La Iglesia armenia (I)

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Origen del reino de los armenios

El de los armenios es uno de los pueblos documentados más antiguos de la historia. Su mitología les describe como descendientes de Hay o Haïk (razón por la cual se denominan a sí mismos Hay y a su país Hayastán), nieto de Gomer (patriarca de los cimerios) y bisnieto de Jafet, el tercer hijo de Noé. Consideran su patria ancestral el Monte Ararat, donde se posó el Arca. Su idioma es una variante primitivamente separada del tronco común indoeuropeo.

En los textos reales hititas se cita un misterioso pueblo de montañeses asentados en las estribaciones más occidentales del Cáucaso meridional, llamado Azzi-Hayasa, con el que tienen contacto (a veces bélico, y otras amistoso) durante el reinado de Tudhaliya III (mediados del siglos XIV antes de Cristo, en plena edad del Bronce). Este pueblo, del que nada más se sabe fuera de esas pocas líneas, desaparece posteriormente de los textos, y la arqueología no ha podido dar fe de su existencia, pero la inclusión del sustantivo Hay- en su nombre, y su localización, sugieren firmemente considerarlos ancestros de los armenios. Si así fuera, convertiría a este pueblo en uno de los más antiguos del mundo.

Sí está documentada arqueológicamente la relaciónde los armenios con el viejo reino de Urartu, que existió cerca de la cordillera del Ararat, como vasallo o (más frecuentemente) enemigo del reino asirio entre los siglos X a VI antes de Cristo.

Los habitantes de Urartu alcanzaron su independencia tras la caída de Asiria, y fundaron el reino de Armenia, dirigido por las dinastías Oróntida (585-190 a.C), con frecuencia vasalla e influida por el imperio persa; Artáxida (190-55 a.C), helenista, que llegó a formar un poderoso imperio hasta su derrota y sometimiento a manos de los romanos; y Arsácida (a partir del año 1 d.C), una rama menor de la dinastía gobernante del imperio iranio de los partos. Los reyes arsácidas estuvieron durante casi todo el período avasallados al emperador de Roma o al sha de Partia, según basculaba el poder en la región entre uno u otro soberano.

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La primera evangelización

Según la tradición cristiana, el reino de Armenia fue evangelizado inicialmente por dos apóstoles, san Bartolomé y san Judas Tadeo, razón por la cual su Iglesia se intitula Apostólica. Tadeo habría curado de la lepra al rey árabe Agbar V de Edesa (en Osroene), al mostrarle una verdadera imagen de Cristo, o Mandilon. La Iglesia de Oriente conservaba un relato similar sobre sus orígenes, pero en este caso, Tadeo era Addai, un discípulo de Santo Tomás (véase este artículo a propósito). Estos hechos habrían acaecido en la década de 60 d.C. Según la versión armenia, el converso rey Agbar habría enviado a Judas Tadeo a evangelizar en Armenia, cuyo rey Sanatruces o Sanatruk Arsácida era su cuñado. Las prédicas de Tadeo, inicialmente bien recibidas, convirtieron a la princesa Sandukht y a otros armenios que peregrinaron a Jerusalén, y entre los cuales Santiago el Justo ordenó algunos obispos. Movido por el ejemplo de su hija, Sanatruk también se bautizó pero, ante la presión de los magos zoroastristas posteriormente apostató, y ordenó la decapitación de san Judas Tadeo (razón por la que se representa al santo con un hacha) y de su propia hija, Santa Sandukht.

Otro relato afirma que, al conocer la noticia, san Bartolomé (que ya había predicado y hecho milagros en la India) marchó a Armenia para continuar la labor de Tadeo, depositando un icono de la Virgen María en un convento que fundó sobre un abandonado templo pagano dedicado a Anahit (la diosa indoeuropea de la fertilidad). Bartolomé ordenó varios obispos para el reino y convirtió a muchos armenios, entre ellos señaladamente a una hermana del rey. Nuevamente, Sanatruces ordenó la ejecución de una pariente suya conversa, así como del apóstol, por las protestas de los sacerdotes paganos, que veían vaciarse sus templos (la coincidencia de ambas historias podría estar causada por una confusión entre ambos apóstoles, que en realidad habría sido uno solo).

Tanto Bartolomé como Judas Tadeo son considerados patrones de la Iglesia armenia, así como del país.

Los nativos de la Aghbania-Aghbank o Albania caucásica (hoy en día, Azerbaijan), llamados maskout (masagetas) en los textos clásicos, fueron evangelizados por San Eliseo, discípulo de san Judas Tadeo, que logró algunos adeptos, y fundó en un lugar llamado Gis (hoy Kis, al norte de la ciudad de Shaki, en Azerbaijan) la primera iglesia (probablemente un altar o santuario) y celebró la primera liturgia cristiana del Cáucaso. Este templo fue tenido por iglesia madre de los cristianos de la Albania caucásica. Los restos del mártir san Eliseo fueron enterrados posteriormente en el monasterio de Yeghsihe Aragyal, en el moderno Alto Karabaj. Según otra tradición, San Bartolomé predicó en la ciudad de Albanopolis, a orillas del mar Caspio (probablemente la moderna Bakú) en el año 71 d.C, convirtiendo al rey Polimos de Aghbania, y a algunos miembros de la familia real, pero Astiages, hermano y sucesor del rey, ordenó a Bartolomé que sacrificara a los ídolos y, al negarse, hizo que le desollaran vivo y lo crucificaran boca abajo (de ahí que en el arte se represente a san Bartolomé con un cuchillo o portando su propia piel desollada), siendo este su verdadero martirio, y no el de Armenia. En el siglo XIX, la Iglesia ortodoxa rusa erigió una capilla en el lugar, destruida por los bolcheviques en 1936. Las reliquias habían sido trasladadas a Mesopotamia poco después de su ejecución.

Según Eusebio y Tertuliano, la comunidad armenia persistió, tanto dentro como fuera del reino, ya que fueron perseguidos por los reyes Axidares (110-113 d.C), Cosroes I (198-217) y Tiridates III (287-330). Se da la lista de los siguientes obispos o prelados de la Iglesia: san Judas Tadeo apóstol (43-66), san Bartolomé apóstol (60-68), Zacarías (68-72), Zementus (72-76), Atrneseh (77-92), Mushe (93-123), Shahen (124-150), Shavarsh (151-171), Leoncio (172-190) y, tras un largo vacío, Merozanes (240-270).

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Evangelización de san Gregorio y las mártires de Armenia

En la Armenia del siglo III, sobre una gran masa de plebeyos campesinos e iletrados, se erigía la nobleza pequeña y media, los azats(“libre” o “noble” en iranio), tenedores de tierras y vasallos, con el privilegio y obligación de armarse para servir al rey en la guerra. Por encima estaba la alta aristocracia, los nakharar (“primados” en iranio), unas cuantas grandes familias que poseían provincias enteras, decenas de miles de siervos y acaparaban todos los altos cargos y honores del reino. Estaban tras el poder de los reyes, cuya legitimidad residía en su pertenencia a la secular dinastía arsácida. Los sacerdotes, tanto del zoroastrismo persa como de los cultos tradicionales caucásicos, pertenecían a la nobleza y daban cohesión espiritual al reino.

La tolerante dinastía parta del imperio persa había sido sustituida por los fanáticos zoroastristas sasánidas en el año 224 d.C. A finales del del siglo III, el shahansha de Persia Arsaces persuadió a Anak el partopara que asesinara a su pariente el rey Cosroes de Armenia, que le había agraviado. Cosroes era popular entre la nobleza, y Anak y toda su familia fueron ejecutados en represalia. El único que se libró fue su hijo más pequeño, Gregorio, cuyos ayos huyeron a Capadocia, en el Imperio romano, donde fue puesto bajo la tutela del obispo Firmiliano de Cesarea (230-268).

