Bosquejo del modernismo filosófico

El modernismo filosófico contemporáneo se puede equiparar al subjetivismo, que pone al sujeto en el centro del acto moral y de la acción política.

Aristóteles consideraba a la voluntad como el auriga rector de los dos caballos de la inteligencia y las pasiones. El hombre modernista (según la definición de Hobhouse), por contra, es considerado simple manifestación de ambas. Por tanto, la voluntad es su servidora; y la persona, mero fenómeno.

Sus bases son:

  1. El fundamento del ser es el pensamiento teórico.

  2. La ciencia positiva o empírica es la única fuente de conocimiento.

  3. La moral es identificada con la opción libre de la voluntad. Puede ser personal o individualista, o compartida (costumbre)

  4. El orden político se crea por la mera voluntad de la sociedad.

  5. La justicia es equivalente a la decisión (efectiva) de quien ostenta el poder. La ley positiva sustituye a la ley natural, en lugar de sujetarse a ella.

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El fundamento del ser en el pensamiento teórico

Este principio evoca el racionalismo de Descartes (que parte a su vez de Platón). Haciendo una simplificación burda (inevitable dada la naturaleza y espacio de este artículo), podemos afirmar que el francés considera que la Razón es capaz de comprender tanto la Naturaleza como lo Sobrenatural sin auxilio divino, empleando el método cartesiano. De ese modo, la Revelación se hace innecesaria. Asimismo, mientras Platón consideraba a las ideas como realidades, Descartes las considera meras representaciones mentales de la realidad, dando lugar al concepto de Pensamiento moderno.

Este punto es importante, puesto que el modernismo filosófico va más allá: Ahora el pensamiento no sólo no es mera representación de la realidad, sino que de hecho puede crearla al interpretarla. Es más, se considera que es ese pensamiento independiente de la realidad lo que define al ser. La Autoconsciencia del axioma descartiano “pienso, luego existo”, llevada a su extremo lógico: sólo existe quien piensa. Sólo existe el sujeto, y el pensamiento es su medida.

El filósofo modernista, pues, ya no busca una realidad externa a él, un orden al que acceder y comprender; al que, en cierto modo, conformarse en su obrar. Los griegos clásicos buscaban la Verdad “ahí fuera”, para poder dotar a la moral de un Bien objetivo. El hombre moderno valora sobre todo el Sujeto: ese ser dotado de pensamiento es quien crea el orden sobre todo aquello sobre lo que dirige sus sentidos. La respuesta a la pregunta platónica sobre qué es el Bien resulta en “lo que el ser dotado de pensamiento así percibe y razona”.

El modernismo filosófico acaba pues en un racionalismo que a la vez no es realista (pues postula que la realidad no existe fuera del pensamiento del ser). En ese alejamiento del realismo acaba aproximándose al idealismo kantiano.



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La ciencia positiva o empírica es la única fuente de conocimiento

¿Cómo se relaciona ese ser pensante con la realidad, entonces? Ante todo, y a diferencia de Descartes o Aristóteles, la filosofía modernista descarta de plano la existencia real de lo sobrenatural (o lo preternatural). Dado que el método cartesiano únicamente puede estudiar la naturaleza, las ciencias empíricas son el único instrumento para acceder a una realidad común a todos los seres. Las ciencias meramente racionales son consideradas inferiores.

En este punto, el modernismo filosófico declara evidentemente su sensualismo (Condillac): son los sentidos los que nos dan acceso a la naturaleza; por tanto, son la única fuente de conocimiento seguro para el pensamiento. Como le ocurrió a los discípulos más destacados del abate, los filósofos modernistas son francamente materialistas. El hombre queda despojado de su alma, y su relación con Dios degradada a mera alucinación o confusión de la mente, engañada por los sentidos alterados o ausentes.

Por ende, el naturalismo se convierte en la única opción válida de pensamiento complejo. La metafísica ha muerto.

Resulta curioso que el pensamiento modernista pretende de hecho el dominio y control de la naturaleza (piénsese en la espontaneidad con la que se presenta la teoría de que la sexualidad, como producto fundamentalmente cultural, es optativa de la voluntad de cada uno, sin sujetarse a determinación natural alguna), con lo que termina confirmando que la única realidad para él es el propio ser; y las ciencias empíricas, mero instrumento de manipulación. Finalmente, quien afirma creer únicamente en el mundo natural, lo hace para ponerlo a su servicio.



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La moral es identificada con la opción libre de la voluntad

Si el ser pensante (sujeto) es la única realidad, el Bien es lo que su pensamiento determina, en base a su razón y sus pasiones, manifestándolo por medio de la voluntad. Naturalmente, la ética para a ser algo exclusivamente personal, y hace aparición el individualismo.

El subjetivismo conduce indefectiblemente al relativismo ético. Y este, por pura lógica, se convierte en siervo de los deseos (de la pasión) y de los intereses (de la inteligencia). Por confusión, se equipara esta servidumbre a la libertad.

Por supuesto, la vida del hombre es en sociedad, y para que esta pueda existir, se hace necesario cierto orden moral que permita la convivencia. Dado que se rechaza de entrada la existencia de un orden moral externo que hallar y aprehender por medio del conocimiento (teoría de los clásicos griegos), la solución a esa dificultad moral es probablemente el desafío más complejo al que se enfrenta el hombre moderno.

Muchos teóricos filósoficos del liberalismo (Hobbes, Locke, Montesquieu, etc) ensayaron diversas soluciones por medio del llamado “contrato social”, que partía de un hombre primigenio individualista que se ajustaba a vivir en sociedad cediendo parte de sus derechos en aras a la convivencia. En el intento de plasmación de ese supuesto teórico se han explorado varias vías, siendo actualmente la más en boga en el modernismo la de las “opciones compartidas”, por la cual cuando una mayoría suficiente de población de una sociedad percibe las mismas opciones éticas, estas se han de hacer normativas en aras a la paz social y al orden público. Una suerte de sufragismo ético.

Esta solución es muy inestable, pues esas opciones compartidas cambian continuamente en el espacio y en el tiempo (por la provisionalidad de las cambiantes condiciones económico-sociales a través de la historia), provocando continuas diferencias y discusiones sociales sobre la moral social, que se ha de estar reciclando interminablemente en un ciclo que agota su fuerza vital. Mientras el progreso técnico continúa exponencialmente, el progreso moral (que debería acompañarle al mismo ritmo) se estanca.

Asimismo, la tensión entre los socializadores y los individualistas que pretenden regresar continuamente a la absoluta autonomía moral (véase el ejemplo muy actual del libertarianismo) es permanente, y la amenaza de la disolución social pende de continuo, cual espada de Damocles, sobre cualquier sociedad basada en los principios del modernismo filosófico.



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El orden político se crea por la mera voluntad de la sociedad

Corolario de lo anterior resulta que la comunidad política se considera mera opción voluntaria de sus miembros, sin un modelo natural (como puede ser considerado la familia, o la aldea) a partir del cual construir la red de relaciones sociales.

Hace así aparición el voluntarismo, por el cual el actuar político no depende de autoridad superior o externa. Dado que no existe el alma, ni ciudad celeste a la que tender con nuestro actuar vital, la ciudad terrena queda reducida a puro poder, su adquisición, su ejercicio y su conservación.

Naturalmente, en esa carrera o lucha, los más fuertes (por influencia, número, o capacidad de coerción) imponen finalmente su voluntad. El poder es para los fuertes, como prueba la enorme aceptación del neodarwinismo social, sobre todo entre los dirigentes políticos.

El orden es sustituido por la mera organización. La búsqueda de la armonía interna de las personas y comunidades como reflejo de una armonía universal es erradicada; en su lugar se trabaja por una simple pacificación externa, que permita cauce para que cada individuo pueda seguir expresando su voluntad sin conflicto manifiesto con el resto de individuos.

Ya no hay orden político, sino simple orden público.



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La justicia es equivalente a la decisión (efectiva) de quien ostenta el poder

Recapitulemos: el hombre moderno ya no es aquel dueño de su inteligencia y sus pasiones, que tiran de él, pero a las que gobierna por medio de la voluntad. El hombre de la filosofía aristotélica es un animal racional y libre, que observa la realidad, y a partir de ella- y por medio de la razón- se erige en señor de sus actos.

El hombre moderno, por contra, no es una unidad. Está sometido a (y es víctima de) sus instintos y pulsiones (verdaderas manifestaciones de su personalidad), y su voluntad es mera expresión de estas. A la vez, al no reconocer mandato superior a su propia voluntad, pone el acento de la acción moral en el sujeto, en lugar de en el objeto. Es, por tanto, a la vez subjetivista y voluntarista. Y el pensamiento es su única cualidad de ser.

Esto explica que se despersonalice a quien no puede expresar su pensamiento o voluntad: por ejemplo los seres humanos no nacidos, los que se hallan en coma, o los que sufren retraso mental. Como objetos en los que son convertidos, su existencia o bienestar son pura voluntad del sujeto. Si este es otro ser (por ejemplo la madre en el caso de los no natos) y decide su eliminación, el derecho modernista le asiste. En el caso de que el sujeto sea el Estado (expresión normativa y máxima de la sociedad modernista), las leyes establecerán los límites de la personalización de dichos seres humanos-objeto.

Naturalmente, la disolución del ser, que de dueño de sus actos se convierte en víctima de sus pasiones, le provoca la pérdida de su responsabilidad y, por ende, de su libertad. Todo acto proveniente de un impulso irrefrenable se convierte de facto en legítimo o, si es antisocial, en atenuante.

Al no reconocer alma o vocación trascendente en el hombre (naturalismo radical), cuando la filosofía modernista habla de conciencia, no alude a la intuición humana acerca del orden moral natural, sino a la expresión adecuada del autoconocimiento a la hora de enjuiciar éticamente (ya elaborada detalladamente en autor tan precoz como Rousseau), de modo que la manifestación de nuestra voluntad sea lo más genuina posible. Así, la conciencia es la facultad (o el poder) de crear el Bien y el Mal.

Esto se traslada de modo directo al derecho: la justicia ya no es el ideal de recuperación del orden natural, de que cada uno tenga lo que le corresponde por naturaleza. Ahora es el producto de un consenso social (ya vimos que inestable) de opciones morales contingentes. La expresión de esa concepción de la justicia (el derecho) deja de ser el producto de un orden moral superior, y se convierte en la única realidad tangible, y por tanto, obligatoria. Si el poder era para los más fuertes, la ley la elaborarán los poderosos. Eliminada la ley natural, para el hombre moderno la ley positiva (que era antes el escalón más humilde y contingente de la cadena) se convierte en la normativa.

Como la ley positiva la elaboran los poderosos, es obvio que se cumple el argumento del sofista Trasímaco de Calcedón, que citaba Platón en la República: “lo que aprovecha al fuerte, he aquí en lo que consiste la justicia”.

Esta inversión del camino del conocimiento entre el hombre y la realidad (de fuera a dentro por el de dentro a fuera), lleva al hombre moderno a diseñar la realidad, a producir un orden en la naturaleza, en lugar de indagar y aceptar el existente. En el fondo, no deja de ser una variante de la enseñanza luciferina de plegar la realidad a la voluntad humana (seréis como dioses). Su resultado lógico es la expulsión de Dios de la experiencia y de la historia.



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Epílogo

La filosofía modernista es actualmente casi equiparable al pensamiento de Occidente, aunque en diferentes lugares y momentos adopte variantes diversas, y tal vez se le podría considerar la heredera legítima del liberalismo clásico, hoy en día muy en retirada. Asimismo, está entre los antecedentes de otras formas de pensamiento contemporáneas, como el existencialismo (Nietzsche, Heidegger o Sartre) o el neomarxismo cultural y político (Gramsci, Marcuse).

En el camino que la comunidad católica en política (nota: distíngase política de politiquería) debe emprender para deshacer la obra des-civilizadora en las antiguas sociedades cristianas, se hace ineludible comprender las bases del pensamiento modernista, profundamente antiteo, para denunciarlas. Asimismo, los católicos debemos ejercer de contracultura que busque restaurar el orden natural y cristiano en la vida privada tanto como en la pública.

Retornar a Aristóteles, san Agustín y Santo Tomás, para a partir de ellos establecer un diálogo (que no puede sino ser confrontación) con el modernismo, no es “enquistarse en viejas doctrinas”, sino emprender el único camino que puede permitir la subsistencia de la fe y el pensamiento cristiano, y a largo plazo, la recuperación de un Occidente postrado y en vías de colapso.

Con la ayuda del Espíritu Santo.

80 comentarios

  
Luis I. Amorós
Por cierto que este artículo me fue sugerido por la lectura de varios ensayos y capítulos de libro del filósofo católico Danilo Castellano. En este asunto soy deudor de sus textos.
02/02/16 9:29 PM
  
Palas Atenea
Gracias, Luis Ignacio, por echarme un capote. A ver si ahora se enteran de lo que significa modernismo. De todas maneras, quizás por la brevedad del artículo, no debemos olvidar tampoco al Idealismo Alemán-es decir a Hegel, fundamentalmente-que tuvo también mucha relevancia.
Estoy de acuerdo que estas filosofías están hoy en día en retirada pero han dejado a Occidente en la miseria moral. Además han desgastado el pensamiento, quizás por su concentración en un breve espacio de tiempo, de Descartes (1596-1650) a Heidegger (1889-1976) no hay ni trescientos años y han pasado racionalistas, idealistas, empiristas, románticos, marxistas y existencialistas con sus correspondientes subcorrientes.

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LA

Naturalmente, esto es un mero apunte. El tema da para miles de artículos.
Un saludo.
02/02/16 10:33 PM
  
Juan Andrés
Hay un libro muy interesante sobre el tema, Cien años de modernismo, que se puede descargar libremente en internet.
02/02/16 11:25 PM
  
Juan de los Palotes
Excelente resumen, genial introducción. Debería ser leído en los colegios.
03/02/16 2:28 AM
  
Ramontxu
No entiendo el porqué de la frase "El hombre moderno, por contra, no es una unidad". Eso, no sólo no es cierto, sino que está en contradicción con muchos otros comentarios que aparecen en el mismo artículo.

En el "hombre moderno" (utilizando tu nomenclatura), no hay ninguna división. No hay nada que los "instintos y pulsiones" puedan someter o a lo que puedan convertir en víctima. Como bien dices a renglón seguido, su voluntad es mera expresión de éstas (sus instintos y pulsiones... y su historia, su cultura, su sociedad, su formación, sus experiencias, sus opciones anteriores...). El hombre no está sometido a todo eso sino que ES todo eso. No hay sometedor ni sometido, no hay lucha ni división. En todo caso, puede tener condicionamientos contradictorios entre si que le generen dudas, pero no hay una parte que manda y otra que obedece.

El que está dividido, como también se desprende de diversos comentarios del artículo, es el hombre "no moderno" (¿el hombre católico?), en el que la voluntad va por un lado y las pasiones por otro, el alma y el cuerpo, el bien y el mal, siempre en conflicto y siempre uno dominando al otro.


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LA

Se puede entender que el hombre aristotélico (el hombre "clásico", pues no es estrictamente sinónimo de católico) es una unidad en el sentido de que está integrado: la persona es un individuo sustancial, con naturaleza racional, que razona acerca de lo que su inteligencia y sus pasiones le impulsan, asumiendo la responsabilidad de las consecuencias del acto moral teniendo en cuenta el orden moral (Bien-mal) de una naturaleza que le antecede y supera. Eso le dota de una unicidad y coherencia interna a los actos que dicta su voluntad (no necesariamente acertada, pues el entendimiento puede obscurecerse, pero siempre buscando obrar correctamente).

El "hombre modernista", por contra, considera que la voluntad o el consentimiento de la persona es quién dictamina qué es lo Bueno y lo malo. Esa voluntad no es sino expresión de sus deseos (de la pasión) e intereses (de la inteligencia). Por tanto, la libertad de esa voluntad, únicamente existe para él si está libre de cualquier criterio externo. Es una libertad sin responsabilidad, pues mientras el acto moral sea genuino, es legítimo, independientemente de sus consecuencias. Para cada acto, la confrontación entre la pasión y la inteligencia (o entre diversas pasiones) le hace tomar cada vez una decisión diferente. Siempre será válida (aunque se contradiga continuamente) mientras prevalezca la voluntad individual. Eso genera una incoherencia y una des-integración de la persona, que no buscará acertar en el acto moral, sino simplemente darle curso adecuado a sus impulsos.
03/02/16 11:24 AM
  
gringo
Qué diferencia habría entre lo llamado "armonía universal" y el totalitarismo? .

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LA

Toda, gringo. Toda.

La armonía universal es un signo del orden natural. Está antes y por encima de nosotros. Podemos tratar de imitarla en nuestra vida o en nuestra sociedad, pero no modificarla a nuestro gusto ni ponerla a nuestro servicio.

