(91) Bajo el imperio de los estereotipos, o del vasallaje de los tópicos

1.- La irracional sumisión de la mente posmoderna al imperio de los tópicos, al que rinde vasallaje, es uno de los obstáculos más difíciles de vencer a la hora de evangelizar. La mente se encuentra encerrada entre muros insalvables para el estado adámico. Es preciso Cristo Redentor, y su divina gracia, para derribar estos muros.

2.- León Bloy se dio cuenta del dominio que ejercían los lugares comunes sobre la mente de los cristianos de su época, y dedicó gran parte de su apostolado escrito a combatir la tiranía de los clichés, que nublan y ofuscan la mente y la conciencia. Fruto de estos trabajos sin cuento fue su extraordinaria “Exégesis de lugares comunes”.

3.- Interesa especialmente el tópico en su acepción retórica:

RAE: “Lugar común que la retórica antigua convirtió en fórmulas o clichés fijos y admitidos en esquemas formales o conceptuales de que se sirvieron los escritores con frecuencia.

La retórica modernista instrumentalizó abundantemente el tópico para expresar sistemáticamente ideas falsas. Con lo cual se convirtió en sofisma:

RAE: “Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.”

Podemos definir, de esta manera, los tópicos descristianizantes como esquemas conceptuales y argumentos aparentes que persuaden de algo falso.

4.- En un sentido general, puede decirse que el cristianismo libera la mente de los tópicos y lugares comunes con que el espíritu de la época doblega el pensamiento mecanizándolo.

 

5.- La liberación del pensamiento de la influencia ideológica de los lugares comunes del siglo fue, por tanto, efecto de la liberación misma de la razón por la gracia. Robert Spaemann lo precisa en “El rumor inmortal”, IV:

“Se puede decir que la desideologización de la filosofía es un efecto del cristianismo”.

 

6.- Realismo. Es la palabra decisiva.Objetividad. Que es lo mismo, aunque en otro plano. La tiranía de la opinión tópica oprime la mente conformada al siglo, la sumerge en prejuicios. Para librarse del filtro-del-cliché es preciso primero estar en gracia. Que con la santificante llegan las virtudes infusas, y con las virtudes la mente se va desofuscando: se hace prudente. Y prudente significa objetiva y realista.

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7.- A menudo la opinión tópica coincide con la opinión pública.

8.- La tiranía de la opinión tópica se expresa como sumisión a la opinión pública. Es el vasallaje del pensamiento estereotipado.

9.- Los tópicos contrarios a la Ley Natural quedan reforzados cuando son inculcados explícitamente por el estado, creando una dictadura de estereotipos:

RAE: Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.

De esta manera, la inmutabilidad del estereotipo se convierte en prejuicio:

RAE: Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal

Así, la tenacidad del prejuicio proporciona una ilusión de inmutabilidad que substituye a la inmutabilidad de la Ley Natural, aparentando verdad, siendo error, y proporcionando una falsa seguridad que finge tranquilidad de conciencia.

 

10.- La infusión de estereotipos por parte de las instituciones es un mecanismo de dominio de masas.

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11.- Propio de la goecia posmoderna es la transmutación del pensamiento mediante la difusión masiva de consignas, que actúan en la mentalidad como agentes de disolución de las esencias. 

12.- La red de lugares comunes conforma un muro de oposición invisible que impide el paso de la fe. Labor de la razón iluminada por la Revelación y fortalecida por la gracia, es desmontar la trampa de los prejuicios y abrir paso a lo invisible.

13.- Los demototalitarismos inoculan trampas mentales mediante la propaganda.

14.- La tiranía de la opinión tópica se expresa como sumisión a la opinión pública. Es, de nuevo, el vasallaje del sofisma.

15.-  Con la expansión masiva de tópicos alienantes se produce el regreso de la sofística.

16.- Como bien afirma Budziszewski en “Lo que no podemos ignorar”, 8:

“La sofística siempre ha corrompido la democracia”.

