(376) Verdades sobre el estado de gracia (silenciadas, desconocidas, apenas predicadas)

EL ESTADO DE GRACIA

La necesidad de estar en estado de gracia significa la necesidad de confesarse en cuanto se cometa un pecado mortal, y así poder recuperar dicho estado.

El estado de gracia es necesario para poder merecer, para aumentar la gracia, para no ser enemigo de Dios y ser grato a sus ojos.

 

1.- Definición.— Estado de elevación sobrenatural producido por la gracia santificante.

 

2.- Por qué es una “elevación".—  Porque está «por encima de todas las cosas naturales, trascendiendo y rebasando la naturaleza toda y haciéndonos entrar en la esfera de lo divino e increado. Santo Tomás ha podido escribir que la más mínima participación de la gracia santificante, considerada en un solo individuo, supera y trasciende el bien natural de todo el universo» (ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, n. 32).

 

3.- ¿El estado de gracia es permanente?.— No, se pierde con cualquier pecado mortal. (Suma II-II, q.24, a.11ss). No se pierde con el pecado venial

Trento, ses. VI, cn.27: «Si alguno dijere que no hay más pecado mortal que el de la infidelidad, o que por ningún otro, por grave y enorme que sea, fuera del pecado de infidelidad, se pierde la gracia una vez recibida, sea anatema»

 

4.- ¿Qué significa ser justo o estar justificado?.— Ser justo o estar justificado es lo mismo que estar en estado de gracia. Porque la gracia que da el estado de gracia se llama gracia de la justificación. Es la gracia que da la cualidad de la justicia sobrenatural.

Sinónimos: gracia habitual, gracia que hace amigo (gratum faciens).

 

5.- ¿Todos los hombres están en estado de pecado?.— No, «los hombres se dividen en justos y pecadores» (IBÁÑEZ Y MENDOZA, Dios Santificador: I, la gracia. Palabra, Madrid, 1983, Tesis 21, pág. 161.) O sea, los que están en estado de gracia y los que están en estado de pecado mortal.

El hombre en estado de pecado es considerado por Dios, en cuanto pecador, enemigo suyo. Es el estado de gracia el que lo reconcilia con Él, haciéndolo grato a sus ojos. (Gracia gratum faciens)

«A esta disposición o preparación siguese la justificación misma que no es simple remisión de los pecados, sino también santificación y renovación del hombre interior, por la voluntaria recepción de la gracia y de los dones, de donde el hombre se convierte de injusto en justo, y de enemigo en amigo» (Trento, ses. VI, cap. 7).

 

6.- ¿Dios Uno y Trino habita o está dentro de todas las personas?.— No, solamente habita en el alma del justificado (o sea, en el que está en estado de gracia).

—«Es cierto que en los mismos hombres justos que fueron antes de Cristo, inhabitó por la gracia el Espíritu Santo» (LEÓN XIII, Divinum illud)

 

7.- ¿La gracia santificante puede aumentar por las buenas obras, o sólo importa la fe?.— La gracia de la justificación aumenta con las buenas obras realizadas en estado de gracia.

—Luego no todos los hombres son igualmente pecadores, o igualmente justos. Unos tienen más méritos (merecimientos) que otros. Por las buenas obras en estado de gracia, se llega a ser más justo, a estar más justificado, porque la justicia aumenta con las buenas obras en estado de gracia: 

«Si alguno dijere que las buenas obras del hombre justificado de tal manera son dones de Dios, que no son también buenos merecimientos del mismo justificado, o que éste, por las buenas obras que se hacen en Dios y el mérito de Jesucristo, de quien es miembro vivo, no merece verdaderamente el aumento de la gracia, la vida eterna y la consecución de la misma vida eterna (a condición, sin embargo, de que muriere en gracia) e incluso el aumento de la gloria, sea anatema» (Trento, ses. VI. cn. 32).

