A pesar de los apocalípticos, el MUEC cierra sus puertas

Oriol Domingo iniciaba su artículo dominical en La Vanguardia con la siguiente entradilla: “A pesar de los apocalípticos, la diócesis sigue adelante”. Es evidente que existe la consigna de aparentar actividad y pregonarla a los cuatro vientos, por medio de los voceros habituales. Ya se sabe que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Pero pese a los fingimientos del equipo médico habitual, los hechos son muy tozudos y el aspecto de la diócesis es desolador. Una de los últimos movimientos en caer ha sido el MUEC (Moviment d’ universitaris i estudiants cristians). Han cerrado sus puertas, aunque se despachen con este curioso eufemismo:
Congelado, dicen. No sabemos hasta cuando, ni sí va a sufrir proceso de hibernación. Lo cierto es que el MUEC está inactivo, por falta de efectivos. Es lo que reconoce la nota que les transcribo, aunque sea puro circunloquio, en fondo y forma.




Se supone que para un cargo tan importante en una diócesis se debía contar con una persona conocida por los sacerdotes y seglares de la misma, y sobre todo tener una trayectoria marcada por el contacto previo con Caritas Diocesana, o al menos por una gran sensibilidad social.
Josep Torrens. Han intentado solucionarlo. Deo gratias. En una asamblea celebrada el pasado mes de septiembre, Torrens dimitió como Presidente de Esglèsia Plural y se escogió una nueva Junta, que coordinará Salvador Sol y que, además, se halla integrada por la licenciada en teología