Sistach volvió a Milán

Parece que nuestro arzobispo ha cogido el gusto por viajar. A su reciente viaje de once días por tierras dominicanas le ha seguido un viaje a tierras italianas, concretamente a Milán. Allí participó en un Congreso organizado por aquella archidiócesis sobre las respuestas de la Iglesia a la crisis económica. Quizá n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, como muchos presidentes de gobierno, está buscando contrastar una mala popularidad en su propia tierra con una muy buena imagen internacional. Además nuestro prelado tenía que quitarse la espina de su última visita a aquella diócesis, cuando por una mala organización y previsión de su viaje (algo habitual en su persona y en su gobierno diocesano) se quedó sin ni siquiera poder saludar a S.E.R. el cardenal Dionigi Tettamanzi. En aquella ocasión iba acompañado de su queridísimo Rvdo. Josep Maria Turull y de otros sacerdotes de las últimas generaciones y en ésta se acompañó del Rvdo. Salvador Bacardit, a quien hemos podido volver a ver vestido sacerdotalmente (foto de abajo), ¡quien lo ha visto y quien lo ve!, pensar que cuando era formador del Seminario recomendaba a los seminaristas la lectura del libro de Jacques Gaillot: "Una iglesia que no sirve, no sirve para nada"

En cuanto a las intervenciones de los dos cardenales en el congreso se aprecia un verdadero abismo. Mientras el cardenal italiano hace referencias continuas a las actuaciones concretas de su diócesis para ayudar a los afectados por la crisis, nuestro cardenal sólo esgrime bonitas palabras y mucha teoría sin una sóla concreción práctica. En este sentido el cardenal Tettamanzi hizo referencia al fondo económico que creó para ayudar a las familias que más sufren la crisis económica, que es conocido popularmente como "Fondo del Cardinale" con una dotación inicial de un millón de euros y que actualmente ya son doce. Por su parte nuestro arzobispo mostró como su gran éxito que el tema de la solidaridad es uno de los tres puntos de su actual plan pastoral. Un plan pastoral que se ha quedado en pura escritura, porque en la mayoría de arziprestazgos (incluídos algunos donde hay vicarios episcopales) ni siquiera se ha tratado el tema y en otros se ha ventilado en unos minutos sin realizar ninguna actuación.

Este interés de nuestro cardenal por la diócesis de Milán tiene su historia y viene de lejos. Y es que su predecesor y mentor, Don Narcís Jubany tenía una extraordinaria predilección por copiar cosas que hacía su homónimo de Milán, entonces S.E.R. Carlo Maria Martíni (el eterno "papable" del progresismo). El problema es que el cardenal Martini, a pesar de su linea ideológica, era un hombre intelectualmente brillante, con gran prestigio incluso entre los no creyentes y con un gran carisma personal, algo que no tenía el cardenal Jubany y mucho menos nuestro actual prelado.

Voy a poner un ejemplo para que se entienda. El cardenal Jubany "importó" de Milán la "Escuela de Oración para jóvenes" que su colega Martini había iniciado en la catedral milanesa. La idea era muy buena, pero no se puede comparar la oratoria del italiano con la del gerundense. Con unos sermones de tres cuartos de hora inacabables, pesados y aburridos, el cardenal Jubany conseguía hacer dormir hasta las ovejas. Tuvo que venir Don Ricardo para reflotar aquella idea y llevarla a los momentos de máximo esplendor, con cientos de jóvenes boquiabiertos ante el testimonio impactante, emocionado, personal e íntimo del obispo valenciano, a todo ello contribuyó sin duda el gran papel que jugó la delegada de juventud, la tan añorada Rosa Deulofeu. Pero al magnífico tándem "Carles-Deulofeu" le siguió la pareja "Sistach-Román" y aquí no sólo hemos vuelto a la era Jubany sinó aún peor. Con Jubany los jóvenes se dormían, con Sistach es que ni siquiera acuden.

Todo esto viene de la dichosa manía del "nacional-progresismo" catalán de mirar hacia otros países de Europa en vez de mirar para otros lugares de España donde las cosas se hacen bien. Nos dijeron durante muchos años que Holanda era nuestro modelo a seguir, y así nos ha ido. Mientras el catolicismo en los Países Bajos es el más ruinoso de Europa, casulamente el catolicismo en Cataluña y también en las Vascongadas (donde se hicieron las cosas muy similares que aquí), es el que tiene los índices más bajos de toda España. No se miró a muchas diócesis de Italia o de otros países donde se hicieron muchas cosas bien, por ejemplo la potenciación del movimiento "Comunión y Liberación", se fijaron en Milán porque tenía un obispo que era de su cuerda. Aún así las copias fueron de mala calidad, dándose la circunstancia que incluso lo que allí funcionaba aquí no funcionó.

Con la llegada del cardenal Tettamanzi, las cosas han cambiado en Milán, es por ello que nuestro cardenal en esta ocasión no ha ido a copiar nada, ¡ojalá ese fuera el motivo de su visita!, ha ido para codearse con uno de los más presitigiosos cardenales que tiene la Iglesia católica en estos momentos. De esta visita, los diocesanos de Barcelona no nos beneficiaremos de nada, al igual que del Plan Pastoral de nuestro arzobispo que sólo sirve para cumplir el expediente.

Antoninus Pius