El totalitarismo es precisamente la violación del orden natural para imponer un orden artificial cuyos autores consideran mejor.
03/02/16 3:48 PM
  
Palas Atenea
Siempre hay una parte que manda y otra que obedece o, de lo contrario, ningún asesino tendría remordimientos, y algunos los tienen, y los que no suelen ser denominados sociópatas por los psicólogos. Es evidente que contravenir la conciencia, que el hombre moderno niega, tiene sus costes. No asumir la responsabilidad de los actos puede tener consecuencias incluso somáticas.
03/02/16 7:13 PM
  
José María Iraburu
El modernismo tiene hoy gran vigencia en buena parte de la exégesis católica, que por influjo sobre todo del protestantismo liberal, desmenuza la Sagrada Escritura hasta reducirla a virutas: sólo quedan del Libro Sagrado las tapas, y éstas deterioradas.

No hay, pues, nada más eficaz que la exégesis modernista para el derrumbamiento de la Iglesia, porque ella se fundamenta precisamente en las Sagradas Escrituras.

José María Iraburu, "Los Evangelios son verdaderos e históricos" (Fundación GRATIS DATE, Pamplona 2014). Puede hallarse el texto íntegro en www.gratisdate.org

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LA

Gracias, padre, por el aporte.

También el modernismo filosófico ha incidido en no pocos autores católicos (incluyendo algunos muy encumbrados que se enseñan en las facultades de teología). Como no soy experto en teología, no he tocado ese tema, pero sin duda la obra que comenta y otras pueden servir para ampliar la información.

Bendiciones.
bsm
03/02/16 11:27 PM
  
Ramontxu
En el hombre clásico siempre aparece una dualidad entre el espíritu y la carne. Al espíritu se le puede llamar "alma" o "voluntad" u "homúnculo", pero en definitiva es lo mismo: una instancia que no está sujeta al determinismo de la carne y la sangre, de las pasiones y el razonamiento, sino que, de alguna manera, los domina o, al menos, lo intenta.

Dices que está "integrado" con "unicidad y coherencia interna". Eso es fácil de decir pero ningún filósofo ha sabido explicarlo de forma satisfactoria. Ninguno ha sabido explicar el cómo, el mecanismo de esa integración, cuál es la glándula pineal, el puerto USB a través del cual el espíritu se comunica con el cuerpo y lo maneja. No hablemos ya de cómo el espíritu consigue que la carne no se limite a hacer lo que determinísticamente está abocada a hacer, sino que, incumpliendo las leyes físicas, haga lo que el espíritu le dicta.

Por contra, el hombre moderno es una unidad indivisible. Esto es lo que dije y no veo que me lo niegues de manera coherente. Podrá parecerte prosaico, podrás dudar de su capacidad moral o de su libertad, pero esos son otros temas. Lo que está claro es que el hombre clásico está compuesto de dos elementos cuya integración muchos afirman pero nadie explica y el hombre moderno tiene una unicidad intrínseca por definición: es sólo carne.

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LA

Si la persona no es sino el producto o manifestación del "determinismo de la carne y la sangre, de las pasiones y el razonamiento" cabe preguntarse qué lo distingue de cualquier otro animal.

Si es un animal determinado por esas realidad materiales, ¿cómo considerarle moralmente responsable y, en último término, libre? Porque para la filosofía modernista, el único criterio que guía a la libertad es la misma libertad (la autodeterminación de la voluntad del individuo); es decir, ningún criterio.
En el modus vivendi práctico, el hombre común equipara libertad a apetito.

Y lo que ameritaría explicación, si el hombre es "sólo carne", es el porqué todo ser humano busca la Verdad, la Belleza, el Bien, la Justicia, la Compasión, el Orden... o lo Trascendente. ¿Cuál es la conexión sináptica que explica todo eso?

En realidad, yo diría que lo que jamás se ha explicado satisfactoriamente es ese perogrullo sofisticado de "pienso, luego existo", que viene a decir que todo ser que no piensa carece de existencia real, y que únicamente el ser pensante es real. Tal axioma, que se da de tortas con el sentido común, es tenido por muchas escuelas como única certeza filosófica.
04/02/16 12:03 PM
  
Antonio1
Pretender meter en el mismo saco al marxismo, al vitalismo, a la fenomenología, al personalísimo, o al pensamiento post moderno es una barbaridad.

El pensamiento católico le debe mucho al personalismo ( véanse los trabajos de Wojtila)

El pensamiento de San Agustín y Santo Tomás es esencial para un católico, pero hay vida, y muy buena, más allá de ellos.

Hagamos hoy lo mismo que hizo Santo Tomás en su tiempo, seamos capaces de dialogar con lo mejor de la ciencia y pensamiento conocido hoy en lugar de limitarnos a mirar con nostalgia al pasado. Esto solo nos conducirá a la mwlancolía y nos perderemos un mundo intelectualmente fascinante al que no puede ser ajeno el cristianismo. Como sintetiza magistralmente el papa Francisco no confundamos la genialidad de Santo Tomás con el tomismo decadente. ( y políticamente contaminado de ideología mundana, añadiría yo).

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LA

Un dilema importante es el que nos plantea el personalismo.

No es casualidad que sus fundamentadores (Kant, Kierkegaard) procedan de escuelas filosóficas luteranas. En su trasfondo existe esa desesperanza del hombre abandonado por Dios tras su manifestación terrenal; simplificando mucho, el hombre abandonado a su suerte en el mundo terrenal, con la Biblia como libro de instrucciones. Se deriva en una suerte de gnosticismo por el cual el hombre, no sólo tiene los medios para conocer el orden natural (lo cual es cierto), sino que ha sido investido con la autoridad para modificarlo a su mejor criterio (lo cual es evidentemente incierto). La subjetividad.
Esa semilla se halla detrás, también, del personalismo.

A partir de ahí, los filósofos personalistas cristianos se lanzan a la tarea de descubrir los rastros de Dios en el ser humano, haciendo firme distinción entre persona y cosa, la intersubjetividad relacional, el hombre como fin en sí mismo, etc. Sin duda con la más loable de las intenciones, pero en cierto manera se dedican a defender a Dios en el hombre... sin contar con Dios; ni su orden cósmico ni su revelación. Se diría que estableciendo que el hombre y los objetos son radicalmente diferentes, sitúan involuntariamente a Dios como uno de esos objetos: como si a la hora de conceptuar a la persona, Dios no fuera imprescindible.

El hecho es que el personalismo contemporáneo tiende al voluntarismo. La libertad es puesta en el centro del pensamiento moral, como sinónimo de autenticidad (véase Heidegger), pero es una libertad esencialmente negativa: los límites personales impuestos en servicio de la convivencia, que el individuo trata siempre de romper o al menos ensanchar. No es sino autodeterminación del individuo. Voluntad (individual o colectiva) confinada a la conciencia personal, soberana de todos los derechos y por tanto, señora de cualquier orden. Y superior a cualquier ley objetiva.

Yo no veo más que otra variante radical del individualismo. Y de la irresponsabilidad última (la conciencia se va pareciendo peligrosamente a la mera opinión, contingente y cambiante). No puede haber diálogo desde una óptica cristiana que no sea confrontación.

Sin duda Karol Wojtila, como Maritain, Guardini u otros, buscan sinceramente la forma de dar plenitud al mensaje cristiano en medio de una sociedad que ha perdido los fundamentos clásicos de la noción del orden natural, y encuentran en el personalismo un cauce. Pero al jugar en "campo contrario" y con las reglas del otro, su posición es siempre apurada, y siempre parten en inferioridad, y siempre juegan a la defensiva. Y siempre parecen estar justificándose.
En ese sentido, el tema de los derechos humanos es muy elocuente: qué significan para unos u otros, y qué estabilidad para la construcción de una ética compartida o un orden moral pueden aportar, visto que con el cambio de situaciones socio-económicas mudan, al igual que la ley positiva. O la confusión entre la libertad de la conciencia y la libertad de conciencia (o la libertad de la Religión y la libertad de religión), etc.
04/02/16 1:53 PM
  
Palas Atenea
Pues sí, pero mira por dónde en determinadas circunstancias, en las que nadie se hace responsable, se echa la culpa a ese cristianismo infiltrado de modernismo por no portarse como cristianos tradicionales. En el libro de Timothy Snyder " Tierra Negra" (El Holocausto como historia y advertencia), hablando de la poca intervención de los cristianos en el caos de la guerra, dice lo siguiente: "Los cristianos que se compadecieron de los judíos como Rufensein fueron excepciones dentro de la catástrofe moral de la cristiandad durante el Holocausto". En 1940 la cristiandad ya no existía: había dos totalitarismos anticristianos y un liberalismo anticristiano también, luego la catástrofe moral a la que alude no era de los cristianos sino de las supuestas democracias que cayeron ante Hitler o que se asociaron con Stalin. Y no faltará quien, en la actual coyuntura, el fracaso de la política de acogida a los emigrantes en una Europa aconfesional la achacará también a otra "catástrofe moral de la cristiandad". Es decir: "primero la minamos a base de filosofías modernistas y luego, cuando ya no esté ni se la espere, le cargamos la responsabilidad de lo que pase, para lo cual los cristianos siguen siendo muy útiles, ya que la subjetividad no crea responsabilidad alguna. Los cristianos creen en el libre albedrío luego ellos, aunque sean tres y el cabo, cargarán con la culpa en la que ellos creen y nosotros no".
04/02/16 2:31 PM
  
Palas Atenea
Ramontxu: ¿Qué significa una unidad indivisible para ti? Una unidad indivisible del tipo que dices ni siquiera puede decidir, ni tomar opciones de ninguna clase sino que, como piedra que cae, discurrirá por la vida en una sola dirección; en el momento que haya una lucha interior entre razón y pasiones también se presentará la división que nos achacas.
04/02/16 6:57 PM
  
Ramontxu
Puesto que no respondes a lo que yo decía, entiendo que el calla otorga y admites que el hombre clásico es un hombre dividido y en el que no se sabe cómo se pueden compaginar sus componentes, mientras que el hombre moderno es una unidad.

Has optado por hablar ahora de lo que yo decía que eran "otros temas", así que te respondo brevemente.

"Si la persona no es sino el producto ... del "determinismo ... cabe preguntarse qué lo distingue de cualquier otro animal"

- A diferencia del mundo de las ideas, la naturaleza (la realidad) es flujo y continuidad, no hay líneas divisorias, así que tu pregunta es meramente filosófica, no sobre el mundo real. Pero ya que preguntas mi opinión, yo diría que la caracterísitica más distintiva del hombre es la autoconciencia.

"Si es un animal determinado por esas realidad materiales, ¿cómo considerarle moralmente responsable y, en último término, libre?"

- Para el hombre moderno, ese es un problema que ni siquiera se plantea: es él, y no otro, el que decide, por lo tanto, es libre. Y, como es libre, es responsable de sus actos.
Realmente, el problema lo tiene el hombre clásico, que no tiene claro, en cada instancia, si el que decide es la carne o el espíritu. Un hombre que está compuesto, por una parte, de una carne que se mueve condicionada por todo su bagage cultural y personal, es decir, con sentido, dirección y orientación y, por otra, de un espíritu no condicionado en absoluto, es decir, que obra... ¿al azar? La carne podría ser libre, pero el espíritu no le deja y el espíritu no puede ser libre porque anda desorientado, al no tener condicionamientos que den sentido a sus decisiones.

"... si el hombre es "sólo carne", ... por qué todo ser humano busca la Verdad, la Belleza, el Bien, la Justicia, la Compasión, el Orden... o lo Trascendente."

- No hay ninguna contradicción entre la carne y la búsqueda de la verdad, la belleza, etc (las mayúsculas no tienen sentido en este caso). Se trata de mecanismos que ya están presentes en los animales, incluída la capacidad de razonar, que tu no has nombrado. En el hombre, todos ellos se dan más y mejor y, sobre todo, en el hombre se dan conscientemente, pero nada más.
Lo único, de entre lo que has nombrado, que no creo que se dé en los animales, es la búsqueda de la transcendencia, pero esa no es una característica distintiva de los humanos. Yo, por ejemplo, soy humano y, sin embargo, no busco la trascendencia.



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LA

No, no creo que el "hombre clásico" esté dividido. Tensión no es división. La voluntad del hombre aristotélico no deja atrás sus instintos o intereses. Simplemente, les da un sentido moral. Al actuar de consuno en cada acto, se dota de una unidad de criterio. El hombre moderno desintegrado puede hoy opinar una cosa y mañana la contraria. Será muy genuino, pero es incoherente.

"yo diría que la caracterísitica más distintiva del hombre es la autoconciencia"

Y, sin embargo, parece que algunos animales, sobre todo primates, también tienen autoconciencia.

"es él, y no otro, el que decide, por lo tanto, es libre. Y, como es libre, es responsable de sus actos."

¿En base a qué decide? Si no está moralmente obligado, si sencillamente da curso a sus pasiones e intereses ¿dónde está la libertad? Si la carne es determinista (según tu propia expresión), nada se puede hacer sino obedecerla. Por tanto, no hay libertad alguna, porque no hay elección.
El espíritu, por su parte, tiene una clara tendencia a la superación. Sospecho que la desorientación viene dada por no saber hacia dónde se ha de dirigir esa superación personal, más que a la existencia o no de condicionamientos. A fin de cuentas, precisamente la razón existe para que los condicionamientos no decidan por nosotros.

"No hay ninguna contradicción entre la carne y la búsqueda de la verdad, la belleza, etc [...]. Se trata de mecanismos que ya están presentes en los animales"

¿En los animales está ya presente la búsqueda de la verdad, la justicia, la belleza, o el bien? Entonces ¿por qué aparecen sólo en el ser humano?
Necesitaría una demostración más evidente.
05/02/16 4:27 PM
  
Ramontxu
Palas, una piedra con sentimientos y capaz de razonar y cuyos sentimientos y razonamientos son fruto de una larga historia social y personal, sí que puede tomar opciones.
Una persona puede tener sentimientos contradictorios o sus razonamientos pueden ir en una dirección, sus sentimientos en otra y sus intereses en otra, pero eso no divide a la persona. Algunas decisiones son difíciles de tomar, eso es todo.
05/02/16 4:33 PM
  
Eiztarigorri
El problema no es la filosofía modernista sino la teología modernista que ha regalado carta de naturaleza al modernismo dentro del campo católico a veces con el respaldo impropio de la autoridad disfrazado como "pastoralidad" el gran coladero de todas las herejías.

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LA

La teología modernista es una rama de la filosofía modernista.
05/02/16 6:23 PM
  
Ramontxu
"No, no creo que el "hombre clásico" esté dividido"

- Pues tendrás que buscar al menos una hipótesis que explique cómo se comunican el cuerpo y el espíritu.

"Y, sin embargo, parece que algunos animales, ..., también tienen autoconciencia."

- Así es. Ya he dicho que en la naturaleza no hay líneas divisorias. Aún así, pienso que es la característica más distintiva de los humanos, aunque no sea totalmente exclusiva.

" ¿dónde está la libertad? Si la carne es determinista.... nada se puede hacer sino obedecerla"

- ¿Obedecerla? Estas pensando en terminos dualistas. ¿Quien obedece a la carne? Lo único que hay es la carne, que hace lo que ella misma decide. Por eso es libre.

"..., la razón existe para que los condicionamientos no decidan por nosotros."

- La razón es una función de la carne y está tan condicionada como la digestión.

"¿En los animales está ya presente la búsqueda de la verdad, la justicia, la belleza, o el bien? Entonces ¿por qué aparecen sólo en el ser humano? Necesitaría una demostración más evidente."

- ¿Después de que tu mismo me has dicho que algunos animales tienen auto conciencia? Seguro que esto lo encuentras también fácilmente.

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LA

Ramontxu, el espíritu y la carne se comunican como la mente y el cuerpo. Sólo tú no ves la forma de relación. Cualquier persona puede experimentar la sensación de que su cuerpo le pide algo que su razón no considera conveniente. El cuerpo tiene instintos, el espíritu decisiones.

"Ya he dicho que en la naturaleza no hay líneas divisorias. Aún así, pienso que es la característica más distintiva de los humanos, aunque no sea totalmente exclusiva."

En la naturaleza no hay líneas divisorias... ese argumento me lo guardo para cuando discuta con un pro-abortista sobre el momento en que un feto no-persona sin derechos se convierte mágicamente en persona con todos sus derechos.
En cuanto al asunto, no entiendo qué quiere decir "más distintivo, pero no exclusivo" ¿un macaco es medio humano? ¿un bonobo es tres cuartos de humano? Tal vez cuando se hagan estudios más amplios descubramos que la ballena jorobada es dos tercios de persona...

"¿Quien obedece a la carne? Lo único que hay es la carne, que hace lo que ella misma decide. Por eso es libre."
"La razón es una función de la carne y está tan condicionada como la digestión"

La carne busca su mera satisfacción, Ramontxu. La carne únicamente aspira a saciar sus apetitos, por eso no es libre, no puede ser libre.
La razón establece relaciones entre ideas y gracias a eso puede formar juicios y tomar decisiones que se llaman, por ese motivo, razonadas. El hecho de que tú hayas escogido poner tu razón al servicio de tu carne no es prueba de que eso sea una ley universal.

