La Felicidad del hombre

El artículo anterior de esta serie trataba de la necesidad de fin de toda acción humana. Existe un fin que es único y último absoluto, la Gloria de Dios (que a su vez es principio de todo). La Felicidad es el fin último relativo del hombre, y es natural o terrena y sobrenatural (la contemplación eterna de la Gloria de Dios). Cuando el hombre obra contra estos fines, lo hace llevado por el error.

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La Felicidad objetiva

En palabras de Santo Tomás, “la Felicidad (o Bienaventuranza) objetiva es la posesión del Bien perfecto que sacia todos los apetitos”. Las condiciones para que se dé ese Bien perfecto son:

1.Que sea último (esto es, que no haya otro bien superior).

2.Que sea perfecto (esto es, que excluya todo mal de cualquier naturaleza).

3.Que sea plenamente saciante.

4.Que sea inamisible (que no se pueda perder).

El esquema que sigue el Aquinate sobre la jerarquía de Bienes necesarios para la felicidad es esta: 

1. Bien Creado o finito

1.1. Parcial:

1.1.1. Externo:

1.1.1.1. Corporal (riquezas materiales).

1.1.1.2. Espiritual: Personal (honor). Social (fama y gloria).

1.1.1.3. Mixto (poder)

1.1.2. Interno:

1.1.2.1. Corporal (salud).

1.1.2.2. Espiritual (virtud y sabiduría).

1.1.2.3. Mixto (placer).

1.2. Total: todos los bienes creados.

2. Bien Increado o Infinito: Dios.

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Los Bienes creados parciales

Los Bienes externos no pueden procurar la felicidad.

  1. Bienes corporales (riqueza). Porque no son últimas (no se buscan por sí mismas, sino por lo que se puede adquirir con ellas); porque no excluyen los males, ya que muchos males acaecen a personas que poseen riquezas (la parábola del rico necio de Lc 12, 15-21 es muy ilustrativa); porque no son plenamente saciantes, ya que fomentan la avaricia, el egoísmo y la inquietud espiritual; y porque no son inamisibles: pueden perderse con un revés de fortuna, y siempre se pierden a la muerte (CIC 29, CIC 1723, CIC 2445, CIC 2536, CIC 2547).

  1. Bienes espirituales (personales-honor, y sociales- fama y gloria), y mixto (poder). Porque no son últimos, ya que buscan el reconocimiento del mundo o su dominio (bien externo siempre inferior); porque no excluyen los males (no libran de otras penalidades, e incluso las acrecientan); porque no son plenamente saciantes, y estimulan la envidia y la ambición; y porque no son inamisibles, ya que se pueden perder- y de modo bien fácil- y en cualquier caso tras la muerte acaban cayendo en el olvido con el tiempo, y su huella se termina borrando (CIC 1723, CIC 2536).

Los bienes internos tampoco procuran la felicidad.

  1. Bienes corporales (salud). Porque no es última, ya que el alma es superior al cuerpo, que se haya subordinado a aquella; porque no excluye otros males (existen muchas dllsgracias en la vida pese a poseer perfecta salud); porque no es plenamente saciante, ya que el corazón del hombre anhela muchas otras cosas cuando posee salud; y porque no es inamisible: se pierde la salud, se marchita la belleza y decaen las fuerzas de la juventud hasta acabar en la debilidad de la ancianidad o la enfermedad, y la corrupción del cuerpo en la fosa (CIC 1509, CIC 2289).

  1. Bienes mixtos o sensuales (el placer). Son propios de todo cuerpo animado. No reúnen las condiciones para procurar la felicidad. Nunca son fines en sí mismos, sino medios para alcanzar otros objetivos (nutrición, apareamiento, descanso) que simplemente sirven la conservación del individuo o la especie; no excluyen males, sino que de hecho pueden acarrearlos si no son satisfechos (enfermedades, dependencias físicas o psicológicas, actos malvados para obtenerlos, pensemos en la gula o la lujuria); no son plenamente saciantes, puesto que no pueden ser satisfechos definitivamente nunca; y no son inamisibles, puesto que de hecho son por definición caducos y efímeros las más de las veces (CIC 377, CIC 1609, CIC 1765, CIC 2535).

