tomás.

Es cierto que Cayetano en algunas cosas no estuvo muy acertado, pero en su conjunto fue fiel a santo Tomás y de hecho trató de defenderlo frente a los que lo impugnaban (fundamentalmente escotistas), cosa que no vemos en Suárez, e hizo lo posible, como general de la orden y como cardenal, para difundirlo, mientras que la actuación de los jesuitas fue contraria. Piense que Cayetano mantuvo siempre la distinción esencia/existencia, aun con esa terminología que no era la de santo Tomás, y con alguna imprecisión, pero es que Suárez directamente la negaba, así como el núcleo fundamental de la distinción Causa Primera/causa segunda: Cayetano la afirma, mientras que Suárez explica que la causa segunda puede pasar por sí misma al acto, lo cual es romper ese esquema. Se pueden tratar muchos más casos, pero nos llevaría muy lejos. Por último es importante recordar que los dominicos no eran la única orden que seguía a santo Tomás: el último gran cursus escolástico tomista fue de los carmelitas de Salamanca (los dos célebres cursos salmanticenses), o uno de los mayores defensores del tomismo en el XVIII fue el mínimo Francisco Palanco.
14/09/20 5:52 PM
  
Eduardo Vadillo
Aquí pongo un par de textos de Báñez (la traducción es mía) que pueden resultar interesantes y que seguro que le gustarán a Juan Manuel:

«Respondemos que una cosa es solucionar los argumentos, y otra cosa
es mostrar de manera evidente nuestra conclusión acerca de la concordia. Lo primero lo prometimos y lo hacemos, porque como dice Cayetano, quien soluciona los argumentos de manera probable, los soluciona evidentemente, pues si el argumento convenciera con evidencia, ni siquiera se podría resolver de modo probable [...] Respecto a lo segundo, esto es, demostrar evidentemente cómo sucede esta concordia, ni lo pretendemos ni podemos, sino que con san Agustín y otros santos Padres, confesamos nuestra ignorancia». [D. Bañez, De vera et legitima concordia, III,8 en D. Báñez (ed. V.Beltrán de Heredia), Comentarios inéditos a la prima secundae de santo Tomás, CSIC-San Esteban, Salamanca 1948, 416-417].

«Sé que para solucionar los argumentos de los herejes afirmáis que se
debe recurrir a la infinitud de la ciencia media o condicionada. Nosotros,
en cambio, tenemos un recurso no menos seguro: la infinitud de la divina
omnipotencia. Pues como Dios tiene un modo de existir ilimitado, no
está comprendido en las reglas finitas de las otras causas, ni se ve limitado en su actuar por las causas segundas. Así decimos que Dios mueve suave y fuertemente el libre albedrío para actuar rectamente [...] Confesemos que en cualquiera de las dos explicaciones es incomprensible el modo como el Espíritu Santo es admirable en la santificación de los hombres, pues ambos debemos recurrir a la infinitud para resolver los argumentos de los herejes.
Vosotros recurrís a la infinitud de la ciencia media recientemente inventada que consideráis como la llave de David, que abre ella sola el misterio de la concordia del auxilio divino eficaz con el libre albedrío, hasta el punto, de que si los santos Padres la hubieran conocido, habrían atraído a los pelagianos a su posición, como dice uno de los vuestros en su Concordia y ahora también confiáis en librar a los luteranos de su negación del libre albedrío por este camino. Nosotros rechazamos esta ciencia media tal como la explicáis, pues concede como propio al libre albedrío del hombre, lo que solo compete a Dios, esto es, atribuir la resolución última del buen uso del libre albedrío a su propiedad singular, como a su causa real y física, quedando sólo para Dios la causalidad moral, porque dio al hombre ese auxilio en un tiempo oportuno». D. Báñez, De efficacia praevenientis auxilii gratiae, 16 [V.Beltrán de Heredia (ed.), Domingo Báñez y las controversias sobre la gracia. Textos y documentos, CSIC, Madrid 1968, 627-628]
14/09/20 6:04 PM
  
Federico María
Juan Manuel:

Las pruebas que da el P. Garrigou-Lagrange parecen muy convincentes (en "La predestinación de los santos y la gracia", parte III, caps. 4 y 5, pp. 299 y ss.): no sólo por las referencias explícitas que hace a textos del Angélico, sino también en cuanto explica dichas doctrinas y las deriva del gran principio tomista de que “nadie es mejor que otro si no es más amado por Dios” (I, q. 20, a. 3), que él llama “principio de predilección”, y en el cual sostiene que se contiene, pienso que con fundamentación sólida, todo el tratado de la gracia y de la predestinación, que incluye, a nuestro entender, tales doctrinas de la premoción física o predeterminación física no-necesitante. Asimismo son planteadas como única alternativa al molinismo y su concepción sui generis del libre albedrío, que viene a atentar, por tanto, contra dicho principio.

De todos modos, podría por favor pasarme alguna referencia de los autores que menciona, si es posible.
14/09/20 6:31 PM
  
Ester
Me parecen muy esclarecedoras las aportaciones de Eduardo Vadillo, de otro modo podemos caer en la absurda pretensión de querer comprender de forma lógico-racionalista la mente de Dios.
14/09/20 7:44 PM
  
Cos
Desde mi ignorancia creo que la cuestión sigue siendo la misma.
Una muestra de como el misterio sobrenatural de DIos se manifiesta de forma análoga en la realidad natural podría estar en este párrafo:

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A.G.:
La vida espiritual cambia por completo cuando el cristiano se da cuenta de que el autor principal de su conversión, y de su progreso en el camino de la santidad, es Dios mismo. ¡El agradecimiento ocupa el primer lugar de su vida interior! Su espiritualidad se vuelve contrita y humillada, y un firme deseo de penitencia inunda el alma de aquel que descubre su nada, y el todo de Dios.
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Frente a la parodia que hace el enemigo de esta humillación y esta dependencia para con ello alejar a la creatura de su Creador, tema que no es de interés ahora, de forma sencilla, el hombre siente hacia su madre natural un agradecimiento y un amor que no es capaz de agotar.
Tambien es conocido como todo trabajo resulta mas satisfactorio cuando conlleva algo de sufrimiento. Y, en general -por lo menos antes era así, sobre todo en los pueblos, me atrevería a decir- a nadie le gusta la vida regalada, todo el mundo siente la necesidad de pagar de alguna forma por los bienes con que le regala la vida. El amor, la humillación, el agradecimiento, la certeza en el sentimiento de deuda, están inscritos en el corazón del hombre. Aunque Dios, padre eterno y santísimo, representa un misterio aún mayor, inconmesurable, al mismo tiempo, es inteligible para sus creaturas, de alguna forma su voz se hace a la medida de ellas.
Así es que esta verdad sobrenaural no debiera de ser difícil de predicar:
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A.G.:
Esta comprensión de la total dependencia que se tiene de Dios ha de conducir al cristiano a una intensa vida de oración constante, en que la petición de gracias sea tan vital como respirar.
----------------------------------------

Pero con las prevenciones necesarias para no caer en equivocos. Y no hacer añadidos categóricos que puedan exceder de lo tenido por cierto:
-----------------------------------------
A.G.:
«Dios por cierto, a no ser que los hombres dejen de corresponder a su gracia, así como principió la obra buena, la llevará a su perfección, pues es el que causa en el hombre la voluntad de hacerla, y la ejecución y perfección de ella.»
Trento, de alguna manera, nos habla de un sombrío «a no ser que», de una oscura y misteriosa iniciativa del mal que Dios permite, que es culpa del hombre, y que excluye la correspondencia a la gracia.
-----------------------------------------

Y que nociones como "culpa", "torcimiento" y "malvado" puedan dejar de tener un significado comprensible.
Por ejemplo:
Culpa: No las dos primeras acepciones del diccionario RAE, sino:
3. f. Der. Omisión de la diligencia exigible a alguien, que implica que el hecho injusto o dañoso resultante motive su responsabilidad civil o penal.
culpa teológica
1. f. Rel. Pecado o transgresión voluntaria de la ley de Dios.

Torcer: 4. tr. Desviar algo de su posición o dirección habitual.

Malvado: 1. adj. Sumamente malo, que causa daño INTENCIONADAMENTE. U. t. c. s.

Intención: 1. f. Determinación de la voluntad en orden a un fin.

Voluntad: 1. f. Facultad de decidir y ordenar la propia conducta.
2. f. Acto con que la potencia volitiva admite o rehúye una cosa, queriéndola, o aborreciéndola y repugnándola.
-----------------------------------------
A.G.:
(...) y en la independencia causal que tiene, en cambio, para el torcimiento malvado de su voluntad.
-----------------------------------------
14/09/20 8:17 PM
  
Juan Manuel
Eduardo, interesantísimos fragmentos de Bañez. Muchas gracias.

Federico, a mano tengo de Castellani su Catecismo para Adultos, donde toca el tema en el capítulo 11 hacia el final. También tengo ante mi el artículo "Sobre la predestinacion divina" recogido en Cristo ¿vuelve o no vuelve? que seguro le gustaría mucho a GAB. No se habla de la controversia entre dominicos y jesuitas, pero sí se nombra la bula Unigenitus de Clemente XI donde se condena una proposición del jansenista Pascasio Quesnel (del que no tengo más noticia que este artículo) que dice "Todos los que Dios quiere salvar por Cristo se salvan infaliblemente". Y se nombra también al concilio Arausicano, del siglo VI donde supuestamente (yo no leí el concilio) se condena la proposición "Los condenados se condenan porque Dios quiere que se condenen".

De Ismael Quiles puede leer su opinión del tema en la introducción a la traducción argentina de parte del Club de Lectores de la Suma contra gentiles.

Eso es lo que le puedo adelantar ahora. Por otro lado, recientemente me recomendaron "...Y Dios permite el mal" de Maritain, que parece que también toca el tema en el sentido de mi interpretación. Pero ni estoy seguro, ni es santo de mi devoción, aunque haya sido, sí, maestro de Castellani.

Por último, y como siempre, mi recomendación: leer a Tomás. Estuve en un rato libre jugando con el Index Thomisticus, puse preadestinatione y me deilete pasando por arriba de un montón de lugares donde el Aquinense usa aquella palabra. Encontré una hermosa quaestio, la Quodlibet XI, quaestio 3 "Circa praedestinationem quaerebatur: utrum praedestinatio imponat necessitatem" que es brevísima y no tiene desperdicio. No espero que nadie la interprete de ninguna manera en particular ni voy a citar más que su tema.

Saludos
15/09/20 2:28 AM
  
francisco
Si tienen algún tiempo, vean esta lección del Osvaldo Lira O.P., teólogo chileno, poco conocido en esas latitudes, pero muy probablemente el más grande toda Sudamérica. Precisamente habla de la predestinación y de la identidad entre la doctrina tomista y la de Báñez.
Recuerdo haberlo conocido ya en sus últimos años, recomendándome mucho la lectura de Gilson. Consideraba a Garrigou un "tomista mediocre". Un personaje de ideas muy claras.

https://www.youtube.com/watch?v=7Vy-Qhe3di8
15/09/20 2:20 PM
  
Federico María
El P. Castellani me merece respeto..., pero pretender situar su "Catecismo para adultos" al lado de "La predestinación de los santos y la gracia"... En fin, que quedo sin palabras. Por otra parte es claro que no se destacó el P. Castellani por ser un gran teólogo especulativo (y en el tema del milenarismo parece sólida la crítica del P. Barriola). El P. Garrigou-Lagrange estuvo unos 50 años enseñando a santo Tomás, unos 40 en el Angelicum. Y si no leyó el II Concilio de Orange, ahora entiendo mejor su posición: para este tema es absolutamente indispensable, como asimismo el Concilio de Trento.