"¿Después de que tu mismo me has dicho que algunos animales tienen auto conciencia? Seguro que esto lo encuentras también fácilmente."

Eludes la respuesta. Que un animal se reconozca como individuo ante un espejo no demuestra que tenga metafísica.
05/02/16 11:13 PM
  
Ramontxu
Cuando digo "carne" me refiero al cuerpo en su totalidad, incluyendo el cerebro. La razon y las decisiones son funciones del cerebro, de la carne, que se dan también en los animales. Queda sin explicar qué hace el espíritu, cómo lo hace y cómo se lo comunica al cuerpo para que lo ejecute.

El hecho de que en la naturaleza no haya líneas divisorias niega, efectivamente, que haya un salto en el momento del parto que convierta al feto en otra cosa, pero aún más se puede aplicar eso al momento de la concepción.

Los animales no hacen metafísica. Por eso eliminé la trascendencia de tu lista y puse lo demás con minúscula. Pero tienen sentido de la justicia (mi perro, claramente, lo tiene), son atraídos por lo cierto, frente a lo engañoso y buscan el bien, lo que es bueno pata ellos. No son iguales que las personas, pero ya se encuentran en ellos, de manera embrionaria casi todas las funciones que, habitualmente pensamos que son privativas de los humanos.

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LA

Ramontxu, la doctrina que profesas es puro animalismo.

El cuerpo, la carne, o como lo quieras llamar, se mueve por instinto de superviviencia y reproducción. No hay más. por ello sólo le mueve el hambre, la sed, el sueño, la excitación, el miedo, el apareamiento, el cansancio, la comodidad. Y a ello aplica todos sus talentos.

Tu perro no se plantea que a cada uno haya que darle lo que le corresponde: reclama todo lo que puede. Y se somete a ti no por amor, sino porque como animal gregario que es, tú eres el alfa de su manada, y te debe obediencia para conservar el estatus. Si no le sometes, procurará someterte él a ti.

Todo ser humano sabe por experiencia que, al menos a partir de la primera infancia, muchas otras cuestiones ocupan su mente, más allá de la mera supervivencia. La planificación o dudas sobre su futuro, la valoración y búsqueda de la belleza, la cuestión de porqué existe el mal moral, las preguntas sobre su existencia y la razón de ser del universo (también tú, aunque lo hayas desechado, te has hecho esas preguntas), el amor. Siempre el Amor.

Nada de eso se halla en los animales. Ni de forma embrionaria, ni de cualquier otra.

Los tiburones llevan evolucionando 400 millones de años. Los tiburones modernos 100 millones de años. Según la teoría darwinista contemporánea, los hombres nos separamos del resto de los primates hace apenas 2 millones de años (Bueno, unos monos comenzaron a andar de pie hace 2 millones de años, el homo sapiens, nuestra especie, tiene poco más de 200.000 años). 50 veces menos tiempo que los tiburones (modernos). ¿Por qué los tiburones no han creado culturas, tecnología, derecho ni civilizaciones, y los seres humanos sí? ¿Todo se responde simplemente con lo de que "el hombre liberó las manos? ¿No tuvieron tiempo de sobra los tiburones para modificar sus extremidades de forma que les sirvieran para algo más que nadar?

La metafísica que tu desprecias es la diferencia entre el hombre y el animal. Y el mero hecho de que tu seas capaz de razonar críticamente, de, en una palabra, filosofar sentado ante un ordenador, es prueba suficiente de la existencia verdadera de la metafísica.

Por cierto, que en la concepción aparece un nuevo individuo lo demuestra que de la fusión de dos ADN aparece uno completamente diferente y único, y que se conservará durante toda la vida del individuo. Ese es un hecho que cumple todos los criterios del método científico: es medible, observable por varios observadores, reproducible y falsable. El empirista más exigente no podría pedir más. Y, sin embargo, se deshecha en la práctica a la hora de legislar sobre el aborto. Lo que demuestra que el pensamiento voluntarista no quiere servir a la naturaleza del ser, sino manipularla a su antojo. Y que el ciencismo no es ciencia, sino ideología.
06/02/16 9:03 AM
  
Antonio1
Habría que puntualizar muchas de las cosas que dices del personalismo. Para empezar confundes los antecedentes del personalismo, que no son personalismo, con él personalismo. El personalismo no está a la defensiva ( curioso esa expresión que define a la perfección la actitud de los pensadores neotomistas más rancios) sino que parte de una concepción profundamente positiva y propositiva del hombre en cuanto ser trascendente. El pensamiento personalista de un Wojtyla o un Mounier o un Julián Marías tiene de todo menos de apurado o de complejo de inferioridad. Que no, que no juegan en campo de otro. Y que de nuevo venga eso de un neotomistas y lo utilice como argumento: ¡qué santo Tomás no es que jugara en otro campo, es que las reglas de juego, el equipo, la pelota, el campo y hasta la equipación eran de otro! muy inteligente sí, pero muy ajeno al mundo de la Revelación.

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LA

Antonio1, yo he desarrollado un poco mi valoración y críticas del personalismo. Estaría bien que usted se molestara en argumentar un poco sus afirmaciones sobre lo que yo he escrito, en vez de asentar axiomas y calificarme a mí sin más razones.

PD: eso de que Santo Tomás era ajeno al mundo de la Revelación (ojalá sea una errata y quería decir Revolución) es un auténtico disparate.
06/02/16 2:21 PM
  
Ramontxu
Cuando dices que

"La planificación o dudas sobre su futuro, la valoración y búsqueda de la belleza, la cuestión de porqué existe el mal moral, las preguntas sobre su existencia y la razón de ser del universo"

¿Quieres decir que piensas que todo eso no lo hace el cerebro, sino el alma?

¿Y que el cerebro,

"se mueve por instinto de superviviencia y reproducción. No hay más. por ello sólo le mueve el hambre, la sed, el sueño, la excitación, el miedo, el apareamiento, el cansancio, la comodidad. Y a ello aplica todos sus talentos." ?


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LA

También los animales tienen cerebro. ¿Por qué ellos no se hacen esas primeras preguntas?

No quieras confundir cerebro con mente, Ramontxu. Eso sí que no está demostrado científicamente.
06/02/16 7:55 PM
  
Ramontxu
Entiendo que eso es un"si".

Entonces, como ya he dicho dos o tres veces, tienes que explicar cómo hace el alma para obligar al cerebro a contravenir las leyes físicas y el determinismo que le domina y, por ejemplo, en lugar de preocuparse sólo de su propia supervivencia, como tu dices, poner su propia vida en peligro para hacer un acto de heroísmo. Porque, el que mueve las manos y los pies es el cerebro, no el alma. Esto si que está demostrado. ¿Cómo se las apaña el alma para hacer milagros (romper las leyes fisicas y el determinismo) una y otra vez? ¿Como influye el espíritu en la materia?

Si no explicas eso, estás haciendo afirmaciones dogmáticas, irracionales, estás hablando de magia, de conjuros y de porquesíes.


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LA

Eludir las preguntas y atribuirme asentimiento (que no he dado) a tus aseveraciones, no es argumentar. Se parece bastante a emplear trucos, Ramontxu.
Y muestras una cierta prisa por colgarme los sambenitos de tu último párrafo. Pero te has saltado la demostración previa.

Cuando mis respuestas a tus comentarios son mucho más largas que estos, y te planteo muchas cuestiones que evitas comentar o dar razón de ellas, me parece que lo último que puedes hacer es sacar el arma de acusarme a mí de pensamiento mágico.

No soy yo el que exijo pruebas empíricas como único alimento de la mente, no soy yo el que fundamenta todo mi pensamiento en el método científico, no soy yo el que afirma que no hay más que materia o cuerpo.
Así que dime: ¿qué animal sacrifica su vida por otro? Ninguno lo hace, ni siquiera por su prole (que es lo que usualmente se defiende con más agresividad). Pero el ser humano no sólo da su vida sin dudar por defender a sus hijos, también lo hace regularmente por defender a familiares o amigos. Incluso ponemos en riesgo nuestra vida por salvar la de un desconocido si lo vemos en apuros y podemos hacerlo. Y ¿qué decir de arriesgar la vida por ideas abstractas? La libertad, la patria, la religión...
Son actitudes que muestran espontáneamente la mayoría de las personas. ¿En qué animal se halla eso en estado "embrionario"?

Y, dime, ¿en qué parte del cerebro, en qué circunvolución, en qué sinapsis está determinado que todos los seres humanos nos hallemos naturalmente atraídos (e intrigados) por la armonía, el orden, la belleza?

Muéstrame pruebas, Ramontxu. Enséñame estudios científicos (aleatorios y doble ciego, para que pueda "creer") de que todo eso viene de la materia. Ese es tu modo de conocer la realidad.
06/02/16 9:43 PM
  
Ramontxu
Luis Ignacio, la primera pregunta la he hecho yo hace ya varias intervenciones y todavía estoy esperando que me contestes: ¿cuál es el mecanismo que permite a un espíritu comunicarse con la materia? ¿cómo consigue el espíritu obligar a la materia a hacer cosas que contradicen las leyes físicas y el determinismo?

No me acuses a mí de rehuir las preguntas cuando tu todavía no has contestado a ninguna.

La pregunta equivalente que tu me podrías hacer a mí es ¿cómo hace el cerebro para crear una mente? Pero no me la has hecho. Te has limitado a negar dogmáticamente que tal cosa pueda darse, porque, según tu, la mente pertenece al espíritu.

En lugar de eso, me preguntas por qué a los animales no hacen metafísica y por qué no hacen otras cosas que sólo los humanos hacemos. Bien la respuesta es "Porque no son humanos". Los pájaros hacen nidos, los peces nadan, los cocodrilos cazan ñus y los humanos tienen mucha imaginación, mucha curiosidad y les gusta dar respuesta a todo, aunque no puedan y se inventan cosas. Nuestro cerebro hace eso: racionaliza, crea conceptos para encasillar la realidad, se inventa explicaciones más o menos plausibles y establece relaciones causa-efecto entre cosas que no están relacionadas pero que casualmente suceden consecutivamente.

La filosofía no aparece en los animales, pero el buscar explicaciones para las cosas, si. Es decir, que la mente humana, se puede encontrar en forma embrionaria en los animales. No la filosofía, pero sí la mente, que es la que hace filosofía.

Cómo hace el cerebro para producir una mente humana es algo que todavía no se conoce bien. Pero no creas que no se conoce en absoluto, se va avanzando y se conoce algo, cada vez más. Por eso, hacerme la pregunta torticera de en que sinapsis está la atracción por la belleza y pretender con eso demostrar algo (que el alma existe o que la mente no es una función del cerebro), es ridículo. Sobre lo que no se sabe nada, nada en absoluto, es sobre el espíritu. Sobre eso se creen muchas cosas, todas ellas antropomorfismos, pero no se sabe nada.

Finalmente, sugerir que el método científico está reducido a experimentos y que aquello que no se puede reproducir en laboratorio no es científico, denota una ignorancia sobre el método científico que estoy seguro que no tienes, así que supongo que ahí se te ha ido la mano. Como sabes, el método científico parte de observaciones, continúa con la proposición de hipótesis que expliquen esas observaciones y termina con teorías plenamente desarrolladas que, además, duran mientras duran.

De todas formas, ya que me pides estudios científicos sobre el tema, mientras escribía los párrafos anteriores he recordado un libro que leí y que viene que ni pintado: Y el cerebro creó al hombre, de Antonio Damasio. Te lo recomiendo.


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LA

"¿cuál es el mecanismo que permite a un espíritu comunicarse con la materia? ¿cómo consigue el espíritu obligar a la materia a hacer cosas que contradicen las leyes físicas y el determinismo?"

No tengo ningún problema en contestarte, Ramontxu: no lo sé. No tengo apuro en admitir la existencia del misterio. Seguro que hay mejores teólogos que yo que te podrán contestar esa pregunta.

"En lugar de eso, me preguntas por qué a los animales no hacen metafísica y por qué no hacen otras cosas que sólo los humanos hacemos. Bien la respuesta es "Porque no son humanos"."

Bien, reconoce que eso es una perogrullada. Me presentas una realidad que ya conozco (que los seres humanos son esencialmente diferentes a los animales en cuanto al pensamiento) pero no me das explicación de porqué existe.

"los humanos tienen mucha imaginación, mucha curiosidad y les gusta dar respuesta a todo, aunque no puedan y se inventan cosas."

Lo veo una generalización. Los filósofos indagan y buscan respuestas, sin duda. Pero hay una diferencia entre plantear una hipótesis e "inventarse cosas". Es una confusión un tanto burda. Tengo más confianza en la buena fe de los filósofos, y en su talento. Una cosa es equivocarse. Otra, empezar a "inventarse cosas". El ejercicio de teorizar, e incluso especular, ha hecho avanzar el conocimiento humano. Y no sólo en ciencias poco exactas, como la propia filosofía, sino también en las físicas, incluyendo las exactas.

"Finalmente, sugerir que el método científico está reducido a experimentos y que aquello que no se puede reproducir en laboratorio no es científico, denota una ignorancia sobre el método científico que estoy seguro que no tienes, así que supongo que ahí se te ha ido la mano. Como sabes, el método científico parte de observaciones, continúa con la proposición de hipótesis que expliquen esas observaciones y termina con teorías plenamente desarrolladas que, además, duran mientras duran."

Estimado, las ciencias experimentales se llaman así por los experimentos. Yo no tengo problema en incluir en el método científico que describes a las ciencias no experimentales (historia, antropología, filología, filosofía, sociología, teología, economía, política, derecho, etc). He conocido a muchos materialistas que no admiten ese tipo de saber como ciencia porque no cumple los criterios que yo te ponía en mi anterior mensaje.

Gracias por la recomendación del libro. Cuando termine la cola de libros para leer procuraré descargármelo o hacerme con él. Veo además, echando un vistazo a los títulos de las obras de Damasio, que tiene en bastante estima las intuiciones de los filósofos.

En realidad, este tema se sale bastante del motivo primigenio de mi artículo. Me interesa más el ser humano en cuanto ser social, y las comunidades que genera y en las que se desarrolla y crece como persona.
07/02/16 11:32 AM
  
Ramontxu
No te preocupes por no saber la respuesta a mi pregunta sobre la comunicación del espíritu con la materia. La verdad es que nadie sabe la respuesta, incluídos los teólogos. Bueno, más que no saberla nadie, lo que ocurre es que no hay respuesta, porque equivaldría a describir las cualidades y el funcionamiento del espíritu, tarea imposible para los que estamos encerrados y limitados por la materia. Reconozco que me produce rechazo que haya personas y, peor todavía, filósofos, que creen en la existencia de lo espiritual sin hacerse esa pregunta e intentar darle respuesta, pero, bueno, así somos los humanos: nuestro cerebro tiende a crear explicaciones para los fenómenos que observa, aunque no estén demasiado fundadas, y a pasar por alto con mucha facilidad la existencia de agujeros en nuestro conocimiento.

Mi comentario sobre la diferencia entre animales y humanos, por supuesto que es una perogrullada, pero creo que era la única forma de responder a tus preguntas: los animales y los humanos hacen cosas distintas y tienen cualidades y potencialidades distintas porque son distintos. En lo que quería hacer hincapié es en que, del hecho de que sean distintos, no se puede deducir que los humanos tienen espíritu o algo que no sea materia. Para afirmar eso, hay que eliminar primero la posibilidad más obvia: que es el cerebro el que produce la mente, la voluntad, etc. Y la realidad es que esa posibilidad, lejos de ser anulada, cada vez se va confirmando más.

Incluso en las ciencias experimentales como la física, rara vez se "demuestra" algo y mucho menos se replica en laboratorio. Los experimentos son para intentar falsar o reforzar las teorías.

Pero parece que ya tienes ganas de dejar el tema. Muchas gracias por la conversación.

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LA

Gracias a ti.

Ciertamente, algo nos une: ambos buscamos respuestas, y en eso estamos de acuerdo. En otras cosas, obviamente, no.
Algunas de tus dudas no las puedo resolver. Algunas de las mías tampoco las has podido resolver tú.

Mi experiencia espiritual es personal e intransferible, por eso mi certeza sobre la existencia del espíritu no es comunicable de forma empírica (y probablemente tampoco de forma estrictamente racional). Por ello no la saco a colación. Creo, no obstante, que hay muchos que sí han intentado responder a tu pregunta, y probablemente haya verdad en algunas de las cosas que dicen. Tal vez ellos puedan ayudarte.

Aunque, como te he dicho, ando mal de tiempo para leer, sí he mirado un resumen bastante amplio de la obra que me recomendabas de Damasio ("y el cerebro creó al hombre") en esta dirección: www.gestalt.cl/articulo.php?textoId=13

Dado que es extensa, presupongo que viene a describir correctamente la temática del libro (otra cosa es la facilidad de expresión o de sinopsis del autor del artículo). Espero que sea así. Me ha parecido muy interesante lo que describe el profesor, y sin duda su teoría del flujo continuo de imágenes y sensaciones como forma de crear mapas de imágenes (en un sentido sensorial amplio) dinámicos, que se unen a otros mapas de recuerdos, y el modo en que se integran unos con otros para crear el "sí mismo" (la autoimagen), tanto como sujeto como objeto, en varios niveles.