  1. Bienes espirituales (ciencia, que compete a la inteligencia, y virtud, que compete a la voluntad). Se tienen por bienes superiores a los anteriores, y lo son, pero no pueden procurar la felicidad. En cuanto a la ciencia, porque no es el fin último, ya que afecta a una sola de las potencias del alma, dejando insatisfechos los anhelos más profundos del hombre; porque no es perfecto (los sabios también sufren desgracias); porque no sacian el corazón, ya que cada nuevo conocimiento prueba lo hondo de nuestra ignorancia (el más sabio es el que dice con Sócrates “sólo sé que no sé nada”); y porque no es imposible de perder (pensemos en un deterioro de las capacidades intelectuales) (CIC 223, CIC 1723). En cuanto a la virtud, porque no puede ser última en este mundo (es imposible mantener perfectamente siempre la virtud); no es perfecta, pues ha de combatir continuamente con la concupiscencia (la inclinación natural del hombre al mal); no es plenamente saciante, pues la mera virtud enseña al hombre a aspirar al Bien supremo e infinito que evita las anteriores dificultades; no es imposible perderla, y de hecho es lo habitual en multitud de ocasiones durante nuestra vida. No obstante, afirma el Aquinate que en la práctica de la virtud de halla la única y verdadera felicidad relativa que puede hallarse en este mundo (CIC 1734, CIC 1803-1829).

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El Bien creado total

El Bien creado total no puede dar la Felicidad objetiva porque no es posible ni aunque lo fuese sería suficiente. No es posible porque como demuestra la experiencia, nadie ha logrado poseer a la vez los bienes externos e internos corporales, espirituales y mixtos (y de hecho, algunos son incompatibles entre sí, como las riquezas y el placer con la virtud). Pero es que aunque teóricamente fuese posible conseguirlos todos, seguirían siendo imperfectos y finitos, no excluyen del mal de la imposibilidad de poseer el Bien infinito. En el corazón del hombre se halla ese apetito insaciable por lo divino, puesto en él por el Creador. La trascendencia y el anhelo (o el vacío, en su ausencia) existencial del alma, son prueba de ese apetito (CIC 337).

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El Bien increado o infinito es el único que proporciona la Felicidad objetiva

Porque reúne las condiciones necesarias: no se ordena ni acepta Bien superior a Él, excluye todo mal precisamente por ser la plenitud de Bien, su perfecta posesión sacia plenamente todo anhelo de Bien del hombre, y es inamisible, por su condición de eterno. Una vez alcanzada la bienaventuranza celestial, ya no se puede perder (CIC 1718, CIC 2548).

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La Felicidad subjetiva

Dado que el sujeto sólo acanza la felicidad con la posesión y goce del fin último objetivo, y dado que este es Dios (el Bien increado e infinito), se sigue que la felicidad subjetiva únicamente se alcanza con el goce o posesión de Dios, en realidad nuestra unión con Él, en la visión beatífica (CIC 1719).

De lo que se deduce que: primero, no se puede hallar en este mundo la felicidad perfecta, sino sólo la felicidad relativa, consistente en la práctica de la virtud; segundo, no existe felicidad perfecta en el orden natural, sino únicamente en el sobrenatural; tercero, en la unión del hombre con Dios en la visión beatífica se une la felicidad perfecta del hombre con la Gloria de Dios, que se completan ambas en el mismo acto (CIC 294).

Se puede decir como corolario que el objeto de nuestra vida es prepararnos para la unión eterna con Dios, por lo que somos propiamente ciudadanos de la ciudad futura y eterna, y no de la ciudad terrena y caduca (CIC 1045). Nuestra vida temporal, pues, es a la vez de poca importancia y fundamental. De poca importancia por nuestra propia transitoriedad en el mundo; fundamental por cuanto nuestro paso por él nos prepara para esa otra felicidad eterna (CIC 1035).