El error de Maritain y su desviación respecto del Angélico fue bien puesto de relieve por Néstor en un post de hace un tiempo.

Y respecto de lo que trae Francisco, hablar de Garrigou-Lagrange como tomista mediocre, considerando sus escritos, parece una injusticia superlativa.
15/09/20 5:02 PM
  
GAB
Respecto a la alusión de Juan Manuel a Castellani y de este al concilio Arausicano:
¿No será el concilio Arausicano otro nombre para el de Orange?:
"Que algunos, empero, hayan sido predestinados por el poder divino para el mal, no sólo no lo creemos, sino que si hubiere quienes tamaño mal se atrevan a creer, con toda detestación pronunciamos anatema contra ellos"
15/09/20 5:46 PM
  
Eduardo Vadillo
El Concilio II de Orange es el concilium arausicanum, sólo que uno designado en español y otro en latín, Fue una pequeña reunión de 14 obispos en el 529, dirigidos por san Cesareo de Arlés, que con ocasión de la consagración de una basílica recordaron una serie de enseñanzas sobre la gracia, en forma de cánones tomados literalmente de san Agustín, a la que añadieron el texto que se ha citado, en el que se excluye, con san Agustín, que exista una predestinación al pecado.

Por supuesto que Garrigou Lagrange conocía este texto, como cualquiera que haya estudiado mínimamente teología. En ese mismo concilio se recuerda que tanto el inicio de la fe (el hecho de que alguien comience a creer) como la perseverancia final, son una gracia de Dios. Prefirieron no emplear demasiado el término predestinación, pues algunos pensaban que había esa predestinación al pecado, por lo cual la negaron de manera explícita. De todos modos el mismo san Agustín sólo usa este término "predestinación" en sus últimas obras, pues en general prefiere la expresión "elección de gracia" (electio gratiae), para indicar lo mismo. Posteriormente en el siglo IX los concilio de Quiercy y Valence trataron con más amplitud el tema, sólo que el concilio II de Orange sí fue confirmado de manera explícita por el papa Bonifacio II en el 531.

Respecto a Garrigou nadie puede negar los méritos de su amplia obra, muy especialmente la espiritual, así como su intervención en la conversión doctrinal de Maritain, desde el marxismo al tomismo, o su valentía al denunciar las desviaciones de la nueva teología. Eso no quita que tuviera deficiencias: el renacimiento tomista desde León XIII avanzaba poco a poco y quedaban lastres del pasado. Todavía pensaba Garrigou, por ejemplo, que había que apoyar el principio de causalidad en el principio de razón suficiente, de sabor racionalista. Cornelio Fabro profundizó más en la cuestión, e insistió en la participación y en el ser como acto, lo cual fue una aportación valiosa, aunque en otros puntos tiene aspectos no tan logrados. Creo que lo mejor es ir tomando lo que haya aportado cada autor, pues los juicios muy generales sirven para poco.
15/09/20 9:09 PM
  
Federico María
Respecto de la no lectura del II Concilio de Orange me refería a Juan Manuel, claro está, de ninguna manera al P. Garrigou-Lagrange.
15/09/20 11:08 PM
  
Juan Manuel
Federico, admito que no leí el Concilio. También siempre reconocí que no siy teólogo ni estudiante de teología. Ahora, me llama la atención que diga conocer mi postura, cuando no la di. Lo más que dije es que suscribía a la solución de santo Tomás. Y agregué que la solución de los dominicos no es la de Aquino, y que ambas partes reclamaron la autoridad de Tomás a su favor y que se llamó escuela tomista en general a las interpretaciones de los dominicos.

Por lo pronto, quedé interesado en profundizar la lectura de Bañez, tal cual la indicó Eduardo. Y pondré en pendientes algo de Garrigou Lagrange.

Saludos.
16/09/20 12:30 AM
  
Luis Fernando
D. Eduardo, ¿es usted sacerdote de la Archidiócesis primada?
16/09/20 10:06 PM
  
Eduardo Vadillo
Soy sacerdote de Toledo, y mi tesis en dogmática fue sobre un tema derivado de estas controversias, aunque no tanto en relación con la libertad, sino respecto a lo sobrenatural. Además de explicar antropología teológica, por eso tengo tan a mano las diversas fuentes.
17/09/20 1:13 PM
  
Néstor
En realidad, hay solamente dos posibilidades: 1) Dios causa los actos libres de las creaturas racionales 2) No.

No es ningún "logicismo" ni ningún "atentado al misterio" darse cuenta de que esas son las dos únicas alternativas posibles.

La segunda posibilidad, que es la molinista, tiene en su contra el hecho de que no puede haber nada de ser ni de bien fuera de Dios que no sea causado por Dios.

La primera, que es la tesis de Báñez, tiene a su favor la Omnipotencia divina.

¿Qué dice Santo Tomás al respecto?

Por ejemplo:

“El hombre es dueño de sus actos, tanto de querer como de no querer, debido a la deliberación de la razón, que puede inclinarse a una u otra parte. Por eso, si es dueño también de deliberar o no deliberar, esto se deberá, a su vez, a una deliberación anterior. Pero como no se puede continuar así hasta el infinito, hay que llegar finalmente a un término en que el libre albedrío es movido por un principio exterior que está por encima de la mente humana, y que es Dios, como también prueba el Filósofo en el capítulo De bona fortuna. Por tanto, la mente humana, aun en estado de integridad, no tiene tal dominio de su acto que no necesite ser movida por Dios. Y mucho más necesita esta moción el libre albedrío del hombre después del pecado, debilitado como está para el bien por la corrupción de la naturaleza.” (Ia IIae, q. 109 a. 2)

¿Cuál de estas dos concepciones: 1) La gracia eficaz por sí misma que produce el consentimiento libre de la creatura (Báñez) 2) La gracia que es eficaz no por sí misma sino por el consentimiento de la creatura (Molina), es compatible con el texto citado?

Es obvio que solamente la primera. En la tesis molinista no es la gracia la que mueve a la voluntad, sino al revés, la voluntad la que mueve a la gracia para hacerla eficaz.

Todo el molinismo se inventó para negar que la voluntad humana sea movida por Dios.

Para eso está la “ciencia media”, para que Dios pueda conocer infaliblemente lo que hará la voluntad libre del hombre, sin moverla a hacerlo.

Es más, el mismo Molina reconoce en su libro que se aparta de Santo Tomás.

Así que hay que reconocer que Bañez simplemente sigue a Santo Tomás de Aquino.

Saludos cordiales.
17/09/20 2:57 PM
  
Néstor
Para los que gustan de adivinanzas: este texto que sigue ¿será de Báñez o de Santo Tomás de Aquino?:

"Hay una doble preparación de la voluntad humana para el bien. La primera consiste en prepararse a obrar rectamente y a gozar de Dios. Y esto no puede hacerse sin el don habitual de la gracia, principio de la obra meritoria, como ya dijimos (a.5). La segunda es aquella en que la voluntad humana se prepara precisamente para conseguir el don de la gracia habitual. Ahora bien, para disponerse a recibir esta gracia no se debe presuponer otro don habitual en el alma, porque esto nos llevaría a un proceso indefinido; pero sí ha de presuponerse otro auxilio gratuito de Dios que mueva interiormente al alma o le inspire el buen propósito. Ya dijimos antes (a.2.3) que de ambas maneras necesita el hombre el auxilio divino.

Y es indudable que necesitamos esta moción divina para prepararnos al don habitual. Porque, como todo agente obra por un fin, toda causa ha de orientar sus efectos con vistas a su fin. Por otra parte, el orden de los agentes o motores corresponde al orden de los fines. Por tanto, para que el hombre se dirija al fin último debe ser movido por el primer motor ; para orientarse, en cambio, hacia un fin intermedio, el impulso lo recibe de un motor inferior.
Es como en un ejército, donde el orientar el esfuerzo del soldado a la victoria final corresponde al general en jefe, mientras que el conducirlo tras la enseña de su escuadrón compete al mando subalterno. Así, pues, como Dios es el primer motor absoluto, todas las cosas se ordenan a El bajo la tendencia común que tienen hacia el bien, por la que todas tratan de asemejarse a Dios, cada una a su manera. Y en este sentido dice Dionisio en De div. nom. que Dios convierte todas las cosas hacia sí. Con la particularidad de que a los hombres justos los convierte hacia sí como a un fin especial, hacia el cual tienden y al que tratan de unirse como a su propio bien, según aquello de Sal 72,28: Mi bien consiste en adherirme a Dios. Por eso, que el hombre se convierta a Dios no puede ocurrir sino bajo el impulso del mismo Dios que lo convierte . Teniendo en cuenta que prepararse para la gracia consiste precisamente en convertirse a Dios, lo mismo que el que está de espaldas al sol se prepara para ver su luz volviendo sus ojos hacia él. Es, pues, manifiesto que el hombre no puede disponerse para recibir la luz de la gracia sino mediante el auxilio de un don gratuito de Dios que le mueva interiormente .

A las objeciones:

1. La conversión del hombre a Dios es, ciertamente, obra del libre albedrío. Por eso precisamente se le manda que se convierta. Pero el libre albedrío no puede volverse a Dios si Dios mismo no lo convierte a sí , de acuerdo con aquello de Jer 31,18: Conviérteme y quedaré convertido, porqué tu eres mi Dios y Señor; y en las Lamentaciones 5,21: Conviértenos, Señor, a ti, y nos convertiremos.

2. El hombre no puede hacer nada si no es movido por Dios, tal como se dice en Jn 15,5: Sin mí nada podéis hacer. Por eso, cuando se dice que el hombre hace lo que en él está, se entiende que hace lo que puede supuesta la moción de Dios.

3. La objeción hay que entenderla refiriéndola a la gracia habitual, que requiere preparación, porque toda forma exige un sujeto dispuesto. Pero para que el hombre sea movido por Dios no se requiere otra moción anterior , ya que Dios es el motor primero. Y tampoco cabe un proceso indefinido.

4. Compete al hombre disponer su ánimo, porque lo hace por su libre albedrío. Pero no lo hace sin la ayuda de Dios, que mueve y atrae hacia sí, como ya dijimos."

Saludos cordiales.
_______
A.G.:
Muchas gracias Néstor, por el clarificador comentario.
17/09/20 3:08 PM
  
Juan Manuel
Si pudiendo responder con la terminología de Tomás, hubieron los dominicos de aquella época inventarse otra terminología, etc., son por lo menos sospechosos de innovar (lo cual es legítimo).

La respuesta que dio santo Tomás a la cuestión, la conozco y la acepto. Lo que no acepto es que se haga pasar tan fácil, por "tan obvio" que la respuesta de Báñez sea la respuesta de Tomás de Aquino a una cuestión en la que él no se vio envuelto, y en la que además las otras partes también reclamaron su autoridad e impugnaron diciendo: esa será la solución de los tomistas, pero no es la solución de santo Tomás.