Gregorio casó con la hija de un príncipe armenio cristiano exiliado en Capadocia, llamada Miriam, con la que tuvo dos varones llamados Vrtanes y Aristaces. Alrededor de 285, Gregorio se separó de su mujer para tomar los hábitos monásticos, y viajó a Armenia, decidido a expiar el pecado de su padre evangelizando su tierra natal. Reinaba Tiridates III Arsácida, hijo de Cosroes, casado con Ashkhen, hija del rey de los alanos. El rey y casi toda la nobleza eran zoroastrianos adoradores del fuego, aunque también seguían cultos paganos tradicionales. Gregorio entró de incógnito como secretario en el ejército armenio, llegando a ser oficial de la corte. En una ceremonia, Tiridates advirtió que Gregorio no seguía el ritual, y le ordenó hacer una ofrenda a la diosa Anahit (la Afrodita armenia). Al negarse, Tiridates ordenó su tortura y confinamiento en la mazmorra de una torre cercana a la ciudad de Artashat. Allí estuvo Gregorio encerrado durante doce años, y pese a sus malas condiciones, subsistió gracias a una buena mujer que todos los días se asomaba al agujero de la mazmorra y le arrojaba una hogaza de pan. Tiempo más tarde, en aquella torre se erigió la iglesia conmemorativa de Khor Virap, que aún existe.

Corría el año 297 d.C, cuando una abadesa romana llamada Gayano y un grupo de vírgenes consagradas se instalaron en la capital armenia, Vagharshapat, huyendo de la persecución de Diocleciano. El rey tuvo noticias de que entre ellas se encontraba una mujer llamada Hripsime, de celebrada y extraordinaria belleza. Tiridates trató de forzarla con halagos y amenazas para que se le entregara, prometiéndole incluso casarse con ella, pero la joven le rechazó por estar consagrada a Cristo. Resentido por lo que tomó como desprecio, el rey ordenó cortarle la lengua, desventrarla y vaciarle los ojos, antes de decapitarla y partir su cuerpo en cuatro partes. Después, Gayano y otras dos vírgenes sufrieron el mismo cruel castigo, mientras el resto fueron decapitadas y sus cuerpos arrojados a las fieras, salvo una, llamada Marina, que más tarde marchó a evangelizar a la Iberia caucásica (hoy Georgia), donde es venerada. Las vírgenes son consideradas las primeras mártires conocidas en Armenia, donde reciben gran devoción, sobre todo santa Gayano y santa Hripsime. Posteriormente se erigió una iglesia en su honor en el lugar del martirio y su sepultura. Impresionadas por su ejemplo y mansedumbre, la reina Ashkhen y su cuñada Khosroviduth (hermana del rey), se convirtieron al cristianismo en secreto. Por su parte, Dios entregó a Tiridates y sus verdugos a los demonios, y todos ellos enloquecieron, comportándose como animales salvajes. Una noche, Khosroviduth soñó una revelación divina por la que sólo Gregorio podría curar la locura del rey. Al despertarse, porfió porque lo buscaran. Finalmente fue reclamado y, contra toda esperanza, el predicador cristiano, aunque famélico, seguía vivo. Traído a la corte, oró a Dios por Tiridates, y este recuperó el juicio.

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Gregorio el Iluminador y Tiridates III. Armenia, primera nación cristiana del mundo

El patente milagro impresionó enormemente al rey y toda la corte armenia. Tiridates, profundamente conmovido, le permitió predicar libremente en todo el reino, siendo su palacio el primer sitio donde se le escuchó. En 301 d.C, Tiridates III, toda su familia y los linajes más nobles se bautizaron en la fe cristiana. No sólo eso, sino que Armenia se convirtió en el primer reino del mundo en adoptar la fe cristiana como religión oficial de estado, doce años antes del edicto romano de tolerancia de Milán.

Las religiones tradicionales perdieron su protección, y pronto se extendieron los lugares de culto cristianos. En algunos casos forzosamente, como en la clausura de dos templos dedicados a unas diosas hindúes, pues Tiridates estaba decidido a acabar con la idolatría, y reprimió a los defensores del políteísmo. Más aún, ordenó destruir ídolos, templos y textos sagrados del culto indoeuropeo anterior. Un día que meditaba en una colina cercana a Vagharshapat, Gregorio tuvo una visión: Cristo en persona bajaba del cielo y, con un gran martillo, golpeaba la ciudad reduciéndola a polvo. De las ruinas surgía un gran templo con una inmensa cruz. Tomando la visión como un mandato, Gregorio y Tiridates construyeron en 303 una granbasílica que se convirtió en la Iglesia Madre de Armenia, y que, con algunas reformas, todavía subsiste, siendo posiblemente la más antigua del mundo con culto ininterrumpido. A la ciudad se le cambió el nombre por Etchmiadzin, que significa “Descendimiento del Unigénito”. Siguiendo el ejemplo de su aristocracia, en poco tiempo la mayoría de los armenios se bautizó, señaladamente en los ríos Éufrates (donde en un sólo día se bautizó todo el ejército) y Arax. Tiridates y Gregorio cristianizaron antiquísimas fiestas tradicionales indoeuropeas como Tyarndarach (relacionada con el culto al fuego) y Vartavar (relacionada con el culto al agua), convertidas en la fiesta de la purificación de Cristo (40 días después de Navidad) y la Transfiguración (14 semanas después de la Pascua), respectivamente, y que aún se celebran entre los armenios.

En 302, el obispo Leoncio de Cesarea, amigo de la infancia de Gregorio, le consagró obispo autocéfalo deArmenia, a solicitud de Tiridates, para evitar la influencia de los emperadores romanos en Armenia. El título sería conocido como Catholicós, y posteriormente se usaría también para otras iglesias orientales. Para entonces, los hijos de Gregorio habían acudido a Armenia junto a él. El menor, Aristaces, auxilió a su padre como sacerdote a partir de 318. El mayor, Vrtanes, se había casado y tenía dos hijos. Alrededor del año 314, el rey Urnayr Arsácida de Albania (que comprendía entonces el sur de la antigua Aghbania) llegó a la corte y pidió el bautismo, pues “había oído hablar de las bendiciones con que Dios había premiado a los armenios desde su conversión”. Gregorio le bautizó, y consagró a su propio nieto Gregoris (primogénito de Vrtanes) como primer Catholicós de Albania, a petición de Urnayr, que quería un obispo autocéfalo al modo de Armenia. Gregoris tenía entonces apenas 15 años, y regresó con el rey a Albania, donde comenzó a predicar en todo el reino, extendiendo la fe cristiana.

En sus últimos años Gregorio, llamado el Iluminador, se retiró a un convento cerca del Monte Sepuh (región de Daranali), junto a un grupo de monjes. Allí compuso varias oraciones litúrgicas, y hasta treinta himnos; sus homilías fueron conservadas cuidadosamente como columna doctrinal de la Iglesia armenia. Murió en 325, siendo venerado como santo inmediatamente. Su cuerpo fue trasladado a Thodanum, cerca de Erzincam, pero pronto sufrió la desmembración por la gran demanda de sus reliquias, tenidas por milagrosas, que se difundieron por toda Armenia y el Imperio Romano de Oriente. Algunas llegaron tan lejos como a Nápoles. En las últimas décadas, la Iglesia Armenia ha hecho un esfuerzo por recuperar el máximo de ellas y depositarlas en la flamante catedral de san Gregorio, de Yerevan (capital de la moderna república de Armenia), señaladamente su cabeza y su mano derecha, a las que se atribuyen diversos milagros. No sólo es venerado en la Iglesia armenia, sino también en todas las orientales, la copta, la católica y la comunidad anglicana.

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Los arsácidas cristianos en el trono y el solio de Armenia

Su hijo menor Aristaces fue el nuevo Catholicós (el título completo era “Catholicós de Etchmiadzin y todos los Armenios”), cargo que ejercía de facto desde que su padre se había retirado al monasterio en 318, y fue consagrado por el obispo de Cesarea de Capadocia, ceremonia que sus sucesores mantuvieron a modo de dependencia de aquella diócesis griega. Ese mismo año, Aristaces participó en el magno Concilio ecúmenico de Nicea, firmando las actas que anatemizaban el arrianismo bajo el nombre de Aristanes o Aristacio. En Armenia, todos los obispos adhirieron los principios doctrinales del niceísmo, desde entonces considerado la ortodoxa doctrinal. Tiridates III se mantuvo firme en la fe, y con la ayuda de su esposa y su hermana, continuó extendiendo el cristianismo en su reino hasta su muerte en 330 (se cree que envenenado en una conjura nobiliaria). En la Iglesia armenia y todas las no-calcedonianas, Tiridates es venerado como santo, junto a Ashkhen y Khosrovidukht.

