(221) En el centenario de la muerte de León Bloy

El invendible cantor del Absoluto falleció un día como ayer, 3 de noviembre de 1917. Un mes después, su esposa Juana escribe en el prefacio de En tinieblas, la última y más genial obra de su esposo:

«En la hoja parroquial de Bourg-la-reine de diciembre de 1917 puede leerse:

[…] Léon Bloy, 71 años…

De entre los difuntos cuyos recientes funerales se han anunciado, séanos permitida una mención particular al señor Léon Bloy, escritor vigoroso y original que nos lega un crecido número de obras. A otros les corresponderá hablar de la fogosidad de su polemismo, de las prendas de un estilo que suscitaba “la admiración de las personas cultas, incuidas las que se contaban entre sus adversarios”.

A nosotros nos corresponde hablar del cristiano convicto al que veíamos todos los días en el comulgatorio hasta el instante mismo en que, vencido por la enfermedad, debió resignarse a permanecer en su casa. Contaba con numerosos amigos, conversos algunos; uno de éstos me decía al siguiente día de las exequias:

Somos muchos los que, merced a él, hemos vuelto al redil”. Si su lenguaje incurrió en exageración o en violencia, Dios se apiadará de todo el bien que quiso hacer, y del que efectivamente hizo”.

Esta mención lapidaria de Léon Bloy me complace»

A continuación, Juana Bloy, con intensa emoción, confiesa:

«ha sido la Iglesia la que ha hablado por boca del humilde cura de su parroquia, ante la muerte y a un paso de la eternidad; a qué más puede aspirar un cristiano, sino a que se diga de él: “Dios se apiadará de todo el bien que quiso hacer, y del que efectivamente hizo”.»

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León Bloy nació en Périgueux el 11 de julio 1846 y falleció el día 3 de noviembre de 1917. Muy joven marcha a la capital francesa, y muy joven conoce las dificultades económicas y la pobreza extrema, que siempre aceptó para configurarse con Cristo, el Pobre de los pobres; y permanecer invendible e insobornable, —y así poder escribir, con total libertad, sobre la soberanía absoluta de Dios.

Ya con veintipocos años era un católico ferviente y apologeta apasionado. Conoce a los grandes escritores franceses de la época, entre ellos a Huysmans, del que dice en su Diario que pasó seis años catequizándolo; o Jules Barbey d´Aurevilly, cuyas palabras prologan una de sus obras maestras, El mendigo ingrato (1892-1895).  En su Diario de 1892, se queja: «Cementerio de Montparnasse. ¡Sigue sin cruz la tumba de D´Aurevilly!»

Su devoción por la Virgen de la Salette se fue intensificando a lo largo de los años. También por la hoy Beata Ana Catalina Emmerick, de la cual afirmaba con admiración: «a su lado, los poetas áureos parecen mierdecillas de mosquito». Mucho le impresionaba cómo describía la degollación del Bautista, con un “instrumento singular y terrible” parecido a una trampa cazalobos de cuchillas afiladas.

Pero a quien más admiraba León Bloy era a su santa esposa Juana, cuyos pensamientos, de profundísima originalidad e inspiración cristiana, recoge fielmente en sus Diarios:

«Juana me dice: —cuando te vas de este mundo, nunca estás solo. »

«Palabras de mi querida Juana: —Corre el dicho de que las gentes sin Dios sufren más que los otros. Debe ser eso un lugar común. Me parece, por el contrario, que el sufrimiento profundo no puede ser conocido más que por los amigos de Dios.»

«Juana me dice en el cementerio:—hay que cavar  y bajar en el seno de la tierra hasta el lecho de los muertos. Entonces se encontrará la Alegría. »

«Hablo a Juana del misterio de la vida, que no es otro que Jesús: Ego sum vita»

«La muerte de un cristiano no es más que un inmenso acto de humildad —Juana»

No se entiende a Bloy sin su esposa, sin su matrimonio, sin su familia, sin sus amigos y benefactores, instrumentos todos ellos, según su fe insobornable, de la providencia divina.

