InfoCatólica / Germinans germinabit / Categoría: El Fiador: historia de un colapso

9.09.08

Curso veraniego de Liturgia para víctimas del C.P.L.5: estola y estolón, tunicela, dalmática, casulla y capa pluvial

Estola

Según algunos la estola fue al principio una simple toalla que usaban los diáconos en su ministerio, y la de los sacerdotes una bufanda. Otros, los más documentados, que fue desde el inicio una insignia litúrgica en señal de orden y potestad como lo era entre los tribunos y las matronas romanas. Hoy, efectivamente, tiene ese significado de orden y potestad. Se llamó “orarium” (de ore: boca) pues lo utilizaban los oradores y predicadores y aún se llama así entre los griegos: lo usan pues aquellos a quienes está confiada la predicación en virtud de su ministerio: obispos, presbíteros y diáconos. La forma de la estola es la de una tira o faja larga y estrecha con tres cruces, una en cada extremo y otra en el medio, que se besa siempre que se pone o quita la estola. Se pone al cuello y el obispo y el presbítero la dejan caer por delante del pecho sin cruzarla. Los presbíteros hasta la reforma litúrgica del 69 sólo la llevaban así en la administración ordinaria de los sacramentos y cruzada sobre el pecho cuando endosaba la casulla. Los diáconos la llevan diagonalmente colocando el centro de la estola sobre el hombro izquierdo y cruzándola sobre el hombro izquierdo y cruzándola por debajo del brazo derecho. Algunos dicen que este uso proviene de la costumbre que en los banquetes del pueblo romano tenían los que servían la mesa de llevar una servilleta o lito en el hombro izquierdo, por eso el diácono la lleva de esta manera, porque sirve al pueblo en el Divino Banquete. Sólo en el rito ambrosiano la lleva el diácono sobre la dalmática, en el romano, siempre debajo de ella. Como signo de potestad la Iglesia concedió su uso a algunas abadesas de célebres monasterios, como por ejemplo, el de las Huelgas de Burgos, que tenían jurisdicción sobre ciertas iglesias.

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1.09.08

Curso veraniego de Liturgia para víctimas del C.P.L.: 4. Vestiduras y ornamentos litúrgicos. (Sobrepelliz, roquete, amito, alba, cíngulo y manípulo)


En todas las religiones, en todos los ritos de cualquier culto, el que lo celebra se reviste ordinariamente con especiales ornamentos, que sirven para manifestar la grandeza del acto que se realiza, y como dice San Jerónimo “por eso no podían faltar en la Religión divina”.

Es pues sumamente interesante conocer las vestiduras sagradas, su historia y si significado. Y aunque en el transcurso de los siglos hayan sufrido notables modificaciones, siempre se verá la sabiduría y prudencia de la Iglesia en lo que a esto se refiere. Hoy la Iglesia tiene determinado concretamente lo que se refiere a las vestiduras sagradas que usan los ministros del culto en los diversos Oficios divinos. Pero en la Iglesia primitiva sucedió lo mismo que en el primer periodo de la Humanidad y en el de la formación de las diferentes religiones, que el hombre, aún como sacerdote, se acercaba a Dios sin el aparato exterior de especiales vestidos y ornamentos.

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3.08.08

Curso veraniego de Liturgia para víctimas del C.P.L.: 3. Los vasos sagrados (Cáliz, patena, copón, custodia y crísmeras)

fiadorEntre los vasos litúrgicos que hoy mencionamos son dos los principales: el cáliz y la patena. Inútil hacer resaltar la devoción y el respeto con que han de ser tratados estos vasos sagrados y todos los demás que sirven para tan augustos misterios, la belleza y la dignidad de materiales para su elaboración y el cuidado y aseo con que se han de tener y guardar.

Caliz: El cáliz es el principal y primero de todos los vasos sagrados y sirve para la consagración del vino que se ha de transformar en la sangre de Nuestro Señor Jesucristo. El Redentor en la Última Cena usó un cáliz para instituir la Eucaristía. Se calizdiscutió de qué materia era ese cáliz que sirvió a Cristo. Si fuese cierto que ese cáliz es el que se venera en la catedral de Valencia , se sabría esto. Algunos opinan que usó dos, el segundo fue en el que consagró su sangre y en el primero celebró el rito de la cena pascual.

En los siglos II y III se usaron cálices de vidrio y también de plata y oro. Tertuliano ya nos habla de cálices decorados con la figura del Buen Pastor. Luego que la Iglesia disfrutó de la paz, se vio agasajada por Constantino con ricos dones, entre los que se cuentan preciosos cálices de plata y oro. Los sumos pontífices prodigaron estos vasos sagrados y preciosos a manos llenas y lo mismo hicieron otros grandes personajes. Así que en el siglo ya era regla general que los vasos sagrados fuesen de metal precioso. Recaredo, rey de España, regaló al Papa San Gregorio Magno un cáliz de oro adornado de piedras preciosas, al mismo tiempo que le anunciaba su conversión y la de todo el pueblo español del arrianismo al catolicismo.

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13.07.08

Curso veraniego de Liturgia para víctimas del C.P.L.: 2. El altar y el sagrario

El altar, parte principal del templo o iglesia, es un ara elevada sobre la cual se ofrece el sacrificio. Así la define San Isidoro en el libro XV de sus Etimologias (L. XV, cap. 14, nº 4): “Altare autem ab altitudine constat esse nominatum, quasi alta ara”.

En el templo cristiano el altar ordinariamente es de piedra, y simboliza a Jesucristo, que es la piedra angular de la Iglesia. Recuerda también el Calvario, donde se inmoló el Cordero divino para la redención del género humano. Cuando el obispo consagra un altar hace sobre él muchísimas veces la señal de la cruz, porque la idea predominante es la del sacrificio del Dios-hombre. Sobre la piedra se graban cinco cruces, recuerdo de las cinco llagas. Lo unge con el santo crisma, que es el emblema de Cristo, ungido por el Espíritu Santo. En medio del altar, en un sitio que se llama sepulcro, se colocan algunas reliquias de los Santos, de las cuales alguna tiene que ser de un mártir. Este uso tiene su origen en la práctica de los primeros siglos de la Iglesia de construir los altares sobre los sepulcros de los mártires o cerca de ellos.

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6.07.08

Curso veraniego de Liturgia para víctimas del C.P.L.: 1.- La Iglesia

Aprovechar el relajado discurrir de los meses de julio y agosto para explicar histórica, mística y teológicamente lo que son: el templo, el altar, los vasos y lienzos sagrados; las vestiduras y los ornamentos litúrgicos; los elementos y utensilios para el culto, para que todos, los laicos principalmente, conozcan los rudimentos de la Liturgia y la razón o porqué de ellos. Este es el objeto del presente curso veraniego alternativo. Y digo alternativo porque se presenta como un discurso a contra corriente de todo lo que estamos acostumbrados a recibir y leer procedente casi al completo del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona y de sus múltiples publicaciones, entre ellas la revista Phase y los nefastos apéndices de Misa Dominical. Desafortunadamente todo el clero casi al completo y por extensión todo el laicado en España y los países de lengua española se han nutrido y se nutren exclusivamente de lo que sale de esa institución.

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