Vida en abundancia
Nuestra patria es celestial y eterna, y en regresar a ella debe trabajar nuestra alma, pero este mundo de aquí abajo también es obra de Dios. Gozarlo honestamente es agradable a sus ojos.
La religión cristiana no es religión para tristes. Ni para angustiados o deprimidos. Es vibrante, es desafiante, es exigente y maravillosa. Sursum Corda. Arriba los corazones, que Dios existe y nos ama como somos.