 
8.- El que está en estado de gracia, con sus buenas obras, merece para sí, verdadera y realmente, como retribución, aumento de gracia, de gloria y de vida eterna. Conforme enseña la Escritura: «Cada uno recibirá su merced según su propio trabajo» (1 Cor 3, 8). Nuestro Señor Jesucristo vendrá y dará a cada cual según sus merecimientos: «Vendrá el Hijo del Hombre… con sus ángeles y dará a cada cual según sus obras» (Mt, 16, 27).
 
El estado de gracia (que ha hecho posible los méritos) ha sido dado gratuitamente, sin que Dios lo debiera o sin que el hombre pudiera exigirlo o extraerlo de su propia naturaleza.
 
Pero es tanta nuestra dependencia de Dios, que no basta estar en gracia para morir en gracia, se precisa de un auxilio divino especialísimo. Es el don de la perseverancia final, que hace coincidir el estado de gracia con el momento de la muerte. Debe pedirse con insistencia, porque es inmerecible.
 
Nada de lo que se realiza antes de estar en estado de gracia puede merecer el estado de gracia.
No hay méritos si no hay estado de gracia.
 
Porque: «Nada de lo que precede a la justificación (sea) la fe o las obras, merece la gracia misma de la justificación» (Trento ses. VI, cap. 8).
 
«Mientras el hombre está en pecado mortal está radicalmente incapacitado para merecer absolutamente nada en el orden sobrenatural». Sin estar en estado de gracia, «las obras naturales más heroicas no tendrían absolutamente ningún valor en orden a la vida eterna». «Un hombre privado de la gracia es un cadáver en el orden sobrenatural» (ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, n. 41).
 
9.- Si se comete pecado mortal se pierden todos los méritos adquiridos hasta ese momento. Pero se recuperan con la confesión.— «Quienesquiera que, en efecto, con espíritu de penitencia, cumplan, durante el gran jubileo, las saludables disposiciones de la Sede Apostólica, reparan y recuperan íntegramente aquella abundancia de méritos y dones que perdieron al pecar» (PÍO XI, bula Infinita Dei misericordia)
 
Catecismo, 1446: «Cristo instituyó el sacramento de la Penitencia en favor de todos los miembros pecadores de su Iglesia, ante todo para los que, después del Bautismo, hayan caído en el pecado grave y así hayan perdido la gracia bautismal y lesionado la comunión eclesial. El sacramento de la Penitencia ofrece a éstos una nueva posibilidad de convertirse y de recuperar la gracia de la justificación. Los Padres de la Iglesia presentan este sacramento como “la segunda tabla (de salvación) después del naufragio que es la pérdida de la gracia” (Concilio de Trento: DS 1542; cf Tertuliano, De paenitentia 4, 2).»
 
10.- ¿El estado de gracia es compatible con el estado de pecado mortal?.— «la gracia santificante es absolutamente incompatible con el pecado mortal, que supone precisamente la privación de esa justicia y santidad [que proporciona la gracia santificante]. […] Lo enseñó hermosamente el concilio de Trento al decir que la justificación del pecador por la gracia santificante “no es tan sólo la remisión de los pecados, sino también la santificación y renovación interior del hombre […] por lo que el hombre de injusto se hace justo y de enemigo, amigo".»
 
Por eso, la gracia santificante «hace que no solamente se nos repute como justos, sino que nos llamemos tales y lo seamos en verdad» (ROYO MARÍN, Teología de la perfección cristiana, n. 40).
 
 

20 comentarios

  
Alonso Gracián
A los trolls: ni les leo ni les publico. No pierdan el tiempo en este blog. No me paro a leer lo que escriben.
06/08/19 1:56 PM
  
Gabriela de Argentina
Hermoso post, Alonso! Breve, claro, y conciso.
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A.G.:
Gracias. ¡Dios es bueno!
06/08/19 2:18 PM
  
Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo
Mil gracias, Alonso. El punto 9 lo desconocía por completo. ¡Qué gozada!
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A.G.:
Sí, hay muchas cosas que se desconocen, porque no se estudian ni predican.Es el momento de la restauración de un clásico sentir, de la forma mentis tradicional.
06/08/19 2:35 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Muchísimas gracias por hacernos presente verdades fundamentales para nuestra salvación. Dios te pague con creces todo el bien que nos haces y el Espíritu Santo te siga iluminando, para nuestro aprovechamiento espiritual.
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A.G.:
Gracias. Hay que volver a lo esencial, y tenerlo muy claro, metido dentro del alma, para que reconstituya, con potencia, la razón católica.
06/08/19 2:53 PM
  
Javier
Muchas gracias. Creo que estas verdades al haberse prostituido en el pensamiento moderno han convertido el misterio de la salvación en una aberración, lo afirmo con la convicción de que cerca del 95% de los católicos no saben discernir el verdadero sentido de los misterios en los que creemos. Estás páginas luminosas de la eterna doctrina católica deben predicarse sin desmayo. Gracias de nuevo, e insistamos sin parar en predicar la verdad.
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A.G.:
Creo que estamos en el momento propicio, permitido por la providencia divina, para descubrir doctrinas clásicas y salutíferas, que llevan decenios escondidas. El pensamiento moderno, como bien dice, ha contaminado la mente de muchos.Pero siempre estamos a tiempo de volver al camino, porque Dios es bueno.
06/08/19 3:27 PM
  
Tomás Bertrán
Gracias Alonso. Me ha recordado la epístola 1Cor13 que dice:
"1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
2 Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada".

Habla de Caridad, que es Amor al prójimo por Amor a Dios, que se diferencia de la simple solidaridad o filantropía, que es amor al prójimo por amor al prójimo, como un pecador o un ateo puede hacer, pero en este caso, al no estar unido a la Vid, sus actos no le justifican.

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A.G.:
Pero sobre todo no olvidemos que la caridad es sobrenatural. Es virtud teologal, infundida por Dios con la gracia santificante.
06/08/19 4:06 PM
  
Horacio Castro
Magnífico post, D. Alonso Gracián, con precisiones verdaderas.
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A.G.:
Gracias. Es verdad que hay que ser preciso en estas doctrinas, y sobre todo, estar siempre atentos a precisarla más y más, en la medida en que Dios lo conceda.
06/08/19 5:50 PM
  
Manu
Ciertamente hace mucha falta la formación en las verdades católicas
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A.G.:
Sí, es verdad, hace mucha falta la buena formación en la verdad católica.
06/08/19 8:35 PM
  
Pedela
El pecado grave o mortal. Supone tb un conocimiento por parte del pecador. Que tal como dice el catecismo puede quedar atenuado por muchas circunstancias. Es cierto que hay situaciones objetivas de pecado grave. Pero .... hace falta libertad plena para considerarlo como tal. . Siendo Dios un padre bueno. Tb tendrá en cuenta más que nadie esos atenuantes. Que por otra cualquier padre tendrá con su hijo.
Lo que si es evidente que hace falta el arrepentimiento sincero. El propósito de la enmienda y confesar sacramentalme
Saludos
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A.G.:
Hay atenuantes, ciertamente. Si falta la debida advertencia, o si el consentimiento no es pleno.
06/08/19 10:21 PM
  
Fray Escoba BCN
Con tanta confusión, qué necesario es recordar estás verdades. Qué aptas para meditar delante del Santísimo en Oración!

Muchas gracias
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A.G.:
La doctrina de la gracia, ciertamente, es apta para meditar, como los Novísimos. Da mucho fruto, y aleja del pecado.
07/08/19 9:46 AM
  
Luis López
Es terrorífica la cantidad de católicos que viven en una situación de pecado mortal sin ser conscientes de ello y piensan estar en gracia.

Desgraciadamente, el magisterio último -como la Amoris Laetitia- no creo que haya contribuido a concienciar a los católicos de la gravedad de este asunto, sino más bien de hacer más anchurosa la conciencia de algunos de vivir en estado de gracia.


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A.G.:
Es verdaderamente terrible, sin duda. La falta de asistencia a la misa dominical, el uso de los anticonceptivos, el adulterio, el impudor, etc., etc, hace que, probablemente, sean legión los católicos en pecado mortal. Pero es que no se les predica el estado de gracia.

