Caso De Juana Chaos: Había un país en el que la justicia.....
Viendo salir a De Juana Chaos de la cárcel, tras haber pasado en la misma 22 años de su vida después de haber cometido 25 asesinatos, he recordado la parábola del juez inicuo:
Lucas 18,1-7
Les dijo una parábola para mostrar que es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer, diciendo:
Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: Hazme justicia contra mi adversario.
Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres, mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme.
Dijo el Señor: Oíd lo que dice este juez inicuo. Y Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aun cuando los haga esperar?
Desgraciadamente la justicia en España es tan perversa que el Señor no habría podido usarla ni tan siquiera como ejemplo de una justicia inicua pero justicia al fin y al cabo. No, la parábola debería haber sido tal que así:
Había en un país una justicia que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquel país decenas de viudas y de huérfanos que iban al gobierno y los tribunales diciendo: Hacednos justicia contra nuestro adversario, el que ha matado a nuestros maridos y a nuestros padres.
Jamás les hicieron caso, y se decían para sí: A la verdad, no tenemos temor de Dios ni respeto a los hombres, y aunque estas víctimas tienen razón, la ley es la ley y dejaremos libre a los asesinos si así lo dispone el ordenamiento jurídico vigente que nosotros hemos acordado y prometido acatar.
Entonces dijo el Señor: Oíd lo que dicen esos jueces y gobernantes inicuos y necios. Pero no os preocupéis. Dios hará justicia a sus elegidos, que claman a El día y noche, aun cuando los haga esperar.
Como quiera que es imposible que en esta nación llamada España se haga justicia terrenal a las víctimas de esa sabandija llamada De Juana Chaos, a ellas sólo les queda esperar que se lleve a cabo la justicia divina. Por tanto, recemos y esperemos que sea Dios mismo el que lo haga prontamente de la forma y manera que Él disponga. No es necesario que ningún “iluminado” se tome la justicia por su mano. Entiendo que es una tentación muy apetecible, pero ¿qué tentación no lo es?
1Co 10,13
No os ha sobrevenido tentación que no fuera humana, y fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas, antes dispondrá con la tentación el éxito, dándoos el poder de resistirla.
Luis Fernando Pérez Bustamante