Está bien, es una buena explicación de un mundo fascinante (cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos a través del tiempo para configurar una imagen exterior y otra propia totalmente únicas). Me parece que es una teoría que perfectamente puede responder a la realidad, o al menos acercarse mucho. El problema para mí es que toda la explicación termina en un mero autoconocimiento nuestro y del entorno en base a sensaciones y recuerdos (el ejemplo del profesor mirando a los pelícanos). Es decir, un nivel de lo que entendemos por "mente" bastante elemental.
Sobre las cuestiones más complejas a las que yo te aludía no dice nada, por lo que la explicación del pensamiento abstracto puro y metafísico no forma parte de la obra de Damasio (salvo que el resumen no esté bien hecho).

Más que cansancio, es que dispongo de poco tiempo para moderar últimamente. De todas formas, gracias otra vez por leerme y comentar.
08/02/16 12:02 PM
  
Antonio1
Lo que es un disparate es la manera con la que tú lees mis escritos, digo que las reglas de juego eran de otro ( Aristóteles, no lo pude porque es evidente) que es ( Aristóteles) muy inteligente pero ajeno ( Aristóteles) al mundo de la Revelavión. Mucho más ajeno de lo que pueda serlo Kant.

Te agradecería que no interpretaras nunca un escrito mío como si fuera capaces de barbaridad semejante a decir que Santo Tomás es ajeno al mundo de la Revelación.

El que ha dicho sin argumentar y axiomática mente que los personalistas están a la defensiva, con sentimientos de inferioridad o apurados no he sido yo.

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LA

Estimado Antonio1: en este párrafo "El pensamiento personalista de un Wojtyla o un Mounier o un Julián Marías tiene de todo menos de apurado o de complejo de inferioridad. Que no, que no juegan en campo de otro. Y que de nuevo venga eso de un neotomistas y lo utilice como argumento: ¡qué santo Tomás no es que jugara en otro campo, es que las reglas de juego, el equipo, la pelota, el campo y hasta la equipación eran de otro! muy inteligente sí, pero muy ajeno al mundo de la Revelación", no aparece el nombre de Aristóteles por ninguna parte.

Tal vez sería bueno releer lo que uno escribe antes de darle al botón de enviar. Eso ayuda también al interlocutor a comprenderle a uno.

En cuanto a mis calificaciones sobre el personalismo, permíteme que crea que las he argumentado (varios párrafos). Si no estás de acuerdo, tienes perfecto derecho a discrepar... pero diciendo dónde y porqué. No atribuyéndome animadversiones e intereses políticos gratuitamente.
08/02/16 12:36 PM
  
Antonio1
Ramontxu:
"Yo, por ejemplo, soy humano y, sin embargo, no busco la trascendencia"

Reconozco que está afirmación, viniendo de una persona iqe escribe diariamente en páginas religiosas, y que es una de las personas más interesadas y apasionadas por la trascendencia, como eres tú ( en cada frase tuya se apunta una inagotable sed de Dios) me produce ternura.

Y nos sirve para adentrarnos en otras de las especificidades del ser humano: la capacidad de autoengañarse.
08/02/16 12:40 PM
  
Yolanda
Qué paciencia, Luis Ignacio...


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LA

Estimada Yolanda: recibe un afectuoso abrazo cibernético. Y mis bendiciones para ti y tus hijos.

Dios te colme de bienes.
08/02/16 7:19 PM
  
Palas Atenea
Ramontxu: ¿Y cuál es el mecanismo por el que la materia actúa contra si misma? Un cerebro que decida hacer algo que no tiene utilidad ninguna para el cuerpo al que pertenece y lo pone en serio riesgo (y no sólo a él sino a su propia familia) ¿es un cerebro enfermo? Porque ese tipo de actuaciones "cerebrales" si no son corrientes por lo menos son constatables en ciertas personas que no tienen en absoluto pulsiones suicidas, sino más bien lo contrario. ¿Qué explicación científica encuentras a eso? Conozco estudios psicológicos y sociales sobre las personas que arriesgaron sus vidas en el salvamento de judíos durante la IIGM pero ninguna hecha por neurólogos que expliquen el hecho. No había nada de particular en los cerebros de esas personas, que yo sepa, ni alteraciones químicas ni nada por el estilo. Así que pregúntale a la ciencia y que ella te responda si puede. Hasta ahora no lo ha hecho.
La única respuesta que se ha dado a eso es el llamado "gen altruista" pero ese gen es tan misterioso como un milagro porque nadie lo ha visto ni sabe dónde encontrarlo, por lo tanto mencionarlo tiene tanto de científico como mencionar el espíritu.
08/02/16 10:07 PM
  
Antonio1
Claro que no aparece el nombre de Aristóteles, se supone que escribo para personas con un mínimo de nivel. Me parecía obvio que si digo que Santo Tomás jugaba en campo de otro, con las reglas de otorgó, etc, que ese otro era muy inteligente y que no estaba familiarizado con la revelación, cualquier lector culto, presumía que lo eras, entendería a la primera que me refería a Aristóteles.

Qué nivel, Maribel!

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LA

"Claro que no aparece el nombre de Aristóteles, se supone que escribo para personas con un mínimo de nivel."
08/02/16 11:00 PM
  
Antonio1
Que tu tengas interés políticos en ti visión del cristianismo no es gratuito, es parte de tu biografía pública.

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LA

Antonio1, te doy mi palabra de honor de que no me cansaré de esperar un argumento.

Dios te bendiga.
08/02/16 11:02 PM
  
Ramontxu
Como muy bien señala Yolanda (yo también te quiero), ya he abusado bastante de la paciencia de Luis Ignacio, así que sólo un par de frases de despedida:

Antonio1, Realmente la capacidad del hombre para autoengañarse en infinita.

Palas, La materia no actúa contra sí misma. Aquél por el que se lleva a cabo un sacrificio, también es materia.
08/02/16 11:35 PM
  
Winston Smith
Interesante y eterna discusión la que habéis dejado a través de vuestros interesantes comentarios, Ignacio y Ramontxu. ¿Existe un alma unida al cuerpo? Y si es así, ¿cómo se relacionan? ¿Dónde reside? ¿Es demostrable?

Y todavía más, ¿muere con el cuerpo, o no? Y si no muere, ¿adónde va? ¿Qué siente sin su cuerpo? ¿Qué y a quién recuerda?

Ignacio acierta al decir que es un misterio y Ramontxu, cuando afirma que la razón es una cualidad material del ser humano, un modo propio de conocer, representar, predecir y transmitir la realidad material que lo envuelve y los fenómenos que en ella ocurren. Lo sobrenatural, si existe, no es de su ámbito, no tiene capacidad para conocerlo y resulta para ella un misterio.

Pero, si algo hemos aprendido en la historia del conocimiento, es que solemos cometer graves errores al negar la existencia de aquello que no podemos conocer..., al menos en un tiempo dado.

Ramontxu se niega a reconocer las expresiones del espíritu porque no puede demostrar su existencia o su mecanismo de interacción con el cuerpo, y, sin embargo, en todo momento acepta que los cuerpos caen por acción de la gravedad, sin tener ni idea de por qué se atraen entre sí, ni cuál es su mecanismo de interacción, ni en qué ámbito puede dejar de funcionar... habla de la gravedad, pero eso es sólo su concepto hacia algo que ocurre y no sabe ni porqué ni cómo ocurre. Y lo mismo con la electricidad y las fuerzas eléctricas...

09/02/16 1:44 AM
  
Winston Smith
Poner objeciones a la dualidad material-inmaterial humana no es un argumento. Es más, la propia naturaleza es muy proclive a manifestaciones duales: macho/hembra; día/noche; acción/reacción; onda/corpúsculo... Lo dual, no tiene porqué ser, necesariamente, separable en todo tiempo.

Alma y cuerpo; espíritu y carne; sentimientos y pasiones; razón y corazón... a lo largo de su historia, los humanos hemos empleado diferentes nombres para los términos de esta dualidad que presentimos en nosotros mismos.

Descartes, tras la profunda crisis sobre la validez del conocimiento adquirido a través de los sentidos que supuso el derrumbe de la cosmovisión medieval de un orden perfecto en un universo girando alrededor de una Tierra inmóvil, (cosa de toda obviedad porque si la Tierra girara lo notaríamos nosotros que estamos encima, como notamos cada vez que nos movemos en un carro, o corremos, o caemos...), a partir del presentimiento de Copérnico sobre el Heliocentrismo, volvió a priorizar la dimensión inmaterial del entendimiento, con su famoso “pienso, luego existo”.

Sin embargo, no mucho tiempo después, otro ilustre matemático, Leibniz, decía que “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.

09/02/16 1:47 AM
  
Winston Smith
Una de las cualidades atribuídas al espíritu es la intuición de trascendencia sobrenatural que Ramontxu niega desde su razón, con la que nunca podrá demostrarla... ni negarla. Sólo podrá creer su existencia, o creer su inexistencia. Sin embargo, la inmensa mayoría de los miembros de su especie la expresan de un modo u otro, y, hasta tal punto, que en los albores de toda civilización, cuando el desarrollo técnico es tan elemental que resulta imposible diferenciar por sus rudimentarias herramientas si un yacimiento arqueológico corresponde o no a seres humanos, lo que se admite de forma irrefutable como prueba de humanidad es la presencia de objetos de culto y funerarios.

Es decir, la intuición y el sentido de la trascendencia sobrenatural.

Otra cualidad espiritual es la libertad, en contraposición al determinismo material que señala Ramontxu. El hombre es libre para actuar, (ojo, libertad no quiere decir que sus decisiones no tengan consecuencias, como muchos hoy parecen confundir), y sus decisiones se orientan buscando el bien y evitando el mal. Un bien y un mal que pueden proceder del determinismo de su carne y lo encierran en el egoísmo de sus deseos, miedos, pasiones y necesidades materiales; o pueden generarse en los sentimientos del alma, (o del corazón), y que dan un “sentido” a la vida, una respuesta, un destino anhelado, una causa o un “ideal” por el que vivir, o morir, sentimientos como el Amor, la Fe, la Esperanza, la Justicia, el Deber, la Belleza... sentimientos que subordinan el egoísmo determinista y primario, hasta el punto de que cuando esa vocación entra en conflicto de algún modo con la propia vida, el hombre elige aquella y arriesga esta.

09/02/16 1:51 AM
  
Winston Smith
El Cristianismo es una vocación, obviamente, no la única, (y las vocaciones no tienen porqué ser solamente religiosas). Y se apoya en la Fe, y esta en la Revelación del Plan de Dios sobre los hombres. Porque no podemos llegar a entender esto con nuestra sola razón, fue necesario que el propio Dios nos lo revelara. Y todos los signos y milagros descritos en el Evangelio no tienen otro sentido que ayudar a nuestra incapacidad, desde la materialidad, a creer en nuestro origen y destino.

Pero la Fe no es algo ajeno a Ramontxu... ¿de qué otra manera, si no es por fe, conocería de la existencia del electrón, de Urano o Plutón, de las amebas, o de la llegada del hombre a la Luna, de que es hijo de sus padres y nació donde nació?

Simplemente, porque se fía de quienes se lo han contado, por la autoridad que les atribuye. Porque todos somos muy limitados y necesitamos que nos revelen las verdades que orientarán nuestra vida.

El domingo pasado, San Pablo nos recordaba que

“El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.”


Saludos.




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LA

Estimado Winston, gracias una vez más por tus aportes.

Al hilo de este último versículo de san Pablo, te confieso que en esta etapa de mi vida, el mayor misterio no me parece la Encarnación o la Transubstanciación (a fin de cuentas, Dios omnipotente que creó el Universo puede eso y mucho más). Para mí, el mayor misterio de la venida de Cristo es que nos enseñó que Dios, que no nos necesita, nos creó libres para que le amasemos, aunque no necesita nuestro amor.

He ahí un verdadero misterio: ¿por qué Dios quiere que le amemos libremente? (bueno, esto sí que es off-topic).

Saludos.

09/02/16 2:05 AM
  
Cos
Ramontxu, no es que no se sepa como mueve el espíritu a la materia, es que no se sabe de donde procede el impulso que la mueve.
09/02/16 8:24 AM
  
¡Bah...!
Porque nos ama, y su amor es infinito, perfecto y eterno; de hecho, no hay palabras para definirlo o hablar de ello.

Saludos Cordiales

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LA

El hongo, la mota de polvo, la molécula de agua, la avutarda, la luz, el gigante gaseoso Júpiter, el protozoo, la galaxia de Andrómeda... todos ellos glorifican a Dios siguiendo sus leyes eternas y con ello cumpliendo la misión para la que han sido creados. Ninguno de ellos puede hacer otra cosa.

Hasta donde sabemos, el ser humano es el único de la galaxia que ha sido creado libre. Y por Cristo sabemos que es para que pueda amar a Dios y glorificarle... o rechazarlo.

La pregunta es ¿por qué? Si Dios no necesita que le amen sus criaturas, ¿por qué quiere que nosotros le amemos?

Saludos cordiales.
09/02/16 1:44 PM
  
Palas Atenea
Ramontxu: Extraña explicación. La materia solidarizándose con la materia. ¿Y cuándo en vez de solidarizarse la ataca, que es la mayoría de las veces? Perdona pero tanta materia solidaria e insolidaria sin una explicación científica del porqué me parece un galimatías traído por los pelos.
09/02/16 2:32 PM
  
Antonio1
Espero tener más tiempo este fin de semana para seguir argumentando.

De momento te dejo con los argumentos de Ratzinger y de Fernandez Ochoa en un magnífico artículo sobre la importancia del pensamiento personalista en el pensamiento de Ratzinger.

Hasta el momento mi argumento principal es el siguiente: El autor que usas en tu post realiza un retrato caricaturesco y de brocha gorda de todo el pensamiento filosófico moderno, sin entrar en matices ni en argumentos que distingan a corrientes muy diversas y ricas, llenas en muchos casos de grandes errores h en otros de maravillosas aportaciones e intuiciones.
No se puede entender el pensamiento cristiano hoy , incluido el contenido en el magisterio de la Igleisa sin estas aportaciones ( he subrayado especialemente el personalismo de un Guardini, un Mounier, un Wojtila o un Marías) y por supuesto la reología de papas como san Juan Pablo II l Benedicto XVI está impregnada de cabo a rabo por ellos. Negar esto, caricaturizarlo, quedarse en la nostalgia del Tomismo pretendiendo lo leer hoy no en diálogo fructífero con la ciencia h el pensamiento de hoy sino con la
Melancolía de un tiempo que jamás volverá es un profundo error y esconde un planteamiento ideològico político de nostalgia ( de idolatría) de la cristiandad como fenómeno totalizante.

Como argumento inicial, no está mal. te dejo con el texto prometido, merece la pena leerlo completo:

"
La filosofía y la teología de aquel entonces recibieron el influjo del existencialismo y el personalismo y, de ese modo, surgió una nueva manera de hablar sobre el hombre, lo que generó un auténtico movimiento antropológico y personalista que le interesó vivamente a Ratzinger, como lo dice en su autobiografía: “El encuentro con el personalismo […] fue un acontecimiento que marcó profundamente mi itinerario espiritual, aun cuando el personalismo, en mi caso, se unió por sí solo al pensamiento de san Agustín quien, en las Confesiones, me salió al encuentro en toda su apasionada y profunda humanidad”.

Erwin Dirscherl afirma que el pensamiento de Ratzinger está indudablemente marcado por el personalismo, que para V. Berning aparece en fecha muy temprana, por ejemplo con Boecio, pasando por santo Tomás de Aquino, Duns Escoto y el Maestro Eckhart. En Francia Étienne Gilson, Maurice Blondel y, desde luego, Emmanuel Mounier, son los representantes principales del personalismo. Pero también hubo personalistas en Tubinga durante el siglo XIX, por ejemplo Anton Günther y Franz Anton Staudenmaier. En el siglo XX esta corriente se desarrolla en el marco de la antropología filosófica proveniente de Scheler, Plessner, Wust, Guardini y Przywara, como también del pensamiento dialógico basado en Buber y Rosenzweig que permea las obras de Ebner y Dempf. Igualmente se halla en los escritos de Max Müller y de Bernhard Welte que se orientan hacia Heidegger. También Klaus Hemmerle y Heribert Mühlen, de Paderborn, han interpretado el ser como “ser-con” y “ser-para” para acentuar el “nosotros” comunitario. Por supuesto Ratzinger hace parte de esta línea de pensamiento al emplear la categoría persona o al reflexionar sobre el amor, la Trinidad, la comunión, la encarnación, la relación, la fe, la comunidad, el diálogo, la confianza y la Resurrección.