La conversión de los armenios al cristianismo tuvo una importancia fundamental, y no sólo en el aspecto espiritual. Pese al predominio histórico del componente iranio en su cultura y en su familia real, el cristianismo les situó en la órbita del Imperio Romano y del occidente cristianos (precisamente en 330 d.C, el emperador Constantino trasladó la corte a Bizancio, decidido a convertirla en la nueva capital cristiana del imperio), alejándoles de la influencia del imperio persa. Es probable que el ejemplo armenio influyera en la persecución feroz que la mayoría de los shahansah sasánidas ejecutaron sobre los cristianos mesopotamios y persas (véase al respecto el artículo publicado sobre la Iglesia de Oriente). Cosroes III, llamado el corto por su pequeña estatura, hijo y sucesor de Tiridates, gobernó de 330 a 339 y también fue cliente del emperador romano de Oriente. Ambas ramas arsácidas se unieron con el matrimonio entre una hermana de Cosroes e hija de Tiridates conHusik, segundo hijo de Vrtanes, hermano del Catholicós.

Aristaces fue asesinado en 333, cuando residía en el pequeño reino armenio meridional de Sophene, a manos del príncipe de Tzot. Al igual que su padre, fue venerado como santo desde muy pronto. Fue sucedido como tercer Catholicós por su hermano mayor Vrtanes (333-341), que se separó de su esposa a tal efecto. La creación de una continuidad familiar en el catholicado, aseguró que el poder religioso y el civil residíeran en dos familias reales estrechamente emparentadas.

Durante el reinado de Cosroes III se produjo una cierta reacción anticristiana (y anti romana). Los partidarios del antiguo culto llamaron en su ayuda al sha de Persia, Shapur II, que invadió Armenia. Los persas lograron algunas ganancias territoriales, pero no consiguieron conquistar el reino gracias a la valerosa actuación del sparapet (comandante en jefe del ejército) Vatche Mamikonian, cabeza de la familia nakharar cristiana más encumbrada y tutor del rey, que murió en la batalla que derrotó a los invasores en 339. Posteriormente fue canonizado.

Cosroes III tuvo dos hijas que casó con los dos hijos de su cuñado Husik, hijo del Catholicós Vrtanes: Varazdought con el primogénito, el diácono Papas, y Bambish con el secundogénito Atanaganes.

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Las influencias griegas y siríacas en la Iglesia armenias

Al provenir de Cesarea, san Gregorio el Iluminador introdujo el rito bizantino en la Iglesia armenia. Aunque no se conoce con seguridad, aparentemente las comunidades cristianas previas habían empleado el rito antioqueo oriental, por influencia de la Escuela de Edesa, normativa en el reino persa. De esa mezcla surgió el rito particular armenio, que sobre una base bizantina incluía numerosas características antioquenas. En septiembre de 335, con motivo de la dedicación de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, el catholicós Vrtanes envió una delegación armenia al patriarca de Jerusalén, Macario I, consultándole varias cuestiones litúrgicas y disciplinares. En su respuesta, el prelado indicó los cambios necesarios en los ritos armenios del bautismo y de la eucaristía, para que estuviesen de acuerdo a los usos en Jerusalén. De ese modo, a partir de Vrtanes el la liturgia armenia, aunque particular, se asemejó más a la bizantina oficial en el Imperio Romano de Oriente.

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El cristianismo en la Albania caucásica

En el reino de Albania o Aghbania (donde siglos después se establecería el Azerbaiján), Grigoris había logrado establecer firmemente la Iglesia de Albania, con una dependencia honorífica de la armenia. Urnayr murió, pero su sucesor Vachagan II mantuvo la protección al cristianismo. En 343 d.C, Grigoris marchó al norte, a predicar en Masouk, la región albana que estaba bajo el gobierno de otro príncipe de la casa Arsácida, llamado Sanesan. Su éxito en la evangelización, llegando a convertir a dos hijos del rey, Daniel y Egia, provocó la reacción del clero mazdeísta. También Sanesan estaba preocupado porque la influencia de Armenia sobre su reino se hiciese más fuerte por medio de la religión, y ordenó a unos jinetes de su ejército que mataran a lanzazos al Catholicós y a sus propios hijos que le acompañaban cuando viajaban por la llanura de Varnik. San Grigoris mártir se incorporó pronto a la veneración de armenios y albanos; sus restos fueron enterrados en el monasterio de Amaras, fundado por su abuelo. Fue sucedido por Mateo, y posteriormente por otros ocho Catholicós de los que no se conocen más que los nombres (Sahak, Moises, Pant, Ghazar, Zacarías, David, Hovhan y Jeremías, quien se cree que tradujo la Biblia al aghbano), y que no están documentados históricamente, hasta el año 500.

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Arrianismo. El sínodo de Ashtishat

Cosroes III “el corto” murió en 339, siendo sucedido por su único hijo varón Tigranes VII. El nuevo rey era un cristiano tibio, de vida personal poco ejemplar, y cuando desde Constantinopla llegaron las influencias del arrianismo que profesaba el emperador Constancio II, las favoreció. El Catholicós Vrtanes se opuso, pero el rey estaba decidido a preservar la alianza con Roma por encima de la verdad teológica, y Vrtanes escapó por poco de un intento de asesinato en su propia basílica. Murió el año 342, y su hijo Husik, al igual que habían hecho su padre y su abuelo Gregorio, se separó de su esposa para ser consagrado en Cesarea y ocupar el cargo de Catholicós.

Con la muerte de Vrtanes, el rey Tigranes recrudeció su política arriana, y comenzó a perseguir a la Iglesia nicena. La querella religiosa pronto degeneró en conflicto familiar y civil: Husik era tío del rey, y sus hijos estaban casadas con hermanas de Tigranes. Más aún, el rey comenzó a perseguir a cuantas familias nakharar consideraba sospechosas de deslealtad política o religiosa. Los primeros perjudicados fueron los Mamikonian, tradicionales ayos o tutores de los herederos, a los que desposeyó de cualquier cargo por profesar la fe nicena. También ordenó una matanza de miembros de las aristócraticas familias Ardzruni y Reshtuni, acusándoles de entendimiento con los sasánidas.

Por sus bárbaros crímenes, y por su herejía, Husik excomulgó y prohibió entrar en la iglesia al rey en una festividad en 347. Tigranes ordenó queapalearan hasta la muerte al Catholicós. Papas, hijo de Husik y cuñado del rey, renunció a ser Catholicós en sustitución de su padre, y el rey ordenó su asesinato junto a su hermano Artanaganes.

El monarca tomó el control de la Iglesia y elevó en el solio a Daniel el sirio (348), ayudante de Husik, y poco después a Faren de Achtichat (348-352), monje de san Karapet (que significa “el Precursor”, es decir, san Juan Bautista, fundado por el propio Gregorio el Iluminador), pariente lejano de la familia de san Gregorio, un hombre dócil a los dictados del monarca.

Dios castigó prontamente al rey. El shahansha Sapor II(el más feroz perseguidor de cristianos de la antigüedad, mucho más sanguinario que Diocleciano y Nerón juntos) lanzó en 349 una ofensiva contra el imperio romano y sus aliados, señaladamente Armenia. Tigranes se había hecho muchos enemigos entre la nobleza, y su propio chambelán le entregó a Sapor. El shahansha le sacó los ojos, y le mantuvo prisionero junto a su familia, mientras ocupaba la mayor parte del reino. Los aristócratas armenios se unieron en una gran campaña contra los invasores, y con ayuda romana, lograron derrotar y expulsar a los persas en 350. Saporfirmó la paz con Armenia y liberó a la familia real. Pero Tigranes era un hombre acabado y abdicó en su segundo hijo, Arsaces o Arshak (llamado el II) y retirándose de la vida pública. El tirano arriano murió en la más completa oscuridad (tanto en su sentido literal como en el espiritual) en 358.