Me voy con mucha tarea. Quedé realmente interesado en leer más escritos de Báñez tal cual me indicó Eduardo con suma caridad, y agradeceré cualquier otra indicación de textos de tal autor que consideren esclarecedores (además, le tengo cariño porque al contrario de muchos de sus compañeros en la "escuela tomista", él si reconocía la importancia del acto de ser y la diferencia que este implicaba en el pensamiento de Tomás). Siempre es posible que yo esté equivocado, especialmente porque mi campo es la filosofía y no la teología. Obviamente, aunque antes dije que usar nueva terminología era por lo menos sospechoso de innovación, admito que puede ser meramente pelear por palabras y que la "realidad que está detrás de ellas" (creo que así fue la expresión de Federico) confirme que es compatible con la de el Doctor Universal. Pero por lo pronto, habiendo leído la Apología, digo que no.

Por cierto, recomiendo consultar también del cardenal Billot "De gratia Christi: comentarius in prima secundae S. Thomae". Aunque allí no hace más que una mera alusión a la controversia De Auxiliis, después a la hora de comentar hace mucho uso de Molina y Suárez... en fin.

Como sea, me parece que voy a hacer como Ecclesiam cuando quise discutir sobre gnoseología en Agustín y en Tomás y decir: es una cuestión complicada, no se puede hacer en los comentarios de un blog y así solo ganaría (?) quien tuviese mayor destreza dialéctica (y quien a priori, apoya la hinchada, digamos...)

Saludos cordiales a todos, y realmente agradezco cualquier indicación de lecturas de Báñez (y sí Federico, espero también poder leerme algo de Garrigou Lagrange...)
17/09/20 4:58 PM
  
Ester

"Pero como no se puede continuar así hasta el infinito, hay que llegar finalmente a un término en que el libre albedrío es movido por un principio exterior que está por encima de la mente humana, y que es Dios".
De todas maneras habría que clarificar qué entendemos por ser movido. Como muy bien dice D. Eduardo Vadillo no conviene entenderlo como un mero empujón.
Los seres personales nos distinguimos de los seres inanimados en que tenemos entendimiento, libertad y memoria; por lo tanto hay que tener sumó cuidado con entender a Santo Tomás con imágenes que son del mundo material físico.
En este sentido me parecen muy clarificadoras las enseñanzas de San Juan de la Cruz de cómo se produce la purificación pasiva del alma.
Si utilizamos imágenes físicas corremos el riesgo de reducir la acción divina a un entramado de cadenas
lógicas.
17/09/20 6:44 PM
  
GAB
Y de todos modos, el libre albedrío si se mueve al bien es movido por Dios, pero no si se mueve al mal, que entonces decíais que se mueve la voluntad sola.
Pero entre moverse al mal por sí sola y moverse al bien, está el no moverse al mal, simplemente no moverse, como momento previo a ser movida al bien y cooperar con la gracia.
Y lo mismo sirve para las gracias que hacen posible la preparación para recibir cada nueva gracia.
Porque Dios no abandona al hombre si este no le ha abandonado antes.
17/09/20 7:11 PM
  
Néstor
¿Santo Tomás habla de algún empujón? ¿Báñez habla de algún empujón? ¿Qué es "mover"? Hacer que algo pase de potencia a acto. El fuego hace que el agua pase de ser caliente en potencia a ser caliente en acto.

¿Eso es "físico" en el sentido de "mecánico"? No, es metafísico, como debe ser. Dios mueve a la voluntad humana cuando la hace pasar de querer en potencia tal cosa, a quererlo en acto. ¿Son modos distintos de mover? Sin duda. ¿Son mociones todos ellos? Sin duda también.

¿Es esa la doctrina de Santo Tomás? Sin duda, también. Por eso en la Primera Vía él dice que "de potencia a acto nada pasa sino es por la acción de un ente en acto", de modo que "todo lo que es movido es movido por otro", y por eso mismo ¡Suárez niega que la Primera Vía sea concluyente!

Precisamente, porque Suárez, como seguidor de Molina que es en este preciso punto al menos, no puede admitir el "quidquid movetur, ab alio movetur".

Saludos cordiales.
17/09/20 7:31 PM
  
Néstor
No querer hacer el mal, no moverse al mal, es lo mismo que evitar el pecado, y eso no se puede hacer sin la gracia de Dios. La voluntad puede elegir entre hacer y no hacer, querer y no querer algo. Pero si elige no querer y no hacer algo, es que quiere elegirlo. Y ese querer tiene a Dios por Primer motor. Siempre, en lo que tiene que ver con lo físico del acto, y solamente en el caso de los actos buenos, en lo que tiene que ver con la cualidad moral del acto.

Por tanto, si la voluntad no se mueve al mal, es que quiere no moverse al mal, y ese querer tiene a Dios como Primer Motor y Causa Primera.

Dios no abandona sin ser abandonado primero, pero no toda negación divina de la gracia es abandono.

Porque la primera vez que la creatura carece de la gracia, no puede deberse a un abandono anterior perpetrado por la creatura, porque con la gracia eficaz de hecho no se abandona a Dios (y en esto están de acuerdo los molinistas).

Saludos cordiales.
17/09/20 7:44 PM
  
GAB
Hay dos momentos en no moverse al mal. El primero simplemente consiste en no moverse y eso no es ni bueno ni malo, es cero patatero, pero permite que en un segundo momento la gracia mueva a la voluntad a decidirse.
Entre lo negativo y lo positivo está el cero.

En cuanto a lo del abandono, está reconociendo entonces que en su teoría es Dios el que abandona primero a algunos hombres (aunque inexplicablemente no le quiera llamar "abandono" a crear a un ser humano incapaz de hacer el bien de hecho al que se le va a negar la gracia necesaria para pasar de la potencia al acto para que haga el bien de hecho, eso es el más flagrante abandono). Pues me parece muy grave que digan eso.
17/09/20 9:43 PM
  
Néstor
Por otra parte, en el Nuevo Testamento no aparece la palabra "omousios" más de lo que aparece el término "premoción física" en la Suma Teológica.

El "omousios", con el sentido en que lo profesamos hoy día, aparece recién en el siglo IV.

Es claro, ese sentido está en el NT, sin el término.

Y lo mismo pasa con el sentido de "premoción física" en la Suma Teológica.

Análogamente a lo que sucede con la fe en la Revelación divina, donde la comprensión de la Revelación crece con el tiempo, como dice la Dei Verbum, así también ha ido creciendo la comprensión de lo que dijo Santo Tomás. por obra de la gloriosa escuela tomista.

Pero siempre aplicando, en forma siempre analógica, claro, el principio leriniano del "desarrollo homogéneo": en la la misma sentencia y en el mismo sentido, sin contradicción con lo anterior.

Y por eso me alegro de haber tenido siempre una desconfianza hacia el lema "Solum Thomae" que se basa en razones análogas a las que hay para rechazar el "Sola Scriptura".

Saludos cordiales.
17/09/20 10:08 PM
  
Néstor
En cuanto al principio de razón suficiente, está implícito en afirmaciones de Santo Tomás como "quidquid est in aliquo quod est praeter essentiam eius, oportet esse causatum", (lo que hay en alguno que está fuera de su esencia, es necesario que sea causado) o "illud quod habet esse et non est esse, est ens per participationem" (lo que tiene ser y no es su ser, es ente por participación).

Porque ambos se resumen en que lo que no es por sí mismo, es por otro, y eso supone algo, a saber: que todo es por algo , que no hay nada que sea porque sí, y ése es justamente el principio de razón suficiente, que dice que "todo tiene razón suficiente", o también, "hay una razón para que lo que es, sea en vez de no ser, y sea como es, en vez de ser de otro modo".

La alternativa al principio de razón suficiente no es el no racionalismo, sino el absurdo: aceptar que hay algo que es "porque sí", sin razón alguna, o sea, darle la razón al Sartre de "La náusea".

Saludos cordiales
17/09/20 10:26 PM
  
Néstor
El mero "no moverse", si ha distinguirse del "no moverse" de una piedra, o de la nada, ha de ser un ejercicio de la libertad, y ese ejercicio de la libertad no puede ser simplemente un "cero".

De hecho, en esa hipótesis la creatura racional elige entre moverse y no moverse, y elige no moverse, y esa elección no puede ser un mero cero.

En cuanto a cómo cuando decimos que la primera negación divina de la gracia no es un abandono, estamos diciendo que sí es un abandono, me parece que no es comprensible, y que es contrario al principio de no contradicción.

En todo caso, Ud. debería explicar cuál es el abandono que la creatura racional puede realizar antes de que Dios le niegue por primera vez su gracia.

Sabemos que la gracia suficiente Dios no la niega nunca, porque no manda lo imposible, y la gracia suficiente es la que hace posible hacer el bien.

Por tanto, se trata solamente de la gracia eficaz, con la cual siempre se hace el bien de hecho. Antes de que Dios la niegue por primera vez, la creatura, entonces, la tiene.

Porque esa gracia eficaz, o Dios la da, y entonces no la niega, o no la da, y entonces, la niega. Por tanto, si no la niega, la da.

Y como es la gracia eficaz, la creatura, de acuerdo en esto tomistas y molinistas, hace siempre, con ella, el bien, y por tanto, nunca abandona a Dios.

Claro, el molinista dirá que lo que pasa es que la gracia eficaz lo es por el consentimiento de la creatura, y que entonces, no alcanza con que Dios la dé, hace falta además que la creatura la acepte.

Aparte de que eso ya implica un uso peculiar del verbo "dar", el hecho es que entonces la tesis que he enunciado es claramente contraria al molinismo.

De ahí no se deduce que sea contraria al Concilio de Trento.

Saludos cordiales.
17/09/20 10:42 PM
  
Juan Manuel
Siendo millenial, echo de menos no poder usar memes en una conversación en Internet. En fin...

Me gustaría dejar por último un fragmento de Tomás: "Y solo son privados de la gracia aquellos que en sí mismos le ponen obstáculo; como, ilumimando el sol a todo el sol a todo el mundo se imputa a aquel que cierra los ojos el mal que de esto se siga, aunque sea cierto que no podría ver si no fuera prevenido por la luz del sol." (Suma contra gentiles, III c.CLIX).

Saludos
17/09/20 10:47 PM
  
Néstor
Además, nada ni nadie tiene que permitirle a Dios que mueva algo.

Eso, para quien cree en la Omnipotencia divina, debería ser la evidencia misma.

Es al revés: es Dios el que tiene que permitir el pecado, abandono, rechazo, no aceptación, o como se lo quiera llamar, de la creatura racional, porque si Dios no lo permite, simplemente no ocurre.

Saludos cordiales.
17/09/20 10:49 PM
  
Néstor
Claro, abandono, privación, son todas expresiones suponen un pecado de parte de la creatura, y por eso mismo, no pueden identificarse con la mera negación de la gracia.

Saludos cordiales.
17/09/20 10:52 PM
  
GAB
Lo que no es comprensible es que ud diga que no sería un abandono por parte de Dios negar esa primera gracia a un ser humano. El contradictorio es vd al decir que en su teoría Dios no abandona primero solo porque ud no quiera llamar "abandono" a crear a un ser humano al que no se le va a dar la gracia necesaria para hacer el bien. Eso es abandono aunque no sé cómo lo llama ud, solo sé que no lo quiere llamar por su nombre.
Para contradictoria, su noción de gracia suficiente.

