Una cuestión de confianza
Al espíritu inteligente le incomoda la idea de confiar ciegamente en testimonio ajeno, sin poder acceder a pruebas tangibles que confirmen su criterio. Y eso es exactamente la fe.
23.08.10
Al espíritu inteligente le incomoda la idea de confiar ciegamente en testimonio ajeno, sin poder acceder a pruebas tangibles que confirmen su criterio. Y eso es exactamente la fe.
25.07.10
Los últimos decenios del siglo V vieron el desencadenamiento de una persecución de los reyes germanos arrianos contra sus súbditos católicos. El ejemplo más flagrante fue el del vándalo Hunerico, en el norte de África, que en 484 trató de forzar a los 466 obispos católicos de su reino a convertirse al arrianismo. Casi 400 de ellos se negaron, y fueron deportados a las islas o al desierto y condenados a trabajos forzosos, junto a 4000 ciudadanos principales, sufriendo martirio varios de ellos.
15.07.10
Niels Stensen nació en Copenhague, capital de Dinamarca, el 10 de enero de 1638. Era hijo de un pastor luterano, herrero de profesión, que trabajaba con frecuencia al servicio del rey Christian. De naturaleza enfermiza, pasó buena parte de su infancia en casa, sin poder salir a jugar, y escuchando las discusiones religiosas de sus mayores. En 1644 su padre murió, contando él 6 años, y su madre se casó con otro herrero. Su padrastro le proporcionó una educación clásica a cargo del poeta Ole Borch, gracias al cual aprendió a expresarse fluidamente en latín. En noviembre de 1656, con 18 años, Niels ingresó en el Estudio de Medicina de la Universidad de Copenhague, latinizando su nombre por el de Nicolaus Stenonis, como era costumbre en la época. En ese momento, los descubrimientos del flamenco Vesalio en el siglo anterior, habían convertido a la anatomía en la especialidad más destacada, y Nicolaus tuvo por preceptor nada menos que a Thomas Bartholin, descubridor de la circulación linfática. Bartholin había realizado estudios sobre las propiedades de unas piedras llamadas glossopetrae, y tenía una amplia colección de fósiles que de inmediato atrajeron la curiosidad del joven Stenonis.
8.07.10
De entre todos los animales del campo, la antigüedad clásica consideró siempre a la serpiente como dotada de un intelecto natural. El tratado naturalista Physiologus, que se cree confeccionado en una escuela griega de Oriente alrededor del siglo III, y que pasó a la Edad Media como popular bestiario, otorgaba a la serpiente peculiaridades maravillosas, como el poder de rejuvenecerse al cambiar la piel, o el conocimiento de expulsar su ponzoña antes de beber, para no contaminar el agua y envenenarse a si misma. Con atribuciones de sabiduría en la antigüedad grecorromana, muy particularmente en el campo de la biología, se erigió en símbolo del dios de la medicina Esculapio, de donde ha pasado a los emblemas modernos de la medicina (junto a un bastón) y de la farmacia (junto a una copa).
27.06.10
El triunfo del Frente Popular en febrero de 1936 supuso el auge de sus milicias revolucionarias, principalmente las del partido PSOE (Partido Socialista Obrero Español), y su sindicato UGT (Unión General de Trabajadores), fundados por Pablo Iglesias, los sindicatos anarquistas FAI (Federación Anarquista Ibérica) y CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y, cada vez más influyente, el PCE (Partido Comunista Español). También tuvieron milicias, aunque de menor importancia, los partidos de inspiración republicana jacobina IR (Izquierda Republicana) y ERC (Esquerra Republicana de Catalunya).
16.06.10
Publica Infocatólica esta semana la noticia de que a la asociación “derecho a morir dignamente” (DMD), presidida por el médico Luis Montes, eutanasista confeso, le ha sido encomendada por los ayuntamientos madrileños de Getafe y Rivas-Vaciamadrid, la “asesoría ciudadana sobre muerte digna”. Empleando este conducto, entregan a los ciudadanos que preguntan sobre el tema un “testamento vital” de corte ideológicamente eutanasista. La mayoría de las personas confían en los médicos que les atienden, y probablemente firmarán semejante documento, fiados en la base ética del mismo.