Muchos se han convertido gracias a Bloy. Desde Anne-Marie Roullet, la prostituta a la que convierte al catolicismo, y que luego será la Verónica de su novela El Desesperado. Hasta el joven Maritain, o Ernst Jünger, lector asiduo de Bloy, —quien comenta en Radiaciones I cómo Léon Bloy está entre aquellos espíritus de extrema lucidez, que han vislumbrado el abismo a que conduce la Modernidad,
como «augures de las profundidades del Maelstrom al que hemos descendido».

León Bloy es el anti-Nietzsche. El defensor de Dios en un mundo que quiere matar a Dios.  Impresiona tanto como la pobreza extrema en que vivió, el sentido profundamente sobrenatural y providencialista de su vida.

En una anotación del Diario, cuenta cómo su esposa Juana sale a buscar desesperadamente algun socorro económico para poder comprar alimento para sus hijas. Están desesperados y no encuentran ayuda de nadie. Y ella va a reclamarle, a pedirle merced al Señor a la Iglesia. Al regresar, llena de unción, le comenta lo que ha visto:

«Martes de Carnaval. Juana regresando de la iglesia: —recordándole a Jesús nuestra extrema indigencia, le decía: Dadme lo que hay en vuestra Mano, abrid vuestra Mano. Entonces, Él ha abierto SU MANO y he visto que estaba perforada».

A su esposo le parece lo más hermoso que se ha escrito jamás.

Bloy denuncia el cristianismo mundano y liberal de la sociedad burguesa. Critica de forma tremebunda la fuerza destructiva de los lugares comunes culturales, filosóficos y teológicos, que alejan radicalmente de la Escritura y de la Tradición; la perversidad de las ideologías y el absolutismo de la técnica; la oscuridad diabólica de la tibieza y la ridiculez del antropocentrismo europeo.

Hay muchos, «muchos, que viven de lugares comunes y de burradas», afirma en sus Diarios. Y muchos de estos muchos mueren sin haber sido capaces de liberarse de tópicos y disparates

Escribe en sus Diarios:

 
«La felicidad es el Martirio, la dicha suprema de este mundo, el solo bien envidiable y deseable. ¡Ser cortado a trozos, ser quemado vivo, tragar plomo derretido POR AMOR A JESUCRISTO!» (Septiembre de 1905)
Ya en 1902: «No queda nadaexcepto lo que hemos hecho o sufrido por Dios.» Impresiona cuando afirma que él, lo único que quiere, es tomarse en serio el cristianismo, y todo le hastía excepto la santidad. En enero de 1895 escribe sobre la acción de la gracia: «En general, estoy sobre todo expuesto a asquearme de mis esfuerzos, tan seguro estoy de que Dios obra todo en mí».

* * *

La lectura de Bloy, en especial de sus Diarios, siempre será provechosa al católico de hoy. Le despertará y levantará de la crisis, de la inseguridad, de la confusión. Su ardiente apología del catolicismo le recordará la inconmovible certeza de la fe. Nunca le dejará indiferente el arrollador deseo de martirio y santidad que contienen las páginas de El invendible.

Finalmente, nadie mejor que su esposa para sintetizar el legado que nos deja el escritor católico francés:

«Es un adorador de la Cruz y un habitante del Sueño. […] LEÓN BLOY permanece. Se le ha querido matar con el silencio, con el arma más cobarde y más mortífera contra un escritor. ¿Por qué? Porque no es como los demás; porque siente horror de vender su pensamiento. Porque se ha tomado en serio el cristianismo»

 
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
 
David Glez.Alonso Gracián
 
 
 