Y desde luego que no resistir a la gracia en un primer momento no es hacer nada ni bueno ni malo. No hay ninguna decisión ni acción, no es nada, cero. Cuando la gracia sigue su curso, en un segundo momento, se dará ya con ayuda de la gracia la decisión de aceptarla y cooperar.




17/09/20 11:08 PM
  
Néstor
Porque Santo Tomás también dice:

"Por lo tanto, tomaremos todo el género humano como la totalidad de las cosas. Y así, Dios quiso representar su bondad en algunos hombres, los que predestina, a través de su misericordia, con el perdón; y a otros, los que reprueba, a través de su justicia, con el castigo. Y ésta es la razón por la que Dios a unos predestina y a otros reprueba . A esta misma causa se refiere el Apóstol en Rom 9,22s. cuando dice: Queriendo Dios mostrar su ira (esto es, su justicia vindicativa), y queriendo dar a conocer su poder, contuvo (esto es, permitió ) con mucha paciencia los vasos de la ira preparados para la condena a fin de dar a conocer la riqueza de su gloria contenida en los vasos de la misericordia preparados para la bienaventuranza. Y en 2 Tim 2,20, dice: En una casa de altura no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos, para servicios honrosos; otros, para servicios más bajos.

¿Por qué elige a unos para la gloria y a otros los condena? La razón de esto está en la voluntad divina. Por eso, en Super Ioannem dice Agustín: ¿Por qué a éste? ¿Por qué no a aquél? No quieras juzgarlo si no quieres equivocarte.

También en los seres naturales sucede algo semejante, ya que en la materia prima, que es toda uniforme, se puede determinar por qué una de sus partes ha recibido forma de fuego y otra forma de tierra desde que Dios la creó: es decir, para que hubiera diversidad de especies en las cosas naturales. Pero por qué esta parte tiene una forma y aquella parte otra, depende de la simple voluntad divina . Lo mismo que de la voluntad del arquitecto depende que esta piedra esté en esta parte de la pared y aquélla en la otra, aun cuando la razón de arte estime que unas tengan que estar aquí y otras allí.

Sin embargo, aun cuando Dios no trate igual a quienes son iguales , no por eso hay iniquidad en El. De ser así, se opondría a la razón de justicia si el efecto de la predestinación fuera pago de la deuda y no don de la gracia. En lo que se da por gracia, alguien puede dar libremente lo que quiera, o más o menos, mientras no deje de dar lo debido a quien le toque y no haya detrimento de la justicia. Esto es lo que dice el padre de familia en Mt 20,14s.: Toma lo tuyo y márchate. ¿Acaso no puedo hacer lo que quiero?"

(Ia, q. 23, a. 5).

¿Porqué no dicen ahí San Agustín y Santo Tomás que la razón por la cual Dios reprueba a algunos es porque ha previsto que ellos rechazarían la gracia de Dios?

Al contrario, entre las explicaciones que Santo Tomás ahí rechaza está ésta:

"Por eso hubo otros que dijeron que el efecto de la predestinación es una consecuencia de los méritos. Esto quiere decir que si Dios da la gracia a alguien, y si predeterminó que se la daría, es porque previamente sabía que iba a hacer buen uso de ella . Es como si un rey da un caballo a un soldado porque sabe que éste le sacará rendimiento. Pero quienes sostienen esto parece que distinguen entre lo propio de la gracia y lo del libre albedrío, como si un mismo efecto no pudiera provenir de ambos."

Eso es el molinismo, pura y simplemente, refutado ya por Santo Tomás en la Suma Teológica. Y en base a la ecuación tomista fundamental, según la cual la libertad de la creatura racional es directamente proporcional a la intervención divina.

Báñez no agregó nada a esto, porque no se puede.

En todo el texto del artículo, que trata nada menos que de las razones para la predestinación de los que se salvan y la reprobación de los que se pierden, no hay una sola referencia al pecado de las creaturas racionales, a su rechazo de la gracia, como causa de esa diferencia entre unos y otros.

Más aún, dice ahí mismo, como vimos, que Dios trata en forma desigual a los que son iguales .

¿Cómo iguales, diría Molina, si unos han rechazado o van a rechazar la gracia, y los otros no?

Conclusión: aquí Santo Tomás no habla del abandono divino, por el que Dios niega la gracia a consecuencia de haber previsto el pecado de la creatura, sino de la mera negación de la gracia, que como vimos que dice el texto hasta cansarse, depende de la sola Voluntad divina.

Se puede no estar de acuerdo con esto, y ser molinista. No se puede decir que Báñez cambió en esto a Santo Tomás.

Saludos cordiales.
17/09/20 11:12 PM
  
Juan Manuel
Traición de mi teléfono, espero que la cita se entienda porque la transcribi mal.

Aprovecho para un último consejo, hay Tomás fuera de la Suma teológica. La Suma contra gentiles siempre será mi primer amor en filosofía, pero las muchas cuestiones disputadas, los comentarios a Aristóteles, a "In neoplatonicos", las quodlibet, los opusculos filosóficos o esas joyas que son los comentarios in novum o veterum testamentum... ¿Solo Tomás? ¡Apenas pido que me alcance la vida para leerlo todo!recomienden

Saludos
17/09/20 11:14 PM
  
Néstor
Donde la cita de arriba dice: "Por qué elige a unos para la gloria y a otros los condena?", hay que leer "Porqué elige a unos para la gloria y a otros reprueba", y en todo ese artículo, donde la pésima traducción que hay en Internet dice "condenación", hay que leer "reprobación", porque eso dice el original latino, y porque la condenación, efectivamente, no se entiende sin la previsión de las culpas de la creatura.

En algunas partes del texto logré hacer el cambio, esa otra se me escapó.

Saludos cordiales.
17/09/20 11:20 PM
  
GAB
No he dicho que nadie de permiso a Dios, he dicho que la iniciativa de la gracia es de Dios y que si no se ponen obstáculos sigue su curso.
Y totalmente de acuerdo con la cita de Santo Tomás que pone Juan Manuel.
Son los que no van de más tomistas que Santo Tomás los que me permiten valorarlo positivamente.
Los que creen más en el "tomismo" que en el Evangelio creo que lo distorsionan.
17/09/20 11:21 PM
  
Néstor
Y es un chiste, sin duda, pretender que Santo Tomás, nada menos, no es coherente consigo mismo a lo largo de todas sus obras, y que justamente en su obra maestra, que es la Summa, olvidó algunas nimiedades acerca de la predestinación y la reprobación que luego, supuestamente, estarían en otras obras suyas...

Saludos cordiales.
17/09/20 11:22 PM
  
Néstor
"Lo que no es comprensible es que ud diga que no sería un abandono por parte de Dios negar esa primera gracia a un ser humano."

Falta solamente la cita del Concilio de Trento en la que se lee algo así o parecido:

"Si alguno dijere que puede haber una negación divina de la gracia eficaz que no sea abandono, anathema sit."

Saludos cordiales.
17/09/20 11:24 PM
  
Néstor
"Y desde luego que no resistir a la gracia en un primer momento no es hacer nada ni bueno ni malo. No hay ninguna decisión ni acción, no es nada, cero."

¿Entonces de qué depende el que Dios determine dar la primera gracia a estas personas que no hacen absolutamente nada?

Es decir ¿cómo y porqué, debido a qué razón, les tocó a ellas ser las que no resisten la gracia?

Porque si las que la resisten lo hacen por su libre voluntad, parece que igualmente por su libre voluntad no la resisten los que no la resisten.

¿O es que hay libertad sólo para resistir, y no para no resistir?

¿No estamos hablando de la libertad de elección, que por definición es posibilidad de querer y de no querer, de querer esto o querer lo otro?

Saludos cordiales.
17/09/20 11:36 PM
  
GAB
Claro que Dios da la gracia gratuitamente, sin tener en cuenta los méritos. Pero no le niega a nadie la gracia suficiente, verdaderamente suficiente, no la bañeciana que llaman gracia suficiente a la que siempre se resiste y jamás pasará de potencia a acto, sino una gracia suficiente real, que no se resiste siempre, que muchos aceptan y con ella hacen el bien de hecho, que es eficaz.
Que haya además gracias eficaces extraordinarias que no se resistan nunca es otra cuestión.
Pero las gracias actuales se pueden resistir o no, de hecho. Y no hay que dividirlas en un tipo de gracia mal llamada suficiente que siempre se resiste frente a otra eficaz que no se resiste nunca.
17/09/20 11:46 PM
  
Néstor
Algún texto de Santo Tomás en la Suma Contra Gentiles:

Libro III, cap. LXX

"(...) en todo agente se deben considerar dos cosas, o sea, la cosa tal que obra y la virtud por que obra, como el fuego calienta por el calor. Ahora bien, la virtud del agente inferior depende de la virtud del
superior, puesto que el superior le da la virtud con que aquél obra, o se la conserva, o la aplica para
obrar, como aplica el artífice el instrumento para el propio efecto; el cual, sin embargo, no le da al
instrumento la forma por la que obra ni se la conserva, sino que le da solamente el movimiento.

Luego es preciso que la acción del agente inferior no sólo proceda de él como resultado de su propia
virtud, sino también como resultado de la virtud de todos los agentes superiores, pues obra en virtud
de todos ellos. Y así como el agente ínfimo tiene actividad inmediata, así también el agente primero
tiene virtud inmediata para producir el efecto, pues el agente ínfimo no tiene de sí virtud para
producir tal efecto, porque la recibe del superior, y éste la tiene de otro superior; y así vemos que la
virtud del agente supremo produce de sí el efecto, como si fuera causa inmediata, tal como sucede
con los principios de la demostración, de los cuales el primero es inmediato. Por lo tanto, así como
no hay inconveniente para que una acción sea producida por un agente y su virtud, tampoco lo hay para que un mismo efecto sea producido por Dios y por el agente inferior ; por ambos inmediatamente, aunque de manera diferente.

Y, al mismo tiempo, se ve que, aun que una cosa natural produzca su propio efecto, no es superfluo
que Dios lo produzca también, porque la cosa natural no lo produce si no cuenta con la virtud
divina.


Tampoco es superfluo que, pudiendo Dios producir por sí mismo todos los efectos naturales, los
produzca mediante algunas otras causas. Pues ello es efecto, no de la insuficiencia de la virtud
divina, sino de la inmensidad de la bondad de Dios, por la cual quiso comunicar su semejanza a las
cosas no sólo para que existieran, sino también para que fueran causas de otras cosas; pues de estas
dos maneras consiguen las criaturas la divina semejanza, según se demostró antes (cc. 20, 21).

Esto hace patente, a la vez, el esplendor del orden que reina en las cosas creadas.

Es también manifiesto que un mismo efecto no se atribuye a la causa natural y a la virtud divina de
manera que una parte la haga Dios y la otra el agente natural, sino que cada uno lo realiza totalmente, aun que de diferente modo
; igual que un mismo efecto se atribuye en su totalidad al instrumento y al agente principal."

Saludos cordiales
18/09/20 12:04 AM
  
Néstor
Este texto de la Suma Contra Gentiles de Santo Tomás es particularmente claro:

“CAPITULO LXVII

Dios es causa del obrar de todos los que obran

Y por esto se ve que Dios es causa de que obren cuantos obran. Todo el que obra es causa del ser, del ser esencial o del accidental. Pero nada puede ser la causa del ser si no obra en virtud divina, según se demostró (c. prec.). Luego todo el que obra lo hace por virtud divina .