Arshak II había aprendido la lección de los errores de su padre, y pronto levantó castigos y devolvió las tierras y honores confiscados a los nobles perseguidos. En 352 elevó al solio armenio a Shahak de Manzikiert, otro hombre fiel al rey, pero tras su muerte al año siguiente, busco la reconciliación con sus parientes descendientes de san Gregorio. En 353 fue consagrado como CatholicósNarsés, hijo del asesinado Artanaganes y la princesa Bambish, que contaba 27 años, retomando de nuevo el cargo la dinastía arsácida. Otras familias nobles fueron rehabilitadas: nombró como sparapet a Vassak Mamikonian, descendiente de Vatché. Precisamente con una hija de Vardan (hermano de Vassak), llamada Sandoukht, había casado Narsés antes de su carrera eclesiástica, de quien tuvieron un hijo llamado Sahak.

Narsés estuvo detrás de las importantes reformas del reinado de Arsaces a partir de 353. Convocó el primer sínodo de la Iglesia armenia, el concilio de Ashtishat, en el que se promulgaron leyes de inspiración cristiana, prohibiendo el divorcio, el incesto (muy común dentro de las familias nobles en tiempos paganos), la poligamia, el maltrato y mutilación de esclavos, los rituales funerarios paganos (que incluían exageradas muestras de dolor, que iban contra la creencia cristiana en la vida eterna), las prácticas zoroastristas, el alcoholismo y las venganzas de sangre. Siguiendo las instrucciones del concilio, Narsés impulsó la fundación de numerosos monasterios e iglesias por todo el reino (muchos pueblos pequeños tuvieron su primer templo durante esta época); se construyeron escuelas, orfanatos y leproserías; y se extendió la enseñanza del griego y el siríaco, las lenguas literarias de entonces (de hecho, los armenios leían las Sagradas escrituras en estos idiomas, pues el idioma armenio no tenía escritura) desplazando la preeminencia tradicional del persa como lengua culta. En el sínodo se trató el tema del arrianismo, al que algunos obispos armenios eran adherentes. Los padres sinodales condenaron el arrianismo en línea con los cánones del concilio ecuménico niceno. Aunque Arshak II mantuvo las simpatías arrianas de su padre, lo hizo en privado, y la Iglesia armenia pudo seguir conservando su doctrina y culto.

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Arshak II y sus mujeres

Tratando de reforzar la alianza con Armenia, en 357 Constancio II ofreció en matrimonio al rey Arsacio II a un nobilísima dama llamada Olimpia, antigua prometida del emperador occidental Constante. Era hija de su preceptor y prefecto de Oriente Flavio Ablabio, caído en desgracia y ejecutado en 338 por haberse mantenido fiel al niceísmo. Arsaces ya había tenido un hijo con una mujer desconocida (probablemente fuera del matrimonio) antes de su acceso al trono, llamado Anob, y aceptó muy complacido la propuesta del emperador, que aumentaba su prestigio a ojos de sus súbditos. El Catholicós Narsés fue enviado en 358 a la capital imperial al frente de una impresionante comitiva, con objeto de recoger a la novia, y también para obtener de Constancio II la exención de impuestos de todas las tierras que la familia real armenia poseía a título personal en Asia Menor.

Olimpia y Arshak se casaron en 359. El rey se enamoró sinceramente de su esposa, para la que ordenó acuñar unas medallas conmemorativas, en las que se la equipara con su homónima madre de Alejandro el Grande. Su alcurnia y formación académica la situaron pronto en una elevada posición poco, inusual para las esposas armenias, influyendo y aconsejando a su marido en asuntos de gobierno. Asimismo, introdujo en la corte muchas costumbres griegas y romanas.

El rey tenía un hermano menor llamado Tiridates (por cierto, rehen en Constantinopla, que fue ejecutado unos años más tarde por orden del emperador Valentiniano I). Su hijo Gnel era un joven bravo y popular, y muchos nobles lo veían como un potencial sucesor al trono, dado que Arsaces no tenía hijos legítimos. Gnel había casado ese mismo año de 359 con Farantzem de Siunik, una noble descendiente las casas nakharar de Siunia y Mamikonian, célebre por su extraordinaria hermosura. Tales prendas despertaron el deseo de su primo Tirid, hijo de Artaces, el primogénito de Tigranes VII que había muerto antes de la deposición de su padre. Tirid envenenó los oídos de su tío el rey, advirtiéndole que muchos nobles y conspiraban para destronarle y sustituirle por Gnel. Arshak, envidioso, acusó a Gnel de traición. Fingiendo buscar una reconciliación, el rey invitó a la joven pareja a un santuario familiar en Shahapivan. En el encuentro, la guardia del rey ejecutó a Gnel.

El reino quedó conmovido por el asesinato del joven y el duelo público de Farantzem, que se rapó la cabellera. Tirid le envió un mensaje privado, declarando su amor y confesando que había urdido la muerte de su primo para poder casarse con ella. La muchacha enseñó el mensaje al rey, que comprendió entonces que había sido víctima de una mentira y había ejecutado a un inocente. Cuando Tirid pidió la mano de Farantzem, el rey ordenó su degollamiento en el bosque de Basan. El Catholicós Narsés le recriminó el modo brutal con el que el rey había ordenado las muertes de sus sobrinos, y ambos se distanciaron desde ese momento.

El rey, impresionado por la belleza y dignidad de Farantzem, la hizo su concubina. Aunque Arshak seguía amando a Olimpia, el nacimiento del hijo que le dio Farantzem a finales de 360, y al que pusieron por nombre Papías, sentenció a la romana: la reina legítima no tenía hijos, y la barragana le había dado un heredero.

Para legitimar su unión y la herencia de su hijo, Farantzem logró que uno de los sacerdotes de la corte introdujera veneno en la Sagrada Comunión de Olimpia (que era enormemente cuidadosa con cuanto comía y bebía), acabando con ella a finales de 361. El asesinato de la reina, y sobre todo la sacrílega forma de cometerlo, provocó por completo la ruptura del Catholicós con el trono. Anticipándose a lo que haría Juan Crisóstomo unas décadas después con la emperatriz Eudocia, Nersés no se privó de anatemizar públicamente a la concubina y ahora nueva esposa del rey. Irritado, Arsaces le depuso y expulsó de la corte. Incluso designó a un obispo llamado Chahak Tchounak como nuevo Catholicós, pero no llegó a ser consagrado jamás.

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Fin de Arshak II e invasión persa

Nuevamente, Dios volvió a castigar a un rey impío usando al shahanshaSapor II. Ese mismo año de 361 entró en guerra con el emperador Juliano el Apóstata, sobrino y sucesor de Constancio II el arriano. En 363, el romano levantó un colosal ejército para atacar directamente el corazón del poder enemigo en Mesopotamia. Arsaces le proveyó de víveres y caballos.

En represalia, el monarca persa envió un ejército contra Armenia. Con ayuda de un refuerzo de tropas romanas al frente del general Procopio (pariente del emperador), el sparapet Vassak Mamikonian obtuvo varias victorias frente a los invasores. Pero el grueso principal del ejército imperial fracasó frente a los muros de Ctesifonte, la capital persa. Agotados por las largas marchas y la sed, debilitados por el hostigamiento de la caballería enemiga, los romanos iniciaron un desastroso intento de regresar a sus bases que concluyó cuando el propio Juliano halló la muerte combatiendo en una escaramuza. Los generales, viendo perdida la campaña y al ejército, elevaron a un oscuro oficial llamado Joviano a la púrpura imperial, y este pactó una tregua con Sapor que era más bien una vergonzosa rendición. A cambio de permitir su retirada de Mesopotamia y Armenia, cedió todas las poderosas fortalezas fronterizas que los persas no habían podido conquistar en sus campañas previas.

