El Cardenal Osoro se hace un poco de lío con el «cierre» de parroquias en su diócesis
Las últimas declaraciones del arzobispo de Madrid, el Cardenal Osoro, me parecen que son una buena muestra de lo que intentaba explicar hace unos días sobre la importancia de los matices y de ser transparentes y delicados.
Acaba de publicar una carta pastoral a las puertas del desconfinamiento «Un camino de sentido» y me parece que se ha vuelto a liar él mismo, y con él a todos. El penúltimo párrafo empieza:
Vamos a comenzar la desescalada. Aunque se suspendió el culto, respetando absolutamente la normativa que dio el Gobierno de España, las puertas de nuestras Iglesias han estado abiertas.
No. Eso no es la verdad completa. No voy a opinar sobre si deberían o no cerrarse algunas, seguramente las que cerraron tenían motivo. Pero, ¿qué sentido tiene afirmar algo que muchos fieles han sufrido estos días? Es que es un dato. No entiendo qué persigue el cardenal. ¿No es capaz de comprender la desconfianza que genera esto?
Más bien, buenos sacerdotes han tenido sus parroquias abiertas en Madrid, incluso se han ido a colaborar en otras, han hecho el pino puente. Es impresionante. Otros lo han hecho con horario reducido y otros han cerrado a cal y canto o simplemente desaparecido.
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