Bill Gates el condonero
Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, anda la mar de ocupado en que la gente “utilice” el sexo solo como actividad ociosa y sin que las relaciones sexuales estén abiertas a la vida. Es más, le encanta promocionar y/o facilitar ese tipo de relaciones entre personas del mismo sexo. Hace años compró la mayoría de acciones del grupo PlanetOut, que se dedica a la pornografía homosexual. También posee el sitio web Gay.com -citas homosexuales y sexuales- y la cadena de cruceros para homosexuales RSVP Cruises. Money is money, ya saben ustedes.
Hoy hemos conocido otra noticia protagonizada por él, que se las trae:
El empresario y filántropo, Bill Gates, ha animado desde su cuenta de Twitter a participar en una nueva iniciativa de su fundación, que financiará con becas de 100.000 dólares los mejores proyectos para diseñar una nueva generación de preservativos.
“¿Puedes inventar un condón mejor? 100.000 dólares por el reto de modernizar un recurso que salva vidas", tuiteó Gates para promocionar la última iniciativa destinada al fomento de mejoras en el ámbito de la salud con un impacto global.
Es claro que en las relaciones homosexuales, el uso del preservativo no añade ningún mal moral a lo que según la Escritura es una aberración. Pero como quiera que ese tipo de uniones sigue siendo minoritarias entre la población mundial, parece evidente que el señor Gates busca mejorar el campo de negocio en el mundo de la anticoncepción. Dice que se trata de un recurso que salva vidas. Lo cual tiene guasa, dado que lo que se busca es precisamente que no se conciban más vidas humanas.

Una de las cosas que, como cristiano, siempre me ha llamado mucho la atención es que que la Revelación de Dios, por más que la conozcamos o por más que la hayamos oído predicada en boca de sus ministros, siempre es una novedad para el alma. Es decir, el fiel que vive en comunión con el Señor nunca debe cansarse de oír el mensaje del evangelio y las doctrinas que marcan el camino de la salvación. La Escritura no pierde un ápice de interés por mucho que la hayamos leído mil veces. Y las buenas homilías son alimento para el alma aunque se prediquen, con ligeras variaciones, vez tras vez. De la misma manera que nunca ponemos reparos a comer los alimentos que consideramos más sabrosos, tampoco nos incomoda lo más mínimo nutrir nuestro espíritu con buenas predicaciones.
Algunos piensan que se puede pisotear a la gente y quedar impune. Por ejemplo, quien es capaz de
Cito de la introducción del por entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, al libro “El bicentenario de la independencia de los países latinoamericanos", de Guzmán Carriquiry Lecour, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina:
El obispo de Solsona, Mons. Xavier Novell,