San Agustín ha acompañado durante toda la vida a Ratzinger. Dialogando con él ha desarrollado su teología porque “en sus obras podemos encontrar todas las cimas y profundidades de lo humano, todas la preguntas, pesquisas e indagaciones que todavía nos conmueven”.
...
Sabemos ya que el encuentro con el personalismo marcó profundamente el itinerario espiritual de Ratzinger, al punto de constituir uno de los presupuestos básicos de su pensamiento, puesto que “el concepto persona obtenido a partir de la fe trinitaria es el fundamento que sustenta la forma del pensamiento teológico de Ratzinger”.

En una tercera conferencia, pronunciada en Münster, recordó que, como dijo Gilson, el concepto persona es uno de los mayores aportes de la teología cristiana al pensamiento. Se trata, por consiguiente, de un concepto que surgió en el encuentro entre fe y filosofía. En aquella oportunidad explicó que la noción de persona se originó a partir de dos preguntas: ¿Qué es Dios? y ¿Quién es Cristo?, interrogantes que fueron respondidos acudiendo al concepto griego prósopon (persona), que hasta entonces no tenía connotaciones filosóficas, pero que le abrió horizontes nuevos al pensamiento. "




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LA

Conozco suficientemente las tesis del personalismo cristiano. Me críe inmerso en dichas tesis, y la formación filosófica cristiana que recibí en la escuela, en la parroquia, en los medios de comunicación católicos, fue casi exclusivamente personalista. Como la de mis condiscípulos. La inmensa mayoría de ellos ha apostatado de facto o francamente. No puedo pensar que el personalismo sea una filosofía que dote de fuste a la vida cristiana contemporánea con la suficiente fuerza para resistir a las tendencias antiteas de la cultura occidental.

No hablo por hablar, ni con ánimo de ofender a nadie, y convendría que dejase de responderme con epítetos repetitivos, como si la necedad de la idolatría de la nostalgia o pretendidas ideologías ocultas, que únicamente usted manifiesta, aportasen lo más mínimo al debate.
La agresividad verbal únicamente prueba la falta de argumentos del que la emplea.

El resto del párrafo es una recensión de la cantidad de pensadores cristianos personalistas del último siglo, incluyendo dos papas, como si el argumento de autoridad, sin más, sea suficiente para concluir la discusión.

El personalismo no inventó el concepto de persona, igual que el liberalismo no inventó la libertad. Como le puse en la primera respuesta, es una corriente de pensamiento que no tiene más de 200 años (el concepto de persona de Boecio, por ejemplo, es exactamente opuesto al del modernismo filosófico), por tanto, las evocaciones personales de Raztinger a la influencia de san Agustín no nos informan más que... de sus evocaciones personales.

No he criticado en ningún momento la buena intención de todos esos autores, ni su piedad cristiana personal. Es absurdo escandalizarse por criticar lo perfectamente criticable en autores que, además, no han pretendido sentar cátedra, sino aportar su punto de vista, susceptible a análisis.

La crítica que hago, y sostengo, es que el personalismo basa su fundamento (al igual que el resto de corrientes surgidas del modernismo filosófico) en un antropocentrismo acusado. Antropocentrismo que en el caso de los pensadores cristianos les sirve para intentar comprender y presentar a Dios, justificando a Dios en el hombre. Para mí ese defecto de base lo empaña todo, por muy buenas que fueran las intenciones.

Que, además, han sido bastante inútiles. Me pregunto cuántas conversiones se han producido a base de leer filosofía personalista. Las que yo conozco lo son por una fuerte experiencia de Dios y de lo sobrenatural. Para explicar el humanismo de Dios, la Encarnación de Nuestro Señor debería ser suficiente.

No existe vida cristiana si Dios no está en el centro (baste leer a los Padres de la Iglesia, baste leer a san Agustín). Por tanto, el cristiano ha de ser Teocéntrico. Su familia ha de ser teocéntrica, su comunidad eclesial ha de ser teocéntrica y su filosofía ha de ser teocéntrica.

La experiencia lo demuestra cada vez más en nuestra doliente Iglesia.
09/02/16 3:18 PM
  
¡Bah...!
Porque nos quiere más que a las avutardas; porque el ser humano se aproxima a Dios en la medida que aprende a amar a Dios directamente, (o indirectamente a través de los demás) y lo hace, en la medida de sus fuerzas, como Dios lo quiere, libremente, sin que en ello entren condicionamientos como la necesidad que siempre tiene su carga de egoísmo. Quiere que libremente le amemos, porque nos ama, y el que ama desea el mayor bien posible para la persona amada, y ese bien es que libremente le amemos; nada que ver con las avutardas, con su simplicidad. Es mucho más complejo, más imperfecto, más traicionero, con pecado, precisamente también por ser libre, pero también por eso mismo, su amor a Dios es mucho más grande que el de las avutardas, aunque también más trágico. Y Dios, que sabe de todas nuestras miserias, aún nos ama más en nuestra pequeñez, luchas y esfuerzos.

Cordiales Saludos.
10/02/16 12:23 AM
  
Antonio1
Pues claro que el Cristiano ha de ser teocéntrico. ¿Pero quién es es Dios centro para el cristiano? ¿Dónde encontramos al Dios cristiano encarnado?:

Mt 25 :
35 "tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me acogisteis;

36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí.

37 Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos?, ¿o sediento y te dimos de beber?

38 ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos?, ¿o desnudo y te cubrimos?

39 ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis."

Esto es el teocentrismonde Cristo. Tan lejos queda el Dios de Aristóteles alejado de la persona.

Y claro que la idea de persona es muy anterior al personalismo, en Santo Tomás la idea de persona está muy clara y es magnífica. Pero insisto en que el personalismo no ha influido solo a hombres de Iglesia individualmente, sino que ha impregnado el magisterio mismo: En Juan Pablo II es especialmente claro:
"Nos referimos a la Encíclica Veritatis splendor. En ella el fundamento de la moral no es un cierto código heterónomo, una exposición teórica de «valores» o una suerte de ideal de decencia preconcebido. El fundamento de la moral cristiana es el encuentro con una presencia. El amplio pasaje en el que se narra el encuentro del joven rico con Jesús intenta mostrar el fundamento personalista de la moral cristiana. Este argumento permitirá que el Papa sostenga con toda su autoridad magisterial que:

Es a la luz de la dignidad de la persona humana – que debe afirmarse por sí misma – como la razón descubre el valor moral específico de algunos bienes a los que la persona se siente naturalmente inclinada. Y desde el momento en que la persona humana no puede reducirse a una libertad que se autoproyecta, sino que comporta una determinada estructura espiritual y corpórea, la exigencia moral originaria de amar y respetar a la persona como fin y nunca como un simple medio, implica también, intrínsecamente, el respeto de algunos bienes fundamentales, sin el cual se caería en el relativismo y en el arbitrio.
Tenemos la impresión que este y otros textos similares permiten afirmar que la postura de Juan Pablo II en materia de reargumentación de la ley natural puede ser calificada como “iuspersonalista”. En efecto, el Papa no apela como muchos hubieran querido, a preceptos de la ley natural deducidos de ciertas inclinaciones sino que reconoce a la razón como capacidad para reconocer la diferencia esencial entre cosas y personas, entre precio y dignidad. Este reconocimiento no es de orden especulativo sino eminentemente práctico: al darme cuenta que éste ser humano es persona, de inmediato, descubro en él un imperativo categórico concreto: hay que amar al otro por lo que es antes que por lo que hace o tiene, y de manera especial, cuando se encuentra más vulnerable, pobre o excluido.
En efecto, no podemos dejar de vincular en el pensamiento de Juan Pablo II la norma personalista de la acción, la opción preferencial por los pobres y la esencia del Misterio cristiano. La articulación de estas tres intuiciones fue realizada en sede teológica en Novo millennio ineunte en dónde nos decía:
A partir de la comunión intraeclesial, la caridad se abre por su naturaleza al servicio universal, proyectándonos hacia la práctica de un amor activo y concreto con cada ser humano. Éste es un ámbito que caracteriza de manera decisiva la vida cristiana, el estilo eclesial y la programación pastoral. El siglo y el milenio que comienzan tendrán que ver todavía, y es de desear que lo vean de modo palpable, a qué grado de entrega puede llegar la caridad hacia los más pobres. Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse: «He tenido hambre y me habéis dado de comer, he tenido sed y me habéis dado que beber; fui forastero y me habéis hospedado; desnudo y me habéis vestido, enfermo y me habéis visitado, encarcelado y habéis venido a verme» (Mt 25,35-36). Esta página no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo. Sobre esta página, la Iglesia comprueba su fidelidad como Esposa de Cristo, no menos que sobre el ámbito de la ortodoxia. No debe olvidarse, ciertamente, que nadie puede ser excluido de nuestro amor, desde el momento que « con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido en cierto modo a cada hombre ».35 Ateniéndonos a las indiscutibles palabras del Evangelio, en la persona de los pobres hay una presencia especial suya, que impone a la Iglesia una opción preferencial por ellos.


Este bello texto nos muestra el carácter personalista del propio Misterio de la Encarnación. Así mismo exhibe que quienes afirmaban que Juan Pablo II siguió un personalismo puramente teorético, conservador o formal, cometieron un grave error


Le ruego me disculpe el tono de mis anteriores comentarios. Lo siento.
10/02/16 12:35 AM
  
Ramontxu
Palas,

Tanto el egoísmo como el altruísmo tienen una explicación evolutiva que no necesita de la existencia de un espíritu y que estoy seguro de que puedes encontrar por tí misma sin pedírmela a mi.

Decir, como dices tu y Winston Smith, que el altruismo sólo puede provenir de un ser espiritual y no del cerebro material del hombre, no tiene más base que vuestra fe. Igualmente, lo que Luis Ignacio dice acera de la metafísica, la búsqueda de la transcendencia, etc. Es el típico razonamiento: "como desconozco el motivo de este fenómeno, deduzco que se debe a un milagro".

Típicamente, me pedís a mí que demuestre que todas esas actividades superiores humanas pueden ser producidas por el cerebro. Tiene gracia que pida demostraciones alguien que cree en espíritus, pero la cuestión es que aunque yo no sepa la explicación, aunque nadie la sepa nunca, eso sólo indica ignorancia. No es ni siquiera un indicio de que exista el espíritu.

Ni que decir tiene que podéis creer lo que queráis, pero no podéis pretender que lo lógico y lo racional es creer en los espíritus, porque no lo es.

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LA

La respuesta "esta explicación estoy seguro de que puedes encontrar por tí misma sin pedírmela a mi", también me la dijiste a mí a propósito de otra cuestión.

En el fondo, reconoces que, como nosotros, hay muchas cosas que también ignoras. Ignorancia que, por tu forma de razonar, proviene de la ausencia de información empírica. O de la capacidad del entendimiento para comprender lo que los sentidos le indican.

Lo curioso, a mi juicio, es la rotundidad con la que afirmas que aquello que ignoras no puede tener en ningún caso origen trascendente. ¿En qué te basas? A mí también me gustaría tener tu certeza para ser naturalista estricto y escéptico filosófico. Pero no la tengo. Mi razón no me permite tenerla.

Qué cosas. A fin de cuentas tu forma de razonar es "como desconozco el motivo de este fenómeno, deduzco que se debe tener una causa natural."
10/02/16 1:04 PM
  
¡Bah...!
En pocas palabras, Dios quiere que le amemos como El nos ama, y eso es lo mejor para nosotros, por eso nos hizo libres. El ejemplo a seguir, Jesucristo, que pudiendo elegir, tan grande era su amor, que murió por todos nosotros (hasta ese punto debe ser; y morir, se debe morir todos los días y a cada instante). Pues nosotros, igual; estamos llamados a elegir (eso es la libertad), y si amamos nuestra guía es Cristo; no existe mejor maestro, guia y camino.

No sé si ahora me he explicado algo mejor...

Cordiales Saludos.


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LA

Has explicado muy bien el amor de Dios, Bah...

Es esta frase tuya "Dios quiere que le amemos como El nos ama" la que tiene una explicación que escapa a mi comprensión. No dudo de su realidad, simplemente me pregunto ¿por qué?

Cordiales saludos.
10/02/16 4:15 PM
  
Palas Atenea
¿Qué explicación evolutiva? El que 200.000 personas en una Europa de millones salven a otros no tiene ninguna incidencia en la evolución. Lo contrario podría ser, era la teoría evolucionista de Hitler: el fuerte acaba con el débil. Pero que algunas personas se comporten al revés que la mayoría no puede jamás ser explicado por la teoría de la evolución y, desde luego, es dar palos de ciego mencionarlo siquiera. Yo no puedo encontrar por mi misma esa explicación por la sencilla razón que nadie puede. Y si no hágame su merced el favor de guiarme por el laberinto suministrándome un libro científico que demuestre que existe un gen altruista y otro egoísta, no como un quizás, sino como un juicio apodíctico.
10/02/16 6:26 PM
  
Yolanda
No había visto tu amable bendición, Luis Ignacio. Muchas gracias. Especialmente por tus buenos deseos hacia mis hijos. Mil gracias. Dios te bendiga igualmente.

(Ramontxu: ya sabemos que nos queremos mucho, gracias, ¿pero no lo dejabas ya?)
11/02/16 11:18 PM
  
Ramontxu
Luis Ignacio,

No me había dado cuenta de que habías contestado a mi último comentario. (Lo siento, Yolanda. Sólo un par de frases, por no hacerle un feo a Luis Ignacio)

Dicesa que "...lo curioso, a mi juicio, es la rotundidad con la que afirmas que aquello que ignoras no puede tener en ningún caso origen trascendente. ¿En qué te basas?"

Me has leído mal. Yo no he afirmado tal cosa. Lo que afirmo es que, el hecho de que ignoremos algo (tanto tu como yo), no justifica pensar que tiene un origen trascendente y que, por lo tanto, vuestra fe en ello no tiene base racional.

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LA

Gracias por la aclaración.

En cualquier caso, seguimos atascados en el mismo punto: para ti, únicamente lo naturalista es racional; sólo la naturaleza es la realidad. Ya sabes que yo disiento, así que en realidad no hay nada nuevo aquí.

Un saludo.
12/02/16 6:04 PM
  
Winston Smith
Volviendo al tema de tu artículo, Ignacio, pienso que la Filosofía y los movimientos filosóficos, las ideas, no son la causa de la evolución cultural, sino, más bien, su consecuencia. Son los sentimientos y la emotividad los que mueven nuestros actos y comportamiento, porque, en general, no vivimos para el conocimiento, sino para tratar de ser felices. En cada tiempo, la Filosofía de la época no es otra cosa que la justificación racional de un sentimiento colectivo.

A lo largo de toda su historia, la vida del hombre es un conflicto entre sus deseos y sus miedos, deseo a conseguir lo que no tiene, miedo a perder lo que tiene. Un conflicto que, bajo mil formas, le pone delante dos alternativas, dos caminos, el del riesgo de conquistar lo que desea, en contraste con el de la seguridad de conservar lo que tiene, renunciando a su deseo. Un conflicto que no depende de lo que se tiene, hablando en términos objetivos, sino que está en su propia naturaleza, y lo sienten los pobres y los ricos de toda época.

Abraham y el “hijo pródigo” son dos referentes simbólicos de este conflicto interior, en los que ganó el deseo, con resultados muy distintos... Y antes que ellos, Adán y Eva, viviendo en el Paraíso, se sentían insatisfechos... Teniéndolo todo, deseaban lo único que no tenían, ni podían tener... Deseaban ser Dios.

Quiero decir que en cada etapa del desarrollo cultural el hombre ha sentido, siente y sentirá un poso de insatisfacción interior, de frustración, especialmente si aquello que tiene no lo ha conquistado por sí mismo, sino que le ha sido dado, regalado. Y ello es así, porque para vivir, para resolver las necesidades que le surgen de unos impulsos vitales cuya percepción y fuerza no puede evitar, para huir del dolor, de la incertidumbre y del miedo, siempre se ve abocado a hacer cosas que no desea, que le molestan y fatigan, que limitan la satisfacción de lo que le apetece. Y cuando no siente dolor y se siente seguro, día tras día, las fuentes de su frustración son el hastío y el aburrimiento.
14/02/16 1:21 AM
  
Winston Smith
Y el hombre, que es libre, ordena su libertad por medio de una ley moral que le exige la renuncia a un deseo y la aceptación de la limitación de su libertad, de esa frustración, en la esperanza de lograr un bien futuro, o de evitar un grave mal. Una ley moral que se traduce en leyes y se inculturiza expresándose como Filosofía.

Pero la tecnología avanza, cambia las condiciones de vida, y ofrece nuevos modos de resolver esas necesidades vitales, nuevas alternativas más “cómodas”, de menor renuncia, de menor esfuerzo o sacrificio, condiciones que vuelven innecesarias conductas y roles asociados a la ley moral, que inician su decadencia y sustitución por otros, incluso contrarios. Y a partir de aquí, se inicia un cambio en la ley moral, una reducción de su exigencia adaptada a esas nuevas condiciones y alternativas de vida, un cambio en la moral colectiva que se justificará y expresará a través de un movimiento filosófico.

Y como el desarrollo técnico es exponencial, los cambios morales son cada vez más rápidos y los movimimientos filosóficos, más cortos.