Ciertamente, Amoris laetitia ha contribuido gravemente a aumentar la confusión.
07/08/19 11:33 AM
  
Arturo Picatoste
Muchas gracias A.G.
Por eso, para ilustrar el tema, insiste el P. Carlos Spahn (exorcista), que es mucho peor y más grave el estado de una persona en pecado mortal, que una persona en gracia aunque esté poseída de demonios.
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A.G.:
Es verdad, el estado de pecado es el peor estado en que se puede estar. Como dice Royo Marín, es estar muerto en el orden sobrenatural.
07/08/19 4:50 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso,

Me encuentro el punto 8 un poco problemático. Como está redactado, parecería que la intención es indicar que el mérito del justificado ya no es obra de la gracia. Parece como que se hace una distinción entre gratuidad y merecimiento en relación a que una es obra de la gracia y el otro no.

En este punto hace bien recordar que la gloria y la vida eterna la reciben sólo aquellos a quienes se les otorga la gracia de la perseverancia final y ésta no puede ser merecida.

Hay muchos otros puntos no predicados sobre el estado de gracia, pero uno interesante es el de la imposibilidad de conocerlo naturalmente. Lo que nos lleva a mantener siempre un estado de absoluta dependencia de la misericordia divina.
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A.G.:
Sí es verdad, hay que redactarlo mejor. Voy a mejorarlo, y a incluir la referencia al don de la perseverancia, que oportunamente menciona.

Ciertamente, es imposible conocer con certeza si estamos en gracia, salvo revelación especial de Dios, aunque cabe convicción moral, por ciertos signos. Estaba en duda sobre si tratarlo o no en este post, pero preferí dejarlo para el siguiente. Gracias por las observaciones. Creo que ha quedado mejor ahora.
07/08/19 9:56 PM
  
Gabaon
Dios te bendiga Alonso.

Pues en caso de que no pueda leer el otro post te adelanto por qué ese me toca personalmente.

Me he dado cuenta cómo luego de la confesión (usualmente semanal) suelo experimentar cierto alivio y alegría. Por encima parece algo bueno, pero viendo con coraje me doy cuenta que es presunción. En vez de eso llevarme a, con caridad, dedicarme a enmendar el daño hecho y a desarrollar la virtud contraria al hábito de pecado, muchas veces se convirtió en un regodeo perezoso del que cree que está titulado a algo por haber cumplido los requisitos.

Ese orgullo se esconde fácilmente en el alma, se disculpa fácil, se excusa con muchas obras externas.

Hay otro gozo, muy distinto, que viene del que se sabe necesitado de la misericordia divina. Y es un gozo terrible, serio, a veces amargo, es la combinación del reconocimiento absoluto de la falta y de la pobreza extrema ante Dios, que lo reconoce a Él con temor y temblor como el Padre que siempre perdona.

Así veo la parábola del Publicano y el Fariseo. Creo que se trata de eso: de no creer que ya se ha llegado.

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A.G.:
Si, lo comprendo perfectamente, he comprobado, también, en mí mismo, la verdad de lo que mencionas. En mi caso, y en el de otros amigos que me han comentado lo mismo, descubrir nuestra absoluta dependencia de Dios, ha marcado un antes y un después en la vida cristiana. Saberse causa segunda, necesitada por completo de su Causa Primera, es lo más liberador, y a la vez, esperanzador, que se puede sentir. De hecho, es que descubrir la verdadera doctrina de la gracia es verdaderamente ese gozo tan distinto, y tan tradicional, del que hablas.