9.06.10
Conocida es la frase de Churchill de que la democracia es el peor de los sistemas políticos, exceptuando a todos los demás. Los atenienses, inventores del término “democracia” (gobierno del pueblo), lo entendían como la forma de gobierno en la cual todos los ciudadanos (que no era lo mismo que los habitantes) podían elegir y ser elegidos para cualquier magistratura; algunas de ellas, como los jurados, eran ocupadas por todos los atenienses por turno anual. Nuestro actual sistema de gobierno, no obstante, es una variante de la democracia liberal surgida de la revolución francesa, caracterizada por la canalización de toda la representación política a través de los partidos.
En la difícil situación actual vivimos también una profunda crisis de nuestro sistema de partidos, que ha perdido la confianza de una buena parte de la población en su capacidad de ejercer un gobierno eficaz, honrado y justo. La Iglesia enseña que la administración de los recursos públicos debe ir inexcusablemente dirigida hacia el Bien Común por encima de otra consideración.
25.05.10
Uno de los términos más empleados y con menor precisión en el campo de la ética relativa al fin de la vida es el de “encarnizamiento terapéutico”. Impreciso porque, en contra de lo que debería ser normativo para la terminología médica, emplea un término vago y subjetivo como “encarnizamiento”, que en la última edición del diccionario de la RAEL se define como “crueldad con que alguien se ceba en el daño de otra persona”. En estos términos, sin duda todos estamos de acuerdo genéricamente con evitarlo, pero la duda surge de inmediato: ¿qué tratamientos o terapéuticas, medios destinados por su propia naturaleza a restablecer la salud, pueden “cebarse cruelmente” con la desgracia de un enfermo?
11.05.10
El artículo que Francisco José Soler publicó en este portal el mes pasado acerca de un nuevo libro sobre Lemaître, despertó en mí un gran interés sobre la polémica habitual que los católicos hemos de soportar acerca del tópico de la Iglesia como retardadora o enemiga del progreso científico. En la discusión que seguía al texto se citaban numerosos investigadores célebres que unían a su pasión científica su condición de católicos, en muchos casos eclesiásticos. Como el movimiento se demuestra andando, creo que hago un buen servicio a Infocatólica abriendo una nueva sección en mi bitácora, la de científicos católicos, en la que tengo intención (D.m) de presentar las biografías de algunas de esas personas que no hallaron oposición, sino perfecto complemento, en amar a Dios y al conocimiento minucioso de su obra creada. Y comienzo haciendo un poco de patria (chica y grande) presentando a un paisano mío de renombre internacional.
28.04.10
La doctrina católica enseña que la sexualidad comprende a todos los aspectos de la persona humana, uniendo cuerpo y alma, incluyendo la afectividad, el amor conyugal y la procreación. Para la mentalidad modernista (heredera en lo fundamental del progresismo nacido del llamado “espíritu del 68”), la sexualidad se vive completamente disociada de la espiritualidad, y se sitúa dentro del universo del sentimiento, o aún del hedonismo. Esa contraposición entre sexualidad integrada cristiana y sexualidad disociada progresista genera una de las mayores incomprensiones dialécticas contemporáneas desde la mentalidad modernista hacia las enseñanzas de la Iglesia.
9.04.10
Al entrar en el Imperio, los godos hicieron suya la visión romana de la religión como asunto de estado. Mientras permanecieron arrianos, esta se convirtió en una fe nacional que mantenía la segregación entre los gobernantes germánicos y los gobernados romanos, fomentando la conciencia nacional goda. Algunos autores, como E.A. Thomson, consideran que la rebelión del mártir Hermenegildo, escondía una confrontación entre los godos convertidos al catolicismo alzados junto al príncipe, contra la mayoría de la nación, que permaneció fiel al rey. De hecho, la persecución religiosa que Leovigildo llevó a cabo, se dirigió principalmente contra godos convertidos al catolicismo (el obispo Masona, el monje Juan Biclarense, o su propio primogénito), sin molestar apenas a los romanos católicos, lo que lleva a pensar que había al menos tantos condicionantes políticos como religiosos en la lucha entre ortodoxia y herejía: el rey percibía una amenaza contra la unidad de los godos en la conversión de algunos de ellos a la fe de sus súbditos romanos.
