A pesar de los apocalípticos, el MUEC cierra sus puertas


Oriol Domingo iniciaba su artículo dominical en La Vanguardia con la siguiente entradilla: “A pesar de los apocalípticos, la diócesis sigue adelante”. Es evidente que existe la consigna de aparentar actividad y pregonarla a los cuatro vientos, por medio de los voceros habituales. Ya se sabe que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Pero pese a los fingimientos del equipo médico habitual, los hechos son muy tozudos y el aspecto de la diócesis es desolador. Una de los últimos movimientos en caer ha sido el MUEC (Moviment d’ universitaris i estudiants cristians). Han cerrado sus puertas, aunque se despachen con este curioso eufemismo:

Congelado, dicen. No sabemos hasta cuando, ni sí va a sufrir proceso de hibernación. Lo cierto es que el MUEC está inactivo, por falta de efectivos. Es lo que reconoce la nota que les transcribo, aunque sea puro circunloquio, en fondo y forma.

Y eso que el MUEC tuvo sus años de esplendor en los 70 y en los 80. ¡Para acabar así! Congelado. Qué frio deben tener sus ilustres fundadores. El oratoriano Padre Serramona. El sacerdote Toni Nel.lo. El ex – conseller socialista de la Generalitat y hoy concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi William Carnes. La prestigiosa doctora Cori Casanova Barberà. Incluso, nuestro querido Llisterri, que, en su día, fue coordinador diocesano del MUEC. Hasta ahora –nunca mejor dicho- habían aplicado la política de paños calientes: Calditos, mantitas, gasas limpias sobre la piel congelada; pero la hipotermia ha avanzado tanto, que tras los temblores, torpeza de movimientos, desorientación y estado de semiinconsciencia, se han vuelto pálidos y sus labios, orejas y dedos son ya de color azul. Por eso, ante el riesgo de gangrena, han tenido que cortar por lo sano y clausurar el MUEC. Aunque, como todo muerto que se precie, sus deudos presumen de fotos y recuerdos. La que encabeza este artículo se corresponde con su último minuto de gloria: La celebración de sus 35 años. No es que los 35 sean una cifra muy redonda, que se preste a grandes celebraciones. Ahora se comprende. Ya sabían que no llegaban ni a los 40.

El que preside la celebración es el Doctor Pie Ninot, que también fue co-fundador del MUEC y consiliario general del año 1976 al 1983. Su evidente entusiasmo mitinero no es un arrebato juvenil. La foto del aniversario solo tiene tres años.

Este teólogo mitinero parece que será el definitivo obispo auxiliar de Barcelona. Roma ha rechazado definitivamente los nombres propuestos por Sistach de Turull y Taltavull y ha aceptado al profesor de la Gregoriana. Probablemente sea la solución menos mala. El profesor Pie (aunque oriundo de Banyeres del Penedés, donde ya tuvieron un prelado, Don Ramón Sanahuja Marcé, que fue obispo de Segorbe y Cartagena-Murcia) nació en Barcelona, el 22 de Junio de 1.941. Tendría por delante ocho años de obispo. Irremediablemente se quedará como auxiliar de Barcelona, por lo que, al no ser una apuesta de futuro, no va a tener ninguna influencia en la nueva iglesia catalana. Esa nueva iglesia que parte de Terrassa y ya aposenta sus tentáculos en la inmortal Gerona. Una nueva iglesia audaz, dinámica, atrevida y exitosa frente a una vieja iglesia caduca, bloqueada, entumecida y carente de iniciativa. O como ellos mismos reconocen: Congelada.

Sin quererlo han acertado plenamente con la palabra: Congelados. ¡Premio para el caballero!

Oriolt

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