Toda operación que resulta de una virtud determinada se atribuye, como a su causa, a la cosa que dio tal virtud; por ejemplo, el movimiento natural de los cuerpos pesados y leves, que responde a sus propias formas, por las cuales son pesados o ligeros, y por esto se dice que la causa de tales movimientos es el engendrante que les dio la forma. Mas toda virtud de cualquier agente procede de Dios, como del primer principio de toda perfección. Luego, como toda operación responde a una virtud determinada, es preciso que Dios sea la causa de cualquier operación.

Es evidente que toda acción que no puede permanecer, si cesa la influencia de un agente, pertenece a dicho agente; tal como, cesando la acción del sol; que ilumina el aire, no puede permanecer la manifestación de los colores, por eso es indudable que el sol es la causa de la manifestación de los colores. Y lo mismo se ve con el movimiento violento, que cesa al cesar la violencia de quien lo provoca. Ahora bien, así como Dios no sólo dio el ser a las cosas cuando comenzaron a existir, sino que también lo produce en ellas mientras existen, conservándolas en el ser, como se demostró (c. 65), del mismo modo no sólo les dio, al crearlas en un principio, las virtudes operativas, sino qué también las causa constantemente en las cosas. Por eso, si cesara la influencia divina, cesaría toda operación. Luego toda operación se reduce a El como a su causa.

Quien aplica la virtud activa para obrar se llama causa de tal acción, pues el artífice que aplica la virtud de una cosa natural a determinada acción se llama causa de tal acción, como el cocinero de la decocción, que procede del fuego. Pero toda aplicación de poder para una operación proviene primera y principalmente de Dios. Pues las virtudes operativas se aplican a las propias operaciones por algún movimiento del cuerpo o del alma. Y el primer principio de ambos movimientos es Dios, por ser el primer motor absolutamente inmóvil, como se demostró (1. 1, c. 13). Igualmente, cualquier movimiento de la voluntad, por el que se aplican las facultades para obrar, se reduce a Dios como a quien primero apetece y quiere. Por lo tanto, toda operación debe atribuirse a Dios como a su primer y principal agente.

En todas las causas agentes ordenadas siempre es preciso que las causas secundarias obren en virtud de la causa primera, así como en las connaturales obran los cuerpos inferiores por virtud de los cuerpos celestes; y en las cosas voluntarias, todos los artífices inferiores obran según el mandato del supremo maestro de obras. En el orden le causas agentes, Dios es la causa primera, como se demostró en el libro primero (1. c.). Así, pues, todas las causas agentes inferiores obran por virtud de Dios.

Pero la causa de la acción es más bien de aquel por cuya virtud se obra que del otro que realiza, como el agente principal es más que su instrumento. Según esto, más causa es Dios de cualquier acción que incluso las causas agentes secundarias .

Todo el que obra se ordena por su propia operación al ultimo fin, pues es preciso que el fin sea o la propia operación o lo realizado, que es el efecto de la operación. El ordenar las cosas al fin es propio de Dios, según se manifestó antes (c. 64). Es, pues, preciso afirmar que todo agente obra por virtud divina. Luego Dios es causa de las acciones de todas las cosas. De aquí viene lo que dice Isaías: ―Todas nuestras obras las has realizado en nosotros, Señor”; San Juan: ―Sin mí, nada podéis hacer”; y a los Filipenses: ―Dios es quien causa en nosotros el querer y el obrar, según su beneplácito”.

Y por esta razón, en las Escrituras se atribuyen con frecuencia a la acción de Dios los efectos de la naturaleza, porque El es quien actúa en todo aquel que obra natural o voluntariamente , según aquello de Job: ―No me exprimiste como leche y me cuajaste como queso? Me revestiste de piel y de carne, y con huesos y músculos me consolidaste”; y en el salmo: ―Tronó Yavé desde los cielos, el Altísimo hizo sonar su voz, granizo y carbones incandescentes”."

Saludos cordiales.
18/09/20 12:15 AM
  
Néstor
Otro texto más de la Suma Contra Gentiles:

“CAPITULO CLXIII

De la predestinación, reprobación y elección divinas

Y como se ha demostrado (c. 161) que unos, ayudados por la gracia, se dirigen mediante la operación divina al fin último, y otros, desprovistos de dicho auxilio, se desvían del fin último, y todo lo que Dios hace está dispuesto y ordenado desde la eternidad por su sabiduría, según se demostró (c. 64), es necesario que dicha distinción de hombres haya sido ordenada por Dios desde la eternidad .

Por lo tanto, en cuanto que designó de antemano a algunos desde la eternidad para dirigirlos al fin último, se dice que los predestinó; por lo cual dice el Apóstol a los de Éfeso: “Y nos predestinó a la adopción de hijos, conforme al beneplácito de su voluntad”. Y a quienes dispuso desde la eternidad que no había de dar la gracia , se dice que los reprobó o los odió, según aquello que se lee en Malaquías: “Yo he amado a Jacob, mientras que he detestado a Esaú.”

Y en razón de esta misma distinción, en cuanto que reprobó a algunos y predestinó a otros, se considera la elección divina, de la cual se dice a los de Éfeso: “En El nos eligió antes de la constitución del mundo”.

Así, pues, se ve que la predestinación y la elección y la reprobación son como partes de la divina providencia, puesto que los hombres son ordenados al fin último por la divina providencia. (…)

Y puede también demostrarse que la predestinación y la elección no tienen por causa ciertos méritos humanos, no sólo porque la gracia de Dios, que es efecto de la predestinación, no responde a mérito alguno, pues precede a todos los méritos humanos , según se demostró (c. 149), sino también porque la voluntad y providencia divinas son la causa primera de todo cuanto se hace; y nada puede ser causa de la voluntad y providencia divinas (c. 97; 1. 2, c. 87), aunque entre efectos de la providencia, y lo mismo de la predestinación, uno puede ser causa de otro.

“¿Quién, pues –como dice el Apóstol–, le dio, para tener derecho a retribución? Porque de El y por El y para El son todas las cosas. A El el honor y la gloria por lo siglos de los siglos. Amén”.”

Saludos cordiales.
18/09/20 1:23 AM
  
Néstor
En el último texto que cité de la Contra Gentiles, Santo Tomás dice claramente que la elección y predestinación de los que se salvan no dependen de los méritos humanos, ni depende tampoco de méritos humanos el que Dios de a los elegidos y predestinados la gracia con la cual finalmente se salvan.

Con eso sólo ya se aparta del molinismo, antes de que éste exista (aunque razonamientos de ese tipo ya habían sido ensayados por los semipelagianos y por ahí los conocía Santo Tomás).

No habla al respecto de la reprobación.

Con lo cual quedan dos posibilidades, mirando a este solo texto: 1) La reprobación (negativa) tampoco depende de la previsión divina de las culpas. 2) La reprobación divina depende de la previsión divina de las culpas y por tanto sólo hay una reprobación, la positiva, que es idéntica a la condenación al infierno eterno.

La primera interpretación entendemos que es la correcta, por estas razones:

Es la única compatible con el texto de la Suma Teológica ya presentado por nosotros en un comentario anterior.

No se entiende, simplemente, que el dar Dios efectivamente la gracia a la creatura racional no dependa de la respuesta positiva de esta creatura racional, y sí dependa de su respuesta negativa el no dar Dios la gracia (hablando siempre en última instancia, se entiende, es decir, hablando del efecto total de la predestinación, y no de la relación entre unos efectos de la predestinación y otros).

En efecto, si el dar Dios la gracia a los elegidos no depende de la respuesta positiva de éstos, quiere decir que Dios la da independientemente de que respondan positivamente o no, y entonces, no se puede decir que si no responden positivamente, no la da, en el sentido de que, así como no se puede decir que la respuesta positiva de la creatura condicione el don de la gracia, así y por esa misma razón, no se puede decir que su falta de respuesta positiva condicione la negación de ese don.

De lo contrario, si decimos que la gracia (hablando siempre en última instancia) no se da porque la creatura ha puesto un obstáculo, es lógico concluir que es necesario que la creatura no ponga obstáculo para que la gracia sea efectivamente otorgada, y entonces, no es verdad lo que dice Santo Tomás, que la gracia se da independientemente de los méritos de la creatura.

Porque es lógico que si el poner obstáculo es algo que depende de la libertad de la creatura, y por eso es culpable, igualmente el no poner obstáculo dependerá de la libertad de la creatura, y será por eso meritorio.

Pues al decir que el poner obstáculo depende de la libertad de la creatura, estamos diciendo que dependen de la libertad de la creatura las dos cosas, el poner obstáculo y el no ponerlo. Ya que, en efecto, si estuviese en la mano de la creatura solamente el poner obstáculo, y no el no ponerlo, no podría decirse que la creatura pone obstáculo a la gracia libremente.

En cuanto al “no poner resistencia”, dice Santo Tomás en Ia. IIae., q. 6. a. 3, c.:

“En consecuencia, porque la voluntad, queriendo y actuando, puede impedir el no querer y el no actuar, y algunas veces debe hacerlo, el no querer y el no actuar se le imputan, porque los causa ella. Y así puede haber voluntario sin acto: unas veces sin acto exterior, aunque con acto interior, cómo cuando quiere no actuar; otras, incluso, sin acto interior, como cuando no quiere.”

O sea, aún cuando el no querer, y el no poner resistencia, por ejemplo, no dependan directamente de un acto de la voluntad, dependen de ella indirectamente, porque ella puede siempre querer y poner resistencia, y entonces, es evidente que si no ha querido, o no ha puesto resistencia, es porque ha optado por ello, en uso de la libertad de ejercicio, que es la de hacer o no hacer, querer o no querer, algo.

Ello se sigue además de la doctrina de Santo Tomás por la cual, como vimos, Dios causa los actos libres de las creaturas racionales. Porque entonces, si es en uso de su libertad que la creatura no pone obstáculo a la gracia, ese uso de la libertad de la creatura ha de tener a Dios como Causa Primera, en vez de ser él, como sucede en el molinismo, el que cause la eficacia de la intervención divina, porque en todo caso también el causar la eficacia de la gracia por parte del libre albedrío creado debería tener a Dios como Causa Primera.

Por tanto, cuando ese uso de la libertad por el que no se pone obstáculo a la gracia no se da, eso sólo puede entenderse a condición de que Dios no lo haya causado en la creatura, y no inversamente, que Dios no lo haya causado porque no se dio, lo cual no tiene sentido, obviamente.

Repito que todo esto es hablando "en última instancia", o sea, hablando del efecto total de la predestinación, de la totalidad de las gracias eficaces por las cuales el elegido es llevado infaliblemente a la Vida Eterna.

Es ese efecto total de la Predestinación divina el que no depende de ningún mérito de las creaturas, simplemente porque los incluye a todos ellos, como efectos de la gracia que son.

No puede deberse la gracia, en última instancia, al mérito, que es efecto de la gracia. La causa no depende del efecto, sino al revés.

Ello no quita que dentro de ese efecto total de la predestinación unas gracias posteriores sean consecuencia del buen uso del libre albedrío debido a gracias anteriores.