Esta corrupción se realiza mediante la negación de la realidad a base de paradigmas-de-prejuicio y eslóganes disolventes que actúan a modo de hechizo. Es la goecia, el ataque a las esencias para transmutar la realidad, vieja ambición de Nietzsche.

 

y 17.- La propaganda del espíritu de la época difunde los sofismas que niegan la realidad con un objetivo concreto: transmutar al hombre. Y para transmutar al ser humano hay que negar la ley natural. En esta transvaloración el lenguaje sofístico juega un papel importante, porque es el instrumento para el cambio de mentalidad, como dice Budziszewski:

“El plato fuerte del entrenamiento sofista era una particular visión de la realidad; una visión paradógica, ya que en última instancia negaba la realidad. El hombre es la medida de todas las cosas; pero no tiene una naturaleza fija. El hombre mide todo por sus palabras; pero estas carecen de un significado unívoco. El lenguaje no es medio para llegar a la verdad, sino para cambiarla. Quienes lo dominen, dominan todo. Un buen ideario para bribones, recomendable para tiranos de toda época”.

7 comentarios

  
Roblete
Decía mi admirado Chesterton que el catolicismo nos libera de la degradante esclavitud de ser hijos de nuestro tiempo. Qué difícil resulta hoy en día charlar con alguien y que no utilice un sinfín de tópicos extraidos de la televisión e internet. La gente se pone muy nerviosa si no repites las consignas y lo que más me sorprende es que creen que son alternativos y diferentes.
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A.G.:
Muy cierto, Roblete, muy cierto. Y lo más llamativo es eso que dice, que se creen que son alternativos y diferentes. Qué engaño.
13/07/15 9:26 PM
  
Palas Atenea
Aunque los sofistas tienen un origen tan antiguo como la Grecia de Pericles, hay que reconocer que la perversión del lenguaje, la creación de tópicos y lugares comunes tuvo su época más gloriosa durante el s. XX. Ahora que los historiadores se dedican, no tanto a narrar hechos, sino a explicar, con gran aportación de datos, el ambiente sutil que envolvió a determinadas sociedades, se puede llegar a "vivir" de manera vicaria lo que otros vivieron. Los últimos dos libros que he leído tratan precisamente de eso:
1) "La conciencia nazi" de Claudia Koonz suministra información sobre los eslóganes, latiguillos, frases hechas y material de propaganda en escuelas, hospitales, periódicos, cine y radio en Alemania de 1933 a 1945. La omnipresencia de la palabra "volk" en todos sus compuestos casi hasta la náusea y la casi ausencia de la palabra persona o individuo (este último término se empleaba para los antisociales únicamente) es uno de estos tópicos.
2) "Terror y utopía", subtitulado "Moscú en 1937", hace hincapié en el otro aspecto: la negación de la realidad. El censo de 1937-de toda la URSS-nunca se publicó y los estadistas que trabajaron en él fueron fusilados o enviados al GULAG. La razón fue que éste reflejaba de 6 a 8 millones de personas menos de lo previsto por las autoridades (6 millones de personas habían muerto por causa de la colectivización). Si la realidad no gusta es que no existe y, por lo tanto, los estadistas y sociólogos habían hecho mal su trabajo o eran traidores.
Las dos herencias: la de la manipulación del lenguaje y la de la negación de la realidad están vigentes y van in crescendo porque resultaron de gran efectividad y sin ellas las masas no se pueden manipular. Lo que es nuevo es que todo esto se maneje ahora dentro de un contexto de falsa "libertad de expresión" que hace más sangrante la burla porque lo que se intenta no es tanto engañar, como en el pasado, sino provocar confusión. La confusión era algo muy temido tanto por griegos como por judíos, los unos decían: "cuando los dioses quieren destruir a alguien primero lo vuelven loco (hybris)" y los segundos: "Dios confunda a nuestros enemigos". La confusión ahora se llama relativismo.
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A.G.:
Se echaban de menos su comentarios, jeje
Muy interesante todo lo que dice.