31 comentarios

  
Luis Fernando
Magnífica reseña del gran cascarrabias francés.
04/11/17 11:45 AM
  
Lisardo
He tenido con harta frecuencia ocasión de comprobar la imbecilidad de nuestros católicos, prodigio enorme, capaz por si solo de demostrar la divinidad de una religión capaz de resistirlo.
León Bloy
04/11/17 12:21 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
¡Qué hermoso llegar a decir que "todo le hastía excepto la santidad"!
04/11/17 1:08 PM
  
maria
Pues realmente fué profético, por lo q denunciaba entonces y estamos.viviendo hoy.
04/11/17 2:07 PM
  
hornero (Argentina)
Un hombre que sufrió el mundo, pero que quiso hacerlo bello, apacible, humano. Pasó su vida arrancando la cizaña, hiriendo todo su cuerpo con los enredados gajos de espinas, y entonando cantos sublimes en cada gota de su sangre roja, refulgente como un rubí de ardiente amor, de fe en el misterio, de profunda identificación con el dolor, con la angustia de su pobreza crónica. todo envuelto y compactado por la fuerza y vértigo infinitos del Absoluto que lo penetraba hasta la esencia de su inteligencia, voluntad y corazón. León Bloy fue un hombre de lo Absoluto. Palabra tremenda en la que veía con la profundidad de un Jeremías y de un Isaías los rasgos trágicos de nuestra condición humana que iluminan todo el curso de los acontecimientos de la historia. Su carácter natural apasionado al extremo, lo elevaba tan pronto como un volcán que vomita su lava, o lo serenaba hasta las lágrimas como una mansa catarata que descendía de su amada montaña de La Salette, allí dónde en el mismo año de su nacimiento Nuestra Señora dejó su Mensaje para nuestro tiempo, alturas de las que su corazón cristiano y mariano hasta lo indecible no pudo ni quiso descender jamás;” La que llora” y “El Simbolismo de la Aparición” son testimonio de su amor y comprensión de aquella intervención extraordinaria de la Madre de Dios que lo signó en su vocación. Sostenía que en su “tremendo hermano Hello, había una especie de profeta que yo solo conocía”. Leon Bloy vivía entre abismos, contemplaba cada momento de su vida como una catástrofe o como un paraíso que se abría de repente. No soportó la mediocridad, por ello se identificó siempre con aquellos que, como él, habían comprendido la inmensidad del misterio que nos penetra y que se extiende delante de nosotros, “El alma de Napoleón” fue uno de sus trofeos literarios, Cristóbal Colón y Beethoven encontraron lugar en sus grandes páginas. Mencionar a Juana Bloy, su amada y admirada esposa, sería redundancia.
Estimado David Glez.Alonso Gracián, agradezco esta conmemoración que me llega como hermoso regalo en el día de mi cumpleaños 82, subsiguiente al de la partida a la Casa del Padre de nuestro dilecto maestro y amigo.

04/11/17 2:09 PM
  
Palas Atenea
Siento gran admiración por los cristianos ígneos, desde San Juan Bautista (que no fue propiamente un cristiano pero sí un profeta) hasta León Bloy. Esa cualidad de fogosidad, ese no hacer concesiones al mundo, me estremece. Nos han dejado un testimonio que en estos tiempos se vuelve imprescindible y que el modernismo no comprenderá jamás.
04/11/17 2:13 PM
  
Curro Estévez
No me lo puedo creer, que hablemos del gran León Bloy,. Si levantara la vista y viera la ecumanía, la AL, la luterofilia, la laudato, y al Spadaro, alTucho, y no voy a decir nadie más... Se iba explayar.
04/11/17 3:05 PM
  
Alonso Gracián
Palas Atenea:

Buena expresión la que utiliza, cristianos ígneos. Me parece muy apropiada para calificar a Bloy, y a otros que comparten ese espíritu de ardiente celo y pasión arrolladora por la santidad. Y añadiría, incluso, por la propia identidad católica, furiosamente católica.
04/11/17 3:06 PM
  
Alonso Gracián
Curro Estévez:

ciertamente no es político-eclesialmente correcto. Es inactual, y por eso más actual que nunca.