23.03.10
Los espartanos abandonaban a los recién nacidos de aspecto sano la primera noche fuera de los límites de la ciudad. Si a la mañana siguiente seguían vivos, se consideraba que eran suficientemente fuertes para merecer la ciudadanía. Los que no habían sobrevivido la primera noche acababan en las faldas del monte Taigeto, acompañando a los cuerpos arrojados de aquellos que habían nacido con taras físicas.
El término “eugenesia” fue acuñado por sir Francis Galton, en su obra Inquiries into Human Faculty and Its Development, escrita en 1883. Galton había desarrollado sus ideas tras leer “El origen de las especies", de su primo Charles Darwin, llegando a la conclusión de que la civilización había impedido el desarrollo de la selección natural en los humanos. En su tratado “El genio hereditario", de 1869, y apoyado en sus conocimientos de biología y estadística, puso las bases de la teoría de que el talento humano era hereditario, y que la protección a los más débiles suponía una “regresión a la media” (término que todavía se emplea en estadística), o a la mediocridad, de la especie humana, al permitir la perpetuación de los carácteres menos adaptados. Empleando sin complejos la experiencia con la selección artificial para mejorar razas animales, propuso su aplicación en los seres humanos, evitando la reproducción de los menos inteligentes o con enfermedades, usando el vago término de “desarrollar las cualidades que proporcionan mayor ventaja”, y abriendo la puerta a tantas interpretaciones como ese principio erróneo podía provocar.
18.03.10
Entre los lectores que hayan servido en Infantería, es probable que muchos hayan oído hablar de este episodio, pero me consta que la mayoría de los españoles lo ignora. Los hispanos mostramos en general un gran desconocimiento de nuestra historia, incluyendo el llamado “Siglo de Oro español”, período durante el cual nuestra patria fue la más influyente nación del mundo. La publicación de la serie de novelas del personaje “el capitán Alatriste”, de Arturo Pérez-Reverte, seguidas por algunas películas y una serie de televisión de ínfima calidad documental, han despertado un cierto interés por paliar ese olvido. A pesar de la minuciosidad con la que se documenta Pérez-Reverte para escribir sus relatos, su recreación descansa sobre todo en detalles, fechas y hechos, y es notorio, para quién conozca y ame nuestra historia, que le cuesta penetrar en la mentalidad de los españoles del barroco.
Tal vez el fracaso más notorio en este sentido sea la lógica incomprensión que el autor, ateo y declarado anticristiano, sufre a la hora de entender la profunda religiosidad de nuestros compatriotas en aquellos tiempos. Así, en los libros de la serie, este aspecto es resumido groseramente como hipocresía de los poderosos, fanatismo de los clérigos y superstición de los sencillos. Resulta paradójico que secunde tan fielmente la leyenda negra sobre la religiosidad española quien proclama que las andanzas de su personaje tratan de rescatar el periplo español de los tópicos vertidos por sus enemigos. Un yerro que los católicos de hoy en día debemos reparar, puesto que nuestra Comunidad trasciende el tiempo igual que el espacio, y tan hermanos en la fe son nuestros contemporáneos católicos de China o Mozambique como los españoles de siglos pasados. No hay mejor manera de hacerlo que conociendo su historia.
11.03.10
Hace apenas dos semanas el senado ha aprobado la promulgación de la nueva ley impulsada por el gobierno de José Luis Rodríguez, que convierte el aborto libre de facto en aborto libre de iure hasta las 14 semanas (sin perjuicio de seguir siendo libre de facto después). La modificación más importante que introduce es la aberración de considerar al aborto un derecho, esto es, algo cierto, fundado, razonable y justo según definición del diccionario de la RAEL. No resulta novedad ideológica en un presidente de gobierno que en su discurso de investidura, hace ahora 6 años, ya alumbró un excéntrico “derecho al divorcio”, como si el matrimonio malogrado fuese algo admirable y no un terrible fracaso; algo así como el “derecho al naufragio”.
El sistema de partidos que legisla en España había ya pactado sacar adelante esta iniciativa, pese a los esfuerzos loables de las asociaciones antiaborto que llevan trabajando contra esta lacra, bien desde la aprobación de la ley de 1985, como los grupos Provida, bien más recientemente, y con un impacto más mediático, como HazteOir y su iniciativa Derecho a Vivir. No quiero centrarme en este artículo en ese aspecto, ya ampliamente tratado, tanto en Infocatólica como en otros portales y medios en Internet.