De esta época es la historia del mártir Sarkis (Sergio) el romano, y su hijo Mardiros (Martiros). Era prefecto militar de Capadocia, hombre virtuoso y piadoso. Al advenimiento del emperador Juliano el Apóstata, Cristo se le apareció en sueños y le ordenó abandonar su familia y su tierra. Junto a su hijo se dirigió a Armenia, donde fue acogido por el rey (la tradición dice que fue Tigranes, pero este había muerto dos años antes del acceso de Juliano al trono). Al conocer que el emperador avanzaba hacia Antioquía, el rey le urgió a marchar a la Persia sasánida, donde entró al servicio de Sapor II, obteniendo varias victorias contra sus enemigos romanos. Al conocer el sha que Serkis y Mardiros habían bautizado a 14 de sus soldados, les forzó a participar en una ceremonia zoroastrista. Al negarse, todos ellos fueron cruelmente martirizados. En el siglo V sus restos fueron trasladados al flamante monasterio de San Serkis de Ushi, y fue canonizado por la Iglesia armenia, en la que ostenta un patronazgo similar al de san Valentín en la latina.

Abandonado por sus aliados romanos, Arshak II quedó a merced de Sapor. El shahansha envió un poderoso ejército y alentó la disensión entrelosnakharar. Los mazdeístas (Meruzhan Artsruni, y Vahan yVardan Mamikonian- llamado por ello “el apóstata”- hermanos del sparapet Vassak) se pasaron al enemigo, a cambio de conservar feudos y riqueza. A Vardan le ejecutó el rey Arshak II en 365 tras conquistarle su castillo de Erakhani, a instigación de la reina Farantzem y de su propio hermano Vassak. Pero los armenios no podían resistir mucho frente al muy superior ejército persa, y pronto comenzaron a retroceder. En 367, durante una entrevista con Sapor para firmar la paz, y por la traición de varios nakharar (que supuestamente iban a garantizar su seguridad), Vassak fue despellejado vivo por orden de Sapor, y Arshak fue encerrado en una oscura mazmorra en el castillo de Andames.

Farantzem envió a su pequeño hijo Papías a Constantinopla, donde había sido elevado Valente, hermano menor del nuevo emperador occidental, Valentiniano, y se refugió en la poderosa fortaleza de Artogerassa, donde se reunió el último ejército fiel a los arsácidas. Los persas ocuparon todo el reino de Armenia (y también la Iberia Caucásica, posteriormente conocida como Georgia), y finalmente el grueso del ejército, con el propio Sapor II al frente, sitió la ciudadela. Tras dos años de largo sitio, la reina y todo el ejército armenio se rindieron al shahanshah en 368. Sapor hizo que sus hombres forzaran brutalmente a Farantzem hasta la muerte. En 369, Arshak II recibió la visita de su eunuco Drastamat, y empleó el puñal que este traía para quitarse la vida, tras llorar amargamente juntos por las desgracias de su reinado. Para muchos autores eclesiásticos, el trágico fin de la pareja fue un signo de castigo divino por sus crímenes mientras estuvieron en el poder.

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Predominio de Bizancio y persecución arriana

Sapor ordenó a sus subalternos imponer el mazdeísmo. Vahan Mamikonian y Astsruni, nuevos gobernadores de Armenia, persiguieron a los cristianos. Vahan no dudó en matar a su propia hermana Hamazaspouhi por negarse a apostatar. Fue asesinado a su vez no mucho después por su propio hijo cristiano Samuel el fratricida. El conflicto religioso sembró la discordia (muchos nakharar estaban dispuestos a reconocer la soberanía de Sapor II, pero no a abjurar de su fe cristiana). Valente aprovechó la ocasión, y en 370 un ejército romano al mando del dux Terencio elevó al trono a su protegido el joven Papías, hijo del difunto Arshak II. El shahansha levantó prestamente un ejército para recuperar Armenia, pero en la primavera de 371, en los campos de Bagrevand, romanos y armenios, al mando de los generales imperiales Trajano y Vardomario, y el nuevo sparapet Mushegh Mamikonian(el hijo prorromano de Vassak), aplastaron al ejército de Sapor. Los persas se retiraron, y posteriores invasiones bárbaras en el este de su imperio mantuvieron ocupado al sha lejos de Armenia.

Pero no permitió Dios que la paz volviera a Armenia. El nuevo rey, en una Armenia convulsionada por la reciente persecución zoroastriana de Sapor, intentó imponer el arrianismo, con el que su patrón Valente simpatizaba: muchas tierras de la Iglesia fueron confiscadas por el tesoro real, y se intentó forzar a los obispos a la herejía. El Catholicós Narsés, que había estado junto a su pueblo en los difíciles años de la persecución mazdeísta, se opuso firmemente en cumplimiento de los cánones del sínodo de Ashtishat, hasta que Papías le hizo envenenar el 25 de julio de 373. Había sido un fiel y recto Catholicós, querido por el pueblo. Los fieles recogieron su cuerpo como una reliquia, y le veneraron como san Narsés el Grande desde muy pronto. Su tumba cerca de Erzurum se convirtió posteriormente en un lugar de peregrinación para los armenios.

Papías eligió a su protegido Hussik II de Manzikiert como nuevo catholicós, pero Basilio, obispo de Cesarea, rehusó consagrarle, horrorizado por la herejía y crímenes del monarca armenio. Papías rompió relaciones con el obispo griego, y además reclamó a Valente varias regiones y ciudades (alguna tan importante como Edesa). Asimismo, se enemistó con las más importantes familias nakharar, señaladamente los Mamikonian, fervientes prorromanos, que se quejaron a Valente. El emperador era sincero arriano, pero antes que ello avisado político, y le convenía mucho más la seguridad y paz de Armenia (escudo del Imperio por Oriente) que su filiación religiosa. Papías ponía en riesgo esa estabilidad, y con la complicidad de varios aristócratas, el general Trajano, que contaba con la confianza del rey, le asesinó durante un banquete en 374. Papías tenía la edad de quince, y apenas había gobernado durante cuatro convulsos años. De su esposa Zarmandukht había tenido dos niños, Arsaces y Vologases.

Las tropas romanas encumbraron al trono a Varazdat, hijo de Anob, el oscuro medio hermano ilegítimo mayor de Papías, que Valente esperaba más dócil. Lo único que los armenios sabían de él es que había ganado la competición de boxeo en los juegos olímpicos alrededor del año 360, ya que había vivido en Roma desde su infancia. El sparapet Mushegh Mamikonian se convirtió en regente y hombre fuerte detrás del trono. Varazdat era tan agresivamente arriano como su lo habían sido su abuelo y su tío, y durante 3 años más los ortodoxos fueron perseguidos, mientras el Catholicós Houssik cooperaba con la política religiosa del rey.

Esta situación de fuerza de Constantinopla se vino abajo con la derrota y muerte de Valente frente a los godos en la Batalla de Adrianópolis en 378. El Imperio oriental perdió su ejército aquella jornada y entró en una profunda crisis. Sapor II iba a tener su tercera oportunidad. Varazdat trató de congraciarse con él ordenando el asesinato del sparapet Musheg Mamikonian, cabeza del partido prorromano. Pero era tarde para él. Manuel Mamikonian, hermano de Musheg y general a las órdenes de Sapor, tomó el control de Armenia poco después con un gran ejército persa. Varazdat huyó a Constantinopla tras su breve reinado de cuatro años, pero el nuevo hombre fuerte del imperio, el general y luego emperador Teodosio, era católico, y exilió al caído rey arriano a las Islas Británicas, donde desapareció de la historia. Y con él, cuarenta años de perturbador arrianismo en Armenia.