04/11/17 3:11 PM
  
Alonso Gracián
Beatriz Mercedes Alonso:

Cierto, es hermoso decir que todo hastía excepto la santidad. Porque si hay santidad, todo aparece nuevo, todo cobra un valor distinto.
04/11/17 3:14 PM
  
Alonso Gracián
hornero,

me ha gustado mucho su semblanza, creo que acertada en todo. En especial, me quedo con este pasaje que Ud. ha escrito:

León Bloy fue un hombre de lo Absoluto. Palabra tremenda en la que veía con la profundidad de un Jeremías y de un Isaías los rasgos trágicos de nuestra condición humana que iluminan todo el curso de los acontecimientos de la historia. Su carácter natural apasionado al extremo, lo elevaba tan pronto como un volcán que vomita su lava, o lo serenaba hasta las lágrimas como una mansa catarata que descendía de su amada montaña de La Salette
04/11/17 3:16 PM
  
Alonso Gracián
maría,

en efecto, profético.
04/11/17 3:24 PM
  
José
Leí cuando era joven su libro "La sangre del pobre", y recuerdo una frase que comparto. "El rico es un bruto inecxorable que solo merece un paquete de metralla en el vientre".
04/11/17 5:27 PM
  
Néstor
El antídoto más eficaz que se pueda imaginar contra la corrección política, dotado, además de todo lo que se ha dicho, de una inmensa capacidad satírica y cómica. Es la contradicción palmaria del lugar común actual de que para lograr conversiones hay que ser amable y agradable. Es increíble que tantos se hayan convertido ante los magníficos insultos de Bloy, pero es el caso. Que Raissa, que luego sería Maritain, siendo judía, se haya convertido leyendo "La salvación por los judíos", que es, sí, un ataque al antisemita Drumont, pero con un lenguaje para hablar de los judíos que ya lo querría el mismo Drumont.

El estilo de Bloy además es único, como se ha notado ya tantas veces. Sus frases son barrocas, cinceladas, recargadas, explosivas, verdaderas obras de arte.

Para terminar, algunas de las frases que a uno le han quedado en la memoria. Hablando de un personaje de "La Mujer Pobre" dice algo así como: "Pertenecía a esa raza ideal de granujas, creados "ab initio" por la Providencia para equilibrio de los Serafines".

Y de otro personaje de la misma novela, destinado a retratar a uno de la vida real, dice que era "una serpiente tronchada a medias que se arrastraba entre las escupideras de las salas de redacción", de donde inferimos que el individuo en cuestión era periodista.

Pero el colmo fue cuando algunos católicos belgas le censuraron su falta de caridad en algunas expresiones suyas contra los ricos. La respuesta aplastante de Bloy fue que seguramente las traducciones belgas de la Escritura eran más fieles que las que él tenía, y en ellas, en lugar de "Ay de los ricos", decía "Gloria a los ricos en las alturas".

Saludos cordiales.
04/11/17 6:47 PM
  
Fuenteovejuna
Honor y gloria a León Bloy, verdadero caballero cristiano que combatió en soledad por Dios y la patria católica.
Juana, su esposa, ha dicho de él: "Se le ha querido matar con el silencio, el arma más cobarde y más mortífera contra un escritor. ¿Por qué? Porque no es como los demás, porque siente horror de vender su pensamiento, porque se ha tomado en serio el cristianismo".
En la Argentina tuvimos un escritor, Hugo Wast, el más grande de los escritores argentinos de la primera mitad del siglo XX y el más traducido y conocido en el mundo entero que hoy es un ilustre desconocido para las jóvenes generaciones.
La prensa corrupta y pornográfica portavoz de la basura LGTB lo ha silenciado como castigo por ser católico.
¿Será porque alguna vez Hugo Wast dijo que jamás escribió ni una sola línea que no pudieran leer sus hijos?
Lo que dijo la viuda de León Bloy, con toda justicia también lo podría haber dicho la viuda de Hugo Wast: "Se le ha querido matar con el silencio, el arma más cobarde y más mortlífera contra un escritor. ¿Por qué? Porque no es como los demás, porque siente horror de vender su pensamiento, porque se ha tomado en serio el cristianismo".
León Bloy y Hugo Wast, dos escritores católicos y un mismo destino.
¿Habrá sido una casualidad?
NO, si rascamos un poco el barniz veremos que la casualidad no existe...

