La Iglesia debe de tomar nota sobre las actitudes totalitarias de nuestros políticos
Cada vez es más evidente que cuando desde la Iglesia alguien osa hacer unas declaraciones públicas en las que se explica su doctrina y su moral, cuando se opina sobre determinadas leyes, cuando se critica aquello que se considera criticable desde la cosmovisión católica, aparece el verdadero rostro totalitario de la izquierda de este país. Una izquierda empeñada en imponer su propia moral, su propia cosmovisión, su propio modelo de sociedad.
Si la Iglesia dice que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son pecado, se la acusa de imponer su moral. Cuando la Iglesia enseña que las relaciones homosexuales son pecado, se la acusa de imponer su moral. Cuando la Iglesia denuncia que el aborto es el asesinato de inocentes, se le acusa de imponer su moral. Y así, ad infinitum.
Son los que pretenden legislar contra natura sobre la institución familiar. Son los que llaman derecho al asesinato de un ser humano en el seno materno. Son los que quieren quebrar el sacrosanto derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus valores morales y religiosos. Son los herederos ideológicos de aquellos que llenaron de mártires esta nación el siglo pasado. Y el que dude de lo que digo, que mire la foto que he puesto para acompañar a la noticia de la petición de IU para que se derogue el concordato de España con la Santa Sede. El señor de la foto es el que ayer pidió tal cosa en el Congreso. Está al lado del símbolo de la ideología más sanguinaria en la historia de la humanidad. Ni siquiera el nazismo -básicamente porque no le dio tiempo- provocó tantos muertos como la hoz y el martillo en el siglo pasado. ¿Qué lecciones de democracia nos van a dar esos sujetos?

Soraya Sáenz de Santamaría es vicepresidenta del gobierno de España desde que Mariano Rajoy la designó para tan alto cargo a finales del mes pasado. Ella será la que presidirá el consejo de minisitros cuando el presidente esté de viaje o sufra una enfermedad que le impida acudir a dicho consejo. Pero además es ministra de la presidencia y portavoz del gobierno. Es decir, es la que tiene que dar la cara ante los medios y ante la sociedad para explicar lo que el ejecutivo hace y el porqué lo hace.
Mañana se
Antes de entrar a analizar la realidad, conviene contarla sin manipularla. Juan Antonio Molina no ha sido suspendido a divinis por entrar en el programa Gran Hermano sino por desobedecer una orden directa del superior de su orden religiosa. Que dicha orden estuviera relacionada con su presencia en ese espectáculo mediático no es cosa menor, pero sí razón secundaria de lo acontecido.
Hay cosas que no pueden dejar de ser como son. Si a dos le sumas dos, da siempre cuatro. Si a una manzana le rompes el rabillo que la une al árbol, cae al suelo. Y si a una sociedad cristiana le quitas a Cristo y el evangelio, se va derechita hacia el abismo.








