19.07.17

Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos

Evangelio del miércoles de la decimoquinta semana del Tiempo Ordinario:

Tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños.
Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Mat 11,25-27

Es el Padre, no el hombre, quien decide a quién le da a conocer el misterio de la salvación en Cristo. Y es Cristo, nadie más, quien elige a quiénes han de conocer al Padre. Como dice en otro lugar:

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca". 
Jn 15,16

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18.07.17

En el día del Juicio

Evangelio del martes de la decimoquinta semana del Tiempo Ordinario:

Jesucristo se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: -¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han obrado en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. Sin embargo, os digo que en el día del Juicio Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que vosotras.
Y tú, Cafarnaún, “¿"acaso “serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta los infiernos vas a descender!” Porque si en Sodoma hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en ti, perduraría hasta hoy.
En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Sodoma será tratada con menos rigor que tú.
Mat 11:20-24

El Señor es muy claro. No recibirán el mismo castigo aquellos que, aun obrando mal, nunca escucharon el evangelio que quienes lo escucharon y lo rechazaron. 

Es lógico pensar que tampoco recibirán el mismo castigo los que, naciendo en una familia no cristiana y habiendo recibido poca luz sobre el cristianismo, mueren sin ser cristianos, que aquellos que recibieron el don de la fe por el bautismo y acaban en el ateísmo y la apostasía.

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17.07.17

Si el Señor no hubiera estado a favor nuestro

Salmo del lunes de la decimoquinta semana del Tiempo Ordinario:

Si el Señor no hubiera estado a favor nuestro -que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado a favor nuestro cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
seguro que nos habrían tragado vivos en el ardor de su ira.
Seguro que nos habrían arrastrado las aguas, el torrente nos habría sumergido;
seguro que nos habrían sumergido las aguas impetuosas.
Bendito sea el Señor que no nos entregó en presa de sus dientes.
Nuestra alma, como un pájaro, se escapó del lazo de los cazadores. el lazo se rompió y nosotros escapamos.
Nuestro auxilio es el Nombre del Señor, el que hizo cielo y tierra.
Salmo 124

Como bien dice San Pablo “si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8,31) y “ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rom 8,38-39).

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16.07.17

A vosotros se os ha concedido, a ellos no

Evangelio del decimoquinto domingo del Tiemo Ordinario:

Aquel día salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del mar.  Se reunió en torno a él una multitud tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, mientras toda la multitud permanecía en la playa. Y se puso a hablarles muchas cosas con parábolas:

-Salió el sembrador a sembrar. Y al echar la semilla, parte cayó junto al camino y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra y brotó pronto por no ser hondo el suelo; pero al salir el sol, se agostó y se secó porque no tenía raíz. Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron. Otra, en cambio, cayó en buena tierra y comenzó a dar fruto, una parte el ciento, otra el sesenta y otra el treinta. El que tenga oídos, que oiga.
Los discípulos se acercaron a decirle: -¿Por qué les hablas con parábolas? 
Él les respondió: -A vosotros se os ha concedido el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque al que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo con parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: “Con el oído oiréis, pero no entenderéis; con la vista miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y han cerrado sus ojos; no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón y se conviertan, y yo los sane".
Bienaventurados, en cambio, vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos ansiaron ver lo que estáis viendo y no lo vieron, y oír lo que estáis oyendo y no lo oyeron.
Escuchad, pues, vosotros la parábola del sembrador. A todo el que oye la palabra del Reino y no entiende, viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: esto es lo sembrado junto al camino. Lo sembrado sobre terreno pedregoso es el que oye la palabra, y al momento la recibe con alegría; pero no tiene en sí raíz, sino que es inconstante y, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropieza y cae. Lo sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda estéril. Y lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y fructifica y produce el ciento, o el sesenta, o el treinta.

Mat 13,1-23

Dios ha escogido desde antes de la creación del mundo a aquellos a quienes va a a salvar (Efe 1,4). Y como explica San Pablo en Romanos:

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15.07.17

No tengáis miedo

Evangelio del sábado de la decimocuarta semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus apóstoles:
No está el discípulo por encima del Maestro, ni el siervo por encima de su Señor. Al discípulo le basta llegar a ser como su maestro, y al siervo como su Señor. Si al amo de la casa le han llamado Beelzebul, cuánto más a los de su misma casa. 
No les tengáis miedo, porque nada hay oculto que no vaya a ser descubierto, ni secreto que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que escuchasteis al oído, pregonadlo desde los terrados. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno. ¿No se vende un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto, no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos. 
A todo el que me confiese delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Pero al que me niegue delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Mat 10,24-33

No tengamos miedo. Aunque nos insulten, aunque nos denigren, incluso aunque nos torturen y maten, no tengamos miedo. Podrán convertir nuestros cuerpos en despojos humanos pero el alma… el alma tiene como dueño al Señor, y ahí no tienen poder alguno. 

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