Tres breves reflexiones sobre el debate acerca del aborto
Llevamos unas cuantas semanas asistiendo a un verdadero espectáculo de declaraciones, artículos, entrevistas, etc, sobre el anteproyecto de ley para reformar la situación legal del aborto en España. Políticos de uno y otro signo, periodistas, tertulianos, proabortistas, provida, seglares, religiosos, curas, obispos y cardenales han dicho de todo.
Como es imposible comentar lo que dicen todos, y además estamos en un momento en que no se sabe bien en qué puede quedar la polémica reforma, me limitaré a opinar sobre tres aspectos del debate.
1- Intervención de Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, ayer en el Parlamento. Leo en Europa Press:

Aun recuerdo cuando, siendo pequeño, mi padre me decía que la llegada de la televisión a los hogares había sido un duro golpe a la comunicación en el seno de las familia. Antes todos se reunían para comer sin que la caja tonta estuviera delante, y eso llevaba a que se dedicara ese tiempo a charlar entre unos y otros. No siempre, pero sí a menudo. Aunque la televisión aportó un aumento del ocio familiar -películas, programas de entretenimiento, etc-, él creía que a la larga había sido perjudicial.
Ante los embajadores del mundo entero acreditados ante la Santa Sede, el Papa ha pronunciado hoy un discurso en el que ha abordado muchas cuestiones. Una de ellas, el aborto. Y ha sido contundente:
La archidiócesis de Rosario (Argentina)
Días atrás estuve hablando con un hermano en la fe que me dijo cuál era su análisis sobre la situación en la Iglesia en las últimas décadas. Intentaré resumir sus palabras: “Luis, he llegado a la conclusión de que buena parte de los que tienen encomendado el ministerio de velar por la doctrina católica están tomando el pelo a los fieles. Sí, nos toman el pelo cuando no hacen nada para evitar que sacerdotes y religiosos hagan escarnio público de nuestra fe. Nos toman el pelo cuando miran para otro lado si se les señala que no tiene sentido admitir que la Iglesia cuente con monjas proabortistas, curas que apoyan las uniones homosexuales, teólogos cuya heterodoxia indignaría al mismísimo Arrio o a Lutero".