Lo cual no puede decirse, obviamente, de la primera gracia eficaz que la creatura recibe.

Y por la misma razón, es la carencia de este efecto total la que no depende tampoco de las culpas de las creaturas, las cuales suponen, absolutamente hablando, la falta de la gracia; y sólo pueden explicar el hecho de que ciertas gracias posteriores se pierdan por infidelidad a las gracias anteriores, que es lo que dice el Concilio de Trento.

Lo cual no puede decirse, obviamente, del primer pecado que comete la creatura racional.

Saludos cordiales.
18/09/20 1:52 AM
  
GAB
Esperemos que se publiquen todos los comentarios pendientes. Añado otro:
Totalmente de acuerdo en que nadie ha hecho nada para merecer la gloria eterna. Como no la merece una oveja más que un lobo: se mueren y sanseacabó. Lo mismo podría pasarles al asesino y su víctima. Nadie pretende que esta vida actual sea justa con las víctimas, aunque el ser humano puede intentar hacerla más justa en la medida que puede, según su entendimiento y según el Evangelio y todo aquello que va en la misma dirección de búsqueda de la justicia, que incluye la misericordia, pero no el castigo caprichoso de quien elegimos en plan pinto pinto gorgorito.
Los que creemos en Dios, sí creemos en la victoria final del Amor y la Vida, creemos que este mundo es el camino de otro en el que “el cordero pastará junto al león”.

¿Qué clase de justicia sería la condenación eterna de personas a las que se ha decidido negarles la gracia necesaria de antemano sin que hayan hecho nada previo para merecer esa negación? Si el trato fuera el mismo de la oveja y el lobo, desde luego nadie podría hablar de injusticia, pero ¿condenación eterna decidida antes de sus deméritos? Creo que esa es la teoría calvinista, no la católica. Y para que haya pecado hace falta que haya elección libre del pecado y posibilidad real de no pecar DE HECHO, con la ayuda de la gracia que Dios no niega a nadie que sirve para no pecar DE HECHO si no se le ponen obstáculos. Una gracia suficiente real, no una de broma con la que no se pasa nunca de potencia a acto. Lo mismo que Aquiles cuando no alcanza a la tortuga. Algún defecto lógico tendrá su razonamiento, como el de la aporía, porque aunque pretenda eludirlo cae en la doble predestinación condenada por el catolicismo.

Las escrituras citadas no cuadran con esta teoría monstruosa de que Dios haya predeterminado a muchas personas a la condenación eterna, decidiendo negarles la gracia que les haría falta para no condenarse. Dios no niega a nadie la gracia antes de que ellos le hayan abandonado.

“2 Tim 2,20, dice: En una casa de altura no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos, para servicios honrosos; otros, para servicios más bajos. “
¿Qué tendrá eso que ver con la predestinación a la condenación que vds defienden? Que hay gente de todo tipo y cada cual tiene los talentos que tiene, que hay vasos grandes y vasos pequeños, pues muy bien…
En cuanto a Rom 9, está hablando de colectivos, no de individuos, de Israel y el nuevo Israel, como se ve en ese contexto, con el desenlace de Rom 11.

Bendiciones
18/09/20 10:56 AM
  
GAB
17/09/20 11:24 PM no es una respuesta. He dicho que no es comprensible y vd no lo ha hecho ni un ápice más comprensible.

17/09/20 11:36 PM
La primera gracia se la da a todos, es vd el que niega que la primera gracia se la de a todos, supongo que por esa curiosa división que hace de las gracias en las de mentira y las de verdad - aunque no las llama así, claro, sino "suficiente" a la que resulte insuficiente y "eficaz" a la que resulte suficiente de verdad.
La voluntad que pone un obstáculo está haciendo algo, la que no lo pone, de momento no está haciendo nada y cuando lo haga, será con la gracia a la que no puso obstáculos.

Y me temo que no tengo tiempo ahora de leer los textos de Santo Tomás, si era coherente o no consigo mismo tampoco es dogma de fe, ya veremos.

Bendiciones

18/09/20 12:16 PM
  
Ecclesiam
Aquí vale traer a colación lo dicho por el padre Iraburu en un comentario a su entrada 201-3.

«Yo al menos procuro no hablar, y menos aún escribir para el público, de un tema que no he estudiado. Entiendo que mi mera opinión sobre el tema que sea, sin ese fundamento previo del estudio, vale muy poco. Por otra parte, opinar sobre temas graves y complejos sin haberlos estudiado es una temeridad

GAB;

"La voluntad que pone un obstáculo está haciendo algo, la que no lo pone, de momento no está haciendo nada y cuando lo haga, será con la gracia a la que no puso obstáculos."

Lo contrario de poner obstáculo es no poner obstáculo, pero poner obstáculo es no querer consentir a la gracia, y lo contrario de no querer consentir a la gracia es querer consentir a la gracia. Luego, no poner obstáculo es querer consentir a la gracia.

Pero todo querer es un acto de la voluntad. Luego, querer consentir a la gracia es un acto de la voluntad.

Y lo contrario de no hacer nada es hacer algo, y todo acto es hacer algo. Luego, todo acto de la voluntad es hacer algo.

Pero hacer algo es contrario de no hacer nada. Y se ha demostrado que todo acto de la voluntad es hacer algo, y que querer consentir a la gracia es un acto de la voluntad, y que ésto es no poner obstáculo. Por consiguiente, no poner obstáculo es hacer algo.

Por lo tanto, no poner obstáculo no es no hacer nada.
18/09/20 2:21 PM
  
GAB
Me parece estupendo lo que dice Iraburu y se lo podría aplicar Ecclessiam a su versión del chiste "en qué se parece un elefante a una regla" Un chiste muy malo.
A lo que contesto que evidentemente antes de tomar una decisión la voluntad no hace nada, cero patatero.
Por tanto en un primer momento no hace nada que impida a la gracia seguir su curso y llevarla a la aceptación y cooperación en un segundo momento.
18/09/20 3:52 PM
  
Ecclesiam
Pero eso no es lo que usted dice. Le cito:

"La voluntad que pone un obstáculo está haciendo algo, la que no lo pone, de momento no está haciendo nada ."

Pero luego dice:
"A lo que contesto que evidentemente antes de tomar una decisión la voluntad no hace nada, cero patatero."

Entonces, no es posible que decida poner obstáculo a la gracia si antes de decidir no hace nada.

Si no hace nada, ni decide a favor ni en contra, y por lo tanto, no puede decidir poner obstáculo.

Si antes de consentir a la gracia hay un momento en el que no hace nada, ni puede poner obstáculo ni puede no poner obstáculo, porque como usted dice, no hace nada.

Entonces, es absurdo sostener que la gracia actúa en un segundo momento si la voluntad en un primer momento no pone obstáculo, porque si no hace nada en el primer momento, no puede ni si quiera poner obstáculo.

Pero si puede decidir poner obstáculo, entonces puede decidir no poner obstáculo. Y esto, como demostré, es un acto.
18/09/20 4:33 PM
  
GAB
Es que la voluntad que decide poner obstáculo sí ha decidido algo, precisamente ha decidido hacer eso.
Obviamente la que no ha decidido nada es la que no ha decidido nada y por tanto no ha hecho nada. No hay ningún acto. Cero.
18/09/20 6:23 PM
  
Ecclesiam
Eso ya es un acto.

Porque ha decidido no impedir.

Si usted sostiene que la voluntad sólo puede actuar para impedir, entonces es determinismo y se destruye el libre arbitrio, ya que no tiene otra opción qué elegir.

La voluntad puede actuar para impedir y para no impedir.

Y por lo mismo, si no impide, es porque eligió no impedir.

Así como si impide, es porque eligió impedir.

Entonces, si la voluntad puede decidir impedir en el primer momento, por lo mismo, puede decidir no impedir.

Pero si sólo puede actuar para impedir, entonces no tiene libre arbitrio se cae en el determinismo.
18/09/20 7:21 PM
  
Ecclesiam
De todos modos, desde Orange II no hay otra opción: el querer tiene que venir de Dios.

Porque «Si alguno porfía que Dios espera nuestra voluntad para limpiarnos del pecado, y no confiesa que aun el querer ser limpios se hace en nosotros por infusión y operación sobre nosotros del Espíritu Santo, resiste al mismo Espíritu Santo que por Salomón dice: Es preparada la voluntad por el Señor [Prov. 8, 35: LXX], y al Apóstol que saludablemente predica: Dios es el que obra en nosotros el querer y el obrar, según su beneplácito [Phil. 2, 13]» (Denz 177)

Si quiere consentir a la gracia, esto tiene que ser obra de la gracia. Si no es obra de la gracia, es la herejía semipelagiana.

No hay punto medio. Si el hombre quiere consentir a la gracia, esto o es por obra de la gracia o no lo es. Si lo es, doctrina católica, si no lo es, herejía semipelagiana.

Por eso, de esto se desprende de modo necesario la predestinación antes de los méritos previstos, porque el querer ser limpios es obra de la gracia, y la gracia la da Dios. Luego, sin la gracia, nadie jamás querría querer ser limpio. Así que Dios no puede ver quién querrá ser limpio porque Él es el que tiene que otorgar el querer ser limpio, y lo mismo con todo lo demás de la predestinación.
18/09/20 7:44 PM
  
GAB
No ha decidido nada, le repito, nada. Es vd el que se inventa que ha decidido no impedir. Simplemente no ha decidido nada.
Parece que no ve vd la diferencia entre no decidir impedir y decidir no impedir.
Pues se trata de que no ha decidido nada, no ha decidido no impedir, no ha decidido nada. Espero que no haga falta repetirlo otra vez y que se haya enterado ya de que lo que digo es que en un primer momento esa voluntad que no ha decidido impedir no ha decidido tampoco no impedir, no ha decidido nada.
No he dicho que no pueda decidir he dicho que en ese primer momento no ha decidido impedir, por lo cual la gracia sigue adelante sin ningún impedimento, según la voluntad de Dios.
Y no he dicho que sea esa voluntad sola por sí misma la que decida asentir a la gracia, he dicho que eso en un segundo momento es obra de la gracia a la que no ha puesto impedimentos en un primer momento.

Así que no tengo ningún problema tampoco con Orange.

18/09/20 9:44 PM
  
GAB
Y lo que digo lo corrobora esa cita de Santo Tomás que nos ha puesto Juan Manuel (gracias):
"Y solo son privados de la gracia aquellos que en sí mismos le ponen obstáculo; como, ilumimando el sol a todo el sol a todo el mundo se imputa a aquel que cierra los ojos el mal que de esto se siga, aunque sea cierto que no podría ver si no fuera prevenido por la luz del sol." (Suma contra gentiles, III c.CLIX).

Esos líos filosóficos que si antes o después de los méritos y los deméritos son un poco raros, porque para Dios no hay ni antes ni después. Será "con" o "sin" méritos y deméritos. El antes y el después son nuestros.
Está claro que se deduce que no se requieren méritos para que nos de su gracia pero en cambio si se ven privados de la gracia es por deméritos, por los obstáculos que se ponen.

Bendiciones
18/09/20 10:09 PM
  
Federico María
Respecto del P. Garrigou-Lagrange y el principio de razón suficiente por él defendido en la línea de santo Tomás, se puede también ver la Encíclica de Pío XII "Humani generis", n. 23:

"Quae quidem philosophia in Ecclesia agnita ac recepta, et verum sincerumque cognitionis humanae valorem tuetur, et metaphysica inconcussa principiarationis nempe sufficientis, causalitatis et finalitatis— ac demum certae et immutabilis veritatis assecutionem".