Para alcanzar esa felicidad imperecedera, Dios nos ha dado a su Hijo Jesucristo, como Redentor, como maestro y como ejemplo (Mt 19, 16-19), para guardar los mandamientos divinos (CIC 661).

Para hacer posible esta guarda, nos ha provisto de los medios internos (la gracia santificante, la gracia actual, las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo) (CIC 1817) y los medios externos (la comunidad de fieles, la Iglesia, por medio de los sacramentos y las verdades de la fe).

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Resumen

La felicidad objetiva es la posesión del Bien perfecto, que ha de cumplir las siguientes condiciones: ser último (no haber otro superior a él), que excluya todo mal (sea perfecto), que sea plenamente saciante, y que no se pueda perder (inamisible).

Los Bienes creados o finitos son de dos tipos: total (todos los bienes creados) y parciales, que a su vez se dividen en externos e internos y en espiritual o corporales (o mixtos). Son externos y corporales las riquezas materiales, externos y espirituales el honor, la fama y la gloria, y externo y mixto el poder. Son internos y corporales la salud, internos y espirituales la ciencia y la virtud, e interno y mixto el placer. Se explica porqué ninguno de todos estos cumple las condiciones del Bien perfecto.

El Bien increado e infinito (Dios), es el único que proporciona la Felicidad objetiva.

La Felicidad subjetiva se alcanza en la unión con Dios por medio de la visión beatífica. En la Felicidad subjetiva humana (ultraterrena y eterna) se cumple asimismo la Gloria de Dios (Felicidad subjetiva divina). En el mundo temporal y terreno no se puede hallar Felicidad subjetiva plena, sino únicamente relativa (la práctica de las virtudes).

Para alcanzar la felicidad objetiva y subjetiva, Dios nos ha transmitido sus mandamientos, última y perfectamente por medio de Nuestro Señor Jesucristo, con el auxilio de los medios internos (gracia santificante, gracia actual, virtudes infusas y dones del Espíritu Santo) y externos (los sacramentos y las verdades de fe de la Iglesia).

5 comentarios

  
María Angélica
Exelente análisis
02/03/16 12:06 PM
  
Jota
Sr. L. I Amorós:

No se puede acceder al artículo anterior de la serie, por favor corregir.

Cuando uno hace clic en el enalce aparece esto en la url
infocatolica.com/blog/Etiqueta%20%3Col%3E%20no%20se%20puede%20usar%20al%20interior%20de%20etiqueta%20%3Col%3E

Y una advertencia:
Not Found

The requested document was not found on this server.
Web Server at infocatolica.com

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LA

Estimado Jota.

No he tenido problema para acceder a ninguno de los artículos recientes de la bitácora desde dos dispositivos diferentes.
Tal vez haya habido algún problema puntual cuando ha intentado acceder. Si persiste, revise si su navegador tiene problemas. En caso de que no, hágamelo saber y se lo comunicaré al experto del portal.

Un saludo.
28/03/16 9:11 PM
  
Jota
Sr. Amorós,
Por favor indique al webmaster, revisar la línea 183 de esta entrada del blog, dado que el error parece estar en el enlace al artículo anterior de la serie; que es lo que debe ser corregido.

Muchas gracias por su atención

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LA

Aunque yo no tengo problemas para enlazar desde esta entrada desde mi equipo, paso su observación al editor del portal, a ver si puede ayudarle.

Un saludo.
01/04/16 3:16 AM
  
Luis I. Amorós
Estimado Jota, compruebe a ver si ahora sí funciona correctamente a lo que usted hacía alusión.
05/04/16 6:07 PM
  
Jota
Sr. Amorós, luego de algún tiempo, vuelvo a ingresar a su blog. Efectivamente, he comprobado que el enlace funciona ahora a perfección, muchas gracias por su atención
27/06/16 8:36 PM

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