04/11/17 7:33 PM
  
Pepito
Creo que en una ocasión dijo León Bloy: "La única tristeza verdadera es la de no ser santo." Lo que mas me gusta de León Bloy son precisamente sus frases fuertes, sus exabruptos, incluso sus excesos verbales, que nos incomodan en este catolicismo tibio, flojo y fofisano.
04/11/17 8:19 PM
  
Curro Estévez
Alonso, ya has hablado otras veces de León Bloy pero el artículo de hoy es algo insólito, no me digas que no porque es considerado un extremista nada aconsejable por su intransigencia y radicalidad, aunque sobre todo es un artículo oportunísimo porque presenciamos un nuevo cambio de paradigma en la Iglesia, como bien dice el padre Fortea.
Te felicito. Por cierto, tengo entendido que la madre de este incomodísimo católico era española. ¿Es cierto?
04/11/17 8:37 PM
  
Palas Atenea
Verá, Alonso, la única persona que queda viva y fue testigo de mi niñez me mira y me dice: ¡Cuánto debes padecer tú que desde niña admiraste la grandeza! Y debe ser cierto porque en mi casa decían que levitaba: "Ahora no se la puede molestar porque está levitando", por lo visto en la expresión de la cara y en el no oír notaban que me había ido hacia las alturas. Por eso los santos siempre han gozado de mi atención, respeto y admiración y he analizado su personalidad. Lo de de los santos o cristianos ígneos es una clasificación de ellos a base de analizar su personalidad. Los santos son totalmente distintos entre sí y Dios actúa a través de ellos según su personalidad. Ígneos fueron San Juan Bautista, San Pablo, San Ignacio de Loyola y, desde luego, León Bloy. Y en los mártires también se aprecia su calidad de fuego.
Hornero, al que mucho aprecio, ha hecho una preciosa semblanza de él que le agradezco de corazón, que Dios le conceda muchos años con ese cristianismo tan nítido y esa lucidez con que se expresa. Es hermoso que un católico hable y otro católico reciba el mensaje tan despojado de excrecencias, tan de siempre, tan tradicional.
04/11/17 10:11 PM
  
Feri del Carpio Marek
Te exhorto vivamente a escribir más reseñas de santos o de católicos notables.
04/11/17 10:13 PM
  
juanlui
D. Alonso,

Maravillosa semblanza. Se la agradezco.

Bloy hacía mérito a su nombre, el León. Un cristiano que ruge, que muestra su señorío, porque lo que tiene lo recibió del Rey de reyes, y la realeza no se esconde, se vive.

Saludos
05/11/17 9:24 AM
  
Jose Luis
No me convence León Bloy, que incluso me causó alguna que otra depresión, aunque sí me gustó su libro "La que llora"; mucha más enseñanza divina se ve en los santos, que son todos "alternativos" sin necesidad de cólera. Por si a alguien le sirve este libro en perspectiva actual sobre una pléyade de santos, sin concesiones a la galería: "Bebieron el cáliz: místicos, y mártires, civilizadores y profetas" (googlear para más información).


05/11/17 2:40 PM
  
Simón
Dale Señor, el descanso Eterno y brille para él la vida Eterna. ¡AMÉN!
05/11/17 5:14 PM
  