Esta es la evolución de una cultura cuya moral es material, de conveniencia, esencialmente cambiante con el tiempo en su definición del bien y del mal, (la ciudad terrena), muy diferente de la que tendría si su base moral fuera religiosa, (la ciudad celestial), una moral objetiva y absoluta, que no cambia, en la que el Bien y el Mal han sido definidos por Dios, dueño exclusivo ”del árbol del fruto de la ciencia del Bien y del Mal”.

Saludos y gracias a ti por tus artículos, Nachet.



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LA

Estimado Winston, por primera vez en mucho tiempo voy a disentir contigo en algo (ya era hora... ;D). No creo que el ser humano se mueva únicamente por emociones y la filosofía sea la mera racionalización de las mismas.

La filosofía, por contra, pretende ser la "destilación" pura del raciocinio humano que escruta la realidad para extraer de ella una mejor comprensión del ser humano y reglas generales de comportamiento (ética-moral). Aristóteles afirmaba, de hecho, que la voluntad debía dominar a las pasiones-emociones, aunque eso no quiere decir que pensara que eso era lo que ocurría generalmente.
En la historia de la Filosofía han abundado más las teorizaciones que llegaban a perder el contacto con la realidad (por ejemplo el idealismo) que aquellas corrientes que renunciaban a despegarse de ella.

Es decir, que una de las misiones de la filosofía siempre ha sido, precisamente, elevarse por la parte más irracional y emotiva del hombre. Naturalmente, los sentimientos complejos son muy humanos (siquiera los animales con cerebros más grandes tienen sentimientos muy rudimentarios), pero sinceramente no creo que rijan la vida de la mayor parte de las personas, ni de la mayoría de las sociedades.
Ello no obsta para que tengan un papel importante, mayor precisamente cuanto menos "filosófica" sea una civilización.

Sí estoy de acuerdo con que la comodidad afecta a la filosofía moral del hombre, en tanto en cuanto la comodidad supone un aislamiento de la naturaleza y, en cierto modo, de la realidad: hace volverse hacia uno mismo y perder la identificación o solidaridad con el otro. A mi juicio acaba llevando más pronto o más tarde al egoísmo vital y el individualismo.

Antiguamente, esa comodidad la tenían pequeñas élites con docenas o cientos de siervos. Hoy en día la tecnología nos facilita la vida a un número creciente de seres humanos (aunque de forma desigual, más marcadamente en las sociedades ricas y en las élites de las más pobres). Como sostengo siempre, la tecnología es meramente una herramienta. Por ello, es función de la razón humana prescindir de ella cuando no es necesaria, e incluso en ocasiones para no perder el contacto con nuestra propia naturaleza (que es humana, y no simplemente animal). Algo parecido a los ayunos y abstinencia prescritos en Cuaresma: no se trata sólo de carne o pescado, sino de renunciar a apetitos y comodidades que nos encadenan a lo material y nos alejan de Dios.

Tal vez por ello la filosofía cristiana siempre ha tendido al ascetismo. Ya dijo Nuestro Salvador que no se puede servir a dos señores y que le era más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico (materialismo, comodidad) entrar en el Reino de los Cielos.
Incluso el gnosticismo cristiano- extremando la cosa- llegó a demonizar la materia.

Como siempre, un placer dialogar contigo.

Un saludo. Bendiciones.
14/02/16 3:03 AM
  
Winston Smith
Jejeje... Bienvenida sea la discrepancia... Para explicar mi postura cuando afirmo que “En cada tiempo, la Filosofía de la época no es otra cosa que la justificación racional de un sentimiento colectivo”, debo aclarar las diferencias que yo establezco entre emociones, afectos y sentimientos. Sólo estos son humanos y proceden del “corazón/alma”, nunca de la razón. Ejemplos de sentimientos son el amor, la esperanza, la fe, la justicia, la verdad, la belleza, la armonía y el sentido de las cosas... Las emociones son impulsos que proceden de nuestra dimensión puramente animal, visceral, compartidas con el resto de animales, como la atracción sexual o el miedo, y los afectos son impulsos vinculantes procedentes de la sicología de un animal superior y también están presentes, en menor grado, en los animales, tanto más cuanto más superiores sean, como, p. ej., la maternidad. Junto a las emociones, constituyen las pasiones de la carne. Ninguno de estos impulsos, pasionales o espirituales, proceden de la razón. La razón es sólo un mero instrumento que nuestra conciencia usa para “optimizar” y tener el mayor éxito posible en el logro de aquello que desea, pero nunca es quien dice a la voluntad qué es lo que debe desear o decidir. Sólo ayuda a conseguirlo, como las piernas y los pies la ayudan a desplazarse donde desea, pero no deciden dónde quiere ir.
14/02/16 12:51 PM
  
Winston Smith
Salvo para aquellos que han hecho del conocimiento una vocación, (y por tanto un sentimiento que da sentido a sus vidas), para la inmensa mayoría de mortales su felicidad no depende de la explicación de los “agujeros negros” o el descubrimiento de una nueva galaxia lejana... Su felicidad procederá de la satisfacción o frustración de esos impulsos: las emociones y los afectos de las pasiones, y los sentimientos del alma. Ahora bien, por su propia naturaleza, la conseguida por la satisfacción de las pasiones es, siempre, de carácter efímero, un ciclo sin fin en el que cada satisfacción sólo es el inicio de una nueva necesidad. En cambio, la conseguida viviendo por los sentimientos es duradera y da plenitud y sentido a la vida humana, hasta el punto de arriesgar la vida física si su conservación se vuelve incompatible con la vocación creada por el sentimiento.

Mi posición es que las sociedades se mueven según una “resultante” de pasiones y sentimientos, porque persiguen su felicidad. Es después de que ese movimiento se ha producido, cuando lo “disfrazan” de racionalidad e inculturizan como movimiento filosófico. Nunca lo lógico es, ni ha sido, antes, y emplos hay muchos. Las corrientes filosóficas se suceden, pero son discontinuas, no proceden de desarrollos racionales de las que les preceden, sino de nuevos postulados que se afirman de modo rotundo, no se deducen por aumento del conocimiento de la realidad humana. Esos postulados son los que recogen y expresan un nuevo sentir colectivo. (El asesinato del rey de Inglaterra y la filosofía de Locke; las revoluciones americana y francesa y la filosofía de la ilustración; la revolución industrial y la muerte de Dios, el determinismo materialista y la construcción de la propia identidad desde la negación de la existencia de una naturaleza humana...)

Y nosotros mismos, Ignacio, ¿es la Filosofía cristiana la que nos lleva a la Fe, o es al revés?

Un abrazo.



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LA

La fe es un don de Dios, Winston... :)

Muy completa tu explicación, que ahora entiendo mejor. Con todo, yo sigo pensando que la Filosofía es una resultante, pero de la pasión y de la razón, en diversos grados según épocas y pensadores. Me resisto a creer que los sentimientos sean los únicos impulsores del pensamiento.
Tal vez sea demasiado aristotélico, como me dice Ramontxu. Me gusta creer que la voluntad puede dejarse guiar por la razón, o por los sentimientos, según el caso.

Un abrazo.
14/02/16 12:52 PM
  
Ramontxu
Sigo aquí, escuchando...

No recuerdo haber dicho que seas demasiado aristotélico. En realidad, pienso que eres demasiado tomista que, para mí, es algo totalmente distinto de aristotélico, aunque entiendo que tu confundas las dos cosas.

Aristóteles era un filósofo honesto. En una época en la que la ciencia estaba en mantillas, intentaba adquirir nuevos conocimientos y una comprensión del mundo en general basándose en los escasos datos empíricos de los que podía disponer y en su razón. Y nunca intentó salirse de los límites naturales de la observación y de la razón, que son los del mundo finito.

Santo Tomás, por su parte, no es que no fuera honrado. Lo era. Y, además, muy inteligente. Pero, ante todo, era un creyente y eso marca toda su filosofía que, en realidad, es más teología explicada racionalmente que filosofía.

Esto enlaza con la última pregunta de Winston Smith, que me parece preclara, como todo lo que escribe, especialmente viniendo de un creyente: "¿es la Filosofía cristiana la que nos lleva a la Fe, o es al revés?"

Efectivamente, el Aquinate se preguntó por qué existe todo lo que existe y, en lugar de responder "no lo sé", como habría dicho Aristóteles, llega a la "conclusión" de que debe haber un Dios que lo ha creado todo y, tirando de ahí, todo un mundo transcendente diferente del mundo material que conocemos. ¿Habría llegado a la misma conclusión si no hubiera tenido fe, sólo por el ejercicio honesto de la razón? Yo creo que no.

Igualmente, tu observas que el hombre tiene una serie de sentimientos y anhelos que parecen superar todo lo demás que vemos en la naturaleza y llegas a la conclusión de que eso debe ser porque existe en cada uno un alma espiritual creada por Dios. ¿Has llegado a esa conclusión aristotélicamente, basándote en observaciones empíricas y deduciendo o induciendo conclusiones lógicas, guiado solamente por la razón? Yo creo que no.

Creo que ahí está la principal diferencia entre tu (y cualquier creyente) y yo y lo que hace que nunca podamos llegar a ponernos de acuerdo en estas cosas: yo soy aristotélico (bueno, más o menos) y tu eres tomista. Tu tienes fe y eso influye y determina todo tu razonamiento. Yo, no.

Por eso me parece especialmente meritoria la postura de Winston Smith, que tiene fe y declara con orgullo y convicción que su pensamiento es racional, pero está basado en su fe. Los tomistas, por el contrario, a veces parece que les falta fe y que intentan en vano fortalecer su fe mediante razonamientos, tarea a todas luces imposible.

Por cierto, por aclarar. Más arriba hemos hablado de "hombre clásico" y "hombre moderno" y yo te he seguido la corriente con esa nomenclatura porque no me parecía importante en ese momento, pero en realidad, el hombre que tu describes, con un alma espiritual que sobrevive tras la muerte del cuerpo, es un "hombre cristiano". Aristóteles nunca habría aceptado esa idea.

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LA

No creo que Aristóteles hubiese dicho simplemente "no lo sé". Aristóteles también aceptaba la existencia del alma. También postula la existencia de Dios como causa necesaria de la creación (aunque al modo deísta de un gran relojero), de modo que, sin haber recibido la Revelación, resulta bastante encajable en un modelo cristiano de la concepción del mundo.
Santo Tomás es célebre por haber "introducido" el aristotelismo dentro de la filosofía cristiana, pero, naturalmente, esta es más amplia que Aristóteles, y el propio Aquinate es más amplio que Aristóteles, al que desborda.

Por lo demás, mi pensamiento, como el de Winston, está también impregnado de fe. Sencillamente, no hallo contradicción con mi razón.

Tampoco en las discusiones que hemos mantenido me has aportado ningún argumento racional que me haga dudar de mi fe. Con todo, por supuesto que yo soy un simple aficionado a la filosofía, así que seguro que tengo mucho que aprender de otros.
16/02/16 4:46 PM
  
Palas Atenea
Ramontxu: Se dice que Heidegger, ante el libro de Theodor Haecker "Qué es el hombre"-creo recordar este título-dijo con sorna: "¿para qué se hace la pregunta si ya lo sabe?" aludiendo a que Haecker era católico. Bien, Robert Spaemann es un filósofo-no teólogo-católico, y no por eso elude las preguntas. No es un converso que haya llegado a la fe por convencimiento propio sino un católico, hijo de católicos, y que siempre ha sido católico. Pero, como filósofo que es, en su autobiografía dialogada "Sobre Dios y el mundo" habla de todo tipo de filosofías, incluyendo a Sartre, la Escuela de Frankfurt y cualquiera otra que venga a cuento. Como Haecker parte de unos principios cristianos pero se adentra en otros, en su caso no ha encontrado la fe pero la ha mantenido porque ninguna filosofía le ha apartado de sus principios. De todas las respuestas posibles la que le fue comunicada en su infancia es la que más le convence. Éste es también mi caso y, supongo, el de otros muchos. Se puede buscar incluso aunque a uno le hayan dado las respuestas y se puede no buscar aunque no se tenga ninguna.
16/02/16 10:03 PM
  
Palas Atenea
Por cierto, Heidegger pudo burlarse de Haecker pero él, que nació católico y dio tantas vueltas en su vida, pidió ser enterrado en un funeral católico y, de vez en cuando, a la chita callando, solía entrar en las iglesias cuando estaban vacías. Seguramente guardó el "por si acaso" hasta el final.
16/02/16 10:07 PM
  
Palas Atenea
Perdón: El libro de Haecker: "Was ist der Mensch?" lleva signo de interrogación, sin él no se entendería la ironía porque parecería una frase asertiva y no interrogativa.
16/02/16 10:24 PM
  
Ramontxu
LA,

Lejos de mí la intención de hacerte dudar de tu fe. Además, soy consciente de que lograr tal cosa mediante argumentos racionales es imposible, porque la fe y Dios están fuera de lo que la razón puede alcanzar.

No hallas contradicción entre tu fe y tu razón, sencillamente porque no hay contradicción, porque la fe y la razón pertenecen a universos distintos.

Lo que yo discuto es, primero, que se pueda llegar a las verdades de fe, que pertenecen al mundo sobrenatural, a través de la razón. Eso es imposible. La razón no está capacitada para hacer eso.

Y, segundo, que el mundo sobrenatural (Dios, el alma humana...) ejerza alguna influencia que cambie de alguna manera el mundo natural. Es decir, que haya milagros. Esto lo discuto porque, si tal cosa ocurriera, sería demostrable, ya que ocurre en el mundo físico, que se puede observar y medir y, de momento, nadie ha demostrado nunca ningún milagro.

De ahí nuestra amigable conversación sobre el alma humana. Si hubiese un alma humana sobrenatural capaz de ejercer alguna influencia sobre el muy natural y muy material cerebro humano, eso sería demostrable. Pero, hasta ahora, no sólo no se ha demostrado, sino que ni siquiera hay una hipótesis sobre cómo sucede esa interacción sobrenatural-natural.

La fe "porque sí", creo porque creo, me parece una postura sincera y respetable, pero pretender que hay motivos racionales para creer, con todo el respeto, pienso que es engañarse a sí mismo.

Como dice la canción (si no recuerdo mal):
¡Creo! no preguntes por qué ni por qué no, no estoy hablando yo
¡Creo! porque quiere creer el corazón, no encuentro otra razón



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LA

Je, je, claro que tienes la intención de hacerme dudar, Ramontxu... para eso estás aquí. Para eso dedicas tanto tiempo de de tu vida en entrar y participar en bitácoras de una religión que crees falsamente fundamentada.

La fe, en latín, significa "confianza". Hay verdades de la fe a las que no se puede llegar por la razón, y hay algunas a las que sí (como por ejemplo llegaron Aristóteles o Platón).

En cuanto a los milagros, si por la razón creemos en un Creador que ha establecido las leyes del universo, y por la fe en que ese Creador se ha querido comunicar con nosotros por medio del Verbo Encarnado (que además lo hizo rompiendo un buen número de leyes naturales), nada hay que nos impida creer en ellos.
Lo que importa del milagro es la sabiduría que comunica, no la ruptura de una ley física en sí (ruptura que, además, está testimoniada en muchos casos a lo largo de la historia, aunque la mayoría no sean atribuidos a intervención sobrenatural).

Me parece que era Pascal el que decía que el corazón tiene razones que la razón no entiende.
Creo que lo que no hay son motivos racionales para no creer.
17/02/16 11:28 AM
  
cos
Se puede llegar a un conocimieno de lo sobrenatural.
Imperfecto. En realidad la experiencia religiosa tiene su parangón en el plano mundano. Tu, por ejemplo, Ramontxu, amas a tu madre, sin embargo no la conoces en su totalidad. Es mas, ni si quiera te conoces a ti mismo en tu totalidad.
17/02/16 9:58 PM
  
Ramontxu
Ahora, definitivamente: Adios, Alonso. Ha sido un placer.
18/02/16 8:57 AM
  
Ramontxu
Perdón: Adiós, Luis Ignacio. Ha sido un placer. Me he despedido de varios y me he confundido.

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LA

Lo mismo digo, Ramontxu, pero no un adiós, sino un "hasta la próxima".
18/02/16 12:32 PM
  
¡Bah...!
"Je, je, claro que tienes la intención de hacerme dudar, Ramontxu... para eso estás aquí. Para eso dedicas tanto tiempo de de tu vida en entrar y participar en bitácoras de una religión que crees falsamente fundamentada".

¡Pero bueno, Luis, pero bueno.... ¿Esto qué es?!. Está juzgando intenciones, está juzgando el interior de una persona...No le falta más que decir que Ramontxu viene de parte de Satanás...¡Qué fuerte!. ¿Y si resulta que es un señor jubilado que en vez de estar perdiendo el tiempo mirando las obras, prefiere mantener interesantes conversaciones?. ¡Caramba, Luis...!. Pues a mi ese jeje...no me gusta nada...Mal, muy mal.