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Tratado de Acisilene. El fin de la independencia del reino armenio

Como su hermano, Manuel se convirtió en el nuevo sparapet, yverdadero soberano tras la decadente dinastía arsácida. Escogió como rey títere al niño Arsaces III, hijo mayor del difunto Papías y Zarmandukht. Tras la muerte del cruel Sapor II (que había gobernado el imperio sasánida desde su nacimiento hasta la avanzada edad de 70 años) en 379, su reino cayó en una disputa sucesoria, y Manuel aprovechó para independizarse tanto de los persas como de los romanos. El nuevo shahansha Ardacher, envió un fuerte ejército, pero Manuel le derrotó, y gobernó pacíficamente como autócrata hasta su muerte en 385.

Durante su regencia murió el catholicós Houssik II de Manzikert, en 378, y fue sucedido por su pariente Zaven de Manzikert, que rigió la Iglesia hasta 381. Fue el primer Catholicós que no pidió la confirmación del obispo de Cesarea, estableciendo así la autocefalia de la Iglesia armenia. Zaven envió representación armenia al Primer Concilio de Constantinopla, que condenó el arrianismo, así como el macedonianismo, el apolinarismo y el priscilanismo. De ese modo, la Iglesia de Armenia cerraba definitivamente la inclinación proarriana de su predecesor. A la muerte de Zaven fue elevado como catholicós su hermano Aspuraces de Manzikert.

La fuerte figura de Manuel Mamikonian había sido un efímero, y postrero latido de independencia. Como siempre, la situación de los dos poderosos imperios vecinos iba a ser determinante para el futuro del reino, y esta vez de forma definitiva. El nuevo emperador católico, Teodosio, veía amenazadas seriamente sus posesiones europeas por el asalto de numerosas tribus germanas, y los usurpadores. Decidido a asegurar la frontera con Persia con una paz duradera, en 387 firmó con elshahansha Sapor III el Tratado de Acilisene, por el cual el Imperio oriental cedía Lázica (la parte costera de la moderna Georgia) y las tres cuartas partes orientales de Armenia a los sasánidas. Ashrak III falleció sin hijos en 390, a los 18 años de edad. Vologases había muerto dos años antes. El Imperio de Oriente se anexionó Armenia Occidental como provincia romana, al igual que el persa hizo con la parte oriental, que conservó el estatus de reino vasallo del shahansha.

A diferencia de su padre, Sapor III practicó la tolerancia religiosa, y en 387 elevó como rey vasallo de Armenia a un joven llamado Cosroes IV (al que la mayoría de autores consideran hijo del arriano Varazdat), y le puso un general persa llamado Zik (con un gran ejército) como su tutor. El propio shahansha le coronó por su mano y le dio a su hermana Zruanduxt por esposa. La nueva corte se instaló entre las ciudades de Artashat y Dvin. La cristianización de Armenia era ya muy sólida y arraigada, y la libre práctica cristiana se permitió, pero regresó el culto zoroastriano, que recuperó adeptos e influencia.

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Mesrob Mashtots y la creación del alfabeto armenio

Cosroes IV resultó excesivamente independiente. Repuso a muchos nakharar en sus dignidades y tierras confiscadas en la tormentosa década anterior. Para sustituir al catholicós Aspuraces, muerto ese año, elevó a Sahak I (Isaac) el Parto, hijo del catholicós Narsés I el mártir (353-373). Por última vez, dos miembros de la dinastía arsácida (y parientes lejanos) ocuparon el trono y el catolicado de Armenia.

Cosroes también eligió como secretario personal al joven erudito Mesrob Mashtots (de una rama menor de los Mamikonian), que dominaba el griego y el persa, para que escribiera los decretos reales. El secretario ganó gran ascendiente y poder, y sus simpatías por los romanos y particularmente por la familia de Teodosio, pronto incomodaron al regente en la sombra Zik, y por su medio, a la corte sasánida. Sapor III, protector del joven rey, murió en 388, y su hijo y sucesor Bahram IV era menos tolerante que su padre. En 389 depuso sin más ceremonias a Cosroes IV, lo sustituyó por su hermano menor Vramshapuh, y lo confinó junto a su familia en Ctesifonte, la capital persa.

Vramshapuh parece ser la mera armenización de la unión de los nombres persas Bahram y Sapor, es decir, un homenaje a los monarcas sasánidas. Su nombre original armenio se desconoce. El nuevo rey mantuvo a Mashtots como secretario, y nombró como sparapet a Hamazasp Mamikonian, hijo del difunto Manuel, y casado con Sahakanouch, la hija y única heredera del Catholicós Sahak I de su matrimonio previo a su entrada en religión. De ese modo, las más nobles familias del reino perpetuaban su unión de intereses. Tanto el rey como sus principales consejeros tuvieron vidas y mandatos inusualmente largos en aquellos años, proporcionando a Armenia una estabilidad y prosperidad inédita desde los tiempos de Tiridates III.

En algún momento a finales del siglo, Mesrob Mashtots abandonó su puesto en la corte y profesó como monje en el mismo monasterio del catholicós Sahak, que lo apadrinó. Con unos pocos compañeros, llevó una vida de ascesis y oración, y finalmente en 394, el Catholicós le envió de misión en algunas partes de Armenia donde todavía se llevaban a cabo ritos paganos, o mazdeístas. La experiencia enseñó a Mesrob que las escrituras empleadas, en griego o siríaco, alejaban a los armenios del interés por su estudio, pues sólo unos pocos ilustrados eran capaces de entenderlas (amén de que algunas complejas flexiones propias del idioma no estaban adecuadamente recogidas en ningún otro). Hacían falta constantes traductores e interpretes para las más sencillas prédicas. Peor aún, la partición del reino estaba empezando a separar efectivamente a los armenios occidentales (bajo el dominio de gobernadores romanos) de los orientales sujetos a los persas, pues las administraciones, costumbres e idiomas diversos les mantenían en intereses separados. Así surgió la idea, madurada durante años, de proporcionar al idioma armenio un alfabeto propio.

Con el auxilio de Sahak I y con el interés y apoyo directo del rey Vramshapuh, Mesrob y sus ayudantes crearon entre los años 405 y 406 el alfabeto armenio. El monje se formó en lingüística con el obispo Daniel de Mesopotamia y el monje Rufino de Samosata.

La base principal fue el alfabeto griego, al que se añadieron signos provenientes del siríaco o el persa para aquellos fonemas que no existían en el idioma heleno, hasta un total de treinta y dos. El interés primario era poder evangelizar y formar mejor a los armenios en la fe cristiana, al poner al alcance de su entendimiento las Sagradas Escrituras. Así fue como la Biblia, naturalmente, fue el primer libro escrito en armenio (concretamente, el Libro de los Proverbios) alrededor del año 411. Pero el efecto, amplificado por el activo apoyo de la corte, fue mucho más allá: el alfabeto permitió que el idioma armenio se convirtiera en una lengua culta, capaz de generar su propia literatura más allá del relato oral, fijar tradiciones y costumbres, y en suma, contribuir a crear una identidad propia a los armenios, hasta entonces muy dependientes de los reyes y familias nobles para sentirse solidarios. En menos de un siglo, la adopción de una fe e Iglesia propias, y de una lengua, convirtió a Armenia en una nación cohesionada. La ventaja fue notable sobre el zoroastrismo, cuyos textos sagrados siguieron transmitiéndose en avéstico, un lenguaje, amén de extranjero, puramente litúrgico (ni siquiera los iranios contemporáneos lo hablaban), y con ello, aún más extraño a los armenios. De hecho, la propia corte de Vrampshapuh prohibió traducirlos al nuevo alfabeto, precisamente para dificultar su difusión.

Con el patrocinio del rey y el Catholicós, Mesrob fundó varias escuelas por todo el reino (la primera en el monasterio de Asmaras, en Artsakh) donde se formó a muchos monjes, y luego a escribanos, en el nuevo alfabeto. Con cartas de recomendación de Vramshapuh, visitó Constantinopla, donde obtuvo permiso del joven emperador Teodosio II para predicar y enseñar en la Armenia romana. Por cierto que los eruditos medievales armenios aseguraron que Mesrob Mashtots también creó un alfabeto para los aghbanos, basándose en el armenio e incorporando algunos sonidos propios de los albanos.