-"hay que reconocer que la perversión del lenguaje, la creación de tópicos y lugares comunes tuvo su época más gloriosa durante el s. XX."
--empezó antes, con el Renacimiento, pero sin duda el desmadre de los tópicos fue en el sXX.

Gran verdad lo que dice:

"Lo que es nuevo es que todo esto se maneje ahora dentro de un contexto de falsa "libertad de expresión" que hace más sangrante la burla porque lo que se intenta no es tanto engañar, como en el pasado, sino provocar confusión."


En efecto, esta confusión es el ingrediente principal del relativismo. Y no olvidemos que el relativismo es un medio, un instrumento de la goecia. Su fin es alterar la naturaleza, transmutar al hombre.

Gracias por el jugoso comentario.
13/07/15 10:03 PM
  
Palas Atenea
He omitido involuntariamente el nombre del autor del segundo libro, Karl Schlögel, por si alguien está interesado.
13/07/15 11:17 PM
  
Ikari
Como leí en otro buen portal católico, las universidades dejaron de producir académicos para producir activistas. El mismo artículo indicaba que las estadísticas de las universidades estadounidenses (hay que reconocerles a los norteamericanos que llevan estadísticas de todo) indicaban que solo un mínimo de profesores exigian libros escritos antes del siglo XX. No es de extrañarnos que Mandela sea la referencia más común de diálogo y perdón, que Steve Jobs lo sea en liderazgo, Gandhi de espiritualidad, Einstein de inteligencia, Nietszche de sabiduria y así sucesivamente sin quitar lo bueno de sus aportes pero indiscutiblemente superficiales y limitados si se compara con el horizonte y profundidad que nos dan los clásicos universales. Ni que decir de lo importante que son para formar el juicio y criterio que en lo personal creo son las primeras armas contra las ideologías.

Saludos
14/07/15 7:05 AM
  
Almudena
Así, por ejemplo, se levanta la palabra "solidaridad" repetida como un mantra, en detrimento de "Caridad", la auténticamente cristiana. Los muros de los complejos hacen buen uso del lenguaje, adaptan los términos para confundir ideas e intenciones, para mentir a la verdad.
14/07/15 3:47 PM
  
Palas Atenea
Efectivamente, "solidaridad" ha ampliado su significado y, además aparece como algo superior a una degradada caridad. La inteligencia también se ha salido de cauce con inventos como "inteligencia emocional" que es un híbrido de prudencia y sabiduría pero sin la grandeza de ambas. Las virtudes cardinales, con excepción de la justicia, han desaparecido del mapa. En su lugar aparecen valores indefinidos a los que se alude cuando se repite la muletilla de "la pérdida de valores", sin que nadie sepa a ciencia cierta a qué valores se refieren.
Alasdair McIntyre en su libro "Tras la virtud" alude a tipos de virtudes de las diferentes sociedades y, entre ellos, cita los que aparecen en las novelas de Jane Austen. Estoy segura de que, si un grupo de jóvenes leyera hoy a esta escritora y se les pidiera que escribieran qué virtudes encarnan las protagonistas de sus novelas, no sabrían reconocerlas ni enumerarlas. Dignidad y honor, sin los cuales no se puede leer a los clásicos: "Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios" (El Alcalde de Zalamea) han caído en desuso. La distorsión del lenguaje impide leer a los clásicos y los condena al olvido. Se alejan Cervantes y Shakespeare, una pena.
14/07/15 9:27 PM
  
Néstor
En nuestras sociedades sólo falta que creen un Ministerio de la Revolución para dar diploma de sediciosos y rompedores del "statu quo" a los que están dispuestos a repetir todo el día los eslóganes "subversivos" de lo políticamente correcto. Algo así como "uniformidad anárquica".

Saludos cordiales.
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A.G.:
Agudo, eso que dices. Los que se creen revolucionarios hoy son los repetidores de eslóganes.
Ministerio de la Revolución, jejeje
22/07/15 4:19 AM

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