9.03.10
Conozco a Luis Fernando Pérez desde hace más de 7 años. Para ser más exacto, le ciberconozco. Le he seguido tanto en RD como en ReL, y tras tanto tiempo admirando su “celo por la Casa de Dios” (que en ocasiones le devora), no he podido resistir su generosísima oferta para ponerme al frente de mi propia bitácora en Infocatólica, donde he participado, de forma irregular, desde su comienzo (con el seudónimo de nachet). Dar el salto “al público” nunca resulta fácil, pero ha sido tan cálida y cariñosa la acogida del editor, del director y del resto de blogueros que confío en trabajar de forma que no les deje mal.
Naturalmente, el objeto de esta bitácora es la proposición de temas desde la óptica del autor, con la intención de aprender y poder transmitir lo aprendido, pero siempre aceptando la sabiduría de nuestra Madre y Maestra. Finalmente, la fe no es otra cosa sino el encuentro personal con Dios, pero Cristo quiso que sus discípulos la vivieran en comunidad, y la actual Iglesia católica y apostólica no es sino la renovación continua, a través de la historia, de la que Él fundó. Después de dos mil años, la Iglesia de los apóstoles, de los padres, de los mártires, de los doctores, de los concilios y los papas, iluminada por el Espíritu Santo, ha transmitido las palabras y los signos de Cristo a cada generación, y el cristiano se consuela sabiendo que al final de cada razonamiento, duda o crisis, su enseñanza es la correcta.
“Un grupo de científicos ha logrado uno de los hitos más esperados de la biología moderna: aislar, a partir de embriones humanos, un tipo primitivo de célula que puede convertirse en cualquier tipo de tejido, músculos, huesos o cerebro". Así comenzaba la crónica con la que el Washington Post daba cuenta, el 6 de noviembre de 1998, del descubrimiento de las células madre embrionarias por los doctores James Thomson (Wisconsin) y Geahart (Baltimore). Y mostraba los dos aspectos que este hallazgo causaría en el desarrollo científico: “se han hallado las minas de oro de la biotecnología, puesto que el nuevo material permitirá crear neuronas para gente con Alzheimer o células pancreáticas para diabéticos”. La esperanza de curación de enfermedades crónicas de difícil tratamiento, combinada con la posibilidad de un laboratorio de patentarla: el mayor avance de la investigación médica contemporánea y el mayor negocio de la industria farmacéutica. Muy pronto, se abrió en la medicina regenerativa otra vía, la obtención de células madre a partir de células adultas del propio enfermo. La Iglesia, basándose en los conocimientos científicos sobre el desarrollo embrionario, que han constatado que este se trata de un proceso continuo desde el momento de la concepción, pronto aplicó los mismos criterios morales empleados en la fecundación in vitro, basados en la sacralidad de la vida: entre las fuentes de obtención de células madre, no eran éticamente admisibles aquellas que implicaran la creación o destrucción de un ser humano, como las provenientes de embriones congelados o creados por clonación. Se debía optar siempre por células madre adultas, o bien procedentes de cordón umbilical.
8.03.10
Publicó el diario “El Mundo” el día 4 de febrero de 2010, y se ha hecho eco el portal Infocatólica, un resumen de un interesante artículo publicado el día 3 en la página web de la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine. Su título es Willful modulation of brain activity in disorders of consciousness (modulación voluntaria de la actividad cerebral en trastornos de la consciencia), y está firmado por Martin M Monti y colaboradores. Se trata de un estudio clínico realizado en dos hospitales de Cambridge (Reino Unido) y Lieja (Bélgica), con el objeto de valorar la capacidad cognitiva de pacientes en estado de coma o vegetativo.
Luis Ignacio (Valencia, 1972). Seglar católico. Doctor en Medicina, catequista de confirmación, voluntario de Cáritas en Atención al inmigrante, ministro extraordinario de la Comunión desde 2005, ha sido editor del portal de la CTC del Reino de Valencia desde 2004 a 2008.
Si deseas contactar con el autor puedes escribirle a [email protected]