Lo bueno y lo malo del referéndum sobre el aborto en Liechtenstein
Liechtenstein es un microestado situado en el corazón de Europa que hace frontera al oeste por Suiza y al este con Austria. En Wikipedia se pueden leer los datos más interesantes sobre esa pequeña nación, que es más conocida por su condición de paraíso fiscal y por su equipo de fútbol, probablemente el mejor entre los más modestos de Europa, que por otra cosa.
De sus 34.000 habitantes, las tres cuartas partes son católicos. No sé qué porcentaje son practicantes, pero si el catolicismo en Liechtenstein tuviera las mismas características que el que se da hoy en Suiza y Austria, no cabría ser muy optimista. Algo me lleva a pensar que ese no es el caso. El hecho de que más de la mitad de la poblacion haya votado en contra del aborto indica que la moral católica sobre la dignidad de la vida humana es aceptada por la mayoría de esos católicos. Si la secularización interna de la Iglesia hubiera avanzado allá como lo ha hecho en sus países vecinos o incluso en España, probablemente el resultado habría sido el contrario.

El periodista César Coca ha realizado una
No recuerdo bien cuántos años -¿8-9?- tenía cuando los Reyes Magos dejaron en casa de mis abuelos paternos un par de walkie-talkie de juguete. Inmediatamente mi padre y yo empezamos a jugar con ellos. Y en esas estábamos cuando se nos coló una conversación procedente de alguna emisora de radioaficionado cercana. Ese fue el inicio del interés de mi papá en ese mundillo. Al poco se compró una emisora de verdad y pronto consiguió hacer un buen grupo de amigos a través de las ondas. Su primer “nick” fue el de Paloma. En Getafe habían unos cuantos radioaficionados con los que formó una especie de club.
La Fiscalía ha pedido 309 años de cárcel para el doctor Morín por 101 delitos de aborto, asociación ilícita y un delito continuado de falsedad documental. Además, ha solicitado diversas penas por las mismas razones para su esposa y el personal sanitario que colaboró en la maquinaria de picar carne humana en que se convirtieron las clínicas de ese asesino de bata blanca. Llegaron a practicar abortos a criaturas de siete meses y medio de gestación. O sea, infanticidio rampante. Ahora bien, no olvidemos que las leyes abortistas de este país permitían ese tipo de abortos en algunos supuestos. Que el doctor Morín y sus compinches falsificaran los informes médicos para que encajaran con esos supuestos, no nos exime del horror de pensar que la ley admite que se mate a su ser humano en el seno materno cuando ya puede vivir fuera.
El cisma lefebvrista podría pasar a la historia si la FSSPX acepta la condición que la Santa Sede les puso ayer para su reconciliación plena. Deben aceptar un preámbulo doctrinal que “establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el sentire cum Ecclesia, dejando abierto, al mismo tiempo, a una discusión legítima, el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo“.