Saberse absolutamente subordinado a Nuestro Señor forma parte de ese clásico sentir que fue la esencia de nuestra tradición hispánica, y que era transmitido de generación en generación, constituyendo todo un Siglo de Oro. Esa conciencia de nuestra nada que preludia el Monte de San Juan de la Cruz, y que llega hasta ese saberse nada del que habla Santa Ángela de la Cruz en sus escritos personales. Gracias por comentarlo.
07/08/19 10:39 PM
  
Andrés
Un tema que me parece interesante es el de los tipos de purgatorio que postula el Padre Fortea.
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A.G.:
No conozco lo que dice el P.Fortea sobre el purgatorio. A ver si lo leo.
08/08/19 2:54 PM
  
Pedela
Sinceramente no he visto que Amoris Leticia diga nada en contra de la doctrina tradicional de la Iglesia. He leído comentarios en contra. Muchos. Pero si se lee LO QUE DICE LITERALMENTE. Es difícil encontrar algo que VAYA contra la doctrina tradicional. Es más desde el principio invalida todo lo que se oponga a lo dicho por la Iglesia siempre.
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A.G.:
Sin comentarios.
08/08/19 6:38 PM
  
Manu
Pedela:
Yo creo que le obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla lo explica muy bien.
08/08/19 11:35 PM
  
Pedela
Manu. De El he oído 2 charlas bastante claras a mi parecer. D. IGNACIO MUNILLA . No creo sea sospechoso de ir contra el magisterio tradicional. Más bien al contrario. Creo peligroso atacar. Sin datos fehacientes. Los escritos del papa FCO. Hoy por hoy. Cabeza de la Iglesia católica. Y donde está pedro está la Iglesia.
09/08/19 11:59 AM
  
enrique Cheli Pedraza
A propósito del tema “providencialmente” tan oportuno,en medio de tantas ambigüedades,eufemismos y condescendencias de mas de un “interreligioso” ,que,nos invita a reflexionar(agradeciendo al mismo tiempo este valioso aporte de Alonso Gracián )recordaba haber leído, que, durante el proceso a Juana de Arco ( un juicio plagado de irregularidades)uno de los 50 sacerdotes del tribunal en el 5º día de interrogatorios(mas de uno, deseando,que se contradijera,manejándose tales inquisidores,hasta, tergiversando sus palabras, a partir de rumores, mentiras y falsedades, especialmente, el incompetente obispo de Beauvais, Pierre Cauchen, quien, presidía dicho circo,armado para llevarla a la hoguera(el cual,posteriormente reconoció arrepentido,haber cometido una injusticia, contra la doncella de Orléans) uno de ellos, preguntó: ¿ Sabéis, si estáis en gracia de Dios?
Respondiéndole:-Si no estoy en gracia de Dios, ruego al Señor que me la conceda; si ya la tengo, que Dios me la conserve-.
11/08/19 5:31 AM
  
Prof. Federico A. Nazar
¡Excelente! Faltaría agregar:

- Aunque se esté en pecado grave, las buenas obras, si bien no merecen gracia alguna, sí predisponen a recibir las gracias de re-conversión.
Es algo así: le clavas a Jesús en la Cruz pero al ocuparte de sanar sus heridas sangrantes (sobre todo en los más necesitados, los bebés abortados), Él lo tiene en cuenta para darte más gracias para que comprendas que primero debes desclavarle de la cruz si realmente dices ser su amigo.

- A mayor pecado, mayor derecho a la Gracia (por su INFINITA Misericordia): eso lo dice y explica magistralmente Santa Faustina en su Diario, que se puede bajar gratis de internet (suplico rezar para que el Papa la nombre Doctora de la Iglesia)

- Según el Catecismo , para el pecado grave hay 3 condiciones: materia grave, saber lo que realmente significa un pecado grave (crucificar al Amor) y elegirle conciente y libremente.

- Por eso mismo, muchísimas personas, incluso no bautizadas, amigas de la verdad y el bien (Cristo), que justamente por su opción fundamental por el bien y por vivir consecuentemente con los 10 mandamientos que son la ley natural inscripta en la conciencia antes de ser deformada por el pecado, se salvan por bautismo de deseo: el bautismo que hubieren pedido de haber escuchado la Palabra de Dios ("mis ovejas escuchan mi voz").
Al recibirle, TODAS sus obras a lo largo de la vida merecen la gracia, como canales que reciben agua de vida desde la raíz.

Esto no se aplica a quienes hayan cumplido las 3 condiciones del pecado grave.