"Y esta filosofía, reconocida y recibida en la Iglesia, defiende el verdadero y genuino valor del conocimiento humano, los inconcusos principios metafísicos —a saber: los de razón suficiente, causalidad y finalidad— y finalmente sostiene que se puede llegar a la verdad cierta e inmutable".
18/09/20 10:36 PM
  
Juan Manuel
A Néstor parece haberle resultado muy interesante encontrar una "refutación" del molinismo en la Summa. Le recomiendo que relea las De veritate, q. 6 a.2 y pueda ver la misma idea muy desarrollada, con 14 objeciones y sus debidas respuestas. A todos en general, las cuestiones 5 y 6 podrían serles de mucho provecho.

En algún momento tenía algo escrito sobre el tema relacionado con las cuestiones De malo, lo voy a buscar para ver en cuales artículos se tocaba el tema, seguro resulta de lo más interesante.

Por último, me parece que un análisis lógico mínimo tal vez permita esclarecer porque Ecclesiam lleva razón en cierto punto.

Si aceptar la gracia (A) es no obstaculizar la gracia(no B); obstaculizar la gracia (B) es no aceptar la gracia (no A)

A ---> no B
B
no A

Saludos

PD: A esta altura del partido, me cuesta mantenerme serio, especialmente después de algunos comentarios que me resultaron de lo más... extravagantes. En fin, me pregunto si para Alonso estas eternas y repetitvas discusiones que se llevan hace algunos post (y en algunos que no pinchaban ni cortaban con el tema que él proponía) no se le están volviendo una tortura.
18/09/20 10:52 PM
  
Federico María
Pero "no podría ver si no fuera prevenido por la luz del sol"...
18/09/20 10:58 PM
  
Ecclesiam
Su afirmación de que no hace nada es totalmente gratuita, no la fundamenta en nada. Por otra parte, ya he demostrado que eso es imposible. Refute el argumento, si puede.

«es obra de la gracia a la que no ha puesto impedimentos en un primer momento».

No poner impedimento por parte de la voluntad es decidir no poner impedimento.

Porque estamos hablando de la gracia y el libre arbitrio.

Entonces, si el libre arbitrio no pone impedimento a la gracia, es necesario que sea por un acto del libre arbitrio, como no puede ser de otro modo.

Si no es por ningún acto, entonces el libre arbitrio no opera absolutamente nada, y por lo mismo, no puede ni decidir impedir ni decidir no impedir. Lo que haría falsa la afirmación de que Dios otorga la gracia si el libre arbitrio no lo impide.

Si el libre arbitrio puede decidir impedir, por lo mismo puede decidir no impedir. Y ambas son decisiones, actos de la voluntad. La otra opción elimina el libre arbitrio y cae en el determinismo.

Refute una de las premisas en el argumento que he establecido en mi mensaje del 18/09/20 2:21 PM , o bien, indique en dónde se ha fallado en la concatenación lógica.

Porque decir que le parece un chiste es no refutar absolutamente nada. No es ningún argumento.

Además, como ya le cité a Trento, está condenada la afirmación que el libre arbitrio no obra absolutamente nada en la cooperación de la gracia.

«Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado». (C.. XVI, Can. IV)

Su afirmación de que hay un momento en que no obra nada es herética, porque precisamente Trento habla de la gracia que le dispone al libre arbitrio para lograr la gracia de la justificación.
18/09/20 11:10 PM
  
GAB
Juan Manuel, me sorprende su repentina displicencia.
En todo caso, desde el más elemental sentido común, aunque no pertenezca a su gremio de entendidos, rechazo su planteamiento,
porque si bien aceptar la gracia requiere que antes no se haya obstaculizado, no es cierto que aceptar la gracia (A) sea meramente no obstaculizar la gracia (no B), sino que requiere un paso más. Hay dos momentos diferentes.
Me extraña que consideren vds lo mismo no decidir algo que decidir no hacerlo. No es lo mismo,
Son cosas diferentes:
1- no decidir obstaculizar la gracia

2- decidir no obstaculizar la gracia

Federico María,
Exactamente, no podría ver si no fuera prevenido por la luz del sol. Y la luz del sol no se le niega a menos que cierre los ojos, según ese texto.

Ecclessiam,
Su concatenación falla por lo que he expuesto más arriba. Introduce vd el verbo "querer" indebidamente. No es lo mismo no obstaculizar la gracia que decidir no obstaculizar la gracia. Cuando no se ponen obstáculos no es necesario en un primer momento que se haya decidido no poner obstáculos.
Lo que he dicho sobre la gracia, se aplica igualmente a la gracia que predispone al libre arbitrio para lograr la gracia de la justificación.
Y no he dicho que la voluntad no haga nada, he dicho que no hace nada mientras que no ha decidido nada.
La voluntad de quien decida oponer resistencia a la gracia, sí ha hecho algo que es poner obstáculos a la gracia que no recibirá.
La voluntad de quien no ha decidido nada, ni oponer resistencia ni no oponerla, en un segundo momento aceptará y cooperará con la gracia, por obra de la gracia.

Por tanto lo que digo no contradice ni Orange ni Trento.

Si a alguien le aburre esta discusión es a mí, pero no voy a dejar pasar ni falsos razonamientos ni sobre todo falsas acusaciones.
19/09/20 10:41 AM
  
Luis Piqué Muñoz
Qué tenemos que no hayamos recibido, la Vida, el Bien, el Amor, la Felicidad ¡El Amor Infinito y Eterno de Dios nos concede todo lo que nos hace Felices sin pedirnos Nada a Cambio ¡Gratis Date! sólo nuestro mísero e Humilde Amor! ¡Hasta la dolorosa y dura Cruz es una Prueba ¡nos prueba a ver cómo sabemos, en el crisol de oro ardemos en el Fuego del Amor! que nos da la Permisión de Dios para nuestra Purificación, la Salvación de las Almas ¡nunca somos tan grandes, poderosos, Omnipotentes como cuando sufrimos alzados en la Cruz ¡Cristo! ¡La Omnipotencia de la Cruz! En definitiva el que hace la Voluntad de Dios hace su Voluntad, pues mediante la perseverante y milagrosa Conversión nos convertimos en Dios ¡Viva la Volutad de Dios! ¡Viva el Amor! ¡Viva Dios!
19/09/20 1:15 PM
  
Ecclesiam
"Su concatenación falla por lo que he expuesto más arriba. Introduce vd el verbo "querer" indebidamente. "

Es exactamente al revés, es usted quién saca el "querer" indebidamente. Porque estamos hablando del libre arbitrio, de la voluntad, y la única manera que la voluntad actúa, es queriendo algo. Incluso si quiere no querer algo. Por eso, decidir no actuar es ya haber decidido algo, querido algo. Como cuando un joven decide no entrar a clases, es haber querido no hacer una cosa. Entonces, si el libre arbitrio no obstaculiza la gracia, es porque quiere no obstaculizar. No hay otro modo.

La inteligencia, por ejemplo, no tiene manera de oponerse a la gracia, porque no puede querer o no querer. Por eso no hay nadie tan insensato que sostenga que la inteligencia se opone a la gracia.

Si decimos que el hombre no pone obstáculo a la gracia, necesariamente tiene que ser por acto de su libre arbitrio, es decir, queriendo no poner obstáculo. Porque el hombre no tiene ninguna otra facultad que pueda oponerse a la gracia.

De otro modo, no habría razón para hablar de que el hombre puede poner obstáculo.

Está el hecho que usted mismo sentencia: "Si el hombre no pone obstáculo", pues bien, esto tiene que ser por un acto de libre arbitrio necesariamente, y por consiguiente, si el hombre puede elegir poner obstáculo, por lo mismo que tiene libre abitrio, puede elegir no poner obstáculo, y ambas son elecciones, actos de la voluntad.

Porque si sólo puede elegir para poner obstáculo, entonces no tiene libre arbitrio. Es determinismo.

Si puede querer obstaculizar la gracia, lo mismo puede querer no obstaculizar la gracia.

La opción de que la voluntad no hace nada está condenada por Trento, le repito. No basta con afirmar "no contradice ni Orange ni Trento." cuando con claridad sí lo hace. Es una afirmación herética.

Juan Manuel;

"En fin, me pregunto si para Alonso estas eternas y repetitvas discusiones que se llevan hace algunos post (y en algunos que no pinchaban ni cortaban con el tema que él proponía) no se le están volviendo una tortura".

No respondo por el estimado Alonso, pero considero que, aún en el supuesto de que interlocutor no esté dispuesto a aceptar las razones, con todo, las respuesta que otorgamos puede iluminar a más de un lector que no logra comprender del todo la doctrina de la gracia.

Por eso, independiente de si hace sufrir o no, este tipo de debates en público puede ser de utilidad para las almas. Aunque el contrincante esté obstinado y no haya esperanza de que abandone sus errores, con todo, al refutarlos públicamente, a alguien puede ayudarlo. Por lo mismo, un debate en privado con alguien claramente obstinado sería inútil completamente.

Por eso santo Tomás decía en un escrito suyo: "daremos batalla a sus errores o curaremos su ignorancia". Pues si no se logra lo segundo, al menos, con la ayuda de Dios, lo primero.

Esto también lo digo por los tomistas que nos leen. Sí, todos sabemos cuales son los errores que posee GAB y la refutación de los mismos; pero, aunque quizá no se logre convencerlo, al menos, Dios mediante, puede hacer bien a las almas. El bien común está por encima del particular.
19/09/20 5:49 PM
  
Federico María
Ecclesiam:

Con mis respetos, ¿tiene sentido continuar? Da la impresión de que aunque resucite un muerto no aceptará lo tan claramente expuesto ni rechazará lo tan absurdamente defendido, por más que lo siga repitiendo sin argumentos y siga atacando igualmente sin argumentos, al parecer sin comprender. Aquel que quisiera burlarse posiblemente no procedería de otro modo. Me viene a la memoria lo que decía Aristóteles respecto de los que niegan el principio de no-contradicción: cuál debería ser su lógico proceder (y por ende cómo deberíamos proceder con ellos). Parecería que se está hablando con un disco rayado... Que incluso, muy posiblemente, volverá a plantear las mismas cosas (que ni siquiera merecerían el piadoso honor de las llamas) en respuesta a este comentario, creyendo que está en la verdad... Y si quiere tener la última palabra y con eso se queda contenta, pues será para su desgracia.

Cito únicamente una frase de Canals que acabo de encontrar: “Una conexión lógica, que podríamos llamar también objetiva o esencial, tienen con el misterio revelado, no sólo las conclusiones teológicas ciertas, sino también los presupuestos filosóficos y verdades naturales”.

El post es muy bueno y está bien claro: este y los anteriores. Los comentarios (dignos de este nombre), estos y los anteriores, han disipado toda objeción. El ánimo del que objeta no parece estar bien predispuesto. Bastaría en todo caso con que Alonso hiciera una conclusión y listo. Por mi parte no me parece prudente seguir empleando el tan precioso tiempo en demostrar que las hojas son verdes en verano, parafraseando a Chesterton. Y vuelvo a agradecerte tus buenos comentarios y tu firme adhesión a la verdad (mira, de paso, Mt 7, 6).
19/09/20 6:01 PM
  
Ecclesiam
Federico María;

Concuerdo con usted. "Casualmente", o mejor dicho, causal-mente, en mi comentario anterior que juzgo que no pudo leer, escribí algo respecto de esto.