hornero (Argentina)
Palas Atenea: tiene razón en valorar el lenguaje preciso, sencillo, coherente; la razón es que la verdad es simple, lo falso, el error es siempre complejo, porque su origen es el "padre de la mentira", que para seducir, para convencer, debe revestir sus falsedades de ropajes que la oculten. Darle vueltas al asunto, como suele decirse, andar con rodeos, con eufemismos. Ernesto Hello dijo: "El error es una nada compleja" (El Hombre). Definición en extremo verdadera y simple. Por eso, me sucede con rara frecuencia, que cuando escucho a un buen sacerdote en una buena homilía, uno se admira de la cordura de las palabras, del sentido común, que choca con el lenguaje ampuloso, rebuscado, de quien no tiene nada para decir, o tiene mucho por ocultar, o para inocular de modo subrepticio. León Bloy tiene algo del herrero que turba la vista y los pulmones con el humo de su fragua y hasta quema con sus chispas, pero luego labra el hierro incadescente de su verbo con los golpes certeros de los martillos de la palabra sobre el yunque firmísimo de sus principios.
05/11/17 6:08 PM
  
Mª Virginia
PRECIOSO post, Alonso!! Ando leyendo las Cartas a sus ahijados, y cada día le tengo más entrañable cariño a este ígneo (¡gracias Palas!, lo incorporo) hermano nuestro, que no dudo nos debe estar alentando desde la gloria.
05/11/17 9:02 PM
  
Arturo Ríos Martínez
Gracias por recordarnos a un gran maestro de la sinceridad y de un catolicismo auténtico, fraguado en ser profeta del absoluto, en lo personal mi encuentro con Bloy y su obra me han edificado y me han confrontado notablemente, sobre todo en “Mujer Pobre” y en su “Exégesis de los lugares comunes” tan llenas de sabiduría y de sentido común. Gracias Don David González-Alonso Gracián.
07/11/17 9:00 AM
  
Javi
Gracias por esta semblanza tan certera.
Puedo decir que leí con admiración total Exégesis de los lugares comunes, las Memorias y las Cartas a mi novia.
07/11/17 11:39 AM
  
Longinos
Qué maravilla de recordatorio de Bloy, y gracias por recuperar el pensamiento de la mano perforada. Es realmente de lo más hondo que he leído. La poeticidad de Juana fue bien recogida por el buen ojo de Bloy, un hombre que no se vendíó al modernismo.
Un abrazo y enhorabuena por el texto.
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A.G.:
Gracias Longinos. No sé, la verdad, quién es más profundo si Bloy o su santa esposa. Qué preciosa imagen, desde luego, la de la mano perforada del Señor.

Abrazo.
07/11/17 5:36 PM
  
hornero (Argentina)
Quisiera decir una última palabra de mi parte: bucear en León Bloy es hundirse en su infinito.
07/11/17 10:50 PM
  
Néstor
Este apóstol de La Salette murió el mismo año de las apariciones de Fátima, y debe haberse enterado, seguramente, de las mismas, no recuerdo si leí en él algo al respecto.

Una cita más para balancear un poco. Al final de "La Mujer Pobre" habla de la protagonista, Clotilde, que ha quedado viviendo en la calle tras la pérdida de su familia:

"Los cristianos confortables y bien vestidos a los que incomoda lo sobrenatural y que han dicho a la sabiduría "Tú eres mi hermana" la juzgan alienada, pero el pueblo menudo la respeta, y algunas pordioseras de iglesia la creen una santa."

Gracioso y conmovedor proceso de canonización el elegido aquí por Bloy, que sigue claramente un orden ascendente en el párrafo :).

Saludos cordiales.
10/11/17 2:28 PM
  
hornero (Argentina)
Néstor: "Este apóstol de La Salette murió el mismo año de las apariciones de Fátima," Notable observación, que vinculo con esta otra: nació en 1846, el mismo año de la Aparición de La Salette, que León Bloy consideraba un signo profético en su vida.
12/11/17 9:37 PM
  
Ismael pimentel
Me interesa leer el libro la que llora de el señor Leon Bloy, pero no lo consigo, si alguien sabe de alguna librería donde pueda conseguirlo podrían informarme por favor.

__________
A.G.:
Por internet, en librerías de viejo, creo yo que puede encontrarlo, y me parece recordar que en ediciones argentinas, creo.
20/10/18 8:56 AM

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