¡En fin...!. Disculpe pero se lo tenía que decir y, por supuesto, al ser un mensaje personal, puede hacer lo que quiera con ello; publicarlo o borrarlo.

Cordiales Saludos.

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LA

No pretendía ofender a nadie, Bah. Y si así ha parecido, pido disculpas.

Mi comentario era una simple deducción de su linea argumental después de mucho tiempo de debates en red. Tanta discusión permite conocer mínimamente a las personas.

Por otra parte, decir que Ramontxu desea hacerme dudar de mi fe- a mi modo de ver- no es en absoluto ofenderle, ni mucho menos tildarlo de enviado de satanás (satanás tiene otras vías mucho más personales y eficaces para tentarme, créame).
Tampoco me parece vituperable que lo haga. Es alguien que tiene unas ideas, y las defiende y trata de propagarlas. Y como lo hace con educación y respeto, yo disfruto debatiendo con él.

Por mi parte, tengo toda la intención del mundo de hacer dudar a los ateos de sus convicciones. Y de ese modo que puedan ver el amor de Dios, y descubrir su propia espiritualidad, hallar la plenitud de su existencia y salvar su alma.

Soy cristiano, y mi misión es dar a conocer la Palabra. Yo hago apologética en mi campo, con los medios que dispongo y como Dios me da a entender.
No me escandaliza que otro que cree en algo distinto a mí lo haga también.

Saludos cordiales.
18/02/16 12:36 PM
  
Winston Smith
No hallas contradicción entre tu fe y tu razón, sencillamente porque no hay contradicción, porque la fe y la razón pertenecen a universos distintos.

Pues, mira por donde, hay ya una cosa en la que un ateo, tú, y un creyente porque quiere creer, yo, no podemos estar más de acuerdo.

Lo que yo discuto es, primero, que se pueda llegar a las verdades de fe, que pertenecen al mundo sobrenatural, a través de la razón. Eso es imposible. La razón no está capacitada para hacer eso.

Y aquí el ateo ha transcrito literalmente el pensamiento del creyente que quiere creer.

Averroes, que si no me falla la memoria, (como cuando confundí a Blaise Pascal con Leibniz, --gracias, Ignacio--), fue uno de los filósofos musulmanes que re-introdujeron a Aristóteles en Europa, San Agustín y el mismo Kant supieron diferenciar sin conflictos la aproximación a la verdad que puede hacerse desde la razón y desde el corazón-alma, cada una desde el ámbito que le es propio, la materia y el espíritu, el determinismo y la libertad, la lógica y el sentimiento, lo temporal y lo eterno, lo natural y lo sobrenatural, lo creado y el Creador.

Kant llega a afirmar que pretender ir más allá de los fenómenos y acceder a la realidad en sí misma, constituye una ambición desmesurada de la razón, un paso ilegítimo cuando intenta traspasar el límite de lo que puede conocer. Cuando considera a Dios y al Alma como realidades demostrables se hace víctima de ilusiones y engaños.
19/02/16 1:07 AM
  
Winston Smith
Un claro ejemplo de esto fue el derrumbamiento del ”Orden inmutable del Universo medieval” y la consiguiente crisis social y religiosa. Santo Tomás y la Escolástica estaban embebidos en el sentir del momento cultural que vivieron, como en toda época, y vivían como movimiento filosófico la exaltación de la razón y el conocimiento de la realidad del mundo a través de los sentidos. Puesto que la razón descubría verdades y sólo hay una Verdad inmutable, Dios, las partes de esa Verdad que el entendimiento descifraba también debían ser inmutables, si eran realmente verdaderas. (Nada más opuesto a la esencial provisionalidad del conocimiento científico, siempre renovándose en hipótesis que se suceden, desacreditando a las anteriores).

Fe y Razón se identificaron en gran medida, hasta el punto en que dudar de esta se interpretaba como negación de aquella, y disentir del conocimiento racional era juzgado como desviación de la Fe. Pero también al revés, la debilidad de la verdad racional debilitaba la verdad de la Fe. Episodios como los vividos en relación con los avances en Astronomía, (Copérnico, Galileo, etc), con el derrumbamiento del Universo centrado en la Tierra inmóvil, y la propia rebelión luterana, son dos claros exponentes de ese imposible “maridaje” entre la Fe y la Razón.


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LA

Es la rebelión luterana la que niega todo maridaje entre fe y razón. El catolicismo no las confunde, pero rechaza su incompatibilidad.

Fe y Razón son dos universos humanos. Están diferenciados, pero no separados, puesto que el mismo hombre tiene fe y razón, y no está separado en dos hombres.

Tampoco ciencia y razón son equiparables. La ciencia es el conocimiento adquirido por la experiencia, procedente de la realidad, al cual la razón analiza para sistematizarlo y estructurarlo en nuestra mente. El conjunto de conocimientos científicos se puede equiparar a la sabiduría, pero la razón es otra cosa, pertenece al sujeto-hombre.

Sí estoy de acuerdo en que la escolástica, o la filosofía tomista, estaba influida por la cultura de su tiempo. Como bien dices, ocurre en todas las épocas. Por ejemplo, toda la filosofía escéptica neopirronista contemporánea está impregnada de ciencismo.

Un saludo.
19/02/16 1:08 AM
  
¡Bah...!
Bueno Luis, yo no creo que pretenda hacerle dudar de su fe. El tiene una opinión y la defiende, y eso no es hacer apología ni un intento de propagarlas. De todas formas, tenga cuidado con los juicios temerarios; por mucho que Ramontxu participara en los debates, usted no tiene casi nada que le permita decir que le conoce; una persona es mucho más que sus cuatro opiniones que además, pueden ser mutables. En realidad creo que no tiene nada (en profundidad) que le permita hacer esa afirmación. Y personalmente no me escandaliza pero algo sí me preocupa. Si me permite un consejo, y se lo digo por experiencia, no haga juicios; nunca se tienen en la mano todo lo necesario para hacerlo con justicia (incluso de las personas más cercanas y de las que se cree mejor se conoce) y siempre puede salir algo que te explota en la cara. Esa es una lección (una muy dura lección) que a mi me ha dado Dios.

Saludos Cordiales

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LA

Tomo nota de su consejo, aunque, como he dicho antes, lo que atribuyo a Ramontxu (esté acertado o equivocado) no pretendía en absoluto ser ofensivo, y si así lo ha sido, me disculpo sin problema alguno.

Cordiales saludos.
19/02/16 10:19 AM
  
cos
Decir que fe y razón suponen un maridaje imposible es lo mismo que decir que la fe es irrazonable
O sea que es algo absurdo. Supone también que bien el hombre No puede llegar a tener conocimiento alguno sobre la realidad o bien que el conocimiento sobre la realidad se puede alcanzar al margen de las verdades de fe. Si, es puro pensiemto protestante. Si a eso le sumamos no se que patrañas sobre el geocentrismo pues ya me da la risa floja. O si rematamos con yo creo porque me da la gana pues entonces no queda mas que darle la razón a los no creyentes. No refleja mas que una actitud risible. Sucede que la escolástica sabia lo que era la fe, sabia lo que era la razón. Quizá por eso no se dedicaba a decir insensateces.
19/02/16 6:43 PM
  
Winston Smith
A mi juicio, la rebelión protestante fue una manifestación más de la profunda crisis en el sentimiento colectivo del sentido del mundo y la vida con la que terminó la etapa cultural medieval, dando paso a la renacentista. Realmente, una crisis originiada en las limitaciones y validez incierta del conocimiento racional. La crisis del aristotelismo que había endiosado la razón estableciendo verdades absolutas que traspasaban a lo sobrenatural y que se derrumbó estrepitosamente al descubrirse que el conocimiento fundamental, el universo aristotélico-ptolomeico era, simplemente, falso, y falsas las percepciones de nuestros sentidos, capaces de engañarnos con sensación de inmovilidad estando sometidos a un continuo movimiento bajo nuestros pies. Todo podía ser mentira con apariencia de verdad. ¿Dónde quedaba la frontera entre ellas? ¿Quién podía determinarla?

Pienso que a través de ese maridaje imposible con el que se culturizó la Fe, la inevitable pérdida de autoridad que sufrieron quienes habían defendido una concepción del mundo que se reveló mentira, afectó también a la confianza y credibilidad de su transmisión de la Fe. Porque, si son tan falibles, si se equivocaron tan estrepitósamente en lo que sólo era una parte de la Verdad, ¿por qué no van a equivocarse en alguna, muchas o todas las verdades religiosas extraídas de la interpretación racional de las Sagradas Escrituras? A partir de ahí, la ambición, el deseo de Poder, encontraron el camino allanado para justificar la rebelión.

Y todo lo que hasta ese momento se había aceptado sin cuestionamiento alguno, el poder del rey, los estamentos sociales, la autoridad religiosa, un orden humano inmutable a semejanza del orden del universo aristotélico-tolomeico, empezó a cuestionarse y se resquebrajó.

19/02/16 9:50 PM
  
Winston Smith
”Fe y Razón son dos universos humanos. Están diferenciados, pero no separados, puesto que el mismo hombre tiene fe y razón, y no está separado en dos hombres”.

Sí, Nachet, pero también el mismo hombre tiene ojos y oídos, pero el ojo no oye, ni el oído, ve.
19/02/16 9:57 PM
  
Winston Smith
Tampoco ciencia y razón son equiparables. La ciencia es el conocimiento adquirido por la experiencia, procedente de la realidad, al cual la razón analiza para sistematizarlo y estructurarlo en nuestra mente. El conjunto de conocimientos científicos se puede equiparar a la sabiduría, pero la razón es otra cosa, pertenece al sujeto-hombre.

Sí, es como dices, aunque a veces se tomen como sinónimos. Pero lo cierto es que la Razón es la que produce la ciencia y la ciencia no es sino uno de los productos de la Razón, la ley moral es otro. Siguiendo la terminología de Kant, aquella sería expresión de la Razón pura y esta, de la Razón práctica.

Sin embargo, percibo un aristotelismo limitador en tu definición de ciencia, reducida al conocimiento adquirido por la experiencia, procedente de la realidad... Sólo la Física de Aristóteles es ciencia... Sin embargo, la ciencia no es sólo experimental, también hay ciencia puramente especulativa, la ciencia de las ideas, que se crea y desarrolla únicamente en el interior de la mente, la que más sintoniza con su maestro Platón, anterior a las otras, sin la cual nunca se habrían desarrollado: Las Matemáticas.

Cuestiones muy interesantes las que vas planteando, Ignacio... Pero no sé si te aburro con estas observaciondiría



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LA

Fue lutero quién separó radicalmente Fe y Razón, postulando que la segunda era incapaz de alcanzar verdad alguna trascendente, y por tanto la fe era superior.

Yo diría que estableces una relación demasiado directa entre el fin del geocentrismo y el triunfo del racionalismo, amén de todos los cambios socio políticos del renacimiento y comienzo de la edad moderna. No soy experto en filosofía especulativa, pero yo diría que el cambio de paradigma fue más filosófico que científico.

Por último, en mi descripción de la ciencia hablo del conjunto de conocimientos que los sentidos llevan a la razón para que esta los ordene en sistemas organizados. No la limito a las ciencias experimentales, y de hecho en este mismo hilo hablo de esa distinción con Ramontxu.

Un saludo afectuoso.
20/02/16 12:56 AM
  
Winston Smith
Decir que fe y razón suponen un maridaje imposible es lo mismo que decir que la fe es irrazonable
O sea que es algo absurdo.


En el ágora ateniense, plaza que constituía el máximo exponente de racionalidad de la época, San Pablo reconocía que la Verdad cristiana era una locura para los gentiles, cosa que nunca habría dicho de tratarse de algo razonable.

Supone también que bien el hombre No puede llegar a tener conocimiento alguno sobre la realidad o bien que el conocimiento sobre la realidad se puede alcanzar al margen de las verdades de fe. Si, es puro pensiemto protestante.

Ni siquiera los protestantes, en su rebeldía, llegaron a considerar inútil, por innecesaria, la Revelación divina, ya que parece ser que el hombre puede llegar a tener conocimiento sobre la realidad.

O si rematamos con yo creo porque me da la gana pues entonces no queda mas que darle la razón a los no creyentes.

En el reparto del don de la Fe, algunos, como el que esto escribe, ha debido recibirla a raudales, llenándose su corazón a rebosar. Pero otros, como el padre del niño poseído, imploran creo, pero ayuda mi incredulidad. Son los creyentes que quieren creer, no como los anteriores, a los que le sobra la Fe en tal medida, que creen aunque no lo quieran.

20/02/16 6:45 PM
  
Winston Smith
Yo diría que estableces una relación demasiado directa entre el fin del geocentrismo y el triunfo del racionalismo, amén de todos los cambios socio políticos del renacimiento y comienzo de la edad moderna

Please, Ignacio, relee mi comentario… Lo que estoy intentando hacer ver es justo lo contrario: El fin del geocentrismo vino como consecuencia del error de la razón aristotélica. Su asociación, en el pensamiento tomista y la Escolástica, con la Verdad absoluta, como una parte de ella accesible a la Razón, determinó que la falsedad de la parte pusiera en duda la veracidad del todo.

Por eso considero equivocado pretender comprender lo sobrenatural con un instrumento natural, tan superior como quieras, como es la Razón humana. Y más equivocado aún pretender establecer esa comprensión como un axioma. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.

La Razón es la mejor herramienta que tiene un hombre, pero no es la que decide qué trabajo va a hacer, eso lo determina la voluntad del que la maneja, y esa voluntad se inclina por un sentimiento, en nuestro caso, la Fe. En nosotros, la Fe dirige a la Razón.

Y si la herramienta falla o se desafila y el trabajo sale mal hecho, no hay que dudar del obrero, sólo hay que cambiar la herramienta.




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LA

Pensamiento cristiano no es equivalente a escolástica, por muy influyente que haya sido.
El magisterio católico no afirma que la razón llegue a todas las verdades sobrenaturales. Existe el misterio, porque Dios es insondable. Lo que afirma es que ninguna verdad de la fe repugna a la razón, que es cosa distinta. Tanto Lutero como Descartes coinciden en desconectar la razón de la divinidad. Y esa desconexión es la raíz del pensamiento modernista. Y ambas posturas son opuestas a la enseñanza católica. No he visto en las enseñanzas del tomismo nada diferente a lo que enseña la iglesia ahora y siempre.

Tampoco coincido en que la fe sea un mero sentimiento. Su componente es fundamentalmente divino, por tanto no humano.
20/02/16 6:56 PM
  
Winston Smith
Pensamiento cristiano no es equivalente a escolástica, por muy influyente que haya sido.

Totalmente de acuerdo con esta afirmación, Ignacio. Cree para entender, decía San Agustín, construyendo las bases del pensamiento cristiano europeo. Y a partir de él ha ido evolucionando a medida que lo hacía la cultura, hasta hoy. La Escolástica representa una etapa histórica de ese pensamiento, con sus luces y sus sombras, como todas ellas.
21/02/16 7:18 PM
  
Winston Smith
El magisterio católico no afirma que la razón llegue a todas las verdades sobrenaturales. Existe el misterio, porque Dios es insondable. Lo que afirma es que ninguna verdad de la fe repugna a la razón, que es cosa distinta.

Cierto, Ignacio. Y tampoco afirma que las verdades alcanzadas por la Razón formen parte de la Verdad absoluta, la Verdad de Dios. Sin embargo, en tiempos de la Escolástica, el Santo Oficio censuraba los estudios científicos y condenaba a los autores que no se ajustaban a la doctrina de la Física oficial, básicamente la aristotélica, de una sociedad que había culturizado su Fe para ensalzar la Razón humana.
21/02/16 7:20 PM
  
Cos
Winston Smith

Please, Ignacio, relee mi comentario… Lo que estoy intentando hacer ver es justo lo contrario: El fin del geocentrismo vino como consecuencia del error de la razón aristotélica. Su asociación, en el pensamiento tomista y la Escolástica, con la Verdad absoluta, como una parte de ella accesible a la Razón, determinó que la falsedad de la parte pusiera en duda la veracidad del todo.
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Es que eso tampoco es cierto. No se si era C. S. Lewis al que le leí una vez diciendo que la cultura cristiana estaba llena de referencias hacia lo pequeñito que era el mundo en medio de la inmensidad ¿El geocentrismo supuso algún tipo de revés de cara al mensaje revelado?

Además ¿no crees, Winston, que caes en el error que criticas al especificar el mal de esa inculturación sobre el pensamiento cristiano? ¿Es algo específico y propio de él? ¿es exclusivo de él? ¿no le pasa a todo el mundo? ¿No es una atribución propia de un paradigma cultural concreto? ¿No ocurre también en el ámbito científico, por ejemplo? ¿Qué habría que concluir que ciencia y razón suponen a sí mismo un maridaje imposible?

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En nosotros, la Fe dirige a la Razón
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Por eso no es una razón ciega. La razón siempre ha de estar dirigida por algo, comunmente la verdad, si no no es razón.