Por ende, considero que el juicio prudencial respecto de continuar o no es más verdadero y cierto en el estimado Alonso que en el mío; soy sólo un incipiente en la doctrina sagrada y en la vida de la gracia, así que con gusto y voluntad me adhiero a lo que el blogger y otros comentaristas más sabios y santos, como usted, juzguen respecto de esto.

La cita que trae a colación es un principio excelentísimo, que es absolutamente necesario tenerlo en cuenta. A la vez, el ejemplo de Nuestro Señor de enfrentarse a los obstinados públicamente tenían el objetivo que he descrito en mi anterior comentario, pero bien es verdad qua hasta eso tiene un límite, demarcado por la prudencia sobrenatural.
19/09/20 6:24 PM
  
GAB
Ecclessiam,
Vd habla de decidir no poner obstáculos mientras que yo hablo de no decidir poner obstáculos, de no haber realizado ese acto de poner obstáculos. De no haber decidido nada. De no haberse planteado poner obstáculos.
"..la única manera que la voluntad actúa, es queriendo algo. Incluso si quiere no querer algo. Por eso, decidir no actuar es ya haber decidido algo, querido algo."

Es que precisamente le estoy diciendo que EN ESE PRIMER MOMENTO la voluntad que no pone obstáculos no ha completado ningún acto, NO HA DECIDIDO que no quiere poner obstáculos, simplemente no los ha puesto.

"La inteligencia, por ejemplo, no tiene manera de oponerse a la gracia, porque no puede querer o no querer."
Pues claro, por eso cuando la gracia muestra a la inteligencia un bien, será la voluntad la que se podrá mover a quererlo o querer otra cosa, pero ese querer es un proceso, por corto que pueda ser, no es algo instantáneo.
Si una persona quiere poner obstáculos a la gracia, interrumpirá ahí el proceso, pero si una persona no ha decidido poner obstáculos a la gracia (repito que digo que "NO decide poner obstáculos", que es diferente de "decidir NO poner obstáculos" ¿son capaces de comprender esa diferencia o no?) entonces es posible que en un segundo momento la gracia le lleve a decidir no poner obstáculos que es algo más que el mero hecho de no haberlos puesto. Es en un segundo momento en el que la gracia le lleva a consentir y cooperar.

Naturalmente que las distintas personas en distintos momentos pueden querer poner obstáculos o pueden querer no poner obstáculos.
Ya he dicho que la persona que no decide poner obstáculos en ese primer momento, cuya voluntad no ha tomado ninguna decisión, tiene un segundo momento, en el que movida por la gracia su voluntad puede decidir no poner obstáculos, consentir y cooperar.

Federico,
Parece ser que sus buenas palabras de hace muchos comentarios eran pura palabrería y ahora no solo recomienda la censura sino que me pone a caldo sin tener por qué.
Yo actúo de total buena fe y no tengo la culpa de que no comprendan lo que digo.
Yo no entiendo que vds no comprendan que se puede no poner obstáculos sin haber decidido nada, ni siquiera no poner obstáculos.
Se lo voy a intentar explicar de nuevo:
Puse un ejemplo de dos personas abandonadas en alta mar, ven a lo lejos un bote y una de ellas se pone a nadar en dirección contraria para dificultar que el bote las recoja.
La otra en cambio no hace nada, no decide nada, no nada ni en dirección contraria ni a favor, no llama a los del bote, sigue exactamente como estaba sin decidir nada. Sin embargo como no se ha alejado del bote la recogen, entonces consiente en que la suban y coopera a remar a la costa.
Esa persona en un primer momento no ha hecho nada ni ha decidido nada.
Es esa persona menos libre que la que nadó en dirección contraria? Es evidente que no.
¿Tuvo obligatoriamente que decidir querer no nadar en dirección contraria? No veo por qué, es una cuestión que ni siquiera se planteó, por lo que no deliberó, ni decidió no nadar en dirección contraria. Como si me dice que decidió no ponerse a bucear o no cantar ópera o no hacer cualquier otra cosa, son infinitas las cosas que no se hacen sin que uno se haya puesto a deliberar sobre lo que no va a hacer para decidir no hacerlo, sino que simplemente no lo hace y mientras la situación sea que simplemente no lo hace, no porque lo haya decidido sino porque no ha decidido aún nada, eso no es un acto de la voluntad. Por lo tanto su valor es cero.

Creo que si hay alguien aquí con mala fe serán vds dos, no yo.
Con sus desprecios e insultos se retratan vds no yo.

Bendiciones.




19/09/20 10:26 PM
  
GAB
Yo no creo ser más disco rayado que vds, aunque nunca llegaré a su nivel de insultos suficientes y pedantes.

Y si repetimos lo mismo es porque vds ignoran mi respuesta, no hacen el menor esfuerzo por enterarse de lo planteado.

Tendrían que haber empezado por contestar a esta pregunta: ¿se dan cuenta de que no es lo mismo "decidir no poner obstáculos" que simplemente no ponerlos porque no se ha decidido nada aún, ni siquiera se ha planteado ponerlos o no ponerlos?
Porque es que contestan como si fueran incapaces de ver esa diferencia.

En fin, sus insultos despectivos les retratan a vds. A mí me tienen sin cuidado. Pero mejor sería que intentaran mantener el decoro al menos, ya que no saben tratar a los demás con un mínimo respeto y mucho menos tener una actitud cristiana. Y lo de alentar la censura es ya el remate.
Vds verán si ese es el camino.
19/09/20 10:49 PM
  
GAB
Y vuelve a decir como un disco rayado que contradigo Orange y Trento, aunque yo diga que no, porque vd dice que sí, por loreal.
Pero obviamente no contradigo ni el uno ni el otro.

Dijo: "....como ya le cité a Trento, está condenada la afirmación que el libre arbitrio no obra absolutamente nada en la cooperación de la gracia.

«Si alguno dijere, que el libre albedrío del hombre movido y excitado por Dios, nada coopera asintiendo a Dios que le excita y llama para que se disponga y prepare a lograr la gracia de la justificación; y que no puede disentir, aunque quiera, sino que como un ser inanimado, nada absolutamente obra, y solo se ha como sujeto pasivo; sea excomulgado». (C.. XVI, Can. IV)"

Contesté y contesto: Le repito que yo no he dicho que la voluntad no haga nada cuando recibe la gracia. He dicho claramente que cuando se pone en acción consiente y coopera con la gracia.

Así como dije que la iniciativa es de la gracia, y que todo bien viene de Dios que da el querer y el obrar porque estoy de acuerdo con Orange.

Pero he dejado claro que en un primer momento, ante el bien que se presenta al entendimiento, la voluntad de la persona que ni pone obstáculos, ni se plantea ponerlos ni no ponerlos, ni produce ningún acto bueno, sino que simplemente no decide nada, no hace de momento ningún acto, cero patatero. Y que cuando en un segundo momento, al seguir su curso la gracia, asiente y coopera con ella, se debe a la gracia.

Una cosa es que no me entiendan y otra que me insulten y me calumnien.
Y espero que el blogger al menos me publique esto antes de cerrar los comentarios, porque no sería justo que no me dejara contestarles.
19/09/20 11:13 PM
  
Ecclesiam
Si la voluntad no actua en un primer momento, está condenado por Trento como herejía.

Si la voluntad puede decidir oponerse, por lo mismo, puede decidir no oponerse.

Considero que no es necesario seguir el debate.

Es lo que sucede con los que se oponen al tomismo: es casi imposible que no caigan en una herejía. Por eso la constante de los Papas el Concilio con santo Tomás.
20/09/20 5:11 PM
  
GAB
No me opongo al tomismo. La cita de Santo Tomás que puso Juan Manuel es la base del razonamiento que he expuesto.

Pero incluso entre los tomistas hay más de una explicación. Me parece que también son tomistas López Marín y Muñiz, con sus variantes.

Pero es que los molinistas mismos tampoco son antitomistas y lo citan con frecuencia aunque se aparten en algo. Tampoco hay por qué ser molinista ni yo lo soy.
Pero es que el tema está abierto y lo ùnico que les prohibieron fue llamarse herejes unos a otros.

Y desde luego en mi caso, tras asegurarme de cuál es la doctrina infalible sobre el tema, puedo comprobar que no caigo en ninguna herejía.

Trento dice exactamente lo que puso entre comillas y yo estoy plenamente de acuerdo con lo que dice de que bajo la acción de la gracia la voluntad no es pasiva, como he repetido mil veces.

Pero desde luego no puede haber ningún debate porque ud no contesta siquiera a mi pregunta básica.
Además se empeña en ignorar que la voluntad no toma decisiones instantáneas sino que un acto de la voluntad sigue un proceso.
Le he contestado ya a lo que me objeta ahora, pero no quiere tenerlo en consideración.

Y si no me entienden lo mismo me da. Estoy comprobando que el Padre William Most sigue esta línea, y con aplastante documentación de las Escrituras, del magisterio de la Iglesia, de la historia de la controversia, del estudio de lo que ha dicho Santo Tomás, Báñez, Molina, Garrigou-Lagrange, López Marín etc. Todo analizado críticamente con lógica desde la fidelidad al catolicismo.
Así que no debo ser tan estúpida como uds insinúan, porque hay teólogos católicos que tras años de estudio señalan muchas de las intuiciones que he planteado simplemente desde el sentido común y el marco de doctrina infalible proporcionado por Alonso.

Desde luego que no tiene objeto seguir.
Si no calumnia de nuevo no tendré necesidad de deshacer sus calumnias. Y me da exactamente igual por lo demás que no lo vean como yo incluso que me insulten en tono despectivo.
Pero de hereje, ni mijita: comprobado. No calumnie.

Y como no se centra en lo que he planteado, ningún interés en seguir.

Bendiciones.
20/09/20 7:58 PM
  
GAB
No entiendo que se deje una falsa acusación de herejía dos días ahí, sin publicar la respuesta que se le dio ese mismo día.

Yo parto precisamente del convencimiento de q Trento es fundamental y de lo más lógico. Si cuesta entender que alguien respete Trento son justo los q parecen acercarse al jansenismo y al calvinismo. Y sin embargo me esfuerzo en vet en qué se diferencian de ellos con su doble predestinación y su irresistibilidad resistible.

A mí me parece lógico lo que digo y consistente con la cita de Santo Tomás y con el modo de funcionar de la voluntad.

Una cosa es q no entienda ese señor mi argumentación y diga q no le parece correcta y otra que me acuse de herejía falsamente.

Ya está bien de llamar herejes a los demás
Deberían dejar de hacerlo.
21/09/20 6:59 PM
  
Alonso Gracián
Perdonad por favor si he tardado demasiado en publicar los últimos comentarios, ha sido por causas técnicas.

Cierro la sala de comentarios. Creo que cada cual ha expuesto sus argumentos. Por mi parte, os remito al próximo post sobre el tema de la gracia, por si os sigue interesando, en que expondré con más detenimiento algunas conclusiones y otros argumentos no menos interesantes.
21/09/20 8:09 PM

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