Analogías:
a) Los hijos concebidos antes del matrimonio Cristiano quedan legítimos luego de éste.
b) Los matrimonios Cristianos nulos tienen efecto retroactivo automático al subsanarse la nulidad.
c) Quien se casa en pecado mortal, recibe las gracias matrimoniales al salir del estado de desgracia con la confesión válida).

El cuerpo de Cristo no coincide exactamente con las realidades aparentes: muchos muertos que aparentaben ser piadosos están en el infierno y muchos no Cristianos están en el Cielo.

- ¿De dónde sale la palabra desgraciado o la expresión "ésto fue una desgracia"? Al perder la gracia y rechazar la Divina Misericordia (la confesión) se aplica la Justicia Divina que implica el castigo. Dios no envía males. Los males surgen del pecado original y del efecto destructivo del pecado sobre las personas y la creación entera. Como Padre Bueno, Dios permite los castigos porque de ellos la persona escarmienta, se arrepiente y se salva (a fin de cuentas lo único importante es la vida eterna). Nada más claro que la parábola del hijo pródigo: la hambruna llevó de vuelta al hijo al padre. La hambruna fue causa del pecado de esa comarca que criaba cerdos, especie que estaba prohibida por alojar y transmitir demonios (tal como vemos con los gerasenos).

- Enseña Don Bosco que quien está en desgracia da derecho a Satanás a llevárselos prematuramente: con el pecado grave nos entregamos libremente como esclavos de Satanás. El demonio es dueño de nuestro cuerpo y de nuestra vida.

- Por el pecado original, todos nacemos bajo potestad de Satanás (encadenados a la Serpiente). El bautismo rompe la esclavitud al Diablo: la gracia ayuda no sólo espiritualmente sino físicamente a que el bebé crezca sano y fuerte. De allí la URGENCIA de bautizar CUANTO ANTES, como mandaba la Iglesia. La mayoría de los Santos fue bautizado dentro de los primeros días o incluso el mismo día del nacimiento.
La monja Beata Ana Catalina Emmerick cuenta que recibió el anillo de esposa de Cristo al ser bautizada: la vocación está predestinada desde antes de la Creación pero sólo se planta la semilla al iniciarse la economía de la gracia.

- Explica Emmerick, que las personas concebidas en desgracia (fuera del matrimonio o por cónyuges en desgracia), heredan una debilidad “natural” que las inclina al pecado. De allí, la antigua discriminación a los bastardos, no por no comprender que el Bautismo rompe toda debilidad, sino por comprender que si esa persona pierde la gracia por pecar mortalmente, vuelve a su debilidad heredada, causando mucho daño al orden privado y público. Esto explica la maldición inter-generacional hasta la cuarta generación (Palabra de Dios) y la importancia de mantenerse en Gracia para evitarla.

- La batalla final a la hora de la muerte define nuestra eternidad. Cuenta Emmerick que el Diablo se apareció bajo la forma de un joven que una mujer tenida por piadosa deseaba en su juventud. Lo deseó sexualmente y murió en desgracia. Por eso es importantísimo morir con el Escapulario del Carmen (manto de protección de la Virgen) o algún otro escapulario de tela (por ejemplo el Verde), ya que en los hospitales quitan las medallas y con los sacramentos: confesión, comunión y unción de los enfermos.

- Es importantísmo que toda autoridad (gobernantes, legisladores, jueces, presidentes de entidades, padres de familia) se consagre al Sacratísimo Corazón Eucarístico de la Sagrada Familia de la Santísima Trinidad y pida la unción del obispo como hacían los reyes: así como el sacramento del matrimonio eleva el matrimonio natural, se eleva la capacidad de virtud, ciencia. sabiduría, entendimiento, temor de Dios, etc. del gobernante (siempre que se abra a la Gracia)

Para quien le interese doy charlas gratis sobre éstos temas (América, Europa y África por ahora):
https://catholicspeakers.com/profiles/prof-fred-nazar

Escribir a f.nazar arroba gmail
13/08/19 3:25 PM

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