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El fin de la dinastía arsácida cristiana

En 417 murió Vrampshapur, tras un reinado anormalmente pacífico y largo para el reino armenio de veintiocho años, dejando como heredero a su hijo Artaxias, de apenas 9 años de edad. Los poderosos nakharar acudieron al Catholicós Shak, que encabezó una embajada al shahanshaYazdegerd solicitando la libertad de Cosroes IV, tío del pequeño, para que ejerciera como regente durante su minoría de edad. El exiliado regresó para tutelar el trono de Armenia, pero apenas pudo ejercerlo un año antes de su propia muerte. Artaxias fue enviado a Ctesifonte, y los nakharar ejercieron el poder directamente, sometidos a la teórica soberanía del gobernador sasánida. El reino entró en un proceso de feudalización feroz y descomposición del poder político, y el Catholicós Sahak se exilió a la Armenia romana. Desde allí envió a su discípulo Mesrob y su nieto Vardak Mamikonian como embajadores a la corte de Teodosio II.

Las constantes querellas y el egoísmo de los grandes aristócratas provocaron el caos y la desintegración del reino durante cuatro años, y el pueblo gemía por los abusos y las constantes luchas entre nobles. Finalmente, la situación se deterioró tanto que varios de los nakharar se pusieron de acuerdo en llamar de nuevo al Catholicós para que ejerciera de árbitro. Sahak regresó al reino en 422, reunió a las familias poderosas, y logró el consenso de enviar al aristócrata Smbat III Bagratouni y a su propio nieto Vardak a la corte del nuevo shahansha Bahram V, para solicitar que coronara al joven Artaxias como rey. Así se hizo y el muchacho (tenía unos diecisiete años) fue elevado como Ardashir IV.

Pero era sólo era monarca formal, sin apenas poder real, y su único sostén era su pariente el Catholicós. Los nakharar, excusándose en el escándalo que provocaba la lujuria que el joven se trajo de la capital sasánida, ignoraron su autoridad y retornaron a sus querellas, pese a la constante llamada de Sahak a la unidad y lealtad. Finalmente, en 428 enviaron otra embajada encabezada por el monje Sourmak de Manzakert (residente en Persia y buen conocedor de la corte) pidiendo al soberano persa Bahram V que depusiera a su rey y gobernara directamente. Así la Armenia oriental se convirtió en una satrapía persa más, gobernada por el general Veh Mihr Sapor con el título de Marzaban. Los más encumbrados nobles del reino recibieron su recompensa: Vahan Amatouni se convirtió en el vicario armenio del marzaban, y otros, como Archavir Kamsarakan, Sahak Bagratouni, Vasak Siounie, Vardan II Mamikonian (hijo de Hamazasp) y Nerchapouh Arzrouni, se repartieron las más altas dignidades. Por su parte, Artaxias IV, último rey arsácida, desapareció de la historia, poniendo un fin patético a siete siglos de dinastía en Partia, Persia y Armenia.

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Sahak el parto, el último catholicós arsácida

Un efecto colateral del fin de la dinastía arsácida fue la deposición de Sahak el parto como Catholicós. Al fin él mismo pertenecía a esa dinastía, y era el único que había apoyado al derrocado monarca. Fue enviado a Ctesifonte.

El marzban nombró como Catholicós al manejable Sourmak de Manzakert, enemigo personal de Sahak, pero en 429 fue depuesto a petición de la nobleza (con la que tenía desavenencias) y sustituido por Berkicho el sirio, un siríaco persa, algo humillante para los armenios, que por esas fechas estaban desarrollando una ingente labor de formación de su clero gracias al nuevo alfabeto armenio. La intención del shahansha era que por ese medio se produjera una reunión de la Iglesia armenia con la asiria, aunque estos fuesen difisistas y aquellos ortodoxos. El experimento fue un desastre, y la Iglesia armenia entró una profunda discordia entre los favorables a la política del nuevo prelado y los opositores. El nuevo Catholicós se enfrentó al clero crítico, confiscando los bienes de los que se oponían, y consagrando únicamente a los leales. Se le acusó de conductas impropias con monjas que le servían, y hasta los nakharar acabaron pidiendo su destitución. En 432, finalmente Bahram V accedió a liberar y reponer a Sahak, cuyo prestigio no tenía rival en el reino, pero limitándole a la autoridad eclesial y negándole la política.

Sahak tomó como colaborador a su protegido Mesrob, ahora obispo de Vagharchapat. Pronto se ocupó de revisar y aprobar las actas del concilio ecuménico de Éfeso (431), al que por la agitación del reino no se había podido enviar representación armenia, en el que se condenó el difisismo de Nestorio. En otras palabras, la comunidad armenia mantenía sus vínculos con la cristiandad romana y rompía con la mesopotámica, que seguía la doctrina nestoriana, lo cual no podía agradar en absoluto al shahansha.

La administración apostólica, y todos los asuntos temporales fueron dirigidos por otro siríaco persa, llamado Samuel, amigo de Sourmak, aunque pronto se hizo impopular por elevar los impuestos a los clérigos. A la muerte de este en 437, los nakharar ofrecieron a Sahak el parto que retomara todas las funciones temporales del catholicós, asumiendo todo el poder, e incluso prometiéndole que el título se reservaría únicamente para sus descendientes. Pero Sahak presuntamente se habría negado, afirmando que había sido voluntad de Dios que el linaje de Gregorio el Iluminador se extinguiese. Posteriormente partió a la corte sasánida, donde obtuvo la liberación de su nieto Vardan Mamikonian y de Gazavon, mantenidos como rehenes de la obediencia de sus familias, muriendo poco después, el 5 de septiembre de 439 en Bagevand. Había sido prelado de la iglesia armenia durante cincuenta años. Inmediatamente fue venerado como santo. Su nieto Vardan Mamikonian y su esposa Destrik le enterraron, y tomaron sobre sí la herencia de la dinastía de Catholicós descendientes del evangelizador de Armenia, Gregorio el Iluminador. Con él se cerró toda una época del Catholicado armenio.

La desaparición de los arsácidas, seculares gobernantes del reino desde hacía casi cuatro siglos, impulsores de la cristianización y la escritura armenia y ostentadores casi ininterrumpidamente del patriarcado cristiano hasta entonces, supuso el fin de una etapa primitiva en el reino cristiano de Armenia (llena de contrastes entre santidad y brutalidad) y la apertura de una nueva.

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El florecimiento cultural y religioso de la escuela de Mesrub mashtots

Los discípulos más preclaros de Mesrob Mashtots (entre los que descollan Juan de Egheghiatz, José de Baghin, Yeznik de Koghb, Movses Khorenatsi, o Juan Mandakuni) fueron enviados a los centros de saber del Oriente cristiano (Atenas, Antioquía, Constantinopla, Alejandría, Edesa, etcétera) para aprender la literatura griega y traer manuscritos de las obras más importantes, tanto religiosas como filosóficas, para traducirlas al armenio. Mesrob también fue quien llevó a Armenia las actas del concilio de Éfeso (431) que condenaban el difisismo de Nestorio.

Yeznik de Koghb viajó a Edesa para conocer el siríaco y a Constantinopla para aprender el griego, trayendo manuscritos de la Biblia y los Santos Padres. A su regreso fue nombrado obispo de Bagrevand y asistió al concilio de Artashat en 449. Escribió además un libro llamado “Destrucción delas Sectas”, en el que refuta el paganismo, el zoroastrismo, el maniqueísmo y la filosofía pitagórica y platónica, así como la eternidad de la materia. Amén de su argumentación de fondo, su pureza de estilo marcó el modo de escribir del armenio culto en su primera etapa literaria.

Moisés de Chorene fue enviado a Alejandría alrededor de 432 para aprender el griego y la filosofía de la célebre escuela teológica de esa ciudad. También visitó Jerusalén. A su regreso, tanto Mesrob como Shak habían muerto, y las nuevas autoridades persas veían con hostilidad la culturización armenia, con mayor motivo si esta venía de centros de pensamiento griegos. Moisés se recluyó durante varias décadas hasta que el CatholicósGyut, antiguo condiscípulo suyo, le halló por casualidad, y le prometió su protección.

