¿Por qué tanto interés en que nuestros hijos se masturben y forniquen?
Profesionales por la Ética -una de esas entidades civiles imprescindibles para plantar cara al totalitarismo “democrático” y la cultura de la muerte- denuncia hoy que el gobierno autónomo valenciano se une a los gobiernos socialistas repartidos por toda España en la tarea de adoctrinar sexualmente a nuestros hijos. Con ello queda claro, por si alguien lo dudaba, que los dos partidos mayoritarios de este país tienen una visión bastante similar en cuanto al modelo de sociedad. El PP, si acaso, intenta disimular un poco, pero es el mismo perro con el mismo collar que el PSOE.
Sabiendo, como todo el mundo sabe, que la adolescencia es una etapa de la vida complicada, en la que los muchachos están forjando la personalidad que les acompañará en la edad adulta y donde las hormonas les suelen jugar una mala pasada, el Estado interviene para enseñarles a usar sus cuerpos como máquinas de placer. Es como arrimar una cerilla a un bidón de gasolina con un escape del combustible inflamable.
Yo creo que ni siquiera hacer falta ser cristiano y aceptar la moral sexual que propone la Iglesia para entender que ese tipo de educación sexual es denigrante para los chicos. En esa edad lo que necesitan es un freno, unas riendas que sujeten sus impulsos, unas normas que les marquen el camino de la contención y no del desenfreno. El mismo estado que les pide que no se dediquen al botellón y al consumo de drogas, les anima a dedicarse al sexo libre y sin más barreras que las de los anticonceptivos y el aborto. Pero si no les ponen límites en el disfrute de su sexualidad, ¿por qué van a aceptar los que se les pongan en el disfrute de las otras facetas de su “ocio"?