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En el ágora ateniense, plaza que constituía el máximo exponente de racionalidad de la época, San Pablo reconocía que la Verdad cristiana era una locura para los gentiles, cosa que nunca habría dicho de tratarse de algo razonable.
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No porque fuese algo irrazonable sino porque tenían otro paradigma cultural, porque adolecían de ese mal de inculturación que achacas de forma absoluta a las verdades de fe.

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Son los creyentes que quieren creer, no como los anteriores, a los que le sobra la Fe en tal medida, que creen aunque no lo quieran.
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Da la sensación de que consideras la razón como un atributo de la voluntad. Además ¿no suponías antes cosas contrarias?¿no defendías la idea de un determinismo cultural?
21/02/16 9:01 PM
  
Winston Smith
Tanto lutero como descartes coinciden en desconectar la razón de la divinidad. Y esa desconexión es la raíz del pensamiento modernista. Y ambas posturas son opuestas a la enseñanza católica.

De Lutero, no conozco mucho. Sus denuncias de cierta corrupción eclesial me parecieron pertinentes y hasta necesarias, la justificación con ellas de la rebeldía y posterior ruptura de la Iglesia, no. En todos los tiempos, muchos han sido los que han reclamado la renovación de una Iglesia excesivamente culturizada, adaptada al mundo. San Francisco, por ejemplo. Pero su denuncia la expresaron con el testimonio personal de la vivencia más intensa de los consejos evangélicos, con su propio esfuerzo, sacrificio y humildad. Sin romper la Iglesia, antes bien, recuperándola.

Tampoco es que conozca mucho de Descartes, pero me resulta muy extraño leer tus comentarios respecto de él, y, en mi opinión, no se ajustan a la realidad.

El descubrimiento de hasta qué punto pueden engañarnos los sentidos, haciéndonos creer que es el resto del Universo el que gira alrededor de una Tierra inmóvil, cuando es al revés, y nos trasladamos alrededor del Sol y giramos alrededor del eje terrestre, sin enterarnos, sin recibir la más mínima percepción sensorial de ese movimiento, necesariamente puso en cuestión la validez de todo el conocimiento adquirido a través de la experiencia sensorial de la realidad. El silogismo de base aristotélica se vino abajo, pues se había revelado incapaz de descubrir el error.

Inevitablemente, la duda se iba a imponer como punto de partida de todo conocimiento e iba a requerir un método adecuado para resolverla, una herramienta capaz de dar validez a ese conocimiento.

Y ese fue el reto que recogió Descartes, estableciendo, para muchos años, las bases de un método científico que han catapultado el desarollo de la ciencia desde su aplicación generalizada.
22/02/16 1:37 AM
  
Winston Smith
Pero, como he repetido en varios comentarios, la duda no sólo afectó al conocimiento de la Razón pura, sino que, por mor de su unicidad con la única Verdad absoluta, sembró de incertidumbre la concepción del mundo y del hombre, es decir, las bases de la Razón práctica, la que desarrolla la ley moral y se aplica en nuestros actos y decisiones libres.

De modo que el movimiento racionalista de Descartes, traspasó los límites de la ciencia y se reflejó también en movimiento filosófico.

Analizando lo que son, a mi juicio, los exponentes principales de la filosofía de Descartes podemos ver su proximidad o lejanía con el magisterio de la Iglesia, su concordancia o contradicción:

Pienso, luego existo La duda cartesiana se autosupera. Cuando dudo sobre la verdad o el error, pienso, y ese pensar implica la existencia del que piensa. En una gran medida, Descartes hizo un puente hacia San Agustín, recuperando el si me equivoco, existo de éste, la certeza de la existencia de un “yo” que duda, y, aunque me equivoque, tengo la certeza de mi “yo” que se equivoca.

Dios Descartes afirma que la idea de Dios es innata en el hombre. De hecho, la demostración de la existencia de Dios es una pieza fundamental en el pensamiento cartesiano. Dios, el ser perfecto, es la garantía de todo conocimiento y en sus argumentos a favor de su existencia, Descartes incorpora el argumento ontológico de San Anselmo, a este ser perfecto no puede faltarle una perfección como es la existencia.

Alma El hombre tiene un alma, el “yo pensante”, y un cuerpo o materia, que pertenecen a órdenes diferentes. El pensamiento no tiene nada que ver con la realidad material. El cuerpo está gobernado por leyes materiales que lo determinan mientras que el alma es libre. Si alma y cuerpo fueran una misma cosa, no habría sitio para la libertad del hombre, y tampoco habría sitio para la duda.

Este dualismo planteaba a Descartes la misma pregunta que a Ramontxu... ¿Cómo se comunican entre sí estas sustancias tan diferentes? Y parece que después de tantos años, la pregunta sigue sin respuesta...

Increíblemente, en oposición frontal a su método racional, Descartes resolvió esta cuestión declarando que hay un punto en nuestro cuerpo, la glándula pineal, que se encuentra en medio del cerebro, y en esta glándula se aloja el alma. Desde allí conecta con el cuerpo y modifica sus movimientos.
22/02/16 1:38 AM
  
Winston Smith
En cuanto a las ideas, afirma que las hay innatas o naturales, que no proceden del exterior, sino del interior, de la propia facultad de pensar. Ideas que, como la idea de Dios, nuestra mente capta y ha de aceptar necesariamente sin poder modificar nada.

Y hay ideas adquiridas que provienen de fuera, de la experiencia sensible, ideas que pueden fácilmente resultar erróneas.

Volvemos a ver que, realmente, Descartes supone la superación de Aristóteles y la vuelta a su maestro, Platón y la priorización de las Matemáticas como fuente del conocimiento más perfecto, el que procede del interior del hombre.

Y en este platonismo enlaza hacia atrás, con el propio San Agustín, como ya indiqué, seguidor también del modelo dualista platónico para el hombre, alma inmortal que se sirve de un cuerpo mortal, y para quien el camino hacia la verdad y la máxima realidad se inicia con la experiencia interior o autoconciencia... y hacia adelante, hasta el final de la Ilustración, con el propio Kant y sus postulados de la Razón práctica, indemostrables científicamente, que son: La libertad humana, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

No veo nada contrario, ni siquiera tangencialmente, al magisterio de la Iglesia en el movimiento filosófico que estos autores representan, es más, como he dicho, en mi opinión, supone la recuperación y una continuidad evolutiva del pensamiento cristiano europeo iniciado por San Agustín.

En mi opinión, la característica fundamental del pensamiento modernista no tiene nada que ver con el origen del conocimiento, la relación entre Fe y Razón o la imbricación de alma y cuerpo... sino con la negación de Dios. Su primer postulado es que Dios no existe y, por tanto, toda Tradición, todo lo anterior, toda supuesta naturaleza humana, no tienen validez ninguna, al no existir nadie que con anterioridad las hubiera creado.

Un postulado absolutamente contrario al de Descartes y Kant, para los que la existencia de Dios constituye un fundamento de su filosofía y es, incluso, una idea innata en el hombre.



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LA

Estimado Winston: he leído atentamente tus comentarios. No encuentro que el fin del geocentrismo tenga tanta importancia para el paradigma filosófico aristotélico (desde Ockham o Maquiavelo ya existe una crítica), pero bueno, si tu estás convencido, eres libre.

En cuanto a Lutero y Descartes, sin duda la limitación de espacio en artículo y comentario obliga a la síntesis. Cuando yo digo que ambos separan razón de fe, no afirmo que nieguen a Dios o a la posibilidad de basar una filosofía cristiana a partir de esa separación (de hecho, todo el protestantismo luterano parte de ello).

El problema es que Descartes considera que la razón debe explicar la realidad, independientemente de las materias de fe, por lo que para él la Revelación es una addenda teóricamente innecesaria (aunque conveniente) en la filosofía. De ahí sus errores al buscar el alma, o el que recreara el idealismo platónico de las ideas innatas, en las que pone las metafísicas. El empirismo le criticó, y con acierto en muchas ocasiones.

Porque la razón no todo lo puede, y esa es la clave: no podemos hallar la Verdad completa únicamente con nuestra razón.
El escéptico te toma la palabra descartiana (sólo existe el sujeto pensante) y concluye que lo que no es racional (no confundir con razonable) no puede ser tomado como verdadero, sino como mera opinión. Eso lleva al empirismo extremo, y al modernismo filosófico.

Yo veo que ese es el problema del racionalismo, la negación práctica de Dios como sujeto en el plano filosófico: este es meramente humano, y por tanto sujeto al imperio de la razón.
Las aportaciones innegables a la ciencia del método cartesiano no ocultan esa tara fundamental: la duda es un buen instrumento para conocer la naturaleza (ciencia), pero como el hombre no es mera y simplemente natural, sino también en cierto modo sobrenatural, el camino para conocerle pasa por algunas certezas.

Saludos.
22/02/16 1:39 AM
  
Winston Smith
¿El geocentrismo supuso algún tipo de revés de cara al mensaje revelado?

Para nada. Dios podía haber creado el Universo así, o de cualquier otra manera, pues no es el barro el que dice cómo hacer la vasija al alfarero

El problema fue que la Iglesia, motor cultural de la Edad Media, unió a la doctrina una cosmovisión equivocada, la aristotélica, y perseguía las desviaciones como fuente de herejía. Y, finalmente, se demostró que esa concepción del mundo era absolutamente falsa.
22/02/16 8:56 PM
  
Winston Smith
¿no crees, Winston, que caes en el error que criticas al especificar el mal de esa inculturación sobre el pensamiento cristiano? ¿Es algo específico y propio de él? ¿es exclusivo de él?

“Vosotros sois la sal del mundo. Si la sal se vuelve sosa, ¿quién la salará?” Afirmativo, es algo específico y propio de él, pues de un lado está la Cultura, (el Mundo), y del otro el Cristianismo, (la Ciudad Celestial). Y en toda etapa cultural, (hoy por supuesto, también), la Iglesia se debate entre ser culturizada o tratar de cristianizar la Cultura. Y hay veces que elige lo primero.
22/02/16 9:07 PM
  
Winston Smith
Da la sensación de que consideras la razón como un atributo de la voluntad.

Considero la razón como un instrumento de la voluntad, que es libre. Como dije más arriba, la ayuda a recorrer el camino pero no es ella la que decide dónde va.
22/02/16 9:21 PM
  
Winston Smith
¿no defendías la idea de un determinismo cultural?

La Cultura evoluciona a partir de cambios en la ley moral de una sociedad. Y la ley moral, a su vez, depende del “sentido último” de la vida, de cómo se busca la felicidad.

Una moral material, que entiende la felicidad como la satisfacción de los apetitos, pasiones o impulsos biológicos, (la carne, según S. Pablo), es absolutamente determinable por las condiciones de vida, la técnica disponible en cada tiempo para lograr esa satisfacción. Es, pues, una moral siempre provisional y cambiante, de conveniencia, que tiene su centro en el egoísmo, máxima expresión de la visceralidad humana o embrutecimiento.

Una moral espiritual, que entiende la felicidad como una vocación que busca la satisfacción de un sentimiento del alma, (el espíritu, según S. Pablo), es ajena al determinismo de las leyes materiales, pues, desde su libertad, puede desobedecerlas si ello contradice su vocación. Es siempre una moral absoluta, aunque pueda resultar materialmente perjudicial, que tiene su centro fuera del individuo, y es la máxima expresión de libertad. (Ojo, los sentimientos del alma no se reducen exclusivamente a los religiosos).

Así, en nuestra sociedad materialista de hoy, el aborto, el divorcio y la ruptura familiar son cambios del sentido moral de conveniencia, que ponen en evidencia la razón por la que tiempo atrás se compartía una idea de matrimonio cristiano, que no era por Fe en muchos casos, sino por la necesidad que hombre y mujer tenían de la institución matrimonial para su supervivencia. Hoy que no es necesaria, pues el Engendro de Bienestar, (la tecnología), proporciona la seguridad de las condiciones de vida ahora y en la vejez, la parte de renuncia o limitación del “yo” que implica todo compromiso, resulta inaceptable y se rompe, (moral provisional y cambiante). Y en cuanto la técnica ha permitido matar en la barriga los hijos que estorban, de forma segura e indolora, pues se matan, porque no los necesitaré para el cuidado de mi vejez, pues me darán mi pensión los hijos de los demás, a través del Engendro. Y esto, ya no es homicidio.

Si nuestra sociedad tuviera realmente una moral espiritual cristiana, y no sólo un barniz residual de apariencia, la vocación matrimonial se habría mantenido indisoluble a pesar de la prosperidad y matar a los hijos, aún pudiéndose hacer de forma segura e indolora, siempre sería un grave pecado contra la ley de Dios.

En conclusión, nuestra cultura es hoy determinista, (Ciudad Terrena), porque ha elegido vivir conforme a una moral material, de conveniencia, despreciando la moral espiritual cristiana, (la Ciudad de Dios), como fuente del sentido de la vida.
22/02/16 10:31 PM
  
Winston Smith
Tampoco coincido en que la fe sea un mero sentimiento.

¡Cómo se ve tu formación tomista-aristotélica, Ignacio! Jejeje... La fe sólo puede ser, o un sentimiento del alma que, como la esperanza y el amor, mueve la voluntad libre del hombre, o una idea que, como un triángulo, sólo mueve la razón para hacer deducciones.

Yo no acepto que la fe sea una mera idea y tampoco comparto tu visión empobrecida del sentimiento humano, rebajado a simple emoción visceral, o, todo lo más, a un afecto.

En lo que más somos semejantes a nuestro Creador es en el amor, no en la inteligencia. Él no necesita la Lógica para nada, ni la Lógica inteligente lo puede contener o limitar.

“Amaos unos a otros como yo os he amado” Este es su mandato, un mandato del corazón y para el corazón, que no se puede interpretar nunca como “sed tan inteligentes como yo soy”.
23/02/16 10:55 PM
  
Winston Smith
Estimado Winston: he leído atentamente tus comentarios...

No me cabe la menor duda, Ignacio, de que lees a fondo todo los comentarios que escribimos unos y otros a tus artículos. Incluso tienes la deferencia de dar una respuesta personal a cada comentarista, lo que te agradezco mucho en lo que a mi me toca. Un trabajo arduo, dado que no es esta tu vida profesional y tienes que sacar un tiempo que no tienes...

En lo que respecta a lo que, siempre a mi juicio, fue el colapso de la filosofía aristotélica, y con ello el final de la Edad Media, no añadiré más, pues lo único que conseguiría sería repetir lo ya escrito. Todos tenemos unas “posiciones de partida” que ordenan nuestras ideas en todo debate de filosofía, pero que son poco accesibles para los argumentos. De hecho, es difícil que los filósofos se convenzan entre sí, salvo que coincidan en “ese punto de partida”.

Ahora bien, los argumentos que expresan sensatez, aún no siendo compartidos, dejan un“poso” que puede propiciar un cambio de pensamiento a más largo plazo.

23/02/16 11:00 PM
  
Winston Smith
Sólo decir que la trascendencia social de ese colapso fue una grave crisis de Autoridad, algo fácil de entender. ¿Qué te ocurriría si aquellas personas de las que te has fiado siempre ciegamente, que te han enseñado todo lo que sabes, y no has dudado nunca de su conocimiento para establecer en tu mente y en tu alma ese “punto de partida” que orienta y explica tu vida, tu origen y tu destino y te lleva a aceptar de buena fe tu posición en una organización social que te obliga y limita tus posibilidades, qué pasaría, digo, si descubrieras que están totalmente equivocadas en verdades relevantes?

Inevitablemente, habrían perdido su Autoridad y a ti te surgiría la duda de hasta dónde llegaría su error, hasta donde seguir admitiendo una vida que te exige sacrificios que a otros no, hasta dónde admitir su interpretación del sentido de la vida...

Descartes, y más adelante Kant, nunca plantearon la “comprensión racional” de Dios, el encuentro de la Verdad con la Razón. La realidad cognoscible es la material, desde las ideas. Dios, el alma y la libertadd están “fuera”, como postulados que dan sentido a todo, pero que nunca podremos demostrar con nuestra razón. A Dios lo siente el corazón, no la razón... decía Pascal.

Dices que consideraba la Revelación como una “Addenda” innecesaria a la filosofía... quizá porque en su visión, el ámbito de esta era exclusivamente lo racional, no las ideas trascendentes que nunca se podrán demostrar.

Lo cierto es que es sabido que Descartes no era un gran lector, y cuando se trasladó a Holanda se llevó muy pocos libros, entre ellos, la Biblia y las obras de Santo Tomás.

Como siempre, ha sido un placer leerte y escribirte.

Volveremos a encontrarnos.

Un abrazo.


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LA

Un abrazo, Winston
23/02/16 11:02 PM
  
Christian
Interesante artículo. En este momento estoy haciendo mi tesis sobre el mundo sistém8co del que hablan Parsons, Weber, Habermas, es uela crìtica. El problema es que me he enterado de lo peligrosas que pueden ser las fundamentaciones en estos autores. Pero no sè que cilosofos catolicos han aportado al tema y sirven de alternativa a esta escuela y pensamiento. Agradecerìa si me pudiera ayudar alguien.
13/07/16 3:58 AM

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