Una primera traducción completa de la Biblia al armenio a partir del texto siríaco había sido realizada bajo la dirección del Catholicós Sahak en 411, pero fue considerada tan imperfecta, que dos discípulos de Mesrob, Juan de Egheghiatz y José de Baghin, fueron enviados a Edesa y Constantinopla para obtener copias griegas más fidedignas al original. Con las que trajeron, mas las obtenidas de Alejandría, se emprendió una segunda traducción, completada en 434, basada en la Septuaginta y la Hexapla, mucho más precisa que la anterior, y que se convirtió en la normativa, siendo todavía empleada actualmente por la Iglesia apostólica armenia. Asimismo, se normativizó la liturgia de la Iglesia armenia, derivación con localismos de la liturgia capadocia de san Basilio de Cesarea (una variante solemne del rito bizantino). Marginalmente, gracias a la traducción armenia se han conservado algunos escritos griegos perdidos posteriormente, como por ejemplo la segunda parte de la “Crónica” de Eusebio de Cesarea.

A la muerte de Sahak el parto, Mashtots ejerció de administrador apostólico de la sede hasta su propia muerte seis meses después, el mismo año de 440. Fue venerado como santo desde muy pronto. Aparte de su ingente labor como creador y traductor del alfabeto armenio, también compuso diversos himnos litúrgicos.

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La rebelión contra la imposición del mazdeísmo de Yazdegard II

Surmak de Manzikert subió de nuevo al trono administrativo del patriarcado armenio, mientras las funciones espirituales fueron asumidas, a la muerte de Mesrob, porHovsep (José) I de Holotsim, vicario y discípulo de Sahak. En 442 murió el marzaban Veh Mihr Sapor, tras un gobierno de catorce años considerado como justo y benéfico por la mayoría de los cronistas. En su lugar fue nombrado el nativo Vasak de Siouni, sobrino nieto de la legendaria reina Farantzem (como descendiente directo de su hermano Babik), de un antiguo linaje de nakharar leal a los persas. A la muerte en 444 de Sourmak, Hovsep reasumió todas las funciones propias del Catholicós, poniendo fin a la anomalía de la bicefalia en el solio que había durado doce años.

Hovsep convocó un sínodo en Chahapivan. Los padres sinodales condenaron la herejía gnosticista mesopotámica de los mesalianos o euquites (de hecho, en armenio la palabra pasó a significar “inmundicia”). Asimismo, se prohibió la transmisión hereditaria de los cargos eclesiásticos, práctica común durante el dominio arsácida (y normalizada por el ejemplo que daban a ese respecto los reyes y magos sasánidas).

Pero el nuevo shahansha, Yazdegard II, hijo de Bahram, que reinaba desde 438, era un mazdeísta convencido, no tan tolerante como sus predecesores inmediatos, y desautorizó las disposiciones eclesiásticas del sínodo. Ante el desagrado generado en Armenia por esta invasión a su autonomía espiritual, el monarca respondió colocando a los vasallos armenios cristianos en la primera línea de combate en las campañas emprendidas contra los heftalitas (hunos blancos) en oriente.

Hovsep reunió a los obispos y nakharar en una curia en la que reafirmó la lealtad de la nación armenia tanto al cristianismo como al shahansha, intentando prolongar la situación de reino cristiano bajo el gobierno de los sasánidas pactada con Bahram en 428.

Yazdegard II no estaba satisfecho, y convocó en 449 a los aristócratas armenios a Ctesifonte, donde les impuso su conversión al zoroastrismo. Tras algunas resistencias (sobre todo de Vardan Mamikonian), todos realizaron la ofrenda al fuego que les exige el shahansha, no sin haber jurado antes los cristianos poniéndose unos a otros como testigos, que en su corazón la realizaban al Dios verdadero. Con esta argucia, y convencido Yazdegard de su éxito, les envió de vuelta junto a varios magos, para que realizaran la conversión de toda Armenia al zoroastrismo, transformar las iglesias principales en templos y altares al fuego, y cerrar las demás. Varazvahan, yerno de Vasak de Siouni y la cabeza del partido mazdeísta en Armenia, fue encargado de la política religiosa.

Pero tras más de un siglo de conversión popular, y habiendo sufrido persecuciones de los paganos, los arrianos y el zoroastrismo previamente, la fe cristiana de los armenios estaba muy firmemente arraigada. El clero alentó una rebelión de los nobles y vasallos cristianos contra las disposiciones de Ctesifonte, encabezada por Vardan II Mamikonian regresado de su exilio en la Armenia romana, y el Catholicós. El propio marzaban Vasak de Siouni, al ver la magnitud del levantamiento, se unió a él. Las guarniciones persas fueron masacradas por los enardecidos armenios, y Vardan logró algunas victorias frente a un primer ejército sasánida. Hovsep y Vasak pidieron ayuda a Constantinopla en virtud de la fraternidad religiosa.Pero, acosado por los hunos de Atila, el emperador Teodosio II no pudo distraer tropas en una nueva guerra contra Persia. Esto fue un golpe para los rebeldes. Creyendo la causa perdida, Vasak viajó a Ctesifonte, se sometió de nuevo a Yazdegard y obtuvo de él la libertad de culto para los cristianos armenios y una amnistía a los rebeldes que se rindiesen.

La oferta no era mala, resolviendo la causa religiosa, que era la principal por la que se había producido el alzamiento, y la rebelión quedó debilitada. Vardan Mamikonian y el cathlicós siguieron combatiendo, pero finalmente fueron derrotados por los persas en 451 en la batalla de Avaryayr, en la que Hovsep dio personalmente la comunión a las tropas antes de la liza. Vardan murió en combate, y el resto de cabecillas fueron capturados.

Vasak de Siouni encabezó la comitiva de sometimiento a Ctesifonte, esperando ser recompensado con la corona de Armenia, pero el shahansha le despojó de su título de marzban y lo encerró en una mazmorra donde moriría poco después, pagando de ese modo su doblez. Sus tierras fueron entregadas a su yerno Varazvahan (uno de los pocos nakharar que habían permanecido leales a Persia toda la guerra), y un iraní llamado Adrur Hormisdas fue nombrado nuevo marzban. Los prelados instigadores de la revuelta, encabezados por Hovsep, fueron enviados como prisioneros a Nichapur, en el Jorasán oriental, al otro lado del imperio. Los nakharar rebeldes, dispersados en diversos encierros en Hircania, en la costa sur del mar Caspio.

Yazdegard depuso formalmente al Catholicós un año después, y le sustituyó por Melité de Manzikert, perteneciente a la otra tradicional familia patriarcal, y sumiso a las disposiciones de la corte sasánida. En 454, Hovsep y los otros obispos y monjes rebeldes fueron decapitados por orden del shahansha. La Iglesia armenia los conmemora como los “Santos Ghevondiank”.

Por su parte, Adrur Hormisdas llevó a cabo una política de apaciguamiento, sin intentar imponer el zoroastrismo, y reuniéndose periódicamente con los obispos para que le informaran de la situación de sus diócesis. Poco a poco los clérigos y nobles encarcelados por todo el imperio fueron siendo liberados (el último en 464).

Así terminó el intento de restaurar el reino cristiano de los arsácidas. La rebelión, no obstante, no fue inútil, pues logró preservar para Armenia la libertad de practicar su religión. Con su fe cristiana ortodoxa y su idioma propio, el pueblo armenio estaba preparado para resistir cohesionado la pérdida de su monarquía autóctona. Vardan Mamikonian fue canonizado por la Iglesia apostólica armenia, y su figura se convirtió en la del héroe nacional cantado por lo poetas para las generaciones venideras.

1 comentario

  
Juanjo
En algunos lugares he visto citado el Edicto de Milán (año 313) del emperador Constantino, como el que establecía el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano, pero en realidad fue un mero edicto de "tolerancia".
Hay que esperar al Edicto de Tesalónica (año 380) del emperador Teodosio, para que el cristianismo sea oficialmente la religión del estado.
17/05/23